DELIBERACIONES Y DESACUERDOS. CORRIENTES Y SAN JUAN
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- Introducción
Los dos últimos años de la década posterior a Caseros decidieron el triunfo de la hegemonía porteña sobre la Nación. La reorganización nacional, que habría de tener lugar en 1862 bajo Bartolomé Mitre, gobernador de Buenos Aires y primero Encargado de facto del P. E. N. para luego asumir como segundo presidente constitucional de una Nación Argentina unida, se diferenció en muchas formas del régimen de Juan Manuel de Rosas.
Sin embargo un atributo esencial fue común a los dos regímenes: la riqueza y el poder económico que representaba la Ciudad de Buenos Aires sólo participaron en la nacionalidad argentina cuando su seguridad pudo ser garantizada por la dirección porteña en un Gobierno Nacional.
Durante los ocho años que siguieron a Caseros, Buenos Aires mantuvo su autonomía respecto de las otras provincias argentinas. Había rehusado en forma consecuente unirse a la Confederación, por cuanto ésta no garantizaba aquella hegemonía. Por ser la más rica de las provincias, exigía un papel preponderante en la organización nacional en consonancia con su importancia y orgullo.
En 1860 se había logrado en apariencia la unidad poniendo en ejecución un programa que permitía la reincorporación gradual de Buenos Aires. Pero detrás de esta fachada, la Nación Argentina estaba dividida en facciones, partidos y provincias autónomas. El presidente aún no poseía la autoridad suprema efectiva y carecía de poder.
Buenos Aires seguía siendo independiente, posición que garantizaban las mismas medidas que se habían tomado para lograr la unidad en el Convenio de Junio y en la Convención de Santa Fe.
Urquiza, caudillo y protector de la Confederación, dominaba todavía en muchos aspectos el Gobierno de Paraná y el de las provincias. Había así tres Gobiernos distintos, a los que podían apelar las pasiones, los odios y los temores del pasado en la Argentina.
Ninguno de estos Gobiernos era lo bastante fuerte como para desempeñar un papel dominante en la escena y llevar las provincias a la unidad.
En los comienzos, Derqui y Urquiza rivalizaron por ganarse la amistad de Buenos Aires. De resultas de ello la posición porteña se había visto favorecida en el Convenio de Junio y en la Convención de Santa Fe.
En forma simultánea, cada uno de los tres Gobiernos trataba de edificar su propio poder y ganarse la buena voluntad de las provincias. A medida que el conflicto se hacía más agudo y los actos de violencia se sucedían, la desconfianza y el odio que habían motivado las acciones de los simpatizantes se difundieron cada vez más hasta llegar a los jefes.
La apariencia de unidad se derrumbó. La guerra civil estalló una vez más entre Buenos Aires y la Confederación. De este nuevo conflicto la autoridad y el poder de Buenos Aires surgieron triunfantes para dominar y reorganizar a la Nación.
- Desacuerdos y conflictos
Las semillas del desacuerdo y del conflicto en las posiciones asumidas por Derqui, Mitre y Urquiza habían sido sembradas a mediados de 1860. Crecieron en el fértil suelo del Convenio de Junio, de los festejos de Julio, de las elecciones para la Convención de Santa Fe y de la misma Convención.
Prosperaron en la trastornada situación que reinaba en las provincias argentinas. En la provincia litoral de Corrientes y en la occidental de San Juan surgieron en su forma más lujuriante y peligrosa.
La situación de Corrientes ilustra muy bien la insubordinación de un gobernador de provincia contra el Gobierno Nacional, rebelión que se volvió mucho más grave por haber sido ayudada e instigada por Urquiza.
La enmienda que los porteños habían hecho al artículo 40 de la Constitución, estipulaba que los senadores y diputados debían residir en la provincia representada por lo menos durante los dos años inmediatos a su elección al Congreso.
A fines de Octubre el Gobierno de Paraná convocó el Congreso a una Sesión Extraordinaria que debía realizarse el 1 de Abril de 1861 y recomendó que se celebrasen elecciones para reemplazar a los representantes carentes de los requisitos exigidos por la Constitución reformada. La significación que tenía este decreto no tardó en llegar al Foreign Office en un Informe de Thornton:
“Hay -según creo- catorce miembros en este Congreso que no poseen las calificaciones exigidas y que son personalmente desagradables al partido de Buenos Aires y es probable que -por deferencia a los deseos de este último- el presidente haya resuelto dar curso a esta medida.
"Sin embargo, produjo gran indignación entre los propios amigos de Su Excelencia (Derqui), quienes arguyen que la reforma en cuestión no puede tener efecto retroactivo sobre miembros ya en posesión de sus bancas en el Congreso y que, aun cuando la tuviese, sólo compete a este Cuerpo el declararlo. Algunos de los miembros del gabinete expresaron libremente su desaprobación a esta medida y su satisfacción porque el presidente no los ha llamado para firmar el decreto”(1).
