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LOS VIRASORO EN EL PODER

La batalla de Vences del 27 de Noviembre de 1847 señaló un hito de fundamental importancia para la consolidación de la política federal de las provincias litorales. La derrota de Joaquín Madariaga puso fin, en la región, a una encarnizada lucha que desmembraba políticamente a la Nación.

Dentro de la gama de hechos convergentes tras ese encuentro tan cruel por la obtención del poder, comenzará a destacarse con fuerza de liderazgo la figura de Juan Benjamín Virasoro, quien será eje aglutinante de la coalición con las tropas entrerrianas de Justo José de Urquiza.

El éxodo de Madariaga y sus compañeros de la gesta de Paso de los Libres hacia Paraguay y Brasil, y el abandono de su cargo por el gobernador delegado doctor Gregorio Valdés, dejaron a la provincia de Corrientes en un estado de acefalía.

- El general Urquiza se hace dueño de Corrientes

El golpe fue aplastante. El gobernador propietario, general Joaquín Madariaga, había cruzado -después de Vences- el Paraná, guareciéndose en el Paraguay(1). Casi solo, el ex gobernador se dirigió a Asunción. El sufrimiento agravó el estado de salud de Madariaga y esto hizo que el presidente Carlos Antonio López les hiciera dispensar a él y a sus familiares un tratamiento especial.

(1) Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Algunas fuentes señalan que Madariaga habría hecho el intento de arrastrar al presidente López a la guerra contra Juan Manuel de Rosas, pero fracasó, pasando luego a Porto Alegre (Brasil), donde morirá en cercanías de esta ciudad en Febrero de 1848(2).

(2) Once años permanecerán sus restos en Brasil. El 6 de Mayo de 1927 sus despojos fueron inhumados en la Catedral de Corrientes, al lado de los de Berón de Astrada. Sus parientes y amigos sufrirán persecución durante el primer año de Gobierno de los Virasoro. En los años 1849, 1850 y 1851, la política que la Administración Virasoro seguirá será la de acercamiento a Urquiza hasta llegar a un entendimiento completo. // Citado por Gabriel Enrique del Valle. “Los Hombres que Gobernaron Corrientes (Compendio de Historia Política)” (2007). Edición del Autor.

Lo cierto es que Joaquín no pudo sobrevivir mucho tiempo al quebranto físico y moral que había sufrido y en suelo brasileño -segundo lugar de su destierro- dejó de existir tres meses después de la derrota en Vences(3).

(3) Citado por Antonio Emilio Castello. “Historia de Corrientes” (1991), capítulo X: “Ultimos años de la lucha contra Rosas”. Ed. Plus Ultra.

El Gobierno delegado y el Congreso no tenían con qué resistir. El gobernador delegado Gregorio Valdés (que estaba en el mando desde Agosto de 1847, durante la ausencia del propietario Madariaga, en campaña  contra el general Justo José de Urquiza), también emprendió la fuga al tomar conocimiento de la derrota en los campos de Caá Catí, y así lo hizo el 28 de Noviembre de 1847, es decir, el día después de la batalla de Vences(4).

(4) Citado por Antonio Abraham Zinny. “Historia de los Gobernadores de las Provincias Argentinas” (1987), Ed. Hyspamérica.

Una parte de los derrotados -a pesar de las trabas que le puso el Gobierno paraguayo- pudo refugiarse en territorio del vecino país. “La noticia de la matanza inicua aterró a los habitantes de la capital que huyeron desesperados -hombres y familias- a la Villa del Pilar. En los pueblos de campaña -próximos al Ejército vencedor- era aún mayor el espanto; los abandonaban sus moradores cual si huyesen de fieras”(5), dice Mantilla.

(5) Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo XIII: “Guerra contra la Tiranía de Rosas. 1846-1850”, parágrafo 217. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.

El historiador argentino de origen gibraltareño, Antonio Abraham Zinny -cuyo punto de vista era liberal y, por ende, ultraporteño y fanáticamente unitario- se explaya sobre estos hechos:

