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Fin de Sití. Comienzo del ocaso misionero

- Los planes de Ramírez

A principios de Octubre para Francisco Ramírez ya era realidad lo que había manifestado anteriormente: “hallarse este continente (la Mesopotamia) enteramente unido y ligado por vínculos indisolubles y bajo mi única dirección y mando”(1).

(1) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 9, folio 199. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

A los misioneros los tenía subordinados desde el 28 de Julio mediante el Acuerdo del Mocoretá y a los correntinos la presencia de sus tropas ocupando el territorio los había obligado a aceptar pasivamente -a partir del 25 de Septiembre de 1820- la disolución de su Cabildo-gobernador; y, a todos, entrerrianos, correntinos y misioneros les había decretado el Bando y los Reglamentos con los que quedaba institucionalizada la llamada “República Entrerriana”, novel organismo centralizador destinado a reemplazar con mayor cohesión y unidad a la desaparecida “Liga de los Pueblos Libres”.

En el orden interno toda resistencia había concluido. Desde principios de Septiembre Artigas estaba asilado en el Paraguay y de sus últimos adictos lugartenientes unos se habían refugiado en la Banda Oriental (Perú Cuti, Pablo Aramimbí) y otros habían sido indultados (López Chico, Castro); en lo exterior, con los portugueses continuaba la “declarada neutralidad” y con el Paraguay se vivía una situación expectante, ya que Gaspar Rodríguez de Francia no contestaba los Oficios de Ramírez y era vox populi una posible invasión al territorio paraguayo.

Acontecimientos posteriores obligarán a Ramírez a modificar sus primeros planes.

El 27 de Octubre de 1820, López Jordán escribía a Ramírez:

“Casualmente he sabido con verdad que Narciso ha escrito a una mujer del Paraná que tu tratabas de romper hostilidades con el Paraguay, por la detención de Risos por Francia a quien mandabas de Diputado; yo te lo aviso, para que reserves de algunos sujetos que estén a tu lado y publiquen tus providencias privadas”(2).

(2) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), p. 65, Corrientes. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Es evidente que en los planes de Ramírez -militar victorioso y ambicioso- estaba el de continuar sus luchas buscando, lo mismo que Artigas en su momento, la alianza o anexión del territorio paraguayo.

“La formación de la República de Entre Ríos y el proyecto de anexarse el Paraguay, demuestran que Ramírez aspiraba a reemplazar a Artigas en la alta función de unificar los pueblos orientales del Paraná para formar con ellos un vigoroso organismo que compensara la influencia de Buenos Aires y sus aliados”(3).

(3) César B. Pérez Colman.“Entre Ríos (1810-1821)”, volumen 9, pp. 210-211, Historia de la Nación Argentina, Academia Nacional de la Historia. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Para ello era necesaria la formación de un ejército y proveerse de los recursos imprescindibles para sustentarlo. De Corrientes requerirá dinero y ganado; de Misiones, yerba y, a ambas, pedirá hombres.

Es justamente esta solicitud de hombres y de haber echado miras al beneficio de los yerbales misioneros lo que dará principio a las divergencias entre Sití y Ramírez y que llevarán al rompimiento final entre ambos.

A mediados de Noviembre de 1820, cuando Ramírez recibe el Oficio de Sití de fecha 11, no debe haberse preocupado tanto porque éste comenzaba a poner en ejecución su plan de repoblamiento y ocupación de los antiguos pueblos misioneros ya que ello no significaba más que dar cumplimiento a uno de los puntos acordados en Mocoretá, ni tampoco que Sití -no obstante de seguir ofreciendo subordinación, defendiendo la relativa autonomía misionera- siguiera hablando de “nuestras provincias”, “ambas provincias”; lo que sí debe haberle preocupado es que éste le reiterara la no ocupación de Candelaria, que no hubieren oficiales y tropas que voluntariamente quisieran ir a su disposición y, sobre todo, la convivencia de Sití con los portugueses por él mismo anunciada:

“...por lo que respecta a los portugueses, no hay recelo motivo que ellos mismos están dando algún corto sustento a mi gente aunque sea con pagas y bajo de este pie es excusado molestar a V. E. su fuerza en cubrir las costas del Uruguay”(4).