(1) Thornton a Russell, 31 de Octubre de 1860. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 227, Nro. 100. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
El gobernador Rolón, de Corrientes, fue el que mostró mayor firmeza entre cuantos discutieron la legalidad del decreto. La puesta en juego era extremadamente grave. Derqui, junto con De la Riestra, había cooperado estrechamente con Buenos Aires en los últimos meses. Había expresado su política a Mitre:
“... de gobernar con el partido liberal, donde están las inteligencias y por esto tengo que trabajar en el sentido de darle mayoría parlamentaria, sin lo que no podría hacerlo; y tengo la seguridad de dársela”(2).
(2) Derqui a Mitre, 30 de Octubre de 1860. “Archivo del general Mitre” (1911-1913), tomo VII, p. 30, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Para Urquiza, tal intención era manifiesta en ese solo decreto: sacar del Congreso a algunos de los más firmes partidarios del régimen de Urquiza y así permitir que los porteños ejercieran el control del Gobierno Nacional.
El conflicto que se produjo al poner en ejecución este decreto se centró en Corrientes. Alvear renunció inmediatamente al Ministerio de Relaciones Exteriores a causa de su desacuerdo con el presidente
Aunque Pujol, ministro del Interior, había firmado el decreto, también discutió enérgicamente con el presidente. Tan pronto como Derqui salió hacia San José para asistir a los festejos con que se celebraría el Pacto del 11 de Noviembre, el vicepresidente Pedernera envió a Pujol a Corrientes.
Ostensiblemente lo enviaron “... para que tome en la provincia de Corrientes en los ramos nacionales, las providencias conducentes al mejor servicio”, especialmente en lo que se refiere a las Aduanas. En realidad, el propósito del viaje de Pujol era el de sostener la resistencia de Rolón contra el decreto de reelección y así frenar la creciente cooperación entre Derqui y los porteños. Urquiza aprobó plenamente tal objetivo:
“Es indispensable que usted ponga en acción todos sus esfuerzos para que no sea perturbada la paz, ni defraudadas las esperanzas de los buenos patriotas. Debe usted contar con mi decidido apoyo en ese sentido.
“Si los díscolos y los ambiciosos se propusieran empujar a la hermosa Corrientes en la anarquía que usted ha contribuido tanto a extirpar, es preciso contenerlos con energía. Es la tranquilidad la que puede asegurarnos los resultados de la paz”(3).
(3) Urquiza a Pujol, 12 de Noviembre de 1860. Archivo de Juan Gregorio Pujol, que fue publicado a principios de la década de 1910 bajo el título de: “Corrientes en la Organización Nacional” (1911), tomo X, pp. 223-224, (diez volúmenes). Editorial Kraft, Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Inmediatamente después de su regreso a Paraná, Derqui anuló la misión de Pujol y poco después le aceptó la renuncia. Esto fue considerado como otra prueba de la influencia de De la Riestra y, en consecuencia, de la que ejercían los porteños sobre el Gobierno Nacional(4).
(4) Alvear a Pujol, 1 de Diciembre de 1860. Archivo de Juan Gregorio Pujol, que fue publicado a principios de la década de 1910 bajo el título de: “Corrientes en la Organización Nacional” (1911), tomo X, pp. 263-264, (diez volúmenes). Editorial Kraft, Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Los intereses de estos tres gobernantes en el escenario argentino se vieron complicados en el asunto de la reelección que, en ese momento se centraba en Corrientes. Rufino de Elizalde expresó un pensamiento dominante en la mente de los políticos porteños: “Después de todo, por qué no aprovechar esta ocasión para acabar con nuestros enemigos en Corrientes”(5).
(5) Elizalde a Mitre, 24 de Noviembre de 1860. “Correspondencia Mitre-Elizalde” (1960), p. 58. Universidad de Buenos Aires, Departamento Editorial, Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Buenos Aires había ideado las estipulaciones contra los no residentes como un medio para eliminar a los que se habían beneficiado con el régimen de Urquiza y como una garantía adicional para obtener elecciones más justas en las provincias.
En caso de que esta reforma no fuese obedecida, quedaría muy amenazada la combinación que Derqui había maquinado con los porteños para dominar el Congreso cuando iniciara sus Sesiones en Abril de 1861.
El control del Congreso por los partidarios de Urquiza estaba también en juego. Por consiguiente, Urquiza siguió apoyando la posición de Rolón y tomó las providencias necesarias para que el gobernador se negase una segunda vez a convocar a comicios a principios de Diciembre. Explicó a Derqui:
“Pujol, Rolón y todos sus amigos no son rebeldes al Gobierno Nacional: serán amigos disgustados mas ó menos, pero han de valer más para Vd. y para mí y para los intereses de los pueblos que nos cumple defender, que los enemigos profesos y jurados, que los enemigos encubiertos que nos intrigan para perdernos...”(6).