“Madariaga, que fue derrotado el día antes (27 de Noviembre), en el Potrero de Vences, punto bien fortificado y distante 50 leguas de la capital, con pérdida de todo su Ejército, que se componía de unos 4.000 hombres y 12 piezas de artillería, bajo las órdenes del coronel Carlos Paz, que fue tomado durante la persecución, después de la acción, así como los coroneles Manuel Saavedra, Cesáreo Montenegro y Castor de León y fusilados los cuatro en el acto.
“Sin incluir éstos, el número de jefes, oficiales e individuos de tropa, tomados prisioneros el día de la batalla, se componía de 5 de los primeros, 71 de los segundos y 1.240 de los últimos.
“El fusilamiento de los cuatro jefes mencionados tuvo lugar un mes después de la batalla de Vences, por orden escrita del gobernador Miguel Virasoro, quien había desparramado partidas en todas direcciones en persecución de los derrotados.
“Hallábase el general Urquiza en las fronteras de Entre Ríos cuando recibió un chasque (Bautista Maidana, natural del Departamento Mercedes, Corrientes), del coronel M. Saavedra, pidiendo indulto para él y sus tres compañeros.
“Después de la derrota de Vences, Saavedra se había refugiado en los bosques de la provincia. El general Urquiza contestó satisfactoriamente por medio de don Vicente Montero -que lo acompañaba- y cuando esperaba ver llegar al coronel Saavedra, recibió la noticia de que el comandante José Escobar, (a) ‘Qalí-Escobar’, lo había hecho fusilar por orden escrita del gobernador provisorio Virasoro.
“Escobar tuvo que presentar entonces dicha orden para librarse del castigo a que iba a ser sometido. Lo mismo sucedió con el coronel Carlos Paz.
“Saavedra había pertenecido al primer Ejército Libertador y mandó el escuadrón Yeruá en la batalla del Quebracho y la izquierda en Famaillá. Después de estos sucesos desgraciados, acompañó al general Lavalle y, a la cabeza del escuadrón Libertad -compuesto del sur y norte de Buenos Aires- se halló en la batalla de Ingavi (23 de Diciembre de 1841)".

El general Urquiza, en su Parte fechado en su Cuartel General en Abalos, a 23 de Diciembre de 1847, y publicado en la Gaceta Mercantil decía:

“En la activa persecución que, por diferentes cuerpos y partidas del Ejército, se les hizo a los salvajes unitarios derrotados en la memorable jornada del Potrero de Vences, se les tomaron como 900 prisioneros, a más de los que expresaba mi segundo Parte, entre ellos los traidores salvajes unitarios titulados coroneles: comandante general de artillería Carlos Paz; jefe de división Manuel Saavedra; jefes de partidas en los montes del Paiubre, Cesáreo Montenegro; y el titulado teniente coronel Castor de León, estos cuatro fueron inmediatamente fusilados”(6).

(6) Véase además el último artículo escrito por el doctor Florencio Varela para el número 725 del “Comercio del Plata”, de Montevideo, del 20 de Marzo de 1848. // Citado por Antonio Zinny. “Historia de los Gobernadores de las Provincias Argentinas” (1987), Ed. Hyspamérica.

Zinny señala más adelante:

“El coronel Pedro J. Martínez publicó una carta(7) relativa a los hechos subsiguientes a la referida batalla. En ella empieza por decir que en Vences no se fusiló un solo jefe u oficial del Ejército correntino después de la batalla; que todos los prisioneros -en número de 4.000- fueron respetados y, algunos, a despecho de exigencias de los jefes que pedían se les fusilase y, al mismo coronel Martínez, por haber evitado la víspera de la acción, hallándose de servicio entre líneas, que se pasaran al general Urquiza su batallón y parte del Republicano, y por ser entrerriano al servicio de sus enemigos”

(7) Véase “La Tribuna”, (Buenos Aires), Nro. 5.634 del 24 de Julio de 1869. // Citado por Antonio Zinny. “Historia de los Gobernadores de las Provincias Argentinas” (1987), Ed. Hyspamérica.

“Que a la par de él se salvaron los coroneles Francisco Olmos, José Luis Avalos y Eusebio Palma; comandantes Pedro Mansilla, Ignacio Benavídez, Ramón Sánchez y Pimental; capitanes Virasoro, Antonio Soto; ayudante Mariano Piedrabuena; tenientes Manuel Gil, Wenceslao Martínez; alféreces Ciriaco Torres y Agustín Maidana; etc., etc." y agrega:

“El coronel (Carlos) Paz no murió atado a un árbol, ni lanceado como se asegura, murió en la persecución después de la batalla y bien distante del campo en que se peleó.
“El coronel Saavedra fue muerto por el mismo oficial que conducía el indulto del General, por enemistad personal entre ambos; me consta que al recibir el señor general Urquiza esa noticia, se irritó sobremanera, pues estimaba al infortunado Saavedra y porque había autorizado a todos sus jefes para indultar a los enemigos y no para quitarles la vida, y creo que el oficial que eso hizo se llamaba Qali, de la escolta del gobernador entonces de Corrientes.
“El comandante Castor de León tampoco fue lanceado ni atado a un árbol, como se dice; fue muerto por sus mismos soldados cuando él se dirigía para la frontera brasileña, seis o siete días después de Vences”.

