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La posición del presidente Mitre y la Intervención Federal

Evaristo López renunció forzosamente el Gobierno y será luego puesto en libertad, sustituyéndole el presidente de la Legislatura, Francisco M. Escobar, llamado al poder constitucionalmente. Pero Nicanor Cáceres no respetó el cambio y, aumentando sus fuerzas con las movilizadas de cuenta propia en el sur de la provincia, se alzó contra la nueva situación desobedeciendo órdenes terminantes y conminatorias del presidente de la República.

Al producirse el movimiento sedicioso el 27 de Mayo de 1868, el presidente Bartolomé Mitre admitió que existían motivos para justificarla, pero la calificó de escandalosa en cuanto era obra de oficiales nacionales, y de criminal, porque se producía en la base de abastecimiento de la guerra y al lado de la inquietante Entre Ríos.

Mitre abstúvose por de pronto de reconocer a Escobar, sosteniendo la ilegalidad de una renuncia arrancada por la violencia y no aceptada por la Legislatura, y ordenó al general Gelly y Obes que prohibiese toda injerencia política a los jefes y oficiales que atacaban o apoyaban al gobernador derrocado(1).

(1) Archivo del general Mitre, Guerra del Paraguay” (1911-1913). Cartas al general Gelly y Obes, Junio 2, 10 y 18 de 1868, en tomo III, pp. 232, 238 y 245, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Evidentemente, podemos concluir que Gelly y Obes practicó posiciones contradictorias ya que por un lado reconoció a Escobar como nuevo gobernador y ordenó a los jefes y oficiales que les presentasen sus respetos, actitud sostenida el 28 de Mayo de 1868. Cinco días después el ministro de Guerra recibe carta de Mitre en el que éste inculcaba la no intervención del Gobierno Nacional.

Esta orden presidencial no será acatada por Cáceres: “Yo he creído que mi carácter de Jefe nacional no me impedía, ni me impide, servir al Gobierno legal de esta provincia de mi nacimiento(2).

(2) Nota al general Gelly y Obes (Junio 10 de 1868) en “El Uruguay”, Nro. 2.406, Julio 2 de 1868, en Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 335. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El Gobierno Provincial envió tropas sobre él, y se libraron algunos combates de poca importancia que lo obligaron a retirarse hacia Entre Ríos. La intervención del general Justo José de Urquiza complicó la cuestión. En la línea fronteriza de las dos provincias estaba situado Ricardo López Jordán, con un ejército, para dar protección a Cáceres; éste será alcanzado en Garay por las fuerzas que lo perseguían y, en la batalla librada, las tropas entrerrianas entrarán en combate.

Al gobernador de Entre Ríos, el presidente mismo le exigió estricta neutralidad(3). Urquiza acató el mandato, que llegó tarde, cuando algunas milicias habían penetrado en terreno correntino y alistádose a las órdenes de Cáceres. Obedecieron las milicias que aún permanecían en Entre Ríos -si bien bajo protesta- y se ubicaron en un punto estratégico de la frontera a las órdenes del general López Jordán.

(3) “Documentos relativos a la Organización Constitucional de la República Argentina” (1911), tomo II, pp. 173 a 179. Facultad de Filosofía y Letras, Sección de Historia, Compañía Sudamericana de Billete de Banco, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Más, las ya internadas en Corrientes, dejaron en claro que mal podían abandonar a sus amigos, siendo que el movimiento contra López se hacía al grito de ¡Muera Urquiza!(4).

(4) Archivo del general Mitre, Guerra del Paraguay” (1911-1913). Carta al general Gelly y Obes, Junio 18 de 1868, en tomo III, p. 243, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

La desobediencia de Cáceres y la actitud alarmante de Entre Ríos impresionaron al presidente. Para Mitre eso era faltar a la neutralidad impuesta por la Constitución General a las provincias y una manifiesta provocación de guerra civil, que ponía al Gobierno Nacional en la obligación de intervenir para reprimirla.

Mitre dispuso que una división del Ejército de línea bajara del Paraguay y se situara en Corrientes para impedir todo acto de guerra con la vecina provincia, así como facilitar la provisión del Ejército. Mandaría las tropas el general Emilio Mitre, con el título de Comisario Nacional(5). El Gobierno local acató inmediatamente el acto, disolviendo sus fuerzas; no así, el de Entre Ríos; ni Cáceres.

