Poblamiento del paraje de las siete corrientes
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Es indudable que la erección de una ciudad, cuya fundación debía tener la solemne intervención de un Adelantado, no debió de ser una empresa improvisada, sin más preparación que la llegada del funcionario y el trazado del damero urbano(1).
(1) Citado por Hernán Félix Gómez. “La Fundación de Corrientes y la Cruz de los Milagros” (1973), Capítulo Séptimo: “Poblamiento del Paraje de las Siete Corrientes”, Corrientes. Edición del Banco de la Provincia de Corrientes.
Esto resulta demasiado trivial y en evidente oposición con cien circunstancias que demuestran que el paraje Siete Corrientes fue previamente explorado, que su población indígena fue conocida y situada en sus avecinamientos geográficos -padrones de tierras y encomiendas- y que el establecimiento de la ciudad buscaba crear un centro político a una extensa zona que el Adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca había individualizado, dándole la jerarquía de provincia de Vera (1541).
Ruy Díaz de Guzmán, como gobernador de dicha provincia, había parcelado en otras cinco; pero al Sur de la más meridional, la del Tape, quedaban territorios no comprendidos en su meticulosa obra administrativa(2).
(2) Véase: Por qué se bautizó a la ciudad con el nombre de “Vera”. // Citado por Hernán Félix Gómez. “La Fundación de Corrientes y la Cruz de los Milagros” (1973), Capítulo Séptimo: “Poblamiento del Paraje de las Siete Corrientes”, Corrientes. Edición del Banco de la Provincia de Corrientes.
Juan de Torres de Vera y Aragón, sucesor de Juan Ortiz de Zárate, proyectó en estos saldos territoriales de la originaria Provincia de Vera, organizar otras dos, con las denominaciones de Uruguay y Paraná, dándoles el centro político de una ciudad.
Todo este plan, que luego se lo verá realizado, lo encomienda a su sobrino, el capitán Alonso de Vera y Aragón, también denominado "el Tupí" y quien, como medida inicial, expediciona, de acuerdo con órdenes del Adelantado, contra los indios del norte y el nordeste del Iberá. De ahí su detallado conocimiento de la jurisdicción después correntina.
Pero concluida esta empresa, se concretó el pensamiento de erigir la Ciudad de Vera y los ojos se fijaron en el paraje Siete Corrientes.
Ya en 1581 fray Juan de Rivadeneyra había informado a España sobre la espléndida situación del lugar, señalando como conveniente el emplazamiento entre el paraje Siete Corrientes y la boca del río, que llaman de las Palmas, y que es hoy el denominado Riachuelo.
En otras palabras, indicaba las barrancas de Santa Catalina, donde los paraguayos, en 1865, artillaron la costa y dieron el combate naval del Riachuelo. La boca del río de las Palmas o Riachuelo debía servir de puerto o amparo a los navíos.
Nada se sabe sobre el resultado de esta curiosa iniciativa. Sólo está documentado que Hernando de Montalvo, Tesorero Real de la Ciudad de Buenos Aires, escribía, el 23 de Agosto de 1587, al rey, haber sido informado del proyecto de crear una ciudad en el paraje Siete Corrientes, a cuyo efecto se había pregonado el proyecto, levantándose la bandera de la recluta de soldados y colonos(3).
(3) Véase: “Correspondencia de los Oficiales Reales”, tomo I, p. 421. // Citado por Hernán Félix Gómez. “La Fundación de Corrientes y la Cruz de los Milagros” (1973), Capítulo Séptimo: “Poblamiento del Paraje de las Siete Corrientes”, Corrientes. Edición del Banco de la Provincia de Corrientes.
Suponiendo que la noticia debió tardar tres meses en llegar de Asunción del Paraguay a Buenos Aires, la bandera de enganche y el pregón del propósito debió de ser en Junio de 1587 y como un plan de esta magnitud no se toma sin previa exploración, es evidente que en 1586 y tal vez antes, debió de llegar al paraje de las Siete Corrientes la primera expedición militar para explorar la tierra, reconocer sus recursos naturales e indagar sobre la índole de su población autóctona.
Coincide todo esto -que es algo más que presuntivo, porque es de lógica pura- con la afirmación de Madero, en su conocida "Historia del Puerto de Buenos Aires", de que la ciudad o paraje Corrientes fue poblado en 1585.
El ilustrado escritor no indica fuente alguna a su afirmación, que resultaría con el fundamento advertido y el de la circunstancia de que este poblamiento de exploración habría sido simultáneo con la empresa del otro Alonso de Vera y Aragón, "el Cara de Perro", que en 1585 funda la Ciudad de Concepción de la Buena Esperanza del Bermejo.
Era un plan racional de conquista el llamar simultáneamente la atención de las tribus indígenas de ambas márgenes del río Paraná, a una misma altura de su cauce, como para evitar que ellas se diesen la mano en el propósito de resistir.
Además, resta otro elemento de juicio: Hernando Arias de Saavedra trae por tierra los ganados para ambas fundaciones; esto es inconcuso, de unánime consentimiento de los cronistas.
Si los ganados se hubiesen traído en 1585 para Concepción y en 1588 para Corrientes estaríamos en presencia de dos empresas sucesivas que Hernandarias habría notabilizado en la relación de sus servicios.
Sin embargo, no habla sino de una expedición, que debió de ser para ambos poblamientos causa, si se quiere, de por qué Corrientes -en Abril de 1588- se declara sin reservas de subsistencia y auxilios que pide al Paraguay.
Arias de Saavedra actúa en Concepción del Bermejo hasta que pasa a Corrientes, cuando el Adelantado viaja a fundar la ciudad o a erigirla políticamente al instituir su Cabildo.