(6) Urquiza a Derqui, 30 de Diciembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Las implicaciones que tendría la resistencia de Corrientes se volvieron aún más claras cuando, a fines de Diciembre, el Gobierno Provincial requirió a las autoridades de Paraná que les permitiese ocuparse de la Administración de la Aduana local(7). La misma resistencia se había extendido a Catamarca y Mendoza, donde los gobernadores se negaron a celebrar nuevas elecciones.
(7) Derqui a Urquiza, 27 de Diciembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
La invitación a Derqui y Mitre para celebrar el aniversario del Pacto del 11 de Noviembre en San José había sido cursada con el fin de que la Nación tuviese una dramática prueba de cooperación y buena voluntad entre los tres gobernantes.
Aunque la resistencia de Corrientes aún no era conocida en Paraná, el desacuerdo sobre el problema de reemplazar a los legisladores no residentes en el Congreso ya había sido señalado por la renuncia de Alvear.
De resultas de ello, se había producido una crisis en el gabinete nacional que exigía una rápida solución. Los conflictos por el poder local en las provincias, especialmente en San Luis, San Juan, La Rioja y Santiago del Estero, exigían también una acción conjunta por parte de Derqui, Mitre y Urquiza.
La situación en San Juan era particularmente peligrosa. El gobernador Virasoro, impuesto por la Intervención de la provincia ejecutada por Derqui hacia fines de 1858, había levantado una oposición casi universal durante el tiempo que ejerció esta función. Los simpatizantes federales de Urquiza y los poderosos elementos liberales a quienes se había echado la culpa del asesinato de Benavídez, resintieron igualmente el Gobierno de Virasoro.
Las sospechas que sindicaban a Buenos Aires como directamente interesada en San Juan cobraron nuevo vigor con la posición que asumió el eminente sanjuanino Sarmiento, como ministro de Gobierno en Buenos Aires.
Desde Septiembre, “La Tribuna” y “El Nacional”, portavoces de la opinión pública y del Gobierno de Buenos Aires, se habían entregado a una propaganda deliberada contra Virasoro. Al mismo tiempo, los agentes de Urquiza estaban en estrecho contacto con Peñaloza, el caudillo de La Rioja, y habían forjado planes para derribar a Virasoro en San Juan(8).
(8) J. A. Burgoas a Urquiza, 31 de Julio de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
A fines de Octubre la crisis de San Juan había empeorado debido al decreto de Virasoro que desterraba a los principales opositores en la provincia. Un jefe del grupo liberal, Antonino Aberastain, escribió a Sarmiento:
“Tenemos intención de acusar al tirano ante el Congreso por sus muchos crímenes contra la libertad de los ciudadanos, por su mala versación de las rentas de la provincia, por su absoluta incapacidad e ignorancia para gobernar no diré un pueblo, pero ni una compañía de soldados...”(9).
(9) Aberastain a Sarmiento, 3 de Noviembre de 1860. Museo Histórico Sarmiento, tomo VIII, Nro. 1.179, (dos volúmenes), Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Frente a problemas nacionales tan críticos, la reunión de los tres gobernantes argentinos en San José más bien tendió a agravar sus diferencias que a asegurar la unidad. Cuanto más, Urquiza vio confirmados sus temores de una alianza de Derqui con los porteños. Uno de los que participaron, Luis José de la Peña, observó:
“En resumen, la conferencia que tanto ha llamado la atención, se ha reducido a comer, pasear y bailar; palabras de nuestro amigo, el doctor Carril. El Capitán General ha hecho los honores de la casa, sin preocuparse de la política, sin mostrarlo al menos.
“El presidente Dormilón, ha dormido en efecto, y para hacerlo más completamente se ha llamado a enfermo. El general Mitre ha tomado campo...
“Si desaliento había antes de la conferencia, si todos temían de la situación, esos temores se han aumentado considerablemente”(10).
(10) De la Peña a Gutiérrez, 16 de Noviembre de 1860. Biblioteca del Congreso Nacional, tomo V, pp. 21, 7. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
El periódico opositor en Buenos Aires, “La Reforma Pacífica”, se refirió abiertamente en su editorial a la cooperación de Derqui y Mitre en contra de Urquiza. De Paraná llegó otro comentario sobre la inminente división:
“La Conferencia de San José no nos ha dejado contentos. Parece indudable que el Capitán General ha tenido serias y muy desagradables palabras con el presidente. No han quedado mejor entendidos que antes. Al contrario, se ha reconocido por el amito Mitre y por el presidente, que el Triunvirato con el Capitán General no puede durarles”(11).
