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LAS ENCOMIENDAS EN CORRIENTES

La encomendación de indios y reparto de tierras fueron iniciados en Corrientes el 2 de noviembre de 1588 y continuaron hasta 1593, según las más antiguas constancias del Archivo Provincial. Estos primeros repartimientos, se publicaron en "El Telégrafo Mercantil", Núm. 17, del 25 de abril de 1802, y, los originales, conservados en el Archivo Provincial, están casi ilegibles por la polilla(1).

(1) Hernán Félix Gómez “La Fundación de Corrientes y la Cruz de los Milagros” (1973), Capítulo Noveno: “Las encomiendas. Una de las finalidades era la defensa de las ciudades fundadas”, Corrientes. Edición del Banco de la Provincia de Corrientes.

La lectura, de esta asignación de encomiendas y tierras, dá la impresión de una magnitud insospechada. Se citan pueblos, naciones y tribus, con un detalle curioso, y aun cuando, con nuestros conocimientos geográficos, hemos intentado situar el empadronamiento en el territorio, no lo hemos logrado.

A la repartición básica de 1588, siguen asignaciones en 1589, 1590, 1592 y 1593, probándonos que, el radio de la conquista, se agrandaba como un círculo en el agua, tal vez en desproporción con la fuerza que poseía la joven ciudad, la que suele ser, en todo procedimiento de conquista, el fundamento del orden establecido.

Con la misma premura, hubo asignación de tierras en la banda occidental del Paraná, desde el río del Puente -que nosotros suponemos, sea el actual río Negro del Chaco- hasta la zona próxima al cauce del Bermejo, pues, una franja costera al río, de más de ocho leguas, integraba la jurisdicción correntina.

A fines del siglo XVI, con su punto crítico en el XVII, hubo, en toda la región bañada por el Paraná, y en el radio de las ciudades de Concepción del Bermejo, San Juan de Vera de las Corrientes y Santa Fe de la Vera Cruz, un gran movimiento de la población autóctona. Es posible coincidiesen la debilidad relativa de estas ciudades, en fuerza militar y población blanca; la extensión enorme que pretendían imperar; y los abusos y la crueldad del trato con el autóctono, para que las tribus indígenas resolvieran sacudir el dominio que las sometía.

Pero, sin negar influencia a estos factores, es dado admitir un movimiento general de pueblos del Gran Chaco y de la región del río Uruguay, a contar del Miriñay y hacia el sur. Frentones y abipones, en la zona chaqueña, y charrúas de la Cuenca del Uruguay, son las naciones que encabezan la ofensiva, que es como un maremoto que va, de una zona de ciudad a otra, y que, sucesivamente, destruye todo lo hecho. También es posible que, en el fondo de este movimiento general de tribus, esté la multiplicación del ganado y del hambre de los indígenas nómades.

La defensa que, la Ciudad de San Juan de Vera de las Corrientes hace, de su existir, es notable. Como a las demás, pilotea el genio de Hernandarias, a quien el rey nombra Gobernador General del Río de la Plata. Y, el experto caudillo, apenas vencida la primera ofensiva general indígena, plantea una defensa orgánica, que tiene éxito.

A la evangelización, que los sacerdotes cumplían, predicando y bautizando, y que luego desatienden, porque reanudan el otro recorrido, sustituye con la colonización misionera, o sea, con la creación de pueblos indígenas, con un orden cristiano bajo el contralor de Padres de las Ordenes corrientes, de franciscanos y jesuitas.

Y a la zona jurisdiccional de las ciudades, parten con Encomiendas, que se suceden sin contralor, sin más vigilancia que la del feudatario beneficiario, la congregación de los indígenas en pueblos que forman como un cordón o muralla defensiva a la ciudad de los blancos, a los cuales se nombran Corregidores indios.

Corrientes es la ciudad que, más claramente, ejecuta el plan. Se rodea de los pueblos de indios de Santa Lucía, Candelaria de Ohoma, Santiago Sánchez, Guácaras e Itatí, y establece grandes Guardias, en San José de las Saladas y Caá Catí. Estos poblados son bastiones; a veces caen, pero se reconstruyen, en un drama que toma, hasta la primera mitad del siglo XVIII. Recién en 1780, se conquista una paz evidente.

En el drama ha caído Concepción del Bermejo (1631), y Santa Fe vive sus más duras jornadas; necesita que el rey vaya en su socorro, convirtiéndola en puerto preciso del Paraná y cabeza del tráfico a Tucumán, por el camino que costea el río Salado. Sólo Corrientes está de pie, refugio del orden civil y del espíritu cristiano y, sobre la valiente comunidad de su pueblo, la Cruz del Milagro, que presidió los días de su fundación.