(4) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 188. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Esto venía a confirmar -a los ojos de Ramírez- lo que con fecha 8 de Noviembre le oficiara el comandante de Curuzú Cuatiá, Gerardo Oviedo, en base a la información suministrada por el capellán de Cambay, fray Martín Tixera:

“de la malicia con que proceden, tanto el Comandante General como sus oficiales”... “que (ellos) habían de entregar toda la fuerza al portugués” antes que a Ramírez, “que quién lo ha facultado a V. E. para que lleve los muchachos de la jurisdicción de Misiones, y remitir familias a los Entre Ríos...”(5); además de informarle de la reunión con un oficial portugués.

(5) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 161. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Sobre este último punto luego también recibirá información de fray Morales, el día 16: “en estos días vino un portugués comandante a tratar y había hecho negocio con el Comandante General de sesenta cabezas de ganado a cambio de mulas”(6).

(6) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 200. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Si bien es cierto que Sití no hacía otra cosa que aprovechar la “neutralidad concertada” realizando operaciones comerciales con los portugueses, no hay que descartar el que haya hecho sondeos respecto a la actitud que éstos asumirían ante el desplazamiento de sus hombres para los pueblos de arriba.

Los portugueses, hábiles en el arte de intrigar y siempre dispuestos a alentar las discordias internas de los platinos, le habrán dado seguridades de que no sería molestado y de que, en el último caso, sería bien recibido entre ellos.

El 20 de Noviembre de 1820, en el extenso Oficio que Francisco Ramírez remite al gobernador interino de la provincia de Córdoba, no dejará de decir:

“Hoy, en contacto inmediato a los portugueses, observo de cerca que la barrera del Uruguay no es bastante a contener las miras del Brasil, cuando ellas se ensanchan aún más allá del Paraná”(7).

(7) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), p. 75, Corrientes. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Es irónico que recién en ese momento se diera cuenta de ello Ramírez y que en base a la convivencia con el portugués de los misioneros, que era general en virtud de la “neutralidad concertada”, busquen algunos justificar las futuras acciones de Ramírez contra Sití.

- La marcha de Sití

Se entiende que lo que buscaba Sití por todos los medios era lograr que Ramírez no colocase fuerzas de su mando en territorio misionero ya que le era evidente que si eso llegaba a ocurrir iba a perder la autonomía que su provincia había disfrutado mientras integraba la Liga de los Pueblos Libres y que creía haber asegurado, así como la paz prometida de diez años, mediante la firma del Tratado de Mocoretá; más, ya debe haber sido evidente para ese entonces que lo que José Artigas supo respetar, no lo iba a conseguir de Francisco Ramírez, pues éste tenía otros planes y para poder realizarlos necesitaba la subordinación total de los misioneros y de su territorio tal cual la había conseguido ya de los correntinos.

A mediados de Noviembre de 1820 Sití estaba en movimiento; de ello informaba al cura de San Miguel, fray Isidro Sosa:

“Ahora marcho yo con todo el vecindario que eran de los quince pueblos, para nuevamente poblar las Misiones y pienso formalizar una Capital en Santo Tomé, en San José otro pueblo y en Cambay; estos tres pueblos quiero establecer”(8).

(8) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

...al mismo tiempo lo invitaba con los “parroquianos de su comprensión” a desplazarse hasta Caá Caray, mientras se volviera a formar San José, a donde iría a ejercer de Cura Párroco. Fray Sosa informará de ello al comandante José Victorino Pérez, al mismo tiempo que, con fecha 30 de Noviembre, escribía a Ramírez(9).

(9) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 11, folio 1. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Simultáneamente a su marcha, Sití despachará una partida volante al mando del capitán Nicolás Aripí, a efectos de ocupar en forma inmediata los pueblos del Alto Paraná e impedir se siguiera explotando los yerbales sin autorización de sus legítimos dueños. De ello será informado Ramírez, por el propio Sití, desde Yapeyú, el día 17:

“...luego inmediatamente que tomé mi dirección a dicha Provincia, despaché cien hombres al mando de un capitán, embargase cuánta yerba (se) hubiese acopiado y animales que encontrase, porque al momento supe que los comandantes o jueces de la jurisdicción de Corrientes han mandado hacer yerba de su autoridad propia sin permiso mío, siendo yo Jefe y dueño de mi suelo”(10).