(11) Lucero a Pujol, 29 de Noviembre de 1860. Archivo de Juan Gregorio Pujol, que fue publicado a principios de la década de 1910 bajo el título de: “Corrientes en la Organización Nacional” (1911), tomo X, pp. 244-245, (diez volúmenes). Editorial Kraft, Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
La única realización concreta de la visita a San José había sido una carta conjunta, escrita por Mitre y firmada por los tres, al gobernador Virasoro:
“Este paso que le aconsejamos amistosamente es que meditando seriamente sobre la situación de la provincia de San Juan, tenga V. E. la abnegación y el patriotismo de dejar libre y espontáneamente el puesto que ocupa en ella, a fin de que sus aptitudes militares puedan ser utilizadas en otra parte por la Nación, con mayor honra para el país y para V. E. mismo”(12).
(12) “Documentos Históricos sobre la Revolución de San Juan” (1861), pp. 6-7, 16 de Noviembre de 1860, Valparaíso; Museo Mitre. “Sarmiento-Mitre. Correspondencia, 1846-1868” (1911), “Cartas inéditas del general Bartolomé Mitre”, Nro. 9.483, Buenos Aires. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Esta carta nunca fue entregada, porque el mismo día en que se la firmó, una insurrección en la distante San Juan no sólo ponía fin al Gobierno de Virasoro, sino también a su vida.
El violento estallido de San Juan, que no sólo terminó con la vida del gobernador, sino que también lo hizo con sus parientes más próximos y sus simpatizantes, tuvo resultados aún más dramáticos para la formación de la nacionalidad argentina. Abrió una brecha entre Derqui y sus amigos porteños que Urquiza no ahorró esfuerzos en ensanchar.
Las primeras noticias de la muerte de Virasoro llegaron a Paraná enseguida del regreso de Derqui y Mitre de San José. Según los primeros Informes, el presidente no pudo tener ninguna seguridad de si Virasoro había sido la víctima de la violencia desatada por el grupo liberal en San Juan o de una invasión de La Rioja inspirada por Urquiza.
Eligió inmediatamente a Juan Saá, gobernador de San Luis y el único gobernador de provincia -además de Virasoro- en cuya lealtad podía confiar, para intervenir a San Juan. Para ayudarlo en la Intervención, eligió a tres miembros de la comitiva de Mitre, los coroneles Wenceslao Paunero y Emilio Conesa y José de la Fuente, para que se unieran a Saá, como consejeros militares y secretario, respectivamente.
Derqui explicó a Urquiza que había agregado esas personas a la Intervención para que desempeñaran un papel subordinado y a fin de utilizar a “hombres que no han estado de nuestro lado y así contrarrestar cualquier acusación de parcialidad”(13).
(13) Derqui a Urquiza, 3 de Diciembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Las Instrucciones que se dieron a Saá le permitían amplia libertad en la Intervención y las cartas personales de Derqui confirmaron el papel subordinado de los miembros porteños:
“Si los revolucionarios y anarquistas, como es creíble, estuvieren dominando la provincia de San Juan y sus destinos, les someterá de la manera que estimare más conveniente, haciendo la declaración del estado de sitio y asumiendo el mando de la provincia; asegurará a todos los que de ellos aprehendiera y dará cuenta al Gobierno Nacional para su conocimiento y disposiciones ulteriores”(14).
(14) “Rejistro Nacional (los primeros tres volúmenes impresos como Registro Oficial) de la República Argentina que comprende los documentos espedidos desde 1810 hasta 1873” (1879-1884), tomo IV, p. 366, (seis volúmenes), Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Noticias más precisas no tardaron en llegar al Litoral y entonces se supo que los que se habían sublevado y muerto a Virasoro y a sus simpatizantes pertenecían al grupo liberal de San Juan, estrechamente vinculados con Buenos Aires en simpatías y hombres.
La violencia e inesperada reacción de Urquiza al conocer la noticia del asesinato recordaba su desesperación cuando supo la muerte de Benavídez, en 1858. Tenía otra vez ante los ojos el peligro que entrañaban las intrigas porteñas.
Este peligro era aún más amenazador que la alianza de Derqui con los liberales. Urquiza pensaba que las conspiraciones y los asesinatos cometidos con el apoyo de Buenos Aires terminarían por triunfar en la lucha para el dominio de las provincias.
En los últimos meses, los grupos liberales -con el respaldo porteño- se habían apoderado del Gobierno Provincial en Santiago del Estero y Salta y, estos mismos grupos, creaban un clima agitado en Corrientes y Córdoba. Sólo las más enérgicas medidas represivas podrían impedir la repetición de la tragedia de San Juan en las otras provincias. A sus amigos del Interior escribió Urquiza:
“Escribí a Vd. apenas recibí la noticia del terrible suceso de San Juan para manifestarle que tocaba en primer lugar a los Gobiernos limítrofes hacer, contribuyendo en cuanto pudieran, hacer, digo, porque ese atentado ominoso no quede impune.