La hipótesis de que la exploración de Alonso de Vera y Aragón pudo datar de 1585, de acuerdo con lo afirmado por Madero, tiene en su apoyo un valioso documento: referimos al Bando, producido el 17 de Enero de 1815, por el gobernador-intendente de la ya provincia de Corrientes, José de Silva.
Importó el restablecimiento de las funciones religiosas del Patrono y Subpatronos de la ciudad, que abonaba y organizaba el Gobierno -funciones de tabla- en los días propios de su culto. Era de práctica, según otros documentos, celebrar estas funciones en los momentos de más angustia popular, produciéndose rivalidades sobre la invocación que convenía efectuar.
El Bando tiene enorme originalidad en lo que respecta al culto de la Cruz del Milagro. En primer término indica el año de 1585 como el de la población de esta ciudad, anticipando en tres años la fecha corrientemente tenida como tal, 3 de Abril de 1588, planteando la posibilidad de que el suceso milagroso de la Cruz ocurriera antes de 1588 porque, según la tradición, él no fue coincidente ni posterior a la fundación, desde que coincide con el día del establecimiento del poblado.
El Bando confirma este razonamiento. Establece que Corrientes se pobló -no refiere a la fundación, que sería posterior- en 1585 y agrega que el Milagro de la Cruz se produjo el Domingo de Ramos de ese año, dejando vencedores a los primeros pobladores, etcétera.
Hubo, pues, segundos pobladores y conquistadores, los que fundaron oficialmente la ciudad en 1588, dos años y pico después.
Dice el interesante Bando:
“El ciudadano José de Silva, gobernador interino de esta provincia y sus distritos, etcétera.
“Por cuanto el clamor del pueblo en estos tiempos, por el restablecimiento de las funciones de tabla en los días propios que se celebraran desde los primeros años de la fundación, consentidas en que esta mutación es causa de las rivalidades y ánimos encontrados que nos conducen a la miseria y destrucción en guerras intestinas, por el agravio que se hace al Santuario y objeto a que se dedica la devoción; habiendo entrado de acuerdo el Muy Iltmo. Cabildo con mi asistencia, después de una conferencia, unánime resolución por Acta del día de ayer, que la fundación del Patrón tutelar jurado San Juan Bautista, se celebre solemnemente en su propio día, con paseo del estandarte, y que en un obsequio, se hagan los regocijos posibles por la ciudad, del modo que se tenía por costumbre. Que lo mismo se efectúa en los días de los Vicepatronos San Roque, San Sebastián y Nuestra Madre Señora de Mercedes.
“Que la función del Santuario de la Santa Cruz del Milagro, se vuelva a la víspera del Domingo de Ramos, en memoria y reverencia del que obró aquel día, el año de la población de esta ciudad, 1585, con los primeros pobladores y conquistadores, que en corto número los deja vencedores de más de 6.000 infieles. Y habiendo resuelto que se haga notorio por Bando, publíquese a son de caja de guerra en la forma acostumbrada, fijándose ejemplares en los parajes de estilo.
“Dado en la ciudad de San Juan de Vera de las Corrientes, a los 17 días de Enero de 1815”.
(Fdo.) JOSE DE SILVA
“Por mandato de S. S. Manuel Bonifacio Díaz, Escribano de Cabildo”.
Es de lamentar no se encuentre en el Archivo de la Provincia el cuaderno de Actas Capitulares de 1815, desde que el asunto fue deliberado, según el texto del Bando, en la sesión del 16 de Enero, donde debieron de exponerse razones. Pero es posible que las Actas aparezcan, porque ellas se labraron, lo que ocurrirá cuando la catalogación del tesoro documental sea perfecta.
Antes que en una sustracción, creemos en un traspapelamiento voluntario, hecho por los cabildantes de Enero de 1815, dadas las condiciones políticas en que se encontraba Corrientes.
En Diciembre de 1814, Genaro Perugorría y sus colaboradores, incluso los cabildantes, estaban derrotados, y el Ejército Auxiliar Guaraní de Andrés Artigas, marchaba sobre Corrientes. Había que ocultar las responsabilidades que fluían de los papeles públicos.
Pero si el poblamiento inicial del paraje Siete Corrientes no se remontase a 1585, es indudable que debió de producirse a fines de 1586, o principios de 1587, en forma que la procedencia, o suma de posibilidades para el entablamiento de una ciudad, llegase a Asunción del Paraguay y fuese pregonado el propósito en Junio de 1587.
La división de la tierra entre los conquistadores, para chacras, quintas y estancias, se hace dentro del año de la fundación. Lo mismo decimos del empadronamiento de pueblos y tribus indígenas, con sus lugares de caza y pesca. Los actos, divulgados desde "El Telégrafo Mercantil...", en 1802, donde pueden leerse nombres de poblados y parajes, porque las piezas originales, en el Archivo provincial, se encuentran ilegibles por la polilla, revelan un conocimiento al detalle de la tierra.
Las mejores asignaciones, incluso de solares, se atribuyen al Adelantado y a sus altos funcionarios; y, naturalmente, los colonos de verdad, los que vienen con sus familiares, son radiados a la periferia de los dameros establecidos.
No va a extrañar, entonces, el problema urbano planteado en 1598, y hasta cien años después, en 1688, resuelto en ambos casos con un sentido realista y justiciero impuesto por Hernando Arias de Saavedra, ya Gobernador General del Río de la Plata.
Este reajuste de los Padrones de tierra se ha confundido, por los cronistas sin experiencia, con un traslado de la ciudad, que jamás existió.
En Arasaty fue el poblamiento inicial; en Taraguy, sobre la base del río, con la punta de San Sebastián como centro radiante, la fundación del Adelantado, y donde la ciudad se levantó con la lentitud que es de suponer.