El historiador Antonio Emilio Castello también reflexiona sobre la situación:

“Según los tres Partes enviados por éste (Urquiza) a Rosas, los correntinos tuvieron 700 muertos, 96 jefes y oficiales prisioneros, además de 2.135 hombres de tropa. La mayoría de los muertos lo fueron cuando escapaban y al ser alcanzados eran lanceados o degollados.
“Tiempo después de la batalla fueron fusilados los coroneles Carlos Paz y Manuel Saavedra y los teniente coronel Cesáreo Montenegro y Castor de León atribuyéndose -en algunos casos- la orden a Urquiza y en otros a decisiones de sus subordinados.
“Mucho se ha escrito sobre el encono de Urquiza y de los jefes correntinos que lo secundaron luego de Vences. En el Ejército del vencedor casi un treinta por ciento de sus jefes eran correntinos que llegaron con su coraje, sus odios y pasiones.
“Personas autorizadas han recordado con razón que en las luchas de la provincia de Corrientes, en ésa y en otras épocas, el encono y la represalia sangrienta fueron un fenómeno común”(8).

(8) Citado por Antonio Emilio Castello. “Historia de Corrientes” (1991), capítulo X: “Ultimos años de la lucha contra Rosas”. Ed. Plus Ultra.

- La relación Urquiza-Rosas

Los laureles de Vences debían de ser efímeros para la causa del rosismo. Las desinteligencias entre Juan Manuel de Rosas y Justo José de Urquiza eran crónicas:

“Si éste no se pronunció -dice Zinny(9)- en 1846 contra Rosas, la culpa fue de los señores Madariaga que no tuvieron la paciencia de esperar la oportunidad de dar el golpe seguro y no cometer el error de precipitarse -como se había hecho antes- con partidas de 50 a 100 hombres, para caer víctimas de la imprudencia”.

(9) Antonio Abraham Zinny. “La Gaceta Mercantil de Buenos Aires. 1823-1852” (resumen por Antonio Zinni en: “Historia de los Gobernadores de las Provincias Argentinas”, tomo III, p. 202). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Y considerando la necesidad -en Urquiza- de simular, porque estaba al tanto del poder y de la intriga de Rosas, dice:

“Su plan fue bien y oportunamente desarrollado y mejor realizado; por eso tuvo un feliz éxito el memorable día 3 de Febrero de 1852, algo tarde en verdad; pero la culpa fue de los que pudiendo prestar cooperación y evitar el sacrificio de nuevas víctimas, contribuyeron a que se malograra una bella oportunidad, prolongando la época de la tiranía y produciendo un Vences el 27 de Noviembre de 1847”.

Pero es lo cierto -pese a las “patrióticas” intenciones que se adjudican, con unanimidad, a Urquiza- que las estrofas del “Himno Federal” sonaron en el territorio correntino...

Federales, a Rosas, invicto,
jurad siempre constancia y amor,
que es terror de unitarios su brazo,
y del libre el apoyo mejor...

Así decía el coro(10) que sustituía -en las reuniones de la milicia armada- a las cuartetas épicas de las canciones de Pago Largo...

A la lid, correntinos, corramos,
guerra y muerte al cruel invasor...

(10) Antonio Abraham Zinny. “La Gaceta Mercantil de Buenos Aires. 1823-1852” (resumen por Antonio Zinni en: “Historia de los Gobernadores de las Provincias Argentinas”, tomo III, p. 43). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

El triunfo de Vences fue total y terminó la obra disolutiva de la intriga que, en la época de Madariaga, había minado las fuerzas del elemento unitario en la provincia. Su noticia cundió por todo el país y los festejos populares anunciaron que del territorio nacional desaparecía el último baluarte contrario al despotismo rosista.

El, sin embargo, no acalló de inmediato las suspicacias que levantaba Urquiza.

Con motivo(11) de la publicación de los documentos referentes a la campaña de Vences y, al ser ellos insertados en “La Gaceta”, se estampó -por error de imprenta o intencionalmente- “envilecido general Urquiza”, en lugar de “esclarecido”. Ello motivó la prisión de los operarios, la amonestación del director y la expulsión del compositor, que se consideró culpable, pues se tuvo la precaución de hacer desaparecer el original...

(11) Antonio Abraham Zinny. “La Gaceta Mercantil de Buenos Aires. 1823-1852” (resumen por Antonio Zinni en: “Historia de los Gobernadores de las Provincias Argentinas”, tomo III, p. 219). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

- Miguel Virasoro, gobernador provisorio

Mientras tanto en Corrientes, y como consecuencia de la fuga de Joaquín Madariaga y considerando que también el gobernador delegado Gregorio Valdés -tras la derrota- había abandonado la provincia el día después de Vences, el Congreso no dejó -empero- su puesto sin cumplir el último deber, así que conocido el desastre y con el objeto de garantizar la tranquilidad pública, la Sala Permanente designó provisoriamente para ocupar el cargo de gobernador al coronel Miguel Virasoro(12), “único hermano de los servidores de Urquiza de ese apellido que no defeccionó de la causa liberal mientras ella mantuvo la protesta armada contra Rosas”, -según Mantilla-, (“ex unitario”, según Zinny), “sus vínculos de sangre podían servir de alguna garantía a la provincia”, sentencia Mantilla, fundamentando una de las últimas decisiónes adoptada por el Congreso que respondía a la anterior Administración.