“El furor de los bandos reacciona y es necesario sofocarlo en el gérmen para que muchos años de lucha no vuelvan a ensangrentar el pais”(15).
(15) Urquiza a N. Marius (ministro de Gobierno de Mendoza), 29 de Noviembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Tal era la insistencia de Urquiza para que se tomara una rápida venganza que apremió a Derqui a fin de que nombrase a Benjamín Virasoro -hermano de dos de las personas asesinadas- como Interventor Nacional(16).
(16) Urquiza a Derqui, 30 de Noviembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza; Urquiza a Derqui, 3 de Diciembre de 1860. “Archivo del general Mitre” (1911-1913), tomo VII, pp 49-50, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires.
La Comisión elegida por Derqui para intervenir a la provincia era, por lo tanto, nada satisfactoria. Urquiza escribió al vicepresidente:
“... nunca dejaré de reprocharle (a Derqui) el desacierto que ha cometido en la organización del personal que compone la Comisión que ha de intervenir en San Juan. No porque ninguno de ellos me inspire desconfianza, sino porque la opinión pública señala a los autores del crimen y dice que su centro y dirección ha partido de Buenos Aires.
“Más diré: yo mismo tengo documentos que determinan nombres y personas. Y siendo así, la participación en esa Comisión de personas que pertenecen a la comitiva del gobernador de Buenos Aires no ha podido dejar de ser una medida altamente impolítica e inconducente al objeto mismo de la misión que le toca desempeñar”(17).
(17) Urquiza a Pedernera, 4 de Diciembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
El examen de la verdadera complicidad de los políticos porteños en los acontecimientos de San Juan quizá no tenga mucho valor histórico, ya que en San José, Paraná y Buenos Aires las interpretaciones que los contemporáneos dieron de este acontecimiento fueron decisivas en la determinación de los hechos posteriores.
No obstante, por cuanto varios historiadores han establecido que la revuelta del 16 de Noviembre contra Virasoro fue dirigida y pagada por Buenos Aires, algún escudriñamiento de las fuentes es necesario(18).
(18) Martín Ruiz Moreno. “La Presidencia del doctor Santiago Derqui y la batalla de Pavón” (1913), (dos volúmenes), Buenos Aires; Mariano A. Pellizá. “Historia de la Organización Nacional (Urquiza-Alsina-Mitre. 1852-1862)” (1897), Buenos Aires; Julio Victorica. “Urquiza y Mitre (Contribución al Estudio Histórico de la Organización Nacional)” (1906). J. Lajouane y Cia., Buenos Aires. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Las colaboraciones de Sarmiento en “El Nacional” proveyeron una endeble aunque plausible conexión entre Buenos Aires y San Juan. Varios días antes que llegaran a Buenos Aires las nuevas del asesinato, “El Nacional” publicó un ataque muy virulento contra Virasoro, calificando a San Juan de provincia conquistada.
Después de enumerar los miembros de la Administración Provincial con el fin de mostrar que ninguno de ellos había nacido en San Juan, el artículo concluía:
“Que el pueblo de San Juan, desde que están violadas confesada y públicamente las garantías del proceso, la defensa y las fórmulas del juicio, está en el derecho de deshacerse de su tirano a TODO TRANCE (jurisprudencia de don Cayetano [Virasoro]).
“Que el Gobierno Nacional debe hacer efectiva la GARANTIA de las declaraciones previas a la Constitución, o no hay CONSTITUCION”(19).
(19) Periódico “El Nacional”, 23 de Noviembre de 1860. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Cuando las nuevas de la sedición llegaron al Litoral, muchos observadores advirtieron que la nómina de los que habían sido muertos era muy semejante a la nómina publicada en “El Nacional”(20).
(20) N. Calvo a Pujol, 30 de Noviembre de 1860. Archivo de Juan Gregorio Pujol, que fue publicado a principios de la década de 1910 bajo el título de: “Corrientes en la Organización Nacional” (1911), pp. 256-263, (diez volúmenes). Editorial Kraft, Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Más expresivo es el espíritu evidenciado en documentos de los políticos porteños. Mientras Mitre estaba ausente en San José, recibió una carta de Manuel Ocampo, el gobernador en ejercicio de Buenos Aires, en la que comentaba la actitud de Sarmiento:
“He tratado cuanto me ha sido posible por tranquilizarlo (a Sarmiento) diciéndole que de la reunión de Vd. con el presidente y general Urquiza esperamos que entre la iniciativa de nuevos bienes que resultarán para el país, uno de ellos será el mejorar la situación de aquella provincia que debe rozar de igual libertad que las demás de la República, pero que cualquier pensamiento en este sentido debe ser emanado del Gobierno General”(21).
