El sitio al Fuerte
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Sobrevino otro desastre, en el tiempo que Alonso de Vera y Aragón, "el Tupí" se hallaba ausente de la ciudad. Los indios guaraníes, envalentonados por la victoria que habían tenido en La Mandioca, decidieron atacar la ciudad.
Como consecuencia de esta envestida feroz, la ciudad se vio cercada de cuatro mil indios guaraníes y de otras naciones que pretendían invadirla y destruirla.
Este hecho sucedió en los primeros días del mes de Abril de 1590 y quedó plasmado en un testimonio que se realizó el 4 de Abril de 1590 ante el escribano Ambrosio de Acosta.
Detalle de una pintura que representa el asedio de los naturales al Fuerte, o pucará, defendido por los españoles(29).
Se toman noticias de este suceso por el descargo que hizo el Tesorero Diego Ponce de León, en el año 1607(1).
(1) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Documentos de Gobierno, tomo I, folio 201. Descargo de la pólvora perteneciente a la Caja Real que estaba en custodia del Tesorero Diego Ponce de León. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
“Da por descargo al dicho tesorero haber gastado doce libras de pólvora en el cerco que hicieron los indios guaraníes al fuerte de esta ciudad que consta por un testimonio de (roto) sazón de cuatro de abril de mil quinientos noventa años (roto) y ración por el cual da (roto) mas de cuatro mil indios y el dicho tesorero como justicia mayor y el contador Francisco González de Santa Cruz viendo la necesidad que los vecinos y soldados tenían para defender el dicho fuerte por la poca munición que tenían y ser servicio de su Majestad, sacaron de la caja real doce libras de plomo ( ... ).
“Da por descargo al dicho tesorero cuatro libras de pólvora que están en la caja real como consta en el inventario que le reciben y pasan en cuenta, asimismo da por descargo al dicho ocho libras de pólvora y dos madres de mechas que gastó en el cerco del fuerte de esta dicha ciudad cuando los indios guaraníes la cercaron como parece por el dicho testimonio de cuatro de abril del año de mil quinientos noventa”.
Este documento contiene en sus escritos un testimonio revelador de la fecha en la que sucedió el cerco de la ciudad; indica que ocurrió antes del 4 de Abril de 1590 y que el Contador Francisco González de Santa Cruz y el Tesorero Diego Ponce de León ejercían el Gobierno interinamente, por ausencia del "Tupí", y Hernandarias todavía no había llegado de Asunción con su ejército de ochenta hombres e indios amigos para defender la ciudad.
El capitán Ruy Díaz de Guzmán también da testimonio de este suceso, señalando que en ese momento su hermano, el Tesorero Diego Ponce de León, tenía a su cargo la ciudad:
“Que estando el dicho adelantado haciendo gente para ir a poblar las Siete Corrientes, despaché al capitán Diego Ponce de León, mi hermano, que fuese en su compañía a la dicha población, el cual salió con el dicho adelantado donde se fundó la ciudad de Vera y teniéndola a su cargo el dicho capitán Diego Ponce de León la defendió de más de diez mil indios que le vinieron a cercar, en cuya defensa mostró el susodicho el valor de su persona, poniendo a los dichos indios en huida con muertes de gran número de ellos, en que hizo gran servicio a Su Majestad”(2).
(2) Roberto Quevedo. “Ruy Díaz de Guzmán (sus Obras, Fundaciones y su Tiempo)” (2001), p. 135, Asunción. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Mientras la ciudad repelía el ataque de los indios guaraníes, "el Tupí" se encontraba en la Ciudad de Asunción en procura de nuevos pobladores, pertrechos de guerra y ganado vacuno(3) para el sustento de la ciudad.
(3) El ganado vacuno traído con posterioridad a la fundación por “el Tupí”, fue el que originó largos litigios sobre la propiedad del ganado cimarrón de la jurisdicción de la Ciudad de Vera. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Es imposible determinar el tiempo que le insumió esta tarea y su posterior traslado a la Ciudad de Vera. El 5 de Abril(4) ya se encontraba "el Tupí" en la Ciudad de Vera.
(4) Es el 5 de Abril de 1591. En el Acta de ese día se lee que las autoridades del Cabildo, que reciben a Alonso de Vera y Aragón (“el Tupí”) de su regreso de Asunción son:
* Alcaldes Ordinarios y de Hermandad: Francisco González de Santa Cruz y Diego Ponce de León;
* Regidores: Francisco Martínez de Merlo, Diego de Sandoval, Antón Martín, Luys Bustos, Héctor Rodríguez y Martín Alonso de Velazco;
* Regidor y Procurador de la Ciudad: Juan Gómez Torquemada;
* Fiel Ejecutor: Melchor Alfonzo;
* Alguacil Mayor: Juan de Rojas;
* Escribano Público y de Cabildo: Nicolás de Villanueva;
* Mayordomo: Gerónimo Ibarra.