(10) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 211. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

También Sití despachará al comandante Juan Asencio Abiaré a San Roquito de lo cual su comandante corregidor, Juan Domingo Ibaroni -subordinado a Ramírez- el 20 de Noviembre de 1820 nuevamente informará a éste desde Paiubre, donde se había refugiado:

“Puesto a los piés de V. E. digo de todo lo que nos ha sucedido, en este su pueblito, pues vino el comandante Juan Asencio con una partida de ocho hombres, con el encargo de llevarse una yeguada que yo tenía en los pastoreos y cuatro hombres y un cabo, que se me habían presentado para que a ellos entregase y él atropelló, haciendo los perjuicios que a él le dio (la gana) hasta llevando familias a fuerzas...”(11).

(11) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 221. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

En su marcha hacia los pueblos de arriba, retirará la caballada que los misioneros tenían en el Rincón de Santa Ana, distante siete leguas de Cambay(12) y lentamente proseguirá su marcha hasta Santo Tomé donde se había resignado a establecer su Cuartel General y nueva capital misionera. Como se comprobará, el 17 ya se encontraba a la altura de Yapeyú.

(12) Archivo Histórico de Río Grande do Sul, Autoridades Militares, Lata 174, Maço 02, Doc. 8, Porto Alegre. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

En Cambay permanecerán los yapeyuanos dirigidos por su Comandante Corregidor Miguel Javier Ariyú y asistidos por su siempre leal Cura Párroco fray Domingo Morales.

Entretanto Francisco Ramírez, alarmado por los informes que le llegaban, tanto del comandante de San Roquito como del de Curuzú Cuatiá y no obstante los informes y explicaciones de fray Morales y del propio Sití, decide darle un punto final a esta situación que él consideraba de rebeldía y que obstaculizaba y ponía en peligro sus planes futuros por lo que resuelve el envío de fuerzas militares que, ocupando el territorio misionero que respondía a Sití, le permitiera la subordinación total de éste disponiendo de sus hombres y de los yerbales elementos indispensables para la continuación de sus luchas.

En forma combinada y en un movimiento de pinzas despachará por el norte una fuerza al mando de uno de sus más experimentados comandantes: Gregorio Piris, a fin de detener la marcha de Sití y, por el Sur, hará lo propio con una fuerza al mando del comandante Juan González Alderete, a los efectos de ocupar Cambay.

- González Alderete y el triunfo de Ariyú en Paso de Higos

En marcha y ya cercano a Curuzú Cuatiá, el comandante Juan González Alderete, el 5 de Diciembre de 1820, informaba a Ramírez:

“Exmo. Sr. En este momento recibo Oficios que originales adjunto para el superior conocimiento de V. E.
“Yo hasta el presente ignoro cuál ha sido el procedimiento del comandante Oviedo, a pesar del indicante que hace Ariyú, pero esta misma tarde me pondré en Curuzú Cuatiá, me informaré del hecho y tomaré las providencias necesarias.
“Parece que me veré en previsión de cargar sobre ellos, no obstante que yo trataba de postergar hasta cinco días más, dando lugar a que el comandante Piris se aproxime por aquel costado, más la decisión de Ariyú indica un pronto rompimiento. En fin, obraré del mejor modo que me dicte la prudencia.
“Dios guarde a V. E. ms.as. Diciembre 5 de 1820. Juan González Alderete. Excmo. Señor General don Francisco Ramírez”(13).

(13) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 11, folio 23. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Como se observa, a pesar de los Oficios del comandante de Cambay, Miguel Javier Ariyú, denunciando los atropellos cometidos por el comandante Oviedo de Curuzú Cuatiá, González Alderete daba como un hecho el que se vería obligado a cargar sobre ellos.

Ese mismo día, Ariyú, ignorando que su suerte ya estaba determinada, volvía a reclamar a Oviedo:

“Si al momento no pone en libertad a todos los vecinos con sus haberes que Ud. mandó a saquear y reducir bajo de prisiones a esta plaza y en la misma prisión haber muerto usted a uno de los muchachos con sus propias manos, con rebenque de hierro; por todos estos procedimientos tan enormes, me veo en la obligación de tomar las más serias providencias, si usted no desiste de lo que ha obrado torpesimiento contra mi grande prudencia.
“En la inteligencia que desde ahora echaré mis partidas hasta el punto de los Siete Arboles que son la divisoria de la jurisdicción de los territorios nuestros que por derecho legítimo hemos de defender.
“Asunción (del Miriñay), 5 de Diciembre de 1820. Miguel Javier Ariyú. Al Sr. Comandante don Gerardo Oviedo”(14).

(14) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 11, folio 23. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Tampoco importará la diligencia que estaba desarrollando el capitán Atanasio Abalos, enviado por Ramírez a Cambay, el cual el 6 le informaba:

“Excmo. Sr. don Francisco Ramírez - Cambay, Diciembre 6 de 1820.
“De todo mi aprecio: en mi anterior había dicho a V. E. que yo me quedaba en esta plaza, aunque sin mis orden de nuestro Comandante General, pero en la actualidad la misma razón natural me dicta que yo proceda según derecho legítimo a que nos vemos obligados a defender la causa justa para la conservación de la tranquilidad pública, por lo mismo en el momento camino a Curuzú Cuatiá a tratar con el Comandante cuáles son los motivos que ha tenido para proceder tan enormemente contra este gobierno. Por lo que doy a V. E. parte para que no se me diga que soy levantado en contra del gobierno de V. E.
“Saludo a V. E. con todo afecto cual otro súbdito. Q. B. ss. ms. a V. E. Atanasio Abalos”(15).

(15) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 11, folio 25. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Ni será de interés lo que fray Morales, ese mismo día, informaba a Ramírez(16).

(16) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 26. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

A pesar de la justicia de su reclamo, obligadamente a Ariyú, su tropa y vecindario no le quedará otra alternativa que abandonar Cambay la cual es ocupada el día 9 por las fuerzas de González Alderete quien, el 10, desde Curuzú Cuatiá, comunicaba a Ramírez:

“En efecto, ayer estuve en Cambay, donde no he encontrado más que tres chinas, por haberse retirado Ariyú con su tropa y vecinos a la costa del Uruguay, con el objeto antes bien de pasar a dicho lado según me han informado, que sujetarse a las órdenes de V. E.
“A la vista de esto, consulté a los Comandantes que me acompañaban lo que debía hacer: resolvieron que nos pusiésemos en seguimiento de ellos. Así lo verificamos y esta mañana tuvimos un encuentro, de donde resultó el inesperado rechazo de mi gente.
“Por eso tomo la resolución de retirarme a esta guardia... Plaza de Curuzú Cuatiá, a las cinco de la tarde, del día 10 de Diciembre de 1820. Juan González Alderete”(17).

(17) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 52. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

He aquí y por este Informe que nos enteramos de una página ignorada de la historia regional la cual con orgullo la rescatamos del olvido en que -premeditadamente o no- estuvo sepultada: el triunfo misionero en el combate de Paso de Higos el 10 de Diciembre de 1820.

Como casi siempre la historia la escriben los vencedores o bien porque las “cosas de indios” no interesaban a nuestros historiadores clásicos, siempre se informó sobre la derrota del 13 de Diciembre de Sití en Santo Tomé a manos del lugarteniente de Ramírez, Gregorio Piris, pero no sabemos de nadie que haya escrito -aunque sea unas líneas- sobre este encarnizado combate en que los misioneros resultaron vencedores y obligaron a las tropas enviadas por Ramírez, al mando del comandante Juan González Alderete, retroceder hasta Curuzú Cuatiá, buscando reponerse y sin mayor ánimo de marchar nuevamente sobre ellos, por el respeto que estos supieron imponer.

No obstante que González Alderete, en su Oficio del día 12 a Ramírez, trata de disimular los resultados de su derrota, el mismo es harto esclarecedor para que podamos darnos una idea acabada de esa heroica jornada vivida por las tropas de Ariyú:

“Tengo a la vista el honorable de V. E. dictado en 8 del corriente, que acabo de recibir incluso el del Comandante Piris del que quedo impuesto.
“Con fecha de ayer comuniqué a V. E. el rechazo que había sufrido la gente de mando, en el Paso de Higos, por la gente de Ariyú, que con el objeto de pasarse a la Banda Oriental, de que me han informado, dejó abandonado el pueblo de Cambay, y que me fue preciso seguirlo y traerlo a todo riesgo antes que verifique su pasaje.
“El resultado por mi parte ha sido funesto, por cuyo motivo como he dicho en mi anterior, he debido retirarme a esta plaza a reunir alguna gente para contrarrestarlo o nuevamente cargar sobre ellos, pues no me era posible detenerme en aquel destino, porque a más de 15 ó 16 muertos que he tenido, han salido (muchos) heridos. La gente del comandante de San Roquito completamente destrozada y se duda de la existencia de él.
“Los indios han hecho un contramiento vigoroso, a pesar de la pérdida que han tenido de gente en el encuentro, que según los que se han visto caer y los que en el entrevero estuvieron, se gradúa a duplicarse el número de los nuestros. No obstante haber sido victorioso, ya sea por la situación ventajosa en que se hallaron o ya porque la suerte de las armas así lo ha dispuesto.
“Sití pudiera replegarse a Cambay. El sabe muy bien que el comandante Piris se dirige contra él, según una carta que le ha escrito a Ariyú y que cayó en mis manos, notificándole y ordenándole entre un vigía hasta el río Corriente y le avise con oportunidad. Ariyú le ha dado chasque sé de positivo, pero lejos de retirarse para donde él estaba, se ha dirigido al Paso indicado donde tuvimos el choque.
“En cuanto mi fuerza se reponga y esté en disposición, marcharé sobre ellos, a pesar de cierto respeto que advierto entre la gente y más cuando del comandante Piris hasta hoy, nada se sabe. Por lo mismo y para asegurar la destrucción de estos rebeldes, perjudicialísimos me parece muy conveniente que V. E. se digne si fuere de su previa aprobación, auxiliarme con 50 hombres de tropa que pudieran correr a mi alcance con los auxilios que se les pueda proporcionar de San Roque, porque por (aquí andamos) enteramente escasos.
“Hoy debo saber si los indios después de la acción regresaron a Cambay o se mantienen en el Paso, por unos vigías que al efecto he dirigido a aquellos puntos.
“Ayer he remitido asegurados a San Roque 14 presos dependientes de Cambay y con esta fecha oficio al comandante interino, los haga poner a disposición de V. E.
“Dios guarde a V. E. ms. as. Curuzú Cuatiá, a las once del día 12 de Diciembre de 1820. Juan González Alderete. Excmo. Señor General don Francisco Ramírez”(18).

(18) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 67. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Es de lamentar, de acuerdo a este Oficio, que la subordinación del comandante de San Roquito, Juan Domingo Ibarori y su gente a Ramírez haya servido nada más que para ser utilizada como fuerza de choque la cual, completamente destrozada y con su comandante desaparecido, no mereció ni siquiera ser contabilizada.

Vemos también que Sití estaba enterado que Piris, por el norte, iba a su encuentro y que lo que se buscaba era la destrucción de los rebeldes para lo que se solicitaba el auxilio de 50 hombres de tropa.

Ese mismo día también González Alderete informaba sobre fray Morales a Ramírez:

“Señor, satisfaciendo a la honorable de V. E. del ocho del corriente digo: Que me han informado que el Padre Morales se ha pasado a la Banda Oriental el día antes de la acción, con el fin de solicitar el auxilio de los portugueses. Este fray es el principal estímulo que tienen los indios.
“Yo Señor no estoy en los negocios de que se trata en los gabinetes, pero es tal la ambición del portugués que casi no me cabe duda que los indios han de ser protegidos por ellos, y por este medio hacernos la guerra.
“V. E. mejor lo prevé, en el entretanto soy de V. E. eterno atento súbdito. Juan González Alderete”(19).

(19) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 33. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Como vemos, el siempre fiel y solidario Cura Párroco de Yapeyú seguía asistiendo a su feligresía aun en el infortunio.

Más no todos los naturales cruzaron el Uruguay; muchos de ellos, recelosos de los portugueses y de la forma cómo fueron recibidos los primeros, quedarán aislados de este lado, en un monte cercano al Paso de Higos.

Posteriormente, el propio Ramírez, que ante los funestos resultados de González Alderete se había trasladado a Curuzú Cuatiá, logrará convencerlos y hacerlos regresar a Cambay; de ello informará el 3 de Enero de 1821, al comandante Lucio Mansilla:

“uno de los oficiales ha venido a recibir órdenes, dejando ya en Cambay más de trescientos hombres disponibles para las armas, sin el número inmenso de familiaje... he nombrado comandante de aquel punto al capitán Cabral, encargándole de armar un escuadrón de caballería para el celo de aquellas costas, y los que están sin armas arreglar los de infantería, mientras yo tomo providencias de vestirlos y armarlos”(20).

(20) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), p. 112, Corrientes. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

- Piris y la derrota de Sití en Santo Tomé

Simultáneamente y en forma combinada marchaba por el norte una respetable fuerza al mando del comandante Gregorio Piris buscando detener la marcha de Sití. El 2 de Diciembre, Piris, desde Caá Catí, informaba a Ramírez de su llegada(21).

(21) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 10, folio 226. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

El día 3 -en un Oficio más extenso- le manifestará a Ramírez las dificultades que tenía por la falta de buena caballada, así como de adecuado ganado para el sustento de sus tropas; también que: “...yo marcho mañana con el empeño que V. E. puede esperar de mi ciega obediencia y amor al (país); ... quedándome el sentimiento de que el golpe no podrá ser tan nuestro por la falta de cabalgadura, en que por necesidad debo verme”(22).

(22) Archivo General de Corrientes, Correspondencia Oficial, volumen 11, folio 5. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

El día 11 informaba desde San Alonso haber tomado la partida del capitán Juan Asencio Abiaré, habiendo hecho 22 presos entre soldados, cabos y sargentos; comunicaba de la situación de Sití en Santo Tomé y de su fuerza calculada en 200 hombres, incluyendo la artillería y también que:

“No he querido entrar en los pueblos de arriba, por no quedarme a pie; así es que he venido a la vista de San Carlos y la Sierra, dejando por retaguardia una partida de indios, que entró en Candelaria por decomisar a los yerbateros como han hecho con todos”(23).

(23) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), p. 84, Corrientes. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

El día 13, ya en Santo Tomé, en el Paso de San Borja, hoy del Hormiguero, informaba a Ramírez de su triunfo sobre los misioneros:

“Excmo. Señor: En mi anterior dije a V. E. que los dos caballerizos que se escaparon de la partida del capitán Juan Asencio debían dar parte a Sití, que marchábamos sobre él, esto era tan probable que no podía dudarse; efectivamente, así ha sucedido, pero sin embargo, yo no dejé de acelerar mis movimientos a proporción de la escasez de caballos, y hoy a las once fue batida la fuerza guaraní en este paso de San Borja.
“No es posible detallar a V. E. la posición del enemigo, porque a más de ser un pequeño potrero, está rodeado de grandes esteros, que la hacen insuperable. Tenían dos cañones de a 4 de bronce en el boquete, con los que nos hicieron un constante fuego, mientras pasaban todo cuánto tenían.
“Yo conocí esta entretenida y cargué con la partida de vanguardia y el escuadrón del comandante Anacleto.
“El enemigo quiso detenerme, pero habiendo descargado su artillería sobre nosotros, no le quedó más recurso que sufrir el empuje de una caballería acostumbrada a triunfar. Allí murieron infinitos en el peñuzco que hicieron en el agua, y a no haber sido un enjambre de canoas portuguesas las que los protegían, mueren ahogados la mitad, por la confusión en que los ponía nuestro tiroteo.
“Allí fue muerto el coronel, don Blas Uré y otros oficiales. Se tomaron tres piezas de artillería del calibre de a 4, dos montadas y una en tierra, con sus armones correspondientes, ocho carretas entre buenas y malas. Sobre dos mil caballos y algunas mulas mansas, algún ganado pero poco, dos cuñetes de pólvora, y varias frioleras que tomó la tropa.
“Las caballadas están tan flacas que es necesario esperar a que se repongan, porque de lo contrario es exponernos a perderla toda. Por esta causa, pienso retrogradar hasta el pueblo de San José dejando las haciendas allí, inmediato en la Capilla de San Miguel, y permitir a la tropa el que hagan en aquel yerbal un par de libras cada uno para surtirse; mientras tanto, mando una partida al pueblo de San Ignacio, donde permanece una partida de Sity y más de 900 familias.
“Las que por allá había, las he recogido, para privar a los indios toda comunicación, lo mismo le escribo que haga en Cambay el comandante Alderete, porque si no todos irán a la otra banda como lo han hecho.
“Los caminos de abajo para ir a Curuzú Cuatiá están tan malos que no es posible arrastrar por ellos la artillería y carruajes, pues a más de esto, los ríos están crecidos, y sin canoa ninguna para los pasajes.
“En fin, V. E. ordenará lo que fuere de su superior agrado, pues aunque voy a San José nada costará el regresar si me lo ordena.
“Dios guarde a V. E. muchos años.- Campamento en el Paso de San Borja, Diciembre 13 de 1820. Gregorio Piris”(24).

(24) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), pp. 84-85, Corrientes. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Este “gran triunfo” de las fuerzas de Ramírez y por el que luego habría de ser elogiosamente felicitado(25) pareciera que no lo fuera tanto si analizamos el propio parte: tres piezas de artillería, ocho carretas entre buenas y malas, un poco de ganado, dos mil caballos y algunas mulas mansas, dos barriles de pólvora y algunas frioleras, a más de algún número de prisioneros, que de haber sido importante no dudamos que habría sido especificado.

(25) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), pp. 92-100 y 103, Corrientes. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Lo que sí resultó significativo es la pérdida del capitán de artillería Blas Uré, encargado de contener las cargas de caballería, que permitieron que Sití y sus hombres pudieran ponerse a salvo cruzando el Uruguay y refugiándose en São Borja con la ayuda de los portugueses:

“Chagas prestou logo o socorro de que dispunha para passgem do rio, e fazendo depõr as armas a 27 officiaes e 235 praças que compunhão a força de Sity, distribuio pelos povos de S. Lourenço e S. Miguel os emigrantes, em numero de 1.292 entre velhos, mulheres e crianças, provendo maios solicitude a todas as suas necessidades e meios de transporte”(26).

(26) “Revista del Instituto Histórico del Brasil” (1883), tomo XLVI, Parte II, p. 36, Río de Janeiro. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Este auxilio prestado por los portugueses motivará posteriormente, el 21 de Enero de 1821, la enérgica protesta de Ramírez ante el barón de la Laguna:

“La adjunta comunicación que tengo el disgusto de poner en manos de V. E. del Señor Mariscal las Llagas (Chagas), le instruirá de la falta de decoro con que aquel Jefe se expresa, después de haber protegido escandalosamente la insurrección del Comandante General Sity, a quien él mismo sedujo para que se pasase con toda su gente a aquella banda, desobedeciendo a este Gobierno que quiso en tiempo contener los desórdenes que causaban y de los que él mismo señor Mariscal se quejó a este Gobierno en su penúltima comunicación.
“Yo espero el que V. E. ordenará a este señor que en lo sucesivo guarde más moderación con un Gobierno que en nada ha faltado a la política y buena armonía, neutralidad y mutua correspondencia”(27).

(27) Hernán Félix Gómez. “Corrientes y la República Entrerriana” (1929), p. 122, Corrientes. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

- El final

A fines de 1820 la llamada rebelión de los misioneros había terminado. También desde el punto de vista institucional podemos decir que, aunque temporariamente, la provincia de Misiones ya no existía; su último Comandante General habíase visto obligado a emigrar entre los portugueses.

Se calcula que unos 7.000 naturales también lo hicieron desde que se entablaron las luchas entre José Artigas y Francisco Ramírez primeramente, y luego entre éste y Sití y que la población de la región había quedado reducida al décimo de lo que era en tiempos de los jesuitas(28); y que si bien muchos -desengañados por el trato recibido- regresarán, en los primeros meses de 1821 volverán a incrementarse las deserciones y no serán solamente de naturales sino también de correntinos y entrerrianos.

Saint Hilaire, en Marzo de 1821 nos dirá:

“Não somente os indios se refugiaram entre os portugueses; enquanto estive em São Borja, vinham, todos os días, homens brancos de Corrientes, de São Roque e de outras aldeias de Entre Ríos se apresentar ao Coronel Paulette e lhe pedir permissaõ para procurar refugio nas estãncias portuguesas. Todos contam que, no momento, Ramírez faz um considerável reclutamento de homens. Casados ou não, ele arregimenta indistintivamente todos aqueles que possan ser colocados em armas; mas ninguém sabe positivamente quais seus projetos. Uns penisam que vai atacar Buenos Aires; outros que tem a intençao de fazer guerra aos paraguaios”(29).

(28) Auguste de Saint Hilaire. “Viagem ao Rio Grande do Sul” (1982), p. 273. Ed. ERUS.
(29) Auguste de Saint Hilaire. “Viagem ao Rio Grande do Sul” (1982), p. 282. Ed. ERUS. // Todo citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Derrotado y ausente Sití, en Enero de 1821, Ramírez nombrará como Comandante de Asunción del Cambay al capitán Nicolás Cabral y como Comandante de los pueblos del Alto Paraná -luego que éste se le subordinara- al capitán Nicolás Aripí.

En Yatebú (Loreto) continuará como comandante José Martín Gómez y en San Miguel, meses después, su comandante José Victorino Pérez será reemplazado por Félix de Aguirre quien nunca llegó a ser Comandante General de Misiones durante la llamada República Entrerriana.

Merced a Saint Hilaire se sabe del destino final de Sití luego de su internación en São Borja:

“O marechal (Chagas) apossouse das armas em nome do rei, mais deixo Sití establecerse em uma das aldeias das Missões, dispersando seus homens pela provincia; eles foram empregados como peõs ñas estãncias e cem deles foram admitidos no regimento de guaranis-portugueses”(30).

(30) Auguste de Saint Hilaire. “Viagem ao Rio Grande do Sul” (1982), p. 264. Ed. ERUS. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

San Miguel fue fijada como residencia de Sití donde, el 20 de Marzo de 1821, Saint Hilaire lo encontrará y tendrá ocasión de tratarlo personalmente(31).

(31) Auguste de Saint Hilaire. “Viagem ao Rio Grande do Sul” (1982), p. 311. Ed. ERUS. // Citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Muchos años más tarde, en 1828, en oportunidad de la recuperación de los siete pueblos misioneros orientales por Fructuoso Rivera, se tendrán nuevamente noticias de Sití: éste se pondrá de inmediato a disposición de su hermano Bernabé con “52 soldados, incluso dos clarines, 67 carabinas, 19 sables, algunas pistolas y municiones”(32); luego, en 1829 y con el rango de Teniente Coronel lo tenemos formando parte del Estado Mayor del Ejército del Norte en Bella Unión(33).

(32) “Recuperación de los Siete Pueblos de Misiones Orientales por las Armas de la Patria a las órdenes del brigadier D. Fructuoso Rivera” (1928), Imprenta del Estado, Buenos Aires.
(33) “EL Ejército del Norte” (1928), p. 5, Imprenta Militar, Montevideo. // Todo citado por Jorge Francisco Machón. “Misiones después de Andresito (Apuntes Históricos)”.

Es evidente que fue un personaje de singulares características, de indudable valor y capacidad como lo demuestran las decisiones y actitudes que se ha visto obligado a tomar en su larga y venturosa vida.

Si bien es cierto que puede ser merecedor de objeciones y críticas por algunas de sus resoluciones o posturas, no es menos cierto -y debe serle reconocido- que fue un valiente jefe, defensor de la autonomía de su provincia y de la pobre riqueza que les quedaba a sus naturales.

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