Los conflictos con Portugal hasta el Tratado de San Ildefonso
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La ambigüedad de lo dispuesto en el Tratado de Tordesillas(1) estimuló las ambiciones portuguesas sobre la región del Río de la Plata.
(1) El Cabo Verde es un archipiélago, y no una isla, por lo tanto, la línea del Tratado de Tordesillas varía, de acuerdo a si consideramos la isla más occidental o la más oriental. Al tomar la línea, desde la primera, se perjudicaba España, porque aumentaba, en América, los territorios concedidos a los portugueses; si se consideraba la segunda, se producía la cuestión contraria. // Citado por José Cosmelli Ibáñez. “Historia Argentina”, Buenos Aires. Ed. Editorial Troquel.
Los bandeirantes paulistas, no tardaron en iniciar, desde el Brasil, una serie de ataques sistemáticos contra las posesiones españolas y, en forma coetánea, recrudeció el comercio ilegal o contrabando, en franca violación de las leyes hispánicas. La Corona portuguesa estaba convencida que, el Río de la Plata, era “el límite austral del Brasil” y que era necesario extender su dominación hacia el sur, para controlar el comercio fluvial del Alto Paraná, hallar buenos pastos para los ganados e intensificar el contrabando en perjuicio de España.
Los lusitanos contaron con la ayuda de Inglaterra, siempre interesada en disponer de un puerto amigo en el Plata.
- Los portugueses fundan la Colonia
El 1ro. de enero de 1680, el gobernador de Río de Janeiro, Manuel Lobo -cumpliendo órdenes de Pedro II, rey de Portugal- fundó, en la margen oriental del Río de la Plata, frente a la Isla de San Gabriel, la Colonia del Sacramento(2).
(2) Consistió en un Fuerte artillado, erigido sobre una barranca que conducía hacia el río. El reducto portugués se estableció en pleno territorio sujeto a la jurisdicción de Buenos Aires y, en consecuencia, de España. // Citado por José Cosmelli Ibáñez. “Historia Argentina”, Buenos Aires. Ed. Editorial Troquel.
- Primera ocupación española (1680-1683)
Enterado, el gobernador del Río de la Plata, José de Garro, informó de inmediato, a la Corona española, la que inició lentas negociaciones diplomáticas. Mientras tanto, y ante la audacia de los intrusos, el gobernador dispuso desalojarlos de dicha plaza, para lo cual comisionó, a Antonio de Vera y Mujica, al frente de un ejército, en su mayoría indígena.
El jefe español consiguió la rendición de la Colonia y la ocupó, en agosto de 1680. Manuel Lobo fue tomado prisionero y la victoria, celebrada jubilosamente, en toda la extensión del Río de la Plata.
- Segunda ocupación portuguesa (1683-1705)
La noticia de la toma de la Colonia, por los españoles, motivó una enérgica protesta de Pedro II, el rey de Portugal, quien amedrentó al monarca hispano Carlos II, “el Hechizado” y lo obligó a firmar el Tratado de Badajoz (mayo de 1681). Por el mismo, España -humillada a causa de su debilidad- restituía la Colonia, reedificaba el Fuerte y entregaba las armas y prisioneros tomados en la lucha(3).
(3) En esas épocas, España no estaba en condiciones de enfrentar una nueva guerra, en la que debía luchar, no sólo contra Portugal, sino también contra Inglaterra. El gobernador Garro, a pesar de su heroico comportamiento, fue destituido del Gobierno de Buenos Aires, y enviado, con igual cargo, a Chile. // Citado por José Cosmelli Ibáñez. “Historia Argentina”, Buenos Aires. Ed. Editorial Troquel.
En febrero de 1683, los portugueses recuperaron la Colonia y, mientras tanto -de acuerdo con el Tratado de 1681- quedaba constituida una comisión mixta, para estudiar la demarcación de límites, tarea que nunca llegó a buen término.
- Segunda ocupación española (1705-1716)
Durante la Guerra de la Sucesión española(4) que comenzó en 1702, Portugal fue aliada de España, por lo que el rey Felipe V (primer Borbón en el trono español) reconoció la soberanía portuguesa en la Colonia del Sacramento pero, al año siguiente, Portugal -unida a Inglaterra por el Tratado de Methuen- pasó al bando contrario y entonces Felipe V encomendó al gobernador de Buenos Aires procediera contra la Colonia.
(4) La Guerra de la Sucesión Española (1702-1713) se produjo a la muerte del rey Carlos II, quien no dejó descendientes, y entonces las Coronas europeas se disputaron el trono peninsular. España y Francia apoyaron a Felipe de Anjou -que finalmente ceñiría la Corona- y en el bando contrario, Inglaterra y Austria sostenían al archiduque Carlos de Habsburgo. // Citado por José Cosmelli Ibáñez. “Historia Argentina”, Buenos Aires. Ed. Editorial Troquel.
Este envió un ejército, a las órdenes de García Ros, quien tomó esa plaza luego de seis meses de asedio (marzo de 1705).
- Tercera ocupación portuguesa (1716-1762)
La Guerra de la Sucesión española terminó con la Paz de Utrecht (1713). En febrero de 1715f España y Portugal -bajo el control de Inglaterra-, firmaron un Tratado, complementario del anterior, en el que se puso, nuevamente de manifiesto, la inferioridad diplomática de los hispánicos.
Allí se estableció que, la Colonia pasaba al poder de los lusitanos, “haciendo, la dicha cesión, en los términos más firmes”. La plaza fue entregada en noviembre de 1716. En los años siguientes, los portugueses practicaron un activo contrabando con los pobladores del Plata e intentaron levantar un Fuerte en la bahía de Montevideo.
Debido a la situación creada, el gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zavala, se trasladó hacia ese lugar, al frente de un ejército. Ante su presencia, los intrusos se retiraron y, entonces, para afianzar la dominación española en la banda del Plata, Zavala fundó San Felipe de Montevideo que, luego de recibir pobladores, fue erigida ciudad, el 24 de diciembre de 1726(5).
(5) La fecha es discutida. El 1ro. de enero de 1730 se nombraron los componentes del primer Cabildo. // Citado por José Cosmelli Ibáñez. “Historia Argentina”, Buenos Aires. Ed. Editorial Troquel.
En 1746, subió al trono de España el mediocre soberano Fernando VI -casado con la infanta portuguesa Bárbara de Braganza-, quien decidió poner fin a las luchas por la Colonia y, en enero de 1750, firmó, en Madrid, el Tratado de Permuta. A cambio de la citada plaza, los lusitanos recibían una gran extensión de tierras, sobre la banda oriental del río Uruguay, en la que existían siete adelantados pueblos jesuíticos. “Lo que hacía más absurdo el Tratado -escribe Enrique Barba- es que España cedía las misiones, que eran suyas, a trueque de la Colonia..., que también, por derecho, le pertenecía”.
- La guerra guaranítica
El absurdo Tratado de Permuta, establecía que, los indígenas de los siete pueblos misioneros, debían abandonar sus tierras y retirarse a la margen occidental del río Uruguay, entregando, a los portugueses, sus casas, iglesias, colegios y grandes extensiones cultivadas. Por todo este sacrificio, se les daba una compensación de 4.000 pesos por pueblo (que no alcanzaba a un peso por habitante). Como bien ha escrito el deán Funes, la transacción consideraba, a los indios, “como un rebaño de bestias, que se pasan de unos pastos a otros”.
Los jesuitas se opusieron al Tratado y reclamaron sin cansancio, pero no fueron oídos por “el imbécil Fernando”, como ha sido calificado el monarca español. Los indígenas empuñaron las armas e iniciaron la llamada “guerra guaranítica”, en que se dio el caso, sumamente curioso, de “pelear, los vasallos, contra su propio soberano, para no pasar al dominio de otro”(6).
(6) La lucha fue muy sangrienta y los indígenas -armados con arcos, flechas y cañones de madera- debieron enfrentar, al ejército combinado español-portugués. Resistieron durante tres años hasta que, finalmente, los europeos vencieron en la batalla de Caybaté -febrero de 1756- y penetraron en los pueblos misioneros. // Citado por José Cosmelli Ibáñez. “Historia Argentina”, Buenos Aires. Ed. Editorial Troquel.
Enterado, Fernando VI, de la cruenta lucha, dejó en suspenso el cumplimiento del Tratado y su sucesor, Carlos III, lo anuló definitivamente, en febrero de 1761. La Colonia del Sacramento siguió en poder de Portugal y, España, recuperó los territorios que había cedido en el Convenio.
- Tercera ocupación española (1762-1764)
En 1756, se inició, en Europa, la llamada “Guerra de los Siete Años” en que, Austria, Rusia, Francia y España lucharon contra Prusia, Inglaterra, Holanda y Portugal. Nuevamente, españoles y portugueses se hallaban en bandos contrarios.
Ante esta situación, y de acuerdo con órdenes de la metrópoli, el gobernador del Río de la Plata, Pedro de Cevallos, sitió la Colonia y, finalmente, consiguió la rendición de la guarnición portuguesa (noviembre de 1762). Por tercera vez, los españoles ocuparon la disputada plaza.
- Cuarta ocupación portuguesa (1764-1777)
La “Guerra de los Siete Años” finalizó en 1763, con el Tratado de París. Entre sus cláusulas, se estableció que España debía entregar a Inglaterra -la más beneficiada- la Florida, y devolver, a Portugal, la Colonia del Sacramento.
Los lusitanos solicitaron, al Gobierno de Madrid, la entrega de las islas de Martín García y de San Gabriel, pero la petición fue denegada. Además, Río Grande quedó en poder de los españoles. Nuevamente, dueños de la Colonia, los portugueses reanudaron sus ataques contra los dominios hispánicos, en especial, los territorios de las misiones y zona de Río Grande.
- Cuarta ocupación española (1777)
Para poner fin al secular conflicto, el rey Carlos III creó -en forma provisional- el Virreinato del Río de la Plata (1 de agosto de 1776), y designó, en el cargo, al ex gobernador Pedro de Cevallos. Este partió de Cádiz, al frente de una poderosa expedición, integrada por ciento sesenta y seis barcos y nueve mil hombres, entre soldados y tripulantes(7).
(7) En febrero de 1777, Pedro de Cevallos ocupó la isla de Santa Catalina, cuya guarnición portuguesa rindióse ante la sola presencia del poderoso enemigo. Desde allí, envió refuerzos a Vértiz y Salcedo, que luchaba en Río Grande. // Citado por José Cosmelli Ibáñez. “Historia Argentina”, Buenos Aires. Ed. Editorial Troquel.
Al frente de su ejército, Cevallos sitió la Colonia, que se entregó al cabo de tres días (4 de julio). Después de destruir la citada plaza, se dirigió a Montevideo, y allí recibió noticias de la Península, en las que se le ordenaba suspender la lucha, pues, España y Portugal, habían firmado la paz, por el Tratado de San Ildefonso (1 de octubre de 1777).
España quedó con la Colonia, la zona de la Banda Oriental y las misiones ubicadas en la orilla izquierda del río Uruguay. Debió entregar, a los lusitanos, la isla de Santa Catalina y toda la parte del continente que -años antes- había cedido, a los últimos, por el Tratado de Permuta.
Una comisión hispano-lusitana procedió a efectuar la demarcación sobre el terreno pero -aunque sus integrantes trabajaron casi diez años- no llegaron a determinar, con exactitud, los límites entre los dominios americanos de ambas naciones.
La guerra por la Colonia influyó en la creación del Virreinato del Río de la Plata y demostró la importancia económica de estas regiones. En el transcurso de la lucha, España ocupó el territorio oriental y se fundó Montevideo.
Además, los jesuitas fueron acusados de provocar la “guerra guaranítica”; éste fue uno de los argumentos que sostuvieron los que, años más tarde, ordenarían la expulsión de los religiosos.