(5) Acuerdo de Junio 18 de 1868. Citado por Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 335. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El Congreso estaba reunido y nadie hablaba de intervenir. El doctor Wenceslao Díaz Colodrero -que había sido ministro de López- pidió al Ejecutivo que anulara la orden impartida al general Cáceres, a fin de que quienes luchaban contra los sediciosos se vieran asistidos por su Jefe, huérfanos como se hallaban de la protección federal(6). El presidente desatendió la solicitud.

(6) Nota de Díaz Colodrero al presidente Mitre (Julio 4 de 1868), en “El Uruguay”, Nro. 2.414, Julio 21 de 1868, en Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 336. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El 18 de Julio de 1868, el senador nacional Díaz Colodrero -representando a Corrientes(7)- interpeló al ministro de Justicia e Instrucción Pública (encargado del Ministerio del Interior) Eduardo Costa, para conocer su juicio respecto a los sucesos. El ministro dijo que el Gobierno debía prescindir de participar de los asuntos locales de Corrientes mientras no fuese requerido.

(7) Díaz Colodrero fue Senador Nacional desde el 16 de Julio de 1868 al 27 de Mayo de 1876, al producirse su deceso. Lo reemplazará Miguel Gelabert.

El senador interpelante manifestó entonces que correspondía intervenir sin requerimiento de las autoridades locales, por hallarse preso el gobernador y disuelta la Legislatura, con arreglo a la opinión expuesta por el Ejecutivo cuando se trató -en 1864- el caso de Salta.

Tales palabras ofrecieron a Costa la oportunidad para asegurar que la doctrina que había prevalecido en aquella ocasión fue la que siempre es indispensable el requerimiento.

Costa subrayó que la situación era distinta a la de Salta -pues estaba de por medio la renuncia del gobernador- y terminó incitando al interpelante a presentar un proyecto de Intervención si juzgaba pertinente la medida: el Ejecutivo cumpliría lo que se le mandase.

El debate terminó interrumpido por aclamaciones y aplausos en que participaron senadores y el público; acababa de saberse que los Ejércitos de la Triple Alianza se habían apoderado de Humaitá(8). Por esta acción, los tiempos de la guerra serán otros(9).

(8) “Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación Argentina del año 1868” (1893). Sesión de Julio 28 de 1868, pp. 182 y sigs.
(9) Durante los años 1866 y 1867 se produjeron en la guerra contra el Paraguay los combates más importantes que decidieron el curso final de la guerra, siendo muestra de la intensidad de la contienda los enfrentamientos de Curupayty (22 de Septiembre de 1866); Estero Ballaco (2 de Mayo de 1866); primero y segundo combate de Tuyutí (24 de Mayo de 1866 y 3 de Noviembre de 1867, respectivamente); entre otros. Pero el avance de los Ejércitos Aliados hacia el norte, precisamente hacia Asunción, estaba impedido por el dominio de los accesos que otorgaba la fortaleza de Humaitá. Esta construcción era uno de los puntos defensivos más sólidos de las fuerzas del presidente Francisco Solano López, que controlaba la navegación por río Paraguay. La fortaleza militar fue reforzada tiempo antes de la guerra por iniciativa de Carlos Antonio López y durante los años de la guerra alcanzó mayor dimensión, rodeada por baterías y un cerco de minas e impedimentos varios que protegían sus costas. // Todo citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

- Batalla de las Puntas del Arroyo Garay

Cuando Victorio Torrent asumió las funciones de gobernador interino, Evaristo López quedó libre. Fuese entonces a reunir con las fuerzas leales proclamándose gobernador y tachando de nulas sus dos dimisiones en virtud de la cláusula constitucional que declaraba írrito todo acto producido por coacción o a requerimiento a fuerza armada o gente sediciosa(10).

(10) Constitución de la Provincia de Corrientes de 1864, artículo 13. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El presidente Mitre aceptó este argumento, pues continuó llamándole a López gobernador constitucional, mientras llamaba a Torrent gobernador de hecho, tratamiento que generó las protestas de éste.

Con referencia a esta situación, dice Mantilla que "el Poder Ejecutivo Nacional desconoció -al principio- la autoridad del Gobierno ejercido por el presidente de la Legislatura, dándole el calificativo de gobierno de hecho, no obstante que sus actos contradecían la calificación pues, con él, mantuvo las mismas relaciones que sostenía con los demás Gobiernos provinciales"(11).

(11) Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Resistencia Popular de Corrientes. 1878” (1891). San Martín, Escuela de Artes y Oficios de la provincia de Buenos Aires. Editor.

