IMPORTANCIA DE LA VEGETACION
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La Geografía Biológica o Biogeografía (de bio: vida; geo: tierra; y grafía: descripción), tiene por objeto estudiar la distribución de los seres vivos sobre la superficie de la Tierra y las relaciones que esos seres tienen con la porción de superficie terrestre que habitan.
Cuando estudia la distribución de la vida vegetal, recibe el nombre de Fitogeografía; cuando estudia la distribución de los animales, se llama Zoogeografía; y, finalmente, cuando la Geografía Biológica estudia al hombre y su distribución sobre la superficie del globo, recibe el nombre de Geografía Humana o Antropogeografía.
Pero en estos tres aspectos de la Biogeografía, es necesario señalar una modalidad no vista hasta ahora en el estudio de nuestro planeta: la propiedad que poseen los vegetales, animales y hombres de adaptarse a las condiciones de clima y de suelo.
IMPORTANCIA DE LA VEGETACION
* La importancia de la vegetación es tanta como la de los ríos, montañas, lluvias o atmósfera.
* Sin ella, por ejemplo, no sería posible la existencia de los animales herbívoros, que la utilizan para alimentarse; no podrían vivir los animales carnívoros, que se sirven de ellos, ni el hombre que los utiliza a ambos.
* Sin la vegetación, la erosión ejercida por las lluvias sobre la superficie del suelo sería considerable. Precisamente, raíces y hojas detienen el escurrimiento de esas aguas que, en lugar de lavar y arrasar la cubierta superficial hacia los ríos o los mares, penetran lentamente hacia el subsuelo.
La vegetación mantiene, pues, la humedad del suelo, al par que contribuye a su fertilidad mediante el mantillo de hojas y frutos que sobre él deposita.
* Las plantas transpiran, y ese vapor de agua se eleva hacia la atmósfera, influyendo en la formación de las nubes. De este modo, la vegetación atraería las lluvias y moderaría la temperatura, pues determinaría veranos más frescos e inviernos más templados.
* La selva amazónica está siendo talada y los expertos afirman que allí se origina nada menos que la mitad del oxígeno que hay en la atmósfera. Y agregan: La acción indiscriminada del hombre ha destruido ya el veinte por ciento de este pulmón terrestre. El clima mundial se verá amenazado si no se hace algo pronto.
El aire que se halla sobre bosques y praderas adquiere, pues, mayor pureza, debido al oxígeno que suministran los vegetales.
* La cubierta vegetal elimina el polvo, recoge el que se halla en suspensión y lo filtra.
* Con una perfección a la cual sólo parcialmente se acerca la técnica humana, la planta, lo mismo que el hombre, ha sabido utilizar las fuerzas físicas y químicas del Universo, e incluso lo ha superado, pues ella se alimenta del aire; ha hecho de la luz, el motor de una máquina; ha tomado a su servicio al viento y al agua, pájaros e insectos, caracoles y mamíferos, y todo lo que la rodea, como si ella fuera el verdadero dueño y señor de la Tierra y no el hombre.
* Para poner a su servicio a la Tierra, la planta ha emprendido muchos géneros de vida enigmáticos. El hombre parece torpe a su lado. La planta ha tomado posesión de todos los países.
Vive en el hielo del Artico, tan a gusto como en las más altas cimas de los Alpes; el calor y la sequía de los trópicos no la espantan. Se halla en todas partes, en profusión de formas y tamaños, viviendo a menudo superpuesta una en otra o como parásita. Ha descendido a las profundidades de la Tierra: no hay grumito de tierra en el bosque, en la pradera o en el campo, que no esté lleno de plantas. Como hongo, pasa su vida apartada de la luz y ha comenzado también a aprender cómo se puede vivir sin oxígeno. El agua no marca ningún límite a su propagación; ha creado nuevos modos de vida, para formar en el océano bosques submarinos.
Como alga del plancton, habita cada gota de agua, olvidada de que el aire y la tierra son sus verdaderos elementos. Como rupícola, vive sobre la piedra dura; como liquen, se ha establecido sobre placas de vidrio, y vuela por el espacio como bacteria.
En su estructura ha inventado y realizado tal vez más de lo que el hombre, en todas las épocas de su existencia, podrá realizar.
Y todo esto lo ha hecho con un impulso de adaptación inconcebible, del cual nosotros hemos descubierto las primeras huellas, que parece nos han de conducir a las profundidades de los grandes acontecimientos universales, ante los cuales nos detenemos y retrocedemos asustados.
* El vegetal arraiga en la tierra en procura de alimentos, sin recurrir a la fuerza ni a la violencia para lograrlos, como hacen los animales. Su tamaño va desde el liquen minúsculo hasta los eucaliptos de Australia, que llegan a 156 metros de altura, o las sequoias, que sobrepasan los 100 metros, o los sargazos, que adquieren hasta 300 metros de largo en las aguas de los océanos. Los hay con tallos endebles, quebradizos a la mínima presión del pulgar, en tanto que el baobab necesita varios hombres para ser rodeado.
* Hierbas hay que apenas duran días; pero el drago vive entre 5.000 y 6.000 años; el baobab alcanza los 5.150 años de vida; y las sequoias de California, hasta 5.000.
Ninguna ciudad ha sobrevivido a estos árboles.
El viejo tejo sagrado que existe aún en el cementerio de Yorshire, en Inglaterra, tiene, según cálculo de los expertos, no menos de 3.000 años. Dicho tejo todavía posee vitalidad, mientras que Tebas y Babilonia son un montón de escombros.