El Acuerdo de Mocoretá
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La adhesión del Comandante General de la provincia de Misiones, Francisco Javier Sití, al gobernador y general de Entre Ríos, Francisco Ramírez, se hizo en base a un Tratado o Acuerdo por el cual se aseguraba a los misioneros su reinstalación en sus destruidos pueblos y de que no estarían obligados a tomar las armas durante diez años.
Esto lo sabemos merced a lo manifestado por el propio Sití, un año después, al naturalista francés Saint Hilaire cuando lo visitara, lo que se ha podido corroborar con suficiente documentación inédita que se logró detectar y que avala la existencia de tal Tratado o Acuerdo, el cual se habría realizado en los últimos días del mes de Julio de 1820, no sólo en base a las gestiones del enviado de Sití, el R. P. fray Martín Tixera, sino también por la de Manuel Olavarrieta, enviado de Ramírez.
Esta intervención de Olavarrieta está documentada en carta de Sití a Ramírez:
“Querido amigo y compañero:
“En medio del gran placer que tuve de triunfar de este tirano que trataba de oprimir mi provincia, tuve otro muy cumplido, cuando recibí en mis brazos a mi grande amigo Manuel Olavarrieta.
“A este individuo debo el que me hubiese tan antemano abierto los ojos par ver la iniquidad de Artigas, por lo que estimaré por lo que estimaré de V. S. si no hay otro inconveniente, me dá de este individuo y me lo haga regresar.
“Con cuyo motivo, saludo a usted con todos los votos de mi afecto, desde este Campamento General de Miriñay, 15 de Agosto de 1820 - Fdo.: Francisco Javier Sití”(1).
(1) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 9, folio 126. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
El enviado de Francisco Ramírez, Manuel Olavarrieta, también habría realizado gestiones ante el gobernador correntino Juan Bautista Méndez, tal se desprende de su Oficio al Cabildo de Corrientes:
“El Excelentísimo Señor General hizo venir cerca de mi persona a don Manuel Olavarrieta, porque en su compañía tomáramos las medidas que condujeran a la felicidad y seguridad de nuestra.
“Estas ya quedan arregladas en la campaña y con este fin camina mañana dicho señor a esa capital.
“V. S. debe proporcionarle todos los conocimientos que necesite porque consigamos un bien, que tanto nos interesa; juntamente le facilitará el lugar de su habitación, sustento y aseo.
“Dios guarde a V. S. muchos años. Saladas, 23 de Julio de 1820 - Fdo.: Juan Bautista Méndez”(2).
(2) Archivo General de Corrientes, Fondo Mantilla, Legajo 7. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
La primera referencia sobre lo acordado nos da el lugarteniente de Sití, el Comandante de Artillería Blas Uré, en carta a Ramírez:
“Mi apreciado Señor:
“Tengo a la vista su muy favorecida del 31 de Julio e informado de ella (contesto) a V. E. que he quedado lleno de gloria y satisfacción a ver que vamos a quedar tranquilos y vivir en pacífica posesión y salir del letargo en que hemos estado tanto tiempo.
“Por lo que quede V. E. cien por ciento que haré los mayores esfuerzos en ayuda del Excelentísimo Señor Comandante General, a fin de que consigamos la obra grande a que nos hemos comprometido.
“Dios guarde a V. E. muchos años. Miriñay, Agosto 5 de 1820 - Fdo.: Blas Uré”(3).
(3) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 9, folio 89. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
En un interesante Oficio de Ramírez al gobernador de las Misiones Orientales portuguesas, Francisco das Chagas Santos, fechado en Corrientes el 4 de Septiembre de 1820, le manifestará:
“Considero a V. S. eficientemente orientado de la neutralidad que quedó establecida entre este Gobierno y el territorio de mi mando, según lo acordado con el Ilmo. y Excmo. Capitán General Barón de Laguna, cuando me hallaba en Buenos Aires poniendo término a nuestros diferendos políticos ... desde el 28 de Junio pasado, en que obedecieron solemnemente todos los guaraníes por medio de un Acta firmada por sus representantes, separándose desde aquél momento de Artigas, como único origen y primordial de los males que ha sometido este precioso territorio...”(4).
(4) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 9, folio 199. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
Pensamos que la fecha 28 de Junio de 1820, premeditadamente o no, es equivocada y debería ser 28 de Julio. Posteriormente, el 27 de Septiembre de 1820, Francisco Ramírez, al noticiar al barón de Laguna respecto a la internación de Artigas en al Paraguay, también y en referencia a los naturales misioneros, dirá:
“...ellos por sus votos me han confiado la dirección de sus destinos. Yo no puedo menos que recordar a V. S. la neutralidad en que convenimos cuando me hallaba en Buenos Aires sobre la buena armonía y reciprocidad de Misiones...”(5).