López pidió inmediatamente el retiro de las tropas que mandaba el general Emilio Mitre, sosteniendo que realizaban una verdadera intervención injustificada, aparte que su presencia impedía la restauración del orden(12).

(12) Nota de Evaristo López al ministro Eduardo Costa (Julio 26 de 1868), en “El Uruguay”, Nro. 2.421, Agosto 4 de 1868, en Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 337. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El presidente estimó que la réplica estaba contenida en el propio Acuerdo en que dispuso el nombramiento del Comisionado Nacional. Intimado Cáceres a presentarse para dar cuenta de su conducta, desobedeció la orden y fue declarado rebelde y desertor. 

En realidad, el general Emilio Mitre se entrometía públicamente. En cierta ocasión se permitió escribir a los coroneles Nicolás Ocampo y Raymundo Fernández Reguera incitándolos a que batiesen a Cáceres para ver si Urquiza se movilizaba.

Los sucesos bélicos dieron inicio en las primeras horas del 18 de Julio de 1868 cuando las tropas del coronel Ocampo -que acampaban en el Paso de Caá Guazú- fueron sorprendidas y atacadas por un avance de caballería e infantería federal, por lo que se produjo un fugaz repliegue, con algunas luchas esporádicas y aisladas.

Las fuerzas del Gobierno insurrecto, a las órdenes del coronel Ocampo, se presentaron en Mercedes contra las del general Nicanor Cáceres, en sostén del gobernador legal López. Tuvo lugar un combate, en fue derrotado Ocampo, que huyó a los montes del Pay Ubre, donde fue activamente perseguido.
El resultado de este encuentro fue el que el general Cáceres dominara algunos Departamentos de la provincia, dirigiendo su marcha sobre la capital(13).

(13) Antonio Zinny. “Historia de los Gobernadores de la Provincia de Corrientes. 1810-1978” (1998), separata. Ed. Amerindia Ediciones Correntinas, Corrientes.

Ocampo informó al Ministerio de Gobierno de Torrent sobre las escaramuzas sostenidas con las tropas enemigas en las que padeció las pérdidas de un sargento, un cabo y un soldado muertos, más un herido. Respecto a las tropas de Cáceres se informó imprecisamente, señalándose que habría perdido muchos individuos de tropa(14).

(14) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folios 9 y 10. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El mismo Informe comenta que los hombres del general Cáceres, en aquella oportunidad, sumaban aproximadamente mil quinientos hombres, de los cuales 150 eran de infantería, teniendo el coronel Ocampo una tropa de 600 soldados.

La situación de los Comandantes de la columna del Norte y Sur del río Corriente se agravó al no recibir la ayuda económica requerida y, más aún, si se consideraba la posibilidad de que la caballería entrerriana apoyase al general Cáceres.

Todo esto traía desinteligencias en el seno de las autoridades de la capital provincial y en el Cuerpo militar, manifestadas expresamente en la misiva del 21 de Junio, que el coronel Reguera envía al ministro de Gobierno, Juan Lagraña, exigiendo una mayor colaboración para que las tropas pudiesen alcanzar el triunfo(15).

(15) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 45. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

En la capital correntina, los sediciosos del 27 de Mayo de 1868 realizaron cambios en la estructura de gobierno. A mediados de Julio, como consecuencia de ser renovada la Legislatura, y siendo presidente de la misma Victorio Torrent, éste quedará a cargo del Poder Ejecutivo dejando de lado a Francisco Escobar, quien no gozaba de la confianza de varios sectores políticos y militares locales.

Torrent, para llevar adelante la Administración hasta finalizar el año 1868, eligió como colaboradores a José Luis Cabral -en el Ministerio de Gobierno- y a Juan Vicente Pampín como ministro de Hacienda; Tomas de Cavia, en la Jefatura de Policía; y Lisandro Segovia en la Fiscalía General de Estado.

El conflicto desencadenado en la provincia de Corrientes se complicaba día tras día, por lo que el Gobierno Nacional afianza su apoyo al Ejército liberal correntino para así terminar con el conflicto. Es por ello que el 18 de Junio es nombrado el general Emilio Mitre -hermano del presidente de la República- como Comisionado Nacional, para intervenir militarmente la provincia.

Emilio Mitre era uno de los pocos generales de ese entonces que se mantenía cerca del presidente, ya que la mayoría de sus pares se había puesto para ese entonces al lado del futuro presidente (Sarmiento), otorgando a la Institución militar una decisiva influencia en la política argentina después del año 1862.

En la campaña provincial, la situación militar continuaba siendo de incertidumbre, sobre todo en la columna del comandante Reguera. El coronel Ruperto Montenegro, desde el Destacamento de Caá Catí, informaba al ministro Lagraña -el 13 de Julio de 1868- las complicaciones que traía la reunión de fuerzas del Departamento, donde abundaba la desmoralización y la conducta esquiva para incorporar hombres, logrando reunir con mucho esfuerzo muy poca gente(16).

(16) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 104. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

En tanto, el general Cáceres se acercaba paulatinamente al límite interprovincial sur para contactarse con las tropas de Urquiza. El poblado de Esquina, ocupado por fuerzas federales -en los primeros días de Julio- fue abandonado, con la finalidad de centralizar la totalidad de los hombres en un área específica.

La misma política se acusó en el campo adversario ya que a esta altura de los acontecimientos las distintas columnas del Ejército liberal correntino estaban por reunirse también en una sola fuerza. El comandante Reguera sólo esperaba la incorporación de las fuerzas del coronel Montenegro, para atacar directamente al Ejército comandado por el general Cáceres(17).

(17) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 197. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Los rumores de los alistamientos bélicos en los campamentos entrerrianos se confirmaron, lo que sería determinante para lograr el desequilibrio de las fuerzas, ya que así obtendría Cáceres los refuerzos suficientes para quedarse con el triunfo.

El coronel Ruperto Montenegro -que con sus tropas bordeaba la costa del río Uruguay, de norte a sur, por los poblados de Santo Tomé, La Cruz y Paso de los Libres- informaba al Ministerio de Gobierno del potencial apoyo de Urquiza a las tropas enemigas(18).

(18) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 190. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El acercamiento del general Nicanor Cáceres al límite con Entre Ríos transformaba a la zona en una importante concentración de tropas por parte de los dos bandos.

En la noche del 29 de Julio de 1868, un grupo de soldados exploradores de la columna de Ocampo sorprendió a una partida adversaria en la costa del arroyo Borda, la que fue perseguida por escuadrones de los regimientos San Roque, Pay Ubre y del Uruguay.

Al día siguiente, en los campos de Pago Largo, las tropas de Cáceres, sumando 700 hombres aproximadamente, en retirada, fueron a la frontera, a la que llegaron a las 4 de la tarde(19).

(19) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 247. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

A la concentración en los campamentos entrerrianos se sumaba Ricardo López Jordán con sus hombres, lo que fortalecía aquella línea de combate. El comandante entrerriano, Justo Carmelo Urquiza, sólo esperaba la orden expresa de su padre para intervenir en apoyo de Cáceres. Pero las órdenes que tenían las tropas entrerrianas fueron estrictas: sólo podrían actuar si el enemigo pasaba la frontera provincial(20).

(20) María Amalia Duarte. “Trascendencia de la Revolución de Corrientes en 1868” (1994), p. 188. Enrique M. Barba (in memoriam). Estudios de Historia, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

En las últimas horas del 30 de Julio de 1868 las tropas reposaban en una tensa calma que estaba a punto de hacer eclosión. Cáceres con sus tropas ya se encontraba en la frontera provincial y, cerca de ellas, el Ejército de Reguera y Ocampo.

En la madrugada del 31 de Julio, las columnas casi enfrentadas en las Puntas del Arroyo Garay, podían percibir la inminente lucha. La fría noche se prolongó con la densa neblina matutina, la que impidió el combate en las primeras horas de la mañana.

Las filas de la columna del Ejército liberal correntino quedaron constituidas en una línea de combate compuesta -de Este a Oeste- de la siguiente manera: el regimiento Esquina, bajo las órdenes del coronel Cecilio Carreras; el regimiento del coronel Ruperto Montenegro; una compañía de infantería, dirigida por el sargento mayor Acuña; el regimiento Mercedes, bajo las órdenes del comandante Martínez; los extremos defendidos por el comandante Insaurralde, en la izquierda; y la columna del coronel Raymundo Reguera, por la derecha.

La división del coronel Nicolás Ocampo quedó parada en el campo de batalla de la manera que se detalla: en el extremo izquierdo, el coronel Ocampo; siguiendo a la derecha, dos escuadrones, armados de fusil y desmontados, al mando del comandante Solís Leyes; el regimiento San Roque, bajo las órdenes del comandante Cayetano Aquino; los escuadrones Empedrado y Yaguareté Corá, al mando de Juan Manuel Pérez; y, cerrando el flanco derecho, el batallón de infantería del comandante Baibiene.

El desarrollo de la batalla y sus resultados no fueron establecidos claramente, ya que no hubo un triunfo definitivo y contundente de un ejército sobre el otro. Cada parte se atribuyó la victoria.

Los casi 4.000 soldados -entrerrianos y correntinos- que obedecían órdenes del general Ricardo López Jordán, del general Nicanor Cáceres y del coronel Justo Carmelo Urquiza, se ubicaron en cinco columnas paralelas, homogéneas y proporcionadas. El bando federal se componía, según sus propios informes, de 1.600 hombres, con lanzas en cuchillos, sin municiones de caballería, y los tiradores no tenían sin más que otro sable(21).

(21) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 233, folios 5-9. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Otras fuentes dan otra conformación numérica de los Ejércitos: tres mil liberales, comandados por los coroneles Reguera y Ocampo, entre los que se encontraban unos 500 infantes, serán derrotados por tres mil quinientos hombres de caballería, a las órdenes de López Jordán, Nicanor Cáceres y Justo C. Urquiza(22).

(22) Fermín Chávez. “Vida y Muerte de López Jordán” (1970), p. 158. Editorial Theoría, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El enfrentamiento tuvo inicio con las guerrillas de avanzada, para luego pasar al grueso de la tropa pero, de acuerdo a un Informe de Manuel de J. Calvo, el combate fue casi exclusivamente a bala(23).

(23) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folios 247-249. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El combate propiamente dicho se desarrolló en dos etapas: la primera, donde predominaron las corridas de caballería de los distintos batallones y las escaramuzas donde las columnas plantadas en el campo de batalla se entrelazaron en una lucha que duró escaso tiempo ya que para el mediodía había cesado.

Pero, a las dos de la tarde, nuevamente las columnas de Urquiza avanzaron sobre el enemigo -el que estaba reducido a la mitad, por el desbande producido- rodeándolo en una maniobra envolvente, por lo que debieron tocar retirada y salir por la retaguardia, con la protección de algunas guerrillas de infantería.

De ahí en más se inició una tenaz persecución que se extendió hasta las primeras horas de la noche. A las 20:00, aproximadamente, y tocando las puntas del río Guayquiraró, se detendrán las partidas.

La razón de la retirada del Ejército liberal correntino fue la escasez de municiones y el agotamiento de la totalidad de la caballería que, después de la larga travesía y persecución al general Cáceres, no pudieron dar batalla.

El triunfo de las armas se atribuyó cada uno de los bandos y, como muestra de ello, se transcriben párrafos de ambos Partes de batalla. El correspondiente Informe de las fuerzas que obedecían al Gobierno de la capital correntina, dice lo siguiente:

Batalla que tuvo lugar el 31 de pasado, en Puntas de Garay, cuyo resultado fue la más espléndida victoria que pudieron esperar nuestras armas(24).

(24) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 247. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Por el contrario, el Parte de batalla enviado por López Jordán a Justo José de Urquiza, el 2 de Agosto de 1868 -desde Basualdo- transmitía que “el enemigo huyó completamente desordenado y la fuerza comenzó a desbandarse casi totalmente. Es muy elogiado el valor del general Cáceres y de los sesenta orientales que lo acompañaban:

Como resultado de la batalla, puede señalarse la derrota total de la caballería enemiga, más de cien cadáveres, entre ellos dos abanderados y un mayor; les tomaron dos estandartes -uno del escuadrón San Martín- y algunas armas(25).

(25) María Amalia Duarte. “Trascendencia de la Revolución de Corrientes en 1868” (1994), p. 189. Enrique M. Barba (in memoriam). Estudios de Historia, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El 14 de Agosto de 1868, en el campo de Costa Batel, la totalidad de los jefes y oficiales que comandaban los coroneles Raymundo Reguera y Nicolás Ocampo realizan un descargo por las afirmaciones en el Parte de batalla redactado por Justo Carmelo Urquiza.

Entre los distintos considerandos, se afirma que las partidas de sus fuerzas no penetraron territorio entrerriano; que sus fuerzas fueron las agresoras; y que “miente cobardemente el coronel Urquiza, que ese día hubiese triunfado sobre las fuerzas correntinas(26).

(26) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 213. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El mismo Informe, más adelante, con la certeza de los firmantes, establece que fue notorio el triunfo alcanzado por las fuerzas correntinas sobre los regimientos entrerrianos, explicando la retirada por más de cuarenta leguas y con escasez de caballos y sin municiones, razón de la suspensión de toda persecución(27).