(12) Noviembre 28 de 1847. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo XIII: “Guerra contra la Tiranía de Rosas. 1846-1850”, parágrafo 217. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.

Castello repica lo conceptuado por Mantilla al decir que “Miguel Virasoro fue el único de los hermanos que se mantuvo fiel a la causa liberal mientras hubo posibilidad de luchar contra Rosas”.

Así, Miguel Virasoro fue nombrado gobernador provisoriamente -por la representación permanente- quien asumió el P. E. el 28 de Noviembre de 1847. Permanecerá en el cargo hasta el 15 de Diciembre de 1847. Con él se inició un período federal rosista de Gobierno.

Ese mismo 28 de Noviembre de 1847, éste(13) dirigirá una extensa Nota al general Justo José de Urquiza, haciéndole presente haber aceptado el cargo en fuerza de la necesidad de que la provincia no quedase en acefalía y felicitándolo por el triunfo de Vences

(13) La Nota en el Mensaje del mismo folleto (“La Gaceta Mercantil de Buenos Aires. 1823-1852”, resumen de Antonio Abraham Zinni). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

En una Proclama de esa fecha, notificó la reincorporación de Corrientes a la Confederación, de acuerdo con las disposiciones del Pacto Federal de 1831.

En el Oficio a Urquiza, Miguel Virasoro hacía presente -además-

* que las fuerzas de la Capital y Departamentos próximos se habían plegado espontáneamente a la reacción;
* que la divisa unitaria adoptada antes de la campaña -por Madariaga y Valdés- había sido arrojada y vilipendiada;
* encomiaba las declaraciones de Urquiza, de que no hacía la guerra al pueblo correntino sino al gobernador Madariaga y sus secuaces;
* y comunicaba constituir como comisionado a Cayetano Virasoro, para que lo impusiese verbalmente del pronunciamiento de la capital, jefes presentados, etc.

Urquiza contestó el 1 de Diciembre(14) al coronel Virasoro, desde el campo de batalla, en la boca del Potrero de Vences, felicitándolo por la designación de gobernador provisorio y haciendo votos porque la paz se arraigase en la provincia, que patrióticamente integraba la Confederación Argentina.

(14) La Nota en el mismo folleto. (“La Gaceta Mercantil de Buenos Aires. 1823-1852”, resumen de Antonio Abraham Zinni). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

- Medidas inconsultas de Miguel Virasoro terminan desairándolo

La primera medida de Miguel Virasoro fue ofrecer “garantías completas y cumplidas” a los emigrados en el Paraguay; pero Urquiza desaprobó el paso y ordenó procedimientos acordes con el sistema que imperaba en el país, posición que será imitada posteriormente por el Congreso de Corrientes(15).

(15) Citado por Antonio Emilio Castello. “Historia de Corrientes” (1991), capítulo X: “Ultimos años de la lucha contra Rosas”. Ed. Plus Ultra.

El 29 de Noviembre de 1847, el gobernador provisorio Miguel Virasoro ofició al presidente López -que se encontraba en Villa del Pilar- pidiéndole mandara regresar los lanchones de guerra “Constitución” y “Caá Guazú” -llevados por los emigrados- “y a todos los que de éstos quisieran volver”, a los que ofreció “las completas y cumplidas garantías”.

López contestó satisfactoriamente e impartió órdenes al respecto. Más, como el paso fue dado sin consultar a Urquiza, éste lo desaprobará, por lo que Virasoro tendrá que retroceder en sus actos.

De esta gestión informará días después al nuevo Congreso que se constituirá, en Mensaje del 12 de Diciembre de 1847, acompañando la correspondencia cambiada con López.

El Congreso -en su respuesta al Mensaje- expresó que el paso dado por el gobernador provisorio ante el Gobierno paraguayo era inoportuno y avanzado y declaró solemnemente que ese precedente impremeditado era nulo y de ninguna trascendencia(16).

(16) Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo XIII: “Guerra contra la Tiranía de Rosas. 1846-1850”, parágrafo 217. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.

Impotente, el gobernador provisorio tuvo que dar marcha atrás. El historiador Mantilla da su interpretación del suceso al señalar que “ya no había ni habría en lo sucesivo Gobierno de voluntad propia en Corrientes; sería lo que plugiese a Urquiza. Ese era el botín principal de Vences”.

El historiador correntino va un poco más allá al afirmar que “de hecho, quedarían borradas las líneas de frontera, rigiéndose la provincia como un gran Departamento de Entre Ríos”.

- Reinstalan Congreso disuelto en 1843

El 1 de Diciembre de 1847, Urquiza felicitó a su vez a Virasoro por la buena elección de la Honorable Sala y le expresó su deseo de que la Legislatura tuviese “igual criterio al designar al gobernador definitivo”(17).

(17) “La Gaceta Mercantil” del 5 de Diciembre de 1848. // Citado por Roberto Gustavo Pisarello Virasoro y Emilia Edda Menotti. “Los Virasoro en la Organización Nacional” (Septiembre de 1997). Ed. Talleres Gráficos Gráfica Integral, Buenos Aires.

Preocupado de legalizar su autoridad de facto el que -racionalmente- no podía fundarse en el voto y en las Instituciones del régimen político vencido, a Miguel Virasoro se le abrieron dos opciones:

1.- Congregar al pueblo a elecciones, lo que que importaba el cese inmediato de las autoridades de Madariaga; o
2.- Adoptar el procedimiento circunstancial de reunir a los hombres arrojados del poder por la reacción de 1843, para luego abocarse definitivamente a la organización institucional de la provincia.

Los integrantes del Congreso de los tiempos de Madariaga no continuarán mucho tiempo ocupando sus cargos, ya que Urquiza mandó enseguida que fuese reinstalado el Congreso disuelto en 1843, orden que fue ejecutada por el teniente coronel José Antonio Virasoro(18).

(18) Citado por Antonio Emilio Castello. “Historia de Corrientes” (1991), capítulo X: “Ultimos años de la lucha contra Rosas”. Ed. Plus Ultra.

El procedimiento dejará al descubierto un hecho paradójico: el Congreso que reinstalaba Miguel Virasoro era el que había sido disuelto en 1843 como consecuencia del derrocamiento del gobernador Pedro Dionisio Cabral, movimiento ejecutado por el teniente coronel José Antonio Virasoro -pronunciado entonces en favor de la reacción encabezada por los Madariaga- a la que también se plegó su hermano Miguel, el ahora gobernador provisorio.

En efecto; el 10 de Diciembre de 1847, Miguel Virasoro pasa una Circular a los ciudadanos que componían el Congreso Provincial en 1843, convocándolos para el nombramiento de gobernador.

El 11 de Diciembre -al día siguiente- se reúne el Congreso de 1843, el que lo comunica en oficio suscripto por el Presidente de la Honorable Sala, en el que lamentaba la falta de cinco diputados ausentes. El mismo día, el gobernador provisorio acusaba recibo y opinaba que debían integrarse los cargos de los ausentes con suplentes que el mismo Congreso formularía y, el 12 de Diciembre de 1847, ponía tropas a disposición del presidente para rendir los honores en la instalación solemne del Cuerpo Legislativo(19).

(19) Las Notas en el folleto indicado (“La Gaceta Mercantil de Buenos Aires. 1823-1852”, resumen de Antonio Abraham Zinni). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Los representantes de 1843 inauguraron sus Sesiones el 12 de Diciembre de 1847, completando su número eligiendo suplentes a los titulados diputados fallecidos, que eran cinco(20), como se indicó. El ex gobernador Cabral había fallecido -fuera de la provincia- en ese mismo año de 1847.

(20) Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo XIII: “Guerra contra la Tiranía de Rosas. 1846-1850”, parágrafo 217. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.

“No fue tal vez extraña a su resolución la teoría rosista de que las autoridades de su régimen no caducaban cuando una revolución levantaba a nuevos nombres, autoridades que se reestablecían en cuanto era posible”(21), dice Hernán F. Gómez al referirse a estos hechos.

(21) Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Ese mismo día 12 de Diciembre de 1847 -en que se reinstalaba el Congreso de 1843- Miguel Virasoro envió un Mensaje en que ponderaba sus buenas intenciones y hacía conocer los reclamos interpuestos ante el Paraguay para traer a la patria a los soldados que se asilaron en su territorio después de Vences; los “reparos” que dice haber decretado para indemnizar -en parte- las pérdidas sufridas por los federales despojados de sus bienes, así como la política de concordia del general Justo José de Urquiza.

El Congreso, el 13 de Diciembre de 1847, por intermedio de su presidente y secretario, Gregorio Araujo y Tiburcio Fonseca respectivamente, contestaba a Miguel Virasoro, aprobando su gestión, excepto en sus reclamos del Paraguay, asunto de competencia del Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación(22).

(22) Los documentos, en el mismo folleto. (“La Gaceta Mercantil de Buenos Aires. 1823-1852”, resumen de Antonio Abraham Zinni). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Se legalizaba -asimismo- la gestión del gobernador provisorio y se lo habilitaba para seguir en el mando hasta que se efectuara el nombramiento del propietario.

- Elección del gobernador propietario

Casi a continuación se efectúa el nombramiento del propietario. El 14 de Diciembre de 1847, “por fallecimiento del Exmo. Sr. Gobernador Propietario legal de la provincia, virtuoso ciudadano federal Dn. Pedro Dionisio Cabral”, fue electo “por unanimidad de votos” para el cargo de Gobernador Propietario y Capitán General de la provincia Dn. Benjamín Virasoro, designación que contó con la aprobación de Urquiza en oposición al nombre del prestigioso y respetado ciudadano Gregorio Araujo, quien ejercía la presidencia del Congreso General.

Así, el Congreso nombró gobernador propietario al candidato de Urquiza, el coronel Juan Benjamín Virasoro. Según Mantilla, Virasoro “había sido designado por Urquiza, no obstante que el verdadero candidato de los diputados era su presidente, Gregorio Araujo, partidario de Rosas”.

Castello confirma este concepto al decir que “esto no satisfizo totalmente las aspiraciones de los rosistas que habían vuelto a la provincia, pues su candidato era Gregorio Araujo”.

Miguel Virasoro suscribió el decreto correspondiente, poniendo en posesión del Poder Ejecutivo a Benjamín Virasoro:

“Habiéndose cumplido con todas las formalidades que prescribe la ley, el Gobierno Provisorio
“Decreta:
“Artículo 1.- Con arreglo a lo ordenado y sancionado por el H. C. G., queda posesionado del mando de la provincia el coronel Jefe de Div. Dn. Benjamín Virasoro.
“Artículo 2.- Se ordena su reconocimiento como Gobernador y Capitán General de la provincia, a cuyo efecto publíquese y circúlese a todos los Departamentos de ella.
“Corrientes, Diciembre 15 de 1847.
“Miguel Virasoro"(23)

(23) “Revista Oficial de Corrientes”, Año 1848, p. 63. // Citado por Roberto Gustavo Pisarello Virasoro y Emilia Edda Menotti. “Los Virasoro en la Organización Nacional” (Septiembre de 1997). Ed. Talleres Gráficos Gráfica Integral, Buenos Aires.

Al asumir el mando el 15 de Diciembre de 1847, Juan Benjamín Virasoro se convertía en el 12do. gobernador constitucional de Corrientes y su mandato tendrá dos períodos: el primero, correspondiente al trienio 1847-1850; en este último año será reelecto para un nuevo período (el trienio 1850-1853), el que no alcanzará a completarlo ya que será destituido en Julio de 1852.

Los antecedentes de Benjamín Virasoro, tanto militares como civiles; su formación cultural, unida a una despierta inteligencia; su arraigo al terruño con la explotación intensiva de sus campos; la rectitud de su carácter, constituían suficiente aval para que esa designación fuera bien recibida, pese al enfrentamiento de posiciones irreductibles y avasallantes.

El 15 de Diciembre de 1847, al asumir sus funciones, Virasoro comunicó al gobernador de Buenos Aires, brigadier Juan Manuel de Rosas, su nombramiento como Gobernador y Capitán General de la provincia de Corrientes.

El Congreso General -presidido por Araujo- había autorizado al gobernador Virasoro -cuando asumió el cargo- para felicitar a Rosas y agradecer

“... al Gran Americano por haber libertado a Corrientes del caos tiránico establecido por los salvajes unitarios y por los eminentes servicios que ha prestado y presta a la patria sosteniendo los derechos argentinos contra los avances de los extranjeros”.

También, ese 15 de Diciembre, Virasoro comunicaba a Urquiza estas novedades(24) quien, desde Paso Borda, en el río Corriente, el 21 del mismo(25), lo felicitaba, esperando que la reincorporación de Corrientes a la Confederación -de acuerdo al Pacto Federal de 1831- trajese la felicidad de la provincia y de la Nación.

(24) Registro Oficial de la provincia de Corrientes - Año 1847, p. 53.
(25) Registro Oficial de la provincia de Corrientes - Año 1847, p. 55. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Acompañado del acápite obligatoriamente establecido en la época, “¡Viva la Confederación! ¡Mueran los salvajes unitarios!”, el gobernador señalaba al entrerriano el “inmerecido honor con que se ha visto favorecido” ... y la “inmensa responsabilidad de los deberes que se le han impuesto”.

En su carta a Urquiza, Virasoro destacaba los sentimientos de amistad y reconocimiento que lo unían al jefe entrerriano, a quien felicita “con la más intensa y cordial satisfacción fraternal”, asegurándole “la sinceridad con que eleva sus votos al cielo por la felicidad del esclarecido General que tan dignamente preside los destinos con la más profunda consideración y respeto”.

Urquiza, el 21 de Diciembre, le participó la inmensa satisfacción por ese nombramiento:

“El infrascrito se complace en felicitar al pueblo correntino y a sus HH.RR. por el acierto que han tenido al elegir a V. E. para que presida sus destinos; seguro el infrascrito de que V. E. sabrá llenar con dignidad y cumplidamente los deberes que le impone el honroso cargo de que ha sido investido...
“El infrascrito no duda que la provincia de Corrientes sabrá apreciar la nueva época de prosperidad y ventura que va a recorrer...
“Y más se robustece esta confianza en el infrascrito por reconocer en la benemérita persona de V. E. toda la energía necesaria, patriotismo y entusiasmo federal americano, para conducir el espíritu público de la provincia de su mando hasta la altura que honrosamente debe ocupar en el rol de las provincias confederadas”(26).

(26) “Corrientes Confederado”, Nro. 1, Sábado, Enero 1ro. de 1848. // Citado por Roberto Gustavo Pisarello Virasoro y Emilia Edda Menotti. “Los Virasoro en la Organización Nacional” (Septiembre de 1997). Ed. Talleres Gráficos Gráfica Integral, Buenos Aires.

Intensa será la actividad legislativa en estos días: el 18 de Diciembre, la Legislatura otorgó al electo el grado de Coronel Mayor(27); sancionó que el retrato de Juan Manuel de Rosas fuese colocado en la Sala de Sesiones(28); y decretó entregar -como un voto de gratitud y un presente- una espada de honor a Urquiza con esta inscripción en la hoja: “Corrientes agradecida al héroe vencedor en Vences”(29) (el cincelado fue obra de Manuel Núñez y de Ibarra).

(27) Diciembre 18 de 1847.
(28) Diciembre 20 de 1847.
(29) Diciembre 27 de 1847. La espada decretada fue entregada a Urquiza en 1848. // Todo citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo XIII: “Guerra contra la Tiranía de Rosas. 1846-1850”, parágrafo 217. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.

Tal como se indicó, el 20 de Diciembre de 1847 el Congreso General decidió que el retrato de Rosas fuera colgado en un lugar prominente de la Sala de Sesiones -al lado derecho del asiento del presidente- dándose cumplimiento a esta resolución meses después, el 9 de Julio de 1848.

Cuarto días despúes, el 24 de Diciembre, se derogaban las resoluciones, decretos y leyes emanadas “de las anárquicas y rebeldes Administraciones del protervo bando salvaje unitario”.

Al mismo tiempo y justificando el placer que le causaba el comunicado y la garantía que el nuevo orden de cosas le inspiraba, Urquiza decía al gobernador Benjamín Virasoro que continuaba su marcha a Entre Ríos mientras ordenaba se entregasen(30) al coronel Miguel Virasoro “49 jefes y oficiales y 1.915 individuos de tropa, incluso el batallón Unión, con su banda de música completa, que fueron hechos prisioneros en Vences”.

(30) Tal es la palabra usada en la Nota. Registro Oficial de la provincia de Corrientes - Año 1847, p. 56. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Así retribuyó Urquiza tan diligentes “manifestaciones de fino amor y respeto”, obsequiando al gobernador con parte de los despojos y prisioneros de Vences(31), reservándose el resto para “ofrecerlos” a Rosas:

“... al efecto ha ordenado que -con esta fecha- se entreguen al coronel don Miguel Virasoro, 49 titulados jefes y oficiales y 1.915 individuos de tropa, incluso el titulado batallón Unión con su banda de música completa, que fueron hechos prisioneros por el Ejército de Operaciones de la Confederación en la gloriosa jornada de Potrero de Vences; asimismo ha ordenado el infrascripto se le entreguen también al coronel don Miguel Virasoro, seis piezas de artillería completas con 300 tiros a bala y metralla, 300 fusiles y 30.000 cartuchos a bala, de fusil y carabina, de los que fueron igualmente tomados en aquella gloriosa jornada, a nombre del Excelentísimo Señor Gobernador y Capitán General de la provincia de Buenos Aires, Encargado de las Relaciones Exteriores y de los Asuntos de Paz y Guerra de la Confederación Argentina, brigadier general don Juan Manuel de Rosas, y del infrascripto General en Jefe del Ejército de Operaciones de la Confederación, póngalos dichos prisioneros, armamento y municiones expresados, a la disposición de V. E., reservándose el infrascripto un número proporcionalmente insignificante de titulados jefes, oficiales y tropa prisioneros, y algunos pertrechos de guerra tomados en la gloriosa jornada del Potrero de Vences, para cumplir con el deber de ofrecerlos al Gobierno General de la Confederación, como trofeos de aquella espléndida victoria...”(31).