En lo que hace a la provincia de Corrientes e islas del Paraná, las Encomiendas fueron también importantes, por dos motivos: primero, porque se generó una movilidad territorial compulsiva de las aldeas de la zona. Para la fundación de Buenos Aires, Santa Fe y Corrientes, aldeas guaraníes, paraguayas y paranaenses, fueron trasladadas y asignadas en Encomiendas a los fundadores de estas ciudades, despoblando, en gran medida, el área paranaense, de aldeas guaraníes autónomas.

El segundo motivo es que, la dinámica económica de la recién fundada Ciudad de Corrientes, está íntimamente ligada al sistema de Encomiendas, y, ello, seguirá siendo así hasta finales del siglo XVIII. La influencia del mundo guaraní, en Corrientes, se hará sentir profundamente, no sólo en su fase precolonial, sino todavía más en la plasmación cultural subsiguiente a su fundación.

- Acta Capitular de la primera Encomienda(2)

“... En la ciudad de Vera, en dos días del mes de Noviembre de mil quinientos ochenta y ocho años, Alonso de Vera y Aragón, Capitán General y Justicia Mayor de esta ciudad y provincias del Paraná, Uruguay y el Tapé, hasta el mar del Norte, San Francisco y Mbiaza, y Guaira, por el Adelantado Juan de Torres de Vera y Aragón, Gobernador y Capitán General y Justicia Mayor, y Alguacil Mayor en todas estas provincias del Río de la Plata, por Su Majestad, el Rey Don Felipe, nuestro Señor, por cuanto conviene al servicio de Dios nuestro Señor y de Su Majestad y al aumento, conservación y utilidad de esta ciudad, y usando de los poderes que para ello tengo, que por su notoriedad no van inserto aquí, guardando y cumpliendo la instrucción de S.M.

Yo, en nombre de S.M. encomiendo los pueblos, caciques y principales, e indios a ellos sujetos, con todas sus tierras, montes, aguadas, pesquerías y cazadores, por tres vidas, como S.M. lo manda, a los pobladores y conquistadores, en las poblaciones nuevas de estas provincias, con que sean obligados a darles doctrina suficientes, y a tener casa formada en esta dicha ciudad de Vera, armas y caballos para la conquista, pacificación y sustentación de ella; y para las cosas que conviniera al servicio de S.M., con cargo y gravamen que el que se fuese de esta dicha ciudad dentro de cinco años, sin licencia del Juez Superior de ella, y el que la llevare, queden los indios vacos para encomendarlos a las personas que sirvieren dicha vecindad y encomienda, y así lo firme de mi nombre, en presencia del presente Escribano".

(Fdo.) Alonso de Vera y Aragón. Pasó ante mí, Nicolás de Villanueva, Escribano Público de Gobernación.

(2) Material publicado en el fascículo Núm 2 de la colección: “Historia de los Correntinos y de sus Pueblos”, editada por Amerindia Ediciones, e impresa en “Nueva Etapa”, Corrientes, en mayo de 1985.

- Algunas Encomiendas según registro

Encomenderos - 1588, 2 de Octubre - Encomiendas

A S.M. El pueblo Viquis y la nación Bayará, con todos los caciques y principales que tuviere, y los indios a ellos sujetos, y remanentes y pertenecientes, con todos sus tierras, montes, aguadas, etc. ...

(A) El Adelantado. El Tapé (actual Territorio de Misiones (Arg.) y Río Grande (Br.),con todos los pueblos, caciques y principales que en él hubiere, por cualquiera nombres que tuviere con todos los indios a ellos sujetos.

Pedro  López de Enciso - El pueblo de los caracarás, con el cacique Choque y el cacique Daguaju, el pueblo y cacique Tarakuy, con todos lo demás caciques e indios a ellos sujetos.

Ambrosio de Acosta (primer maestro correntino) - Los indios enemis, con los indios y caciques que tuvieran (el sitio es conocido, en la actualidad, como “Rincón de Ambrosio”).

Capitán Juan de Cumárraga y Barquecen - ... el pueblo Itapuá (en la actual Pcia. de  Misiones), con los caciques Karaguaju, Ivuku, Igamba, con todos los caciques e indios que en los dichos pueblos hubiera.

Nicolás de Villanueva - El pueblo Heveaku, con los caciques Kabook, Tatute ... y los caciques Papaguasu, Aguarajoapi, de la nación guaraní, con todos los indios a ellos sujetos (el bisnieto del notario, sargento mayor Maciel del Aguila y Villanueva, donó estos terrenos en 1737, para que en ella se erigiera la reducción de Santa Ana de los Guácaras).

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