El Cabildo de la Ciudad de Vera acuerda en este día: “1.- Que el general Alonso de Vera y Aragón da cuenta de la comisión encomendádale por el Cabildo, para traer de Asunción socorro de gente, caballos y ganado; 2.- Labra un pacto con el capitán Alonso de Vera, Justicia Mayor de Asunción, y con Felipe Cáceres, Teniente de Gobernador de Santa Fe, para castigar a los indios guaraníes, por haber dado muerte a los españoles; 3.- El Cabildo resuelve salga el general Alonso de Vera con cincuenta soldados y amigos a encontrar a la gente que envía el capitán Alonso de Vera y Aragón; 4.- Comisionan a Diego de Palma Carrillo para traer minuciones y otras cosas”.
(Extraído de la Revista del Archivo de la Provincia de Corrientes, “Acuerdos del Extinguido Cabildo”, editada en 1914, publicación oficial, dirigida por el Director del Archivo, Juan W. Gez, que “comprende la publicación de todas las Actas Capitulares existentes en el Archivo, tal como se hallan actualmente los originales”, según reza en su portada. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Ese mismo día se reunió el Cabildo y en su Acta Capitular dejó constancia que "el Tupí" había regresado de la Ciudad de Asunción con cuarenta soldados, caballos y ganado vacuno y se encontraba listo para partir al castigo de los indios guaraníes que habían matado a los españoles en el paraje de La Mandioca(5).
(5) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Actas Capitulares, tomo 1, folio 80. San Juan de Vera, 5 de Abril de 1591. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Consta, además, que a esa fecha todavía no llegaba el capitán Hernandarias con los ochenta soldados, que para el efecto habían sido comisionados; menos aún la ayuda que prometió el capitán Felipe de Cáceres, Teniente de Gobernador de Santa Fe, que nunca llegó.
Se resolvió, con acuerdo de todos los capitulares, que "el Tupí" partiese con cincuenta soldados por el río y que en su trayecto se junte con los soldados e indios amigos que venían de Asunción, al mando del capitán Hernando Arias de Saavedra.
La jornada se inició el Lunes 8 de Abril, ocasión en que partió "el Tupí" al mando de los cuarenta soldados e indios amigos que conformaban el contingente militar(6).
(6) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Documentos de Gobierno, folio 201. “Asimismo da por descargo el dicho tesorero de veinticuatro libras de plomo que repartió y dio a los soldados para la jornada del Paraná, que hizo el general Alonso de Vera y Aragón el ocho de Abril de mil quinientos noventa y un años, a castigar los indios revelados y alzados contra el servicio de Su Majestad”. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
La jornada de castigo fue todo un éxito; se castigaron a los culpables y se hicieron las paces con los demás. Reflejo de ello fue el reparto de tierras para estancias que hizo "el Tupí" a los pobladores, el 18 de Septiembre de 1591.
En los repartos de tierras del río Paraná Arriba expresaba el documento, “( ... ) y por el de arriba hasta donde se halló el primer mandiscal (mandiocal) de los indios guaraníes cuando se vino(7) a esta población ( ... )”, lo que nos da una clara idea de que la jurisdicción estaba pacificada, caso contrario no se hubieran repartido tierras en lugares peligrosos.
(7) Está muy mal consignada la transcripción de esta palabra en la publicación del Archivo de la Provincia de Corrientes donde, en lugar de “vino”, figura “unió”. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Realizando un cálculo con las dimensiones de las tierras repartidas se puede determinar que el paraje de La Mandioca debió estar situado a mitad de camino entre la actual Villa de Paso de la Patria e Itatí; en ese punto extremo y fronterizo, se adjudicó tierras "el Tupí".
- La historia relatada por Hernandarias
En la Información de Méritos y Servicios de Hernando Arias de Saavedra se cuenta otra historia. Esta Información fue realizada en la Ciudad de Asunción, en el año 1596, cuando Hernandarias era Teniente de Gobernador de esa ciudad.
