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Política y Sociedad en las zonas de nueva colonización

En el Sur y, en cierta medida también, en la región del Este provincial, puede observarse cómo al amparo de las guerras y enfrentamientos que sacudieron al Litoral rioplatense surgió un foco de poder con un grado de autonomía relevante.

Allí, la jurisdicción provincial se ejerció tardíamente. Las regiones que conformarían más tarde el Este provincial -en las proximidades del río Uruguay- habían sido ocupados por los jesuitas. Luego de la expulsión de éstos -a finales del siglo XVIII- tuvo lugar un proceso de despoblamiento que se agudizó al comenzar el proceso revolucionario(1).

(1) Alfredo J. E. Poenitz. “Proceso de Ocupación Espacial y Poblamiento al Sur del río Miriñay (1769-1869)” (1987), en “Cuadernos de Historia Regional”, Nro. 18, Resistencia. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.

La zona fue adjudicada en parte a las Gobernaciones de Buenos Aires y Paraguay, pero también se constituyó allí una entidad política autónoma, la provincia de Misiones. Por eso, la jurisdicción de la Ciudad de Corrientes se expandió entonces durante el siglo XVIII básicamente sobre el Paraná, fundándose en las décadas de 1790 los pueblos de Goya y Esquina sobre la costa de ese río.

Durante la segunda mitad de ese siglo, al igual que en otros distritos rioplatenses, el territorio dominado por la ciudad experimentó un crecimiento sustancial. A principios del siglo XIX ya se había apropiado de todo el territorio del Paiubre y sus límites llegaban hasta las zonas próximas a los ríos Miriñay y Guayquiraró(2).

(2) Véase: Ernesto Maeder y Ramón Gutiérrez. “Atlas Histórico del Nordeste Argentino” (1995), p. 56. Instituto de Investigaciones Geohistóricas, Conicet, Fundanord, Universidad Nacional del Nordeste, Resistencia, Chaco. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.

En 1810, Manuel Belgrano fundó el pueblo de Curuzú Cuatiá -que sería durante varias décadas un punto de avanzada de la ciudad y centro político de todo el territorio situado al Este del río Corriente- y lo incorporó a la Tenencia de Gobernación de Corrientes, consolidando así la ciudad su dominio legal sobre la región del sur.

Ambas zonas fueron profundamente afectadas por las Guerras de la Independencia. La población disminuyó en forma abrupta, varios de los nuevos núcleos urbanos fueron atacados y su riqueza ganadera fue diezmada por las fuerzas militares.

En la década de 1820 comenzó un lento proceso de recuperación. Las misiones, mientras tanto, fueron perdiendo durante toda esta década su estatus de provincia autónoma. Varios pueblos misioneros fueron solicitando su incorporación al dominio correntino. Los de San Miguel y Loreto lo hicieron en 1826.

A partir de entonces, rápidamente Corrientes fue anexando territorio. En Abril de 1830 este proceso culminó mediando un acuerdo con los habitantes del pueblo de La Cruz.

Desde este momento, toda la región ubicada entre los ríos Miriñay y Uruguay se incorporó en forma definitiva al dominio provincial registrándose una intensa ocupación de tierras en los Departamentos lindantes con el Uruguay por parte de ganaderos provenientes de Curuzú Cuatiá(3). Esto posibilitó, a la vez, una nueva y dinámica etapa de expansión territorial y demográfica correntina.

(3) Sobre este proceso véase Edgar Poenitz y Alfredo Poenitz: “Misiones, Provincia Guaranítica” (1998), especialmente pp. 218 y siguientes. Editorial Universitaria, Universidad Nacional de Misiones, Posadas. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.

Bajo el Gobierno de Ferré, a principios de la década de 1830, se inició una activa política de colonización en las zonas mencionadas. Este se propuso fortalecer la jurisdicción de la provincia, reconocida entonces en forma precaria y provisoria, a partir de la fundación de diferentes pueblos. De esta forma, trataba también de resguardar la frontera frente a los avances entrerrianos, paraguayos y brasileños.
En este marco se fundó, en 1835, la Ciudad de Mercedes. A fines de la década de 1830 se habilitaron en la región del río Uruguay los puertos de Paso de los Higos y Santa Ana. Todo el poblamiento de la región fue orientándose progresivamente hacia las costas de aquel río.
Por otro lado -como ya señalamos- el sur provincial experimentó un notable crecimiento en la década de 1830 sobre la base de una expansión fundamentalmente ganadera. Este crecimiento, acompañado de algunos años de retroceso motivado por las guerras, se acentuaría en la década de 1840 y llevaría a un replanteamiento de las estrategias políticas y militares de la provincia. A la vez, esta expansión reconocía su origen en la activa demanda de los mercados saladeriles de Río Grande del Sur -en una primera etapa- y luego de Entre Ríos(20).
(20) Enrique Schaller. “La Distribución de la Tierra y el Poblamiento de la Provincia de Corrientes” (1995), en “Cuadernos de Geohistoria Regional”, Nro. 31, p. 61. Instituto de Investigaciones Geohistóricas, Resistencia. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
Aunque la economía correntina y particularmente su sector ganadero atravesaron una severa crisis en la década de 1840, las relaciones del sur provincial -tanto con Río Grande como especialmente con Entre Ríos- se fortaleció con el paso de los años. Esto se debía -en primer término- a la propia configuración física de la provincia que, como ya hemos señalado, hacía particularmente difíciles e incluso imposibles en muchos momentos del año las comunicaciones entre las regiones separadas por el río Corriente.
Como se señalara en un Informe presentado al Ministerio del Interior en 1872, éste separaba a los entonces Departamentos más ricos de la provincia (Mercedes y Curuzú Cuatiá), de las costas del Paraná. Sus crecidas, que no se producían en “épocas fijas del año”, provocaban la inundación de los campos adyacentes en una extensión de entre una y tres leguas y media, imposibilitando toda comunicación entre sus dos orillas, a veces por lapsos muy prolongados(21).
(21) De Knut Linmark a S. E. el señor ministro del Interior, doctor Dalmacio Vélez Sársfield, Enero 31 de 1872, en “Memoria del Ministerio del Interior presentada al Congreso Nacional en 1872” (1872), pp. 35-49, Buenos Aires. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
En consecuencia, aunque el puerto correntino de Goya era geográficamente más próximo que el entrerriano de Concordia, las dificultades para atravesar el río hacían que, para comerciar, los pobladores y hacendados de la zona sur correntina acudiesen con preferencia a este último(22).
(22) Se señala en el Censo Nacional de 1869, en el apartado dedicado al partido de Mercedes o Paiubre: “El verdadero mercado de este punto central de Corrientes es la Concordia en Entre Ríos, y es a ésta donde se conducen por tropas de carretas, grandes cargas de cuero, cerda, grasa y sebo en retorno de las mercaderías que de allí se toman para consumo de esta comarca”, en “Primer Censo de la República Argentina” (1872), p. 185. Imprenta del Porvenir, Buenos Aires. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
El otro factor que incidió decisivamente en esta reorientación del comercio fueron los bloqueos permanentes sobre el Paraná, principal vía fluvial utilizada hasta entonces por el comercio litoral, llevados a cabo durante el período en que Juan Manuel de Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires. Esto afectó tanto al comercio como a la expansión territorial de las regiones del Paraná, fortaleciendo a las próximas al río Uruguay.
Por otro lado, la misma costa de este río experimentó en las décadas de 1830 y 1840 un proceso de reactivación económica. Si bien la circulación sobre dicha vía fluvial era, por su misma contextura, signada por permanentes saltos, mucho más complicada que en el Paraná, durante la etapa colonial se había configurado sobre ella cierto tráfico comercial.
Con el despoblamiento de las misiones y los efectos de las guerras de la independencia, la circulación allí disminuyó notablemente junto con la población. Ilustra la situación en la zona el testimonio de algunos viajeros que la recorrieron a principios de la década de 1830, como Arséne Isabelle. Este periodista y comerciante francés describía cómo atravesaba aldeas arruinadas y abandonadas. Además se consideraba afortunado por no ser atacado por los “indios vagabundos” que merodeaban las orillas del Uruguay, hostilizando a los viajeros(23).
(23) Arséne Isabelle. “Viaje a la Argentina, Uruguay y Brasil, 1830-1834” (2001), p. 191. Emecé Editores, Buenos Aires. La versión original se publicó bajo el título: “Voyage a Buenos-Ayres et a Porto Alegre par la Banda-Oriental, les Missiones d’Uruguay et la Province de Rio Grande do Sul” (1835). Imprimerie de J. Morlent, Place de la Comédie, El Havre (Francia). // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
Sin embargo, en aquellos mismos años, en cierta medida también por los factores antes mencionados, comenzó a consolidarse una ruta fluvial sobre el Uruguay que formaba, a la vez, parte de un circuito más amplio. Este unía al Paraguay a través de Itapúa con la localidad riograndense de São Borja y, por el río, a esta última localidad con Salto. Desde allí seguía por Concordia hasta Montevideo o Buenos Aires. El principal producto que circulaba aquí era la yerba(24).
(24) Erich L.W. Edgar Poenitz. “La Región Histórica que integra Entre Ríos” (1992), pp. 247-259, en XII Encuentro de Historia Regional, Instituto de Investigaciones Geohistóricas, Resistencia. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
El desarrollo de la región se tradujo en la fundación de numerosos pueblos y en la constitución de nuevos Departamentos. Como ya señalamos, en 1835 se fundó el pueblo de Mercedes. En 1830 se había creado el Departamento de La Cruz. En 1839 se habilitó el puerto del mismo nombre.
A principios de la década de 1840 se crearon los Departamentos de Santo Tomé y Paso de los Libres, dividiéndose así el Departamento de La Cruz. La creciente expansión correntina sobre la región del Alto Uruguay generó en la primera mitad de la década de 1830 varios conflictos con las autoridades paraguayas que también procuraban controlar el creciente comercio en la región(25).
(25) Ver al respecto Thomas Whigham. “The Politics of River Commerce in the Upper Plata. 1780-1865” (1986), p. 132. Stanford University, University Microfilms International. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.

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