(5) Archivo Nacional de Río de Janeiro, Caixa 976, Pacote 23. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
Tiempo después, el 16 de Octubre, el 11 y el 17 de Noviembre de 1820, será el propio Sití -en Oficios a Ramírez- que le recordará y pedirá el cumplimiento del Tratado:
“...que cuando haya algún nuevo enemigo estoy pronto a desprenderme de éste con toda mi tropa y demás que sean útiles a tomar armas con ellos, según nuestros acuerdos ...”(6).
(6) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 113. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
“...todos los indios reclaman su territorio, adonde se conservará nuestra muy interesante paz y quietud, según el muy honroso Tratado de ambas provincias ...”(7).
(7) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 188. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
“...pues considerando esta pobreza de mis hijos tuve tal coraje de solicitar el Tratado de ambas provincias halladas ante la acción de Mocoretá ...”(8).
(8) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 211. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
No habiéndose hasta el presente podido hallar el Acta de este Tratado o Acuerdo que, como vimos, existió y fue firmado, nos permitimos llamarlo Acuerdo de Mocoretá inscribiéndose el mismo -desde el punto de vista institucional de la provincia de Misiones- como el tercero suscripto entre provincias, luego del de Asunción del Cambay, en Septiembre de 1819, entre Misiones y Corrientes, y del Acuerdo de la Costa de Abalos, entre Misiones, Corrientes y la Banda Oriental, en Abril de 1820, siendo por ello, en lo que respecta a Misiones y Entre Ríos, el primero y bastante anterior a la Convención firmada en San Miguel el 12 de Marzo de 1823.
- Lo acordado en Mocoretá
Podemos inferir que entre Ramírez y los representantes misioneros se acordó lo siguiente:
1.- Sití y los misioneros, con el territorio de su pertenencia, quedaban subordinados a Francisco Ramírez, separados de José Artigas y obligados a ayudar a combatir a este último.
2.- Ramírez quedaba encargado de la dirección de ambas provincias, suministrando ayuda y protección a los naturales misioneros quienes, en virtud de la asegurada paz y neutralidad con los portugueses podrían volver a reconstruir sus abandonados pueblos.
3.- Durante 10 años los misioneros no estarían obligados a tomar las armas, salvo en caso de necesidad ante algún enemigo exterior.
Este acuerdo entre Ramírez y Sití justificaría -en cierto modo, aunque no del todo- la defección del bando artiguista de Sití. En todo caso lo encontramos más justificable que la de otros Comandantes artiguistas.
Sin entrar en el juzgamiento de los mismos, analizar sus razones ni la actitud asumida, ya sea en el caso de Fructuoso Rivera o la del mismo Ramírez, entendemos que no por ser indio misionero Sití debe dejar de ser analizado con los mismos parámetros.
Más, no todos los misioneros se subordinarán; muchos permanecerán leales al Protector de los Pueblos Libres: Perú Cuti, Pablo Aramimbi, Matías Abucú, entre otros y, especialmente, la masa ignorante del pueblo.
Para Sití, problema constante será el de las deserciones y el de la desobediencia. Es evidente que de haber estado en esos momentos un Andrés Artigas o un Pantaleón Sotelo al frente de los misioneros este acuerdo no se habría llevado a cabo.
- Fracaso del Acuerdo
Lamentablemente, este Acuerdo estuvo destinado al fracaso siendo muchas y de diversa índole las causales.
Ramírez proseguirá triunfante su campaña contra Artigas quien, en los primeros días de Septiembre de 1820 se ve obligado, en Candelaria, a traspasar el Paraná y buscar refugio en Paraguay.
Corrientes se subordinará a Ramírez y el 25 de Septiembre de 1820 dejará de funcionar su antiguo Cabildo. Se creará un nuevo orden institucional: el de la República Entrerriana, en el cual el territorio quedaría dividido en Departamentos, al frente de los cuales gobernarían Comandantes Militares nombrados por Ramírez, que asumía las funciones de Jefe Supremo; es decir, si bien se proclamaba un federalismo para el orden externo, en lo interno se abolían las instituciones que Artigas, en cierto modo, supo respetar.
También Ramírez, interesado en proseguir sus luchas, solicitará tropas a Sití, pero éste, anteponiendo diversas razones, no accederá al requerimiento. A su vez, el contacto con comerciantes porteños, correntinos y entrerrianos con Ramírez interesará a éste con respecto al beneficio y comercio de la yerba, único bien común que les quedaba a los misioneros para suplir su angustiante pobreza.
Por su parte, Sití tendrá dificultades para imponer su autoridad en el territorio de su pertenencia. Después de tantos años de lucha, la anarquía cundía por todas partes. Aflorarán recelos entre yapeyuanos y cruceños -éstos últimos concentrados en San Roquito, serán remisos a la obediencia a Sití-; otro tanto ocurrirá con los naturales de los antiguos pueblos del Alto Paraná que, concentrados en Yatebú (Loreto) y San Miguel, en franco proceso de mestización, sucumbirán a la influencia política y económica de Ramírez en forma casi inmediata.
Sumado a ello la extrema pobreza en que había quedado el territorio misionero, casi completamente arrasado en lo que hace a su riqueza ganadera, hacía muy dificultoso a Sití mantener su gente, la cual constantemente emigraba del territorio.
Estos hechos, como lógica consecuencia, llevarán al rompimiento entre Sití y Ramírez. No estaba equivocado Artigas cuando con fecha 11 de Agosto de 1820, y en obvia referencia al reciente Acuerdo, oficiaba al Cabildo misionero de Cambay:
“Me ha llenado de dolor el ver los trabajos que les han sobrevenido con el engaño con que Ramírez los sedujo. Los resultados de este fatal día van hasta la destrucción de toda la provincia; éste es el objeto que se propuso Ramírez, dividiéndonos para que nos ataquemos unos a otros; pero teniendo esto en consideración, no es permitido que se ensangrente una guerra entre hermanos y traigo reunidas todas las tropas y familias para que vuelvan a sus casas y se acabe todo”(9). En la misma fecha otra comunicación similar es dirigida al propio Sití(10).
(9) Hernán Félix Gómez. “Artigas y los hombres de Corrientes” (1929), p. 220, Corrientes.
(10) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), p. 58, Corrientes. // Todo citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.
Lamentablemente ni el Cabildo misionero ni Sití toman en cuenta esta premonitoria advertencia. Cuando se percatan que las prevenciones de Artigas constituían una realidad, ya era demasiado tarde.
Tiempo después, previo al posterior rompimiento entre Ramírez y Sití, el cual tendrá como corolario final la derrota de este último en el combate de Santo Tomé el 13 de Diciembre de 1820 por las fuerzas de Gregorio Piris, Sití tratará inútilmente de convencer a Ramírez en el sentido de cumplir con lo acordado:
“A consecuencia del espíritu del Oficio de V. E. dictado a 31 del próximo pasado, quedo impuesto haber quedado V. E. convencidísimo sobre la belleza y fértil de la provincia de Misiones, aunque sea por las noticias verdaderas, pues qué diré yo y todos los indios que por espacio de más de siglos han gozado los frutos de su país, adonde tienen perdidos todos sus intereses y templos, que son tan alta importancia.
“Bajo esta virtud todos los indios reclaman su territorio, adonde cesarán las continuas quejas de los paisanos y adonde se conservará nuestra muy interesante paz y quietud, según el muy honroso Tratado de ambas provincias.
“Del mismo modo, repito segunda vez sobre el punto de Candelaria, que yo estoy próximo a emprender mis marchas al punto expresado, puesto que sea mi Cuartel General en Candelaria ofrecí en mi anterior del 10, que luce guardar subordinación y estar bajo el dictamen de V. E., pero sin embargo por algún movimiento cierto de los enemigos quiera poner V. E. su Cuartel General en el punto citado, pondrá el mío en el punto de Santo Tomé y por lo que respecta a los portugueses, no hay recelo motivo que ellos mismos están dando algún corto sustento a mi gente, aunque sea con pagos, y bajo este pie es excusado molestar V. E. su fuerza en cubrir las costas del Uruguay, y en cuanto a los oficiales, que algunos voluntarios con su gente vayan a disposición de V. E., luego inmediatamente les intimé a ellos, por ahora no hay pero en adelante hubiese será remitido desde luego, y por lo que toca a V. E. creo y espero no equivocarme el anunciar mío sobre las Misiones, digo que siempre que V. E. opere conmigo como jefe y hermano, en nuestros suelos será Misiones el imperio de nuestras provincias, que tanto deseamos para el mejor orden.
“Dios guarde a V. E. muchos años. Asunción 11 de Noviembre de 1820. Fdo.: Francisco Javier Sití”(11).