(21) M. Ocampo a Mitre, 11 de Noviembre de 1860. Museo Mitre. “Sarmiento-Mitre. Correspondencia, 1846-1868” (1911), “Cartas inéditas del general Bartolomé Mitre”, Nro. 10.045, Buenos Aires. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Dos semanas más tarde, cuando las noticias de la insurrección de San Juan no se conocían aún en Buenos Aires, Ocampo informó que Sarmiento había quedado satisfecho con la carta que Derqui, Mitre y Urquiza enviaron en forma conjunta a Virasoro y que ahora el sanjuanino se ocupaba de la controversia de Corrientes(22).
(22) M. Ocampo a Mitre, 24 de Noviembre de 1860. Museo Mitre. “Sarmiento-Mitre. Correspondencia, 1846-1868” (1911), “Cartas inéditas del general Bartolomé Mitre”, Nro. 10.046, Buenos Aires. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Muy esclarecedora es también la carta enviada el 11 de Noviembre por el ministro de Hacienda porteño, Rufino de Elizalde, a Mitre:
“Por aquí toda va muy bien. El solo asunto que hemos tenido es lo relativo a San Juan de que le escribe Sarmiento.
“Quitándole a las relaciones que nos vienen toda la exageración natural en estos casos, es fuera de duda que el Gobierno de San Juan está en condiciones fuera de la Constitución.
“La revolución es ya un derecho y el pueblo de San Juan indudablemente va a usar de él.
“Parece que les falta recursos y nos piden una vagatela. ¿Que hacemos? Hemos creído que sin el asentimiento del Gobierno Nacional nada podemos acordar. Vd. nos dirá si después de hablar con Derqui, podemos proceder a esta medida.
“Pero en mi opinión esto solo no basta. La cuestión de San Juan va a venir a enredarnos en el Congreso y es preciso con tiempo evitarlo. El Gobierno Nacional se va a encontrar envuelto en estas dificultades.
“Yo creo que Derqui puede hacer mucho más extraoficialmente. Escribirle a Virasoro que renuncie. Hacer que se nombre un Gobernador Provisorio que convoque a elecciones y constituir los Poderes Públicos.
“En fin cualquier otro arbitrio. Pero nosotros no podemos pasar en silencio los escándalos que allí pasan”(23).
(23) Elizalde a Mitre, 11 de Noviembre de 1860. “Correspondencia Mitre-Elizalde” (1960), p. 53. Universidad de Buenos Aires, Departamento Editorial, Buenos Aires. La carta de Sarmiento a Mitre de la misma fecha se publicó en “Sarmiento-Mitre Correspondencia 1846-1868” (1911), pp. 106-110, Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Esta documentación evidencia que los dirigentes políticos porteños estaban al cabo de la inminente insurrección en San Juan. Asimismo se ve que el grupo liberal en San Juan había pedido asistencia financiera a sus amigos de Buenos Aires.
Por cierto, el clima era favorable para que los porteños les prestasen su ayuda. La acción final se había demorado únicamente debido a los esfuerzos que se hacían para resolver las dificultades por medio de las conferencias en San José y mediante la estructura de la alianza entre Derqui y los porteños.
Acerca de cuán contradictorias fueron las opiniones sobre los sucesos de San Juan nos ilustra la correspondencia de aquel tiempo entre Mitre y Urquiza. El gobernador porteño observaba:
“Que a consecuencia del brutal Gobierno de Virasoro hubo una revolución en San Juan y que en un combate más o menos feroz, el coronel Virasoro y algunos de los suyos combatieron con parte del pueblo, muriendo casi tanto de una parte como de otra”(24).
(24) Mitre a Urquiza, 19 de Diciembre de 1860. “Archivo del general Mitre” (1911-1913), tomo VII, p. 150, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Urquiza interpretaba los mismos acontecimientos de distinta manera:
“Los Virasoro y las pocas personas que vivían en su casa han muerto indefensos y acometidos por cuarenta o cincuenta hombres que han escalado las habitaciones”(25).
(25) Urquiza a Mitre, 25 de Diciembre de 1860. “Archivo del general Mitre” (1911-1913), tomo VII, p. 154, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Como en el caso de la ayuda financiera porteña a la insurrección, la forma en que Virasoro y sus partidarios murieron sólo es una cuestión académica. Con la eliminación de Virasoro, el grupo liberal en San Juan se apoderó del Gobierno, celebrando una reunión pública de los ciudadanos locales en la Plaza Mayor.
Eligieron a Francisco Coll como gobernador provisional y éste nombró a Antonino Aberastain -que acababa de regresar de su exilio en Mendoza- y a Valentín Videla como ministros.
Un Informe oficial de los acontecimientos del 16 de Noviembre fue enviado al Gobierno de Paraná, mientras Aberastain dirigía un llamamiento a Buenos Aires solicitando que apoyaran los resultados de la insurrección(26).