En ella consta que, llegado el capitán Hernandarias a la Ciudad de Vera, con el socorro de ochenta soldados, se dedicó durante ocho días a construir un Fuerte con maderas que trajeron de las islas circunvecinas de la ciudad. Después de concluida esta tarea, salió al castigo de los indios guaraníes culpables de la masacre de La Mandioca.
Estas afirmaciones hechas por Hernandarias fueron confirmadas por los testigos quienes, además, agregaron detalles del hecho. Hay posibilidades de que no se haya construido un nuevo Fuerte, sino más bien reforzado el existente. Es además incierto si este trabajo se realizó antes o después de la jornada de castigo.
Si bien los testigos de Hernandarias afirman que se realizó antes, es también cierto que "el Tupí" ya se encontraba marchando a la jornada de castigo después del 5 de Abril de 1591, y el capitán Hernandarias todavía no había llegado.
Es más probable que "el Tupí" aguardase a Hernandarias en el río Paraná, a la altura de la desembocadura del río Paraguay, para emprender juntos la jornada de castigo, ya que no tendría sentido ir con tan poca fuerza a enfrentar a tan numeroso enemigo y, después de finalizada la jornada, se realicen las refacciones del Fuerte existente.
Las Actas del Cabildo de la Ciudad de Vera nada dicen de los hechos manifestados por Hernandarias.
En este punto, hay que aclarar que "el Tupí" era quien estaba al mando de la jornada de castigo, como Teniente de Gobernador que era, y no Hernandarias. La máxima autoridad de la Ciudad de Vera era "el Tupí" y, como tal, Hernandarias asistió bajo su mando, por comisión que le fuera encargada por el Teniente de Gobernador de Asunción, a pedido del "Tupí".
Es necesario realizar esta reparación histórica, en contraposición con diversos autores(8) que pretendieron exaltar la figura de Hernandarias, haciéndolo acreedor de todos los méritos.
(8) Aquí, Gustavo Sorg -a quien se sigue en este estudio- hace alusión directa a los publicaciones de Raúl A. Molina y Juan Esteban Guastavino.
Nadie puede negar la buena disposición y no menos prestigiosa reputación militar de Hernandarias que, aunque se encontraba enfermo -según él mismo lo expresa- acudió a lo que le fue mandado, cumpliendo con su deber de caudillo y hombre experimentado en las guerras con los naturales(9).
(9) Archivo General de Indias, Sevilla (España). // Patronato, 136, N.1, R.6, folios 582/583, La Plata, 14 de Diciembre de 1601. Declaración de Diego González de Santa Cruz: “( ... ) y por ser la fuerza del invierno no pasó adelante y porque la enfermedad le iba agravando de tal manera que le dio perlesía y se le volvió la boca y de este trabajo quedó sordo, de manera que hasta hoy en día lo está y siempre achacoso, pero no por esto deja de acudir a las cosas que se le ofrecen de el servicio de su Majestad (... )”. Perlesía: privación o disminución del movimiento de partes del cuerpo. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
De las declaraciones de Diego González de Santa Cruz se puede saber que la llegada del invierno y la enfermedad de Hernandarias imposibilitaron su continuación en la jornada de castigo, que no pudo haber durado más de dos meses ya que, el 22 de Junio de 1591, "el Tupí" se encontraba en la ciudad, en ocasión de asumir el cargo de Alférez Real el capitán Gonzalo de Mendoza(10).
(10) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Actas Capitulares, tomo I, folio 82. San Juan de Vera, 22 de Junio de 1591. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Según la historia de Hernandarias, una vez terminada la jornada de castigo y construido el Fuerte por él, numerosas parcialidades se confederaron y determinaron asolar la Ciudad de Vera, que se defendió y sustentó gracias al Fuerte.
No consta en ningún documento oficial de la Ciudad de Vera que haya ocurrido un segundo cerco a la ciudad; sólo existe en la Información de Méritos y Servicios de Hernandarias esta correlación de sucesos.
El documento que testimonió el cerco de la ciudad fue redactado el 4 de Abril de 1590, cuando Hernandarias ni siquiera había llegado a la ciudad(11). Si hubiera existido un segundo cerco -después de la retirada de Hernandarias- esto sería después del mes de Junio de 1591.
(11) En la residencia que se le tomó al Tesorero Diego Ponce de León, como responsable de los bienes depositados en la Caja Real, se tomó el período de los años 1588-1607. Si en sus descargos constan la pólvora que se utilizó en el cerco del año 1590, ¿por qué no consta la que pudo haber sido utilizada en el cerco que señala Hernandarias en su Información de Méritos y Servicios? // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
¿Por qué no consta en los documentos? y, ¿Por qué se realizó el reparto de tierras para estancias en el mes de Septiembre del año 1591, si la tierra no estaba pacificada?