(27) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 214. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Empero, la persecución se hizo en territorio de Corrientes, a cargo del general Cáceres y sus hombres, que desbandaron y dispersaron, en varias leguas, a los efectivos enemigos.

La información de la batalla de Arroyo Garay se expandió rápidamente y fue tan incierta y diversa como el resultado de la misma. El Juez de Paz de Empedrado informaba a las autoridades de la dispersión del Ejército liberal(28).

(28) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 233, folio 1. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

En el mismo sentido lo hace el Juez de Paz de Caá Catí, quien se apresura en dar su primer Informe al Ministerio de Gobierno, afirmando que las tropas liberales fueron batidas por las del general Cáceres y los batallones entrerrianos, con el costo muy bajo en pérdidas(29).

(29) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 233, folio 15. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El historiador Hernán Félix Gómez dirá que las tropas gubernamentales -luego de la retirada- se salvaron de la derrota definitiva gracias a la intervención del Gobierno Nacional. El general Emilio Mitre, al frente de un Cuerpo de ejército, habría protegido la infantería liberal en retirada(30).

(30) Hernán Félix Gómez. “Diccionario Biográfico”, p. 517. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Una vez que las tropas de Reguera y Ocampo cruzaron el río Corriente, trataron de reorganizarse y, por tal razón, decidieron convocar nuevamente a los hombres dispersos, enviando comisiones a los distintos Departamentos para una reunión general(31).

(31) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 232, folio 250 y tomo 233, folio 37. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Para entonces, las decisiones y el poder militar del Ejército liberal correntino se había trasladado al pueblo de Goya, centro de operaciones del Comisionado Militar del Gobierno Nacional, general Emilio Mitre, quien envió al regimiento 3 de línea a reunir a los dispersos.

Las tropas comandadas por Mitre se formaron con batallones del Ejército en lucha contra el Paraguay, más 2.000 correntinos del arma de caballería y seis piezas de artillería(32).

(32) “Album de la Guerra del Paraguay” (1893), tomo I, Nro. 12, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Para estos días operaban en territorio correntino tres Ejércitos:

a.- el Ejército liberal, que defendía al Gobierno de Torrent con sede en la capital provincial;
b.- el Ejército constitucional, que sostenía al gobernador Evaristo López, de filiación urquicista; y
c.- el regimiento del Ejército Nacional, bajo las órdenes directas de Emilio Mitre.
La batalla de Arroyo Garay -poco estudiada por la historiografía nacional- tiene importancia para la historia del Litoral, como acto preparatorio de la insurrección jordanista(33).

(33) Fermín Chávez. “La Vuelta de José Hernández” (1973), p. 73. Ediciones Theoría, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

A través de ella quedó confirmado el apoyo del Gobierno Nacional a los sostenedores de la insurrección contra el Gobierno de Evaristo López. El general Emilio Mitre, una vez asentado en el pueblo de Goya, recibió la orden de derrotar y capturar al general Nicanor Cáceres, pero el enfrentamiento de los ejércitos en Arroyo Garay se adelantó a las maniobras del general porteño.

El ultracentralista Zinny dijo: “La conducta de Cáceres no mereció la aprobación del Gobierno Nacional por cuanto, siendo un Jefe de la Nación al mando de fuerzas de la misma, las había empleado en fomentar la guerra civil en la provincia cuyo orden le fuera encomendado(34).

(34) Antonio Zinny. “Historia de los Gobernadores de la Provincia de Corrientes. 1810-1978” (1998), separata. Ed. Amerindia Ediciones Correntinas, Corrientes.

Si bien esta batalla no se caracterizó por una considerable escala de violencia, se comprobó con ella la conducta cautelosa de Justo José de Urquiza, quien ordenó a los jefes entrerrianos participar reservadamente sólo en las proximidades de la línea de frontera, diluyendo su apoyo incondicional al Gobierno de López y a los hombres que lo defendían.

Mantilla opina que Cáceres "creyó, tal vez, que su protector no cedería en ningún caso. Pero Urquiza no era ya el caudillo omnipotente de otros tiempos, ni el Gobierno Nacional estaba para recibir la ley de puro capricho; mal que le pesara, tuvo que disolver sus tropas... cuando vio que la autoridad se le impondría por la fuerza ... el 'gaucho malo', abandonado, emigró al Estado Oriental donde falleció dos años después"(35)

(35) Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Resistencia Popular de Corrientes. 1878” (1891). San Martín, Escuela de Artes y Oficios de la provincia de Buenos Aires. Editor.

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