(26) Aberastain a Sarmiento, 27 de Noviembre de 1860. Museo Histórico Sarmiento, tomo VIII, Nro. 1.180, (dos volúmenes), Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
La Intervención Nacional en San Juan empezó a cobrar forma en cuanto los miembros porteños se reunieron con Saá en San Luis. Aunque Saá había reunido tropas para prepararse para una intervención armada, De la Fuente informó que el gobernador de San Luis simpatizaba con las ideas de los otros miembros consejeros de la Comisión:
“Paunero y yo lo atacamos de firme, y después de hora y media de conversación logramos que se decidiese a pasar una Nota amistosa al Gobierno interino de San Juan, instruyéndolo de su misión y que entretanto suspendiese Saá toda reunión de fuerzas para no inspirar desconfianza a los hombres de San Juan”(27).
(27) De la Fuente a Mitre, 7 de Diciembre de 1860. Museo Mitre. “Sarmiento-Mitre. Correspondencia, 1846-1868” (1911), “Cartas inéditas del general Bartolomé Mitre”, Nro. 9.485, Buenos Aires. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Pasaron varios días antes que se recibiese una respuesta de San Juan. En consecuencia, la Comisión resolvió viajar a Mendoza con el propósito de desbandar fuerzas que, debido a la advertencia de Urquiza, se habían reunido en esta provincia para iniciar operaciones contra los insurrectos de San Juan.
Las autoridades provisionales en San Juan contestaron que una intervención pacífica sería bien recibida, pero que rechazarían cualquier invasión armada. Indicaban las cartas personales de Aberastain a De la Fuente que no se toleraría ningún cambio en las autoridades establecidas de resultas del 16 de Noviembre y que se advertía a la Comisión que evitase contactos con elementos peligrosos en Mendoza(28).
(28) Aberastain a De la Fuente, 11 de Diciembre de 1860. Museo Mitre. “Sarmiento-Mitre. Correspondencia, 1846-1868” (1911), “Cartas inéditas del general Bartolomé Mitre”, Nros. 9.488 y 9.489, Buenos Aires. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
No obstante, el Gobierno provisional había dejado la puerta abierta para que fuera posible la cooperación con la Comisión interventora. Habían elegido a Aberastain como gobernador constitucional, pero las autoridades provisionales resolvieron esperar la llegada de la Comisión antes de instalarlo en su puesto.
Al comienzo, Saá estaba de acuerdo con una intervención pacífica. Aún después de la llegada de las respuestas de San Juan, siguió desmovilizando sus fuerzas. En la Ciudad de Mendoza, sin embargo, fuertes influencias empezaron a cambiar el rumbo que había tomado Saá.
Desde Paraná, el ministro británico enviaba un resumen de los acontecimientos ulteriores basándose en las informaciones recibidas de los miembros porteños de la Comisión y del Gobierno de Derqui:
“Pero los comisionados de Buenos Aires fueron muy mal recibidos por el gobernador de Mendoza, coronel Nazar, y pronto observaron que el coronel Saá cambiaba rápidamente sus opiniones respecto de la línea de conducta que era conveniente seguir; en suma, terminó por anunciarles que se dirigiría hacia San Juan con fuerzas suficientes.
“Al oír esta decisión, los miembros de Buenos Aires decidieron separarse de su colega.
“Es de suponer que este cambio en la conducta del coronel Saá se debió en parte a la influencia ejercida sobre él por el coronel Nazar, a quien lo unen lazos familiares, pero aún más a consecuencia de las cartas que le escribió el general Urquiza”(29).
(29) Thornton a Russell, 21 de Enero de 1861. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 232, Nro. 3. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
El 25 de Diciembre, los tres consejeros porteños de Saá renunciaron. De este modo el interventor quedó bajo la influencia de Nazar y, en consecuencia, de Urquiza.
En este asunto decisivo, Urquiza había ejercido todo el peso de su poder de antiguo presidente, Comandante en Jefe del Ejército y jefe del partido federal contra Buenos Aires y para destruir la alianza de Derqui con los liberales. Su aviso a los Gobiernos de provincia de impedir la influencia porteña en el Interior fue reiterado y subrayado con mayor fuerza en una carta significativa a Derqui el 30 de Diciembre:
“... Yo no excluyo ni odio a nadie, porque ha pertenecido a éste o al otro partido; pero es porque la fusión ha sido la base de nuestros procedimientos, que resisto a que un partido se aproveche de la práctica de aquella virtud para hacerla desaparecer, como el hombre malo que se aprovecha de la hospitalidad para pillar nuestra casa; es porque creo que a esa sola condición la organización del país es posible y su tranquilidad y ventura; porque el renacimiento de un partido que como tal ha sido vencido, Vd. participa en esa victoria; y poner al vencedor a merced del vencido es renovar la lucha con mayor encarnecimiento, es inutilizar nuestra obra y traicionar la confianza que los pueblos depositaron en nosotros”(30).