Son muchos los interrogantes que ponen en duda las manifestaciones de Hernandarias(12).
(12) Las dudas que pone sobre la mesa Sorg son más que interesantes. Quien lee estas líneas y, advirtiendo al lector que sólo se trata de opinión, sin fundamento documental, éste tiende a imaginar el contexto político que rodeaba a Hernandarias en esos momentos. Dice Ernesto J. A. Maeder, que “Hernando Arias de Saavedra fue nombrado Teniente General del gobernador Juan Ramírez de Velazco por Título del 7 de Diciembre de 1596. En Septiembre u Octubre de 1597 fallece el gobernador Velazco. Allí se inicia el segundo período gubernativo de Hernandarias (1597-1599). Pocos meses después recibirá su nombramiento de Gobernador expedido por el virrey del Perú, el 16 de Diciembre de 1597. Luego será elegido popularmente Gobernador y Capitán General del Río de la Plata y Paraguay, en Asunción, el 4 de Enero de 1598”. Hernandarias “se hallaba en Concepción del Bermejo cuando se enteró de la trágica muerte de Ramírez de Velasco y, encabezando 80 efectivos, partió desde aquella ciudad para enfrentar a los indios, a los que aniquiló, tras una sangrienta batalla en la que resultó herido. Ya en Asunción encontró a la ciudad convulsionada debido a las discrepancias que existían en cuanto a si Ramírez de Velazco había depositado en él su confianza o no. En gesto de alta nobleza declinó el mando para someterse a los designios de la mayoría y el 4 de Enero de 1598 la Asamblea lo designó Gobernador ‘…con mucho gusto y aplauso de toda la gobernación… haciendo uso del privilegio concedido por el emperador Carlos V’”. Así lo cuenta el historiador Raúl A. Molina. Las dudas de Sorg, nacidas de la historia contada en la Información de Méritos y Servicios de Hernando Arias de Saavedra, realizada en Asunción, en 1596, siendo el propio Hernandarias, Teniente de Gobernador de Asunción, con la ambición propia del caudillo de tener el control de la Gobernación de la Provincia del Río de la Playa y Paraguay en un futuro próximo, podría explicar el suceso. No hay que olvidar tampoco que se efectúa en momentos en que la influencia de los Vera y Aragón ya es casi nula, ni tampoco olvidar aquellos momentos difíciles vividos en la Ciudad de Vera cuando “el Tupí” tuvo que tomar la determinación de cortar de cuajo la posibilidad del alejamiento de Hernandarias y otros hombres que le obedecían, de abandonar la ciudad. Ese hecho tuvo que dejar su rastro en ambos hombres. En el Paraguay, la vida política no carecía de agitación pero presentaba una característica peculiar: aislado en el interior de América, sin comunicación permanente con el Perú o con España, las decisiones políticas debieron tomarse ante las exigencias de las circunstancias, sin esperar las soluciones de las lejanas autoridades, soluciones que, por tardías, no resultaban tales, sino por excepción. Se creó así un hábito político de autonomía que comprometió a quienes ejercían el poder en forma total, personal, acrecentando su autoridad y prestigio o destruyendo ambos. En el primer caso, cuando la personalidad del gobernador fue vigorosa y dotada de ese carisma propio de los conductores de excepción, como lo era Hernandarias, se configuró el caudillo. Este caudillo sudamericano era distinto al caudillo español de la época, jefe exclusivamente militar, cuidadosamente controlado por el poder real, como Gonzalo de Córdoba. En Sudamérica era, a la vez que jefe militar, el jefe político de su jurisdicción. Sometido jurídicamente a la autoridad del Consejo de Indias y del rey, en la práctica actuó con gran independencia, aunque en función de servicio a la Corona y de obediencia a sus intereses.
Uno de los testigos de Hernandarias, Francisco González de Santa Cruz(13), testigo presencial de los hechos, los describe de esta manera:
“( ... ) y que después de esto vio este testigo que vinieron indios enemigos con gran pujanza y liga de 3 ó 4 mil indios poco mas que menos, según por los escuadrones y armada de canoas en que vinieron se pudo bien presumir ser la dicha cuantía, los cuales combatieron la ciudad desde el rendir del alba hasta horas de vísperas poco mas o menos sin cesar y que mediante el fuerte y recado que el dicho general dejo hecho se hizo gran matanza en los dichos indios y se defendió la ciudad y se ha sustentado y sustenta y que si no hubiese hecho el dicho fuerte sabe este testigo que se hubiera despoblado la dicha ciudad porque estaba sin fuerza lo cual sabe como testigo de vista que a todo se hallo presente y que fue de tanto efecto el socorro que hizo y matanza y castigo que en los dichos indios naturales hizo que fue parte de que se despoblasen y alejasen de los asientos donde estaban de donde por estar cerca ofendían y ofendieran cada día mucho la ciudad y asolaran si no fuera por el dicho fuerte según dicho tiene porque la pujanza de los indios enemigos fue mucha y que es gente muy belicosa en la guerra y esto responde a esta pregunta (... )”.
(13) Es necesario aclarar que el capitán Francisco González de Santa Cruz era un gran amigo de Hernandarias. Esto quedó demostrado durante el Gobierno de este último, en el cual Francisco González de Santa Cruz fue nombrado Teniente de Gobernador de la Ciudad de Asunción. Su hermano, Roque González de Santa Cruz, fue autorizado para fundar pueblos de guaraníes en la costa del Uruguay; otro hermano, Diego González de Santa Cruz, fue Escribano Público y de Cabildo de Asunción. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Sin embargo, el Tesorero Diego Ponce de León manifiesta en su descargo que constan en los documentos oficiales de la provincia que, conjuntamente con Francisco González de Santa Cruz, determinaron dar pólvora a los soldados para la defensa del Fuerte, y que todo ello constaba por el testimonio del cerco del 4 de Abril de 1590.
Por su parte, el Adelantado Torres de Vera y Aragón manifestó, en otra Información de Méritos y Servicios de Hernandarias, del año 1601, la colaboración de Hernandarias y “sus soldados” en las obras del Fuerte de la fundación de la Ciudad de Vera. No se refirió nunca a la construcción de un nuevo Fuerte, como lo señala Hernandarias.
“( ... ) el dicho capitán Hernando Arias de Saavedra trabajó muy mucho en aquella jornada (la fundación) y que por sus buenas partes le dejó en el sustento de aquella ciudad y con su persona y servicio ayudó a hacer el fuerte y cercar la dicha ciudad de palizada ( ... )”(14).
(14) Archivo General de Indias, Sevilla (España). // Patronato, 136, N.1, R.6, folios 545/549, La Plata, 26 de Septiembre de 1601. Declaración del licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón. El Adelantado se refiere, en su declaración, al Fuerte que se construyó en la fundación de la ciudad. Esta declaración fue malinterpretada y manipulada por los historiadores de Hernandarias, que la citaron. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Hechas las observaciones del caso, a la veracidad de la correlación de los hechos manifestados por Hernandarias en su Información, se continúa aquí con algunos testimonios del cerco de la ciudad del año 1590.
En el año 1664, el capitán Víctor de Figueroa realizó una Información de los Servicios prestados por su padre en la conquista y población de la Ciudad de Vera(15).
(15) Archivo General de la Nación, División Colonia, Tribunales, Legajo E1, folios 125/165. San Juan de Vera, 18 de Enero de 1664. Información de Méritos y Servicios de Víctor de Figueroa y de sus padres y abuelos. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Es un extenso documento en el que declaran los hijos de los primeros pobladores, circunstancia que es muy importante, porque el conocimiento de sus manifestaciones le fue transmitido por los mismos protagonistas del cerco.
El capitán Héctor Rodríguez, hijo del poblador del mismo nombre, manifestaba, con referencia al cerco, lo siguiente:
“( ... ) después de algunos años que se pobló esta dicha ciudad todo el tiempo referido estuvieron dichos pobladores en grande apremio de los enemigos comarcanos por ser tantos y tan de diferentes naciones que cada cual pretendieron invadirla, asolar y destruir esta dicha ciudad porque no fuese adelante dicha población hasta que los indios de la nación guaraní hizo convocación general con todos los de esta provincia y pusieron cerco a dicha ciudad con tanto rigor y estrépito así por ser ellos en tan gran suma y cantidad como por ver que dichos pobladores eran tan pocos y más cuando habían muerto ya parte de ellos en un lugar que llaman la Mandioca y los ciudadanos eran de tan poco número que no pasaban de setenta que si Dios no usara de su misericordia infaliblemente los hubieran acabado y destruido adonde mostró el dicho capitán Antón de Figueroa gran valor y esfuerzo todo el tiempo que duró el dicho cerco hasta que fue Dios servido que dichos enemigos se retirasen y que esto oyó contar este declarante diversas veces a los pobladores y conquistadores de esta ciudad y al dicho capitán Antón de Figueroa ( ... )”.
Las declaraciones de los demás testigos son coincidentes. Todos relatan, de manera similar, el desarrollo de los acontecimientos. Todos hacen referencia a un solo cerco y, lo que es más notorio, todos hacen referencia al favor de Dios.
¿A qué se refieren los testigos, cuando hablan del favor de Dios?
Transcribimos a continuación cómo cada uno de ellos lo expresa:
* capitán Antón Sánchez Moreno, de 78 años: “tuvieron en cerco la dicha ciudad a donde se vieron dichos españoles con tanto aprieto que si no fuera el favor de Dios que fue tan visto hubieran dichos enemigos asolado esta dicha ciudad”.
* capitán Héctor Rodríguez, de 75 años: “todo el tiempo que duró el dicho cerco hasta que fue Dios servido que dichos enemigos se retirasen”.
* capitán García de Céspedes, de 92 años: “hasta que fue Dios servido que levantaren el cerco dejando libres a dichos pobladores”.
* capitán Pedro de Medina, de 62 años: “hasta que fue Dios servido que dichos enemigos levantasen el cerco y se retornaran”.
* Sargento Mayor Bernardo de Centurión, de 63 años: “peleando de día y de noche hasta que permitió Dios Nuestro Señor que se retirasen dichos enemigos dejándolos libres”.
* capitán Pedro de Sandoval, de 70 años: “que si Dios Nuestro Señor no los favoreciera hubiera sido asolada esta dicha ciudad”.
La declaración del capitán Antón Sánchez Moreno es la más sugestiva, al expresar: “si no fuera el favor de Dios que fue tan visto”.
¿Habrá ocurrido el Milagro de la Cruz en esta oportunidad?
Seguramente, todos aquí se se preguntan ¿por qué esta cantidad descomunal de indios no podía vencer a tan reducido número de españoles atrincherados en su Fuerte?
Una de las ventajas militares que tenían los españoles eran sus armas y, en particular, el arcabuz, que era muy efectivo. La gran flaqueza de los enemigos guaraníes residía en su desorganización.
Los guaraníes no tenían un líder natural que dirigiese el combate; el malón estaba compuesto de cientos de caciques, a los cuales respondían sus vasallos particulares, es decir, la chusma de un cacique no respondía a las órdenes de otro cacique.
A continuación se transcribe el testimonio del capitán Salvador Barboza de Aguilar, que fue Teniente de Gobernador de la Ciudad de Vera(16) y Protector General de los Naturales de la Gobernación del Río de la Plata, gran conocedor de los indígenas y sus costumbres(17):
“( ... ) y sabe que siendo este testigo Teniente de Gobernador y Justicia Mayor de la ciudad de las Corrientes llego el dicho Padre siendo Provincial en prosecución de los conventos y doctrinas de su cargo y allí entendió de cómo los indios naturales de aquellos términos desde que se descubrió y pobló la tierra jamás se había podido domesticar ni atraer a la obediencia de Su Majestad ni recibir la doctrina cristiana antes que andaban por los montes y pantanos donde ellos se recogían ocupados en sus vicios e idolatrías haciendo grandes daños a los españoles que frecuentaban los caminos y embarcaciones a las ciudades de arriba saliendo a los caminos y partes por donde solían pasar y matando y robando cuánto podían en gran daño de la republica de los españoles lo cual este testigo como tal teniente de gobernador y los demás sus antecesores habían querido remediar y castigar los delincuentes y no había sido posible a causa de que como no tiene cuerpo la guerra que se les hace a aquellos indios que no tienen pueblos formados sino que el ir a pelear con ellos es como quien va a cazarlos y buscarlos en las breñas y pantanos partes dificultosas de poderlos hallar ni pelear con ellos y así siempre estaban los españoles de la ciudad con las armas en las manos puestos en arma y aguardando que cada día les viniesen a inquietar y hacer daño los dichos indios (... )”.
(16) El capitán Salvador Barboza de Aguilar fue Teniente de Gobernador de la Ciudad de Vera en los años 1610-1613. Desde el año 1619 y hasta el año 1626 fue Protector General de Naturales de toda la Gobernación. Falleció en uso de sus funciones.
(17) Archivo General de Indias, Sevilla (España). // Charcas, 89, N.1, folio 22, Buenos Aires, 27 de Agosto de 1625. Declaración del capitán Salvador Barboza de Aguilar, Protector General de Naturales de las Provincias del Río de la Plata, en la Información de Méritos y Servicios de fray Juan de Vergara. // Todo citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Como consecuencia de la jornada de castigo y pacificación que llevó adelante "el Tupí", con la colaboración de soldados e indios amigos venidos de Asunción, se alcanzó una paz relativa en la jurisdicción de la Ciudad de Vera.
Era imperioso para la ciudad y sus vecinos, comenzar a sembrar los campos, en procura de su autoabastecimiento. Para esto era necesario repartir las tierras a los pobladores y esto le competía al Teniente de Gobernador.
Sin perder tiempo, procedió "el Tupí", el 18 de Septiembre de 1591, a realizar los repartos de tierras para labranza:
“En el nombre de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios verdadero, Señor Nuestro, y de la gloriosa Virgen Santa María, Señora Nuestra, y del rey don Felipe, Nuestro Señor, yo Alonso de Vera y Aragón, capitán general y justicia mayor de esta ciudad de Vera, provincia de las Siete Corrientes, Paraná, Uruguay y Tape, hasta la mar del Norte, San Juan y Mbiaza y Guairá, por el adelantado Juan de Torres de Vera y Aragón, por él, capitán general y justicia mayor de todas estas provincias del Río de la Plata, por el rey don Felipe Nuestro Señor, para la perpetuación de esta ciudad, usando de los poderes que para ello tengo, que por su notoriedad no van aquí insertos, en cumplimiento de la instrucción de Su Majestad, que manda que se repartan tierras y solares y estancias a los conquistadores y pobladores, yo en nombre de Su Majestad, como descubridor, conquistador y poblador, reparto y señalo las tierras para su labor a los conquistadores y pobladores de esta ciudad de Vera conforme Su Majestad, formando para frente la barranca de este río Paraná por la parte del río abajo, y hasta el río de las Palmas, y por el de arriba hasta donde se halló el primer mandiocal de los indios guaraníes cuando se vino a esta población, dejando los anegadizos por ejido, por de esta dicha ciudad de Vera con todas las lagunas, pesqueros, casaderos, pastos y montes, excepto las islas que no se entienden por el anegadizo, ni las lagunas, ni casaderos, ni lo que baña desde la boca del río de las Palmas arriba de una parte ni de otra, para todos los conquistadores, los pobladores y descendientes de ellos para siempre jamás”.
Se repartieron en total doscientos cincuenta y dos suertes de tierras entre las cuales algunas estaban destinadas al hospital, la Iglesia Mayor, la Compañía de Jesús, la Orden de Nuestra Señora de Las Mercedes, la Orden de Santo Domingo y, para el primer convento de monjas que se fundase en la ciudad(18).
(18) “Revista del Archivo General de la Provincia de Corrientes” (1908), pp. 79-103, Documentos de Gobierno, Corrientes. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Tiempo después, el 21 de Noviembre de 1591, procedió a realizar los repartos de tierras destinados a dehesa y estancias para la cría de ganados(19).
(19) Se denomina “dehesa” a un terreno herbáceo acotado y destinado al pastoreo. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
En este reparto sólo se repartieron seis estancias: para "el Tupí", el Adelantado, el capitán Diego Ponce de León, el capitán Diego de Palma Carrillo, el escribano Nicolás de Villanueva y Francisco Méndez Carrasco, lo que hace suponer serían los que tendrían propiedad sobre el ganado vacuno traído a la población.
A principios del año siguiente una nueva rebelión indígena inquietaría la región. Francisco de Vera y Aragón, Teniente de Gobernador de La Concepción, se encontraba recorriendo la jurisdicción de su ciudad con un grupo de soldados cuando fue sorprendido por una parcialidad de indios mogosme, que los asesinaron.
Al tomar conocimiento, los Alonso de Vera y Aragón, Tenientes de las ciudades de Asunción y Vera, de que su primo había perdido la vida en manos de los indios, partieron inmediatamente a socorrer la ciudad y castigar a los indios culpables.
El Teniente de Gobernador de Asunción, estando de camino y hallándose en la frontera de la jurisdicción de Asunción, libró una Instrucción el 17 de Febrero de 1592(20) por la cual nombraba, por uno de sus capitanes, a Hernandarias, y le ordenaba que reclute soldados e indios amigos para acudir a sofocar la rebelión(21).
(20) Archivo General de Indias, Sevilla (España). // Patronato, 136, N.l, R.6, cuerpo 3, folios 15/18. La Frontera, 17 de Febrero de 1592. Título de Capitán a Hernando Arias de Saavedra por Alonso de Vera y Aragón, Teniente de Gobernador de Asunción.
(21) Es evidente que Hernandarias no se encontraba en ese momento en la Ciudad de Asunción. Quizás estaba de camino a ella, desde la Ciudad de Vera, caso contrario le habría expedido la Instrucción en la Ciudad de Asunción. // Todo citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor
La Ciudad de Vera también acudió al socorro; el Tupí partió de inmediato con una mínima cantidad de soldados, ya que no podía desamparar la ciudad(22). El Tupí permaneció en la pacificación de la ciudad de la Concepción por lo menos hasta fines del año 1592, pues recién aparece firmando un Acta capitular de la ciudad de Vera, el 18 de Enero de 1593(23).
(22) Esta afirmación se sustenta por su ausencia de la Ciudad de Vera y el título de Alguacil Mayor que presentó al Cabildo, el 18 de Mayo de 1592, Pedro López de Enciso, firmado por “el Tupí” y certificado por el Escribano de Gobernación de la Ciudad de Concepción del Bermejo, Diego López de Prado (Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Actas Capitulares, tomo I, folios 87r/87v).
(23) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Actas Capitulares, tomo I, folios 88v/89r. // Todo citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Mientras tanto, en Asunción, Juan Caballero Bazán iniciaba una silenciosa conspiración, con el propósito de destituir al general Alonso de Vera y Aragón de su cargo.
Aprovechando su ausencia, se reunió Cabildo el 7 de Junio de 1592(24), y determinó, en base a la provisión de la Real Audiencia del 20 de Agosto de 1588, que “como Cabildo, Justicia y Regimiento de esta ciudad le damos al dicho capitán Alonso de Vera y Aragón por suspenso y privado de su oficio de teniente de gobernador y ministro de justicia”(25).
(24) Municipalidad de Asunción, “Actas Capitulares y Documentos del Cabildo de Asunción del Paraguay-Siglo XVI” (2001), pp. 133-134, Asunción (Archivo Nacional de Asunción, volumen 531, folio 104).
(25) El 2 de Diciembre de 1592, Alonso de Vera y Aragón intentó apelar la decisión del Cabildo, presentando una Provisión de la Real Audiencia, pero el Cabildo no le dio curso a sus reclamos (Archivo Nacional de Asunción, volumen 44, Nro. 12, folios 60-67v). // Todo citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Esta situación tuvo sus idas y venidas; finalmente, fue elegido Hernando Arias de Saavedra, Teniente de Gobernador de la ciudad de Asunción, en la reunión capitular del 13 de Julio de 1592(26).
(26) Archivo General de Indias, Sevilla (España). // Patronato, 136, N.l, R.6, folios 348-351, Asunción, 13 de Julio de 1592. Elección, Aceptación, Juramento y Fianzas del capitán Hernando Arias de Saavedra, como Teniente de Gobernador de la Ciudad de Asunción. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
En la Ciudad de Vera las cuestiones políticas estaban en calma. Los pobladores estaban contentos con el Gobierno del "Tupí", al que consideraban “padre de esta población”.
Gracias a la tranquilidad reinante se fueron tomando algunas medidas relacionadas con el progreso de la población. Se creó un depósito perpetuo de granos, a fin de evitar la escasez en tiempos de malas cosechas; se comisionó a Juan Bravo, con cuatro soldados e indios, para que saliesen a buscar palmas para techar la iglesia; y se determinó que los sábados los vecinos limpiaran las calles frente a sus casas.
En el mes de Julio de 1593 se tuvo conocimiento del arribo a Tucumán del nuevo gobernador, Hernando de Zárate. El Cabildo comisionó a Diego Ponce de León para que vaya a su encuentro(27) y que solicite que “provea por teniente de gobernador, al capitán Alonso de Vera y Aragón, pues ha sido padre de esta población y ha gastado su hacienda y entendemos que con su ayuda irá esta ciudad en aumento”(28).
(27) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Actas Capitulares, tomo 1, folio 90v. Acta Capitular del 7 de Agosto de 1593.
(28) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Actas Capitulares, tomo 1, folios 91v / 92r. Ciudad de Vera, 9 de Agosto de 1593. Carta del Cabildo al gobernador Hernando de Zárate. // Todo citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón (Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera)” (2007). Edición del Autor.
Durante los años siguientes el crecimiento de la ciudad y la vida de sus pobladores se desarrollaron con calma. El afianzamiento de la conquista era un hecho.
Nota