(31) Nota de Urquiza al gobernador Benjamín Virasoro, Diciembre 21 de 1847). // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo XIII: “Guerra contra la Tiranía de Rosas. 1846-1850”, parágrafo 217. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.

Como se observa en la Nota antedicha, Urquiza agregaba seis piezas de artillería completas, con 300 tiros de bala y metralla y 30.000 cartuchos de fusil y carabina, manifestando que un número proporcional de prisioneros y pertrechos reservaba para ofrecerlos al Gobierno Federal de la Confederación.

Era una manera disimulada -en Urquiza- de dejar la mitad del armamento a la provincia que había de servirle para sus planes en el futuro, mientras lo que reservaba habría de llegar más reducido a Buenos Aires con los efectos que retendría(32).

(32) El mal estado de las relaciones con el Paraguay dieron a Urquiza el pretexto necesario para quedarse con prisioneros y gran parte del material. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

El gobernador Virasoro agradeció -en Nota del 27 de Diciembre de 1847- complaciéndose de que Urquiza diera por terminada su misión, reiterada la promesa de que Corrientes sería Estado federal del régimen.

“Montada la máquina del poder personal del vencedor dentro del sistema de la Federación cruda, Urquiza se retiró a Entre Ríos. Ya Corrientes era suya por sus poderes y por el terror infundido”, sentenciará Mantilla.

Acto seguido, el Gobierno se dedicó a una labor reconstructiva. Uno de sus primeros actos(33) fue premiar -con arreglo a las circunstancias- los sacrificios de los emigrados rosistas que, con Pedro Dionisio Cabral, salieron de la provincia en 1843.

(33) Ley del 30 de Diciembre de 1847. Registro Oficial de la provincia de Corrientes - Año 1847, p. 61. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Vida Pública del Dr. Juan Pujol (Historia de la provincia de Corrientes de Marzo 1843 a Diciembre 1859)” (1920). Ed. por J. Lajouane & Cia.

Sucesivamente, se proveyeron las funciones públicas. La elección de sus colaboradores recayó en personalidades “adictas a la sagrada causa federal”, de relevante actuación en el plano provincial; muchos de ellos austeros y rectos -como Domingo Latorre- depusieron su fervor político en beneficio de la función que les tocó desempeñar.

Rodearon a Virasoro, como Jefe de Policía interino, el sargento mayor Alejandro Azula; Jefe de Plaza, el sargento mayor José Luis Garrido; Sebastián Alegre, como Capitán interino del Puerto (más tarde, por renuncia de éste, el sargento mayor Fermín Alsina).

En la magistratura fueron designados:

Juan Felipe Gramajo, Alcalde Mayor; Manuel Fernández, Juez de primera instancia en lo Civil y Comercial; Ramón Galárraga, Juez de primera instancia en lo Criminal; Tomás Echavarría, Juez de primera instancia en lo Civil, de la Villa de Goya; José María Cabral, Fiscal General de Estado; Manuel José Ruda, Defensor General de Pobres y Menores.

Su hermano Cayetano desempeñaría la función de Comandante de Fronteras; Miguel actuó en carácter de Delegado, asumiendo las responsabilidades del cargo cuando la ausencia del titular así lo reclamase y, el 24 de Enero de 1848 será designado Comandante General de Armas del distrito de la Capital; y José Antonio -de tan eficaz actuación en Vences- fue nombrado Jefe de Frontera del Uruguay -con asiento en Paso de los Libres- entonces Restauración.

En fecha 1 de Diciembre de 1848, recién designará ministro a Teodoro Gauna -con retención de su empleo de Contador General interventor- y Vista de Aduana, en fecha Julio 2 de 1851, cesando Gauna en sus funciones de ministro(34).

(34) Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo XIII: “Guerra contra la Tiranía de Rosas. 1846-1850”, parágrafo 217. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.

No podemos considerar estos nombramientos como un típico caso de nepotismo o paternalismo excluyente, sino que Benjamín Virasoro necesitaba hombres de confianza a su lado y, fundamentalmente, en cargos de tanta responsabilidad, para mantener la soberanía territorial y la seguridad pública.

Al tener en cuenta que la historia considera el tiempo y espacio para juzgar los hechos, para analizarlos según las circunstancias que promovieron su accionar, debemos encuadrar en su debido contexto las primeras medidas tomadas por el nuevo Gobierno.

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