(30) Urquiza a Derqui, 30 de Diciembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Derqui empezaba a ceder. Urquiza le había advertido que “no se deje separar de sus amigos por ideas del momento aceptadas sin bastante meditación”(31).
(31) Urquiza a Derqui, 30 de Noviembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
A despecho de la evidente imposibilidad de que ambas partes en San Juan llegaran a un compromiso, el presidente intentó dar la razón tanto a los porteños como a los simpatizantes de Urquiza.
Trataba que Sarmiento renunciase a su puesto de ministro de Gobierno de Buenos Aires y le ofreció nombrarlo plenipotenciario ante el Gobierno de los Estados Unidos. Aseguró a Mitre y a De la Riestra que había modificado las Instrucciones dadas originalmente a Saá y ordenado al interventor proceder con cautela y sin violencia(32).
(32) De la Riestra a Mitre, 19 de Diciembre de 1860. Museo Mitre. “Sarmiento-Mitre. Correspondencia, 1846-1868” (1911), “Cartas inéditas del general Bartolomé Mitre”, Nro. 10.105, Buenos Aires. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Al mismo tiempo, envió a Urquiza una copia de las nuevas órdenes despachadas a Saá que estaban en contradicción con los Informes que había dado a los gobernantes porteños:
“Vd., como mi delegado ejerciendo mi autoridad, tiene los mismos deberes y el mismo compromiso de honor; y no debe excusar medio alguno legítimo ni sacrificio para prender a los indicados como autores de aquel horrible homicidio que lo están -quizá en su totalidad- en el Parte mismo del que los encabezó.
“El mismo deber tiene Vd. de no reconocer autoridad ni situación alguna política creada por el hecho mismo que se trata de juzgar. No hay más autoridad legítima posible hoy en San Juan que la del Gobierno General al objeto de que esa provincia establezca libre y constitucionalmente las que deben regirla”(33).
(33) Derqui a Saá, 17 de Diciembre de 1860. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Así, Derqui trató de afirmarse en una posición intermedia entre los porteños y las provincias, posición que no tenía suficiente autoridad, decisión o poder para mantener.
En San Juan, las cartas de Urquiza y sus simpatizantes dieron vigoroso impulso a la intervención, tanto más cuanto que las Instrucciones de Derqui eran contradictorias y vacilantes.
Aunque las autoridades porteñas simpatizaban con el grupo liberal que se había adueñado del poder en San Juan, Buenos Aires tenía pocas probabilidades de apoyar este Gobierno. En el oeste de la Argentina se habían desencadenado fuerzas que los hombres del Litoral no podían domeñar(34).
(34) Thornton a Russell, 24 de Enero de 1861. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 232, Nro. 9. “Se tuvo la certeza de que habían proporcionado dinero y armas a los revolucionarios de San Juan desde Buenos Aires y, por otra parte, el Gobierno posee pruebas de que las operaciones del coronel Saá fueron instigadas por el general Urquiza quien -asimismo- le había proporcionado considerables sumas de dinero para que pudiera llevar sus fuerzas a San Juan”. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Por consiguiente, cuando en Enero San Juan fue otra vez teatro de nuevas violencias, la frágil alianza entre Derqui y los liberales cayó hecha pedazos. El papel neutral que el presidente había tratado de asumir en Diciembre pronto dejó de tener significado alguno.
En Paraná y en general en el Litoral, todos esperaban nerviosamente el resultado de la intervención. Thornton informó el 21 de Enero:
“Las últimas nuevas que tenemos de San Juan dicen que al saberse la determinación del coronel Saá de llevar sus fuerzas a la ciudad, la Legislatura Provincial resolvió que el señor Aberastain debía hacerse cargo enseguida de sus deberes de gobernador y, en consecuencia, ha tomado posesión de su puesto.
“El 6 del corriente el coronel Saá estaba a unas siete leguas de San Juan con 2.000 hombres; otra fuerza más pequeña se aproximaba también desde la provincia de La Rioja y no creo que en San Juan pueda ofrecerse una resistencia eficaz contra estas fuerzas combinadas; es posible que se puedan evitar nuevos derramamientos de sangre, ya que se dice que algunos miembros del nuevo Gobierno han escapado de San Juan”(35).
(35) Thornton a Russell, 21 de Enero de 1861. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 232, Nro. 3. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Aberastain, no obstante, movilizó sus fuerzas en dos pequeños batallones de infantería de trescientos hombres cada uno y salió de la Ciudad de San Juan para encontrarse con el interventor. Una absurda batalla en Rinconada del Pocito el 11 de Enero echó en tierra la resistencia del grupo liberal de San Juan y el gobernador fue capturado. Al día siguiente sus apresadores lo ejecutaron(36).
(36) Hay grandes diferencias en las distintas versiones de la muerte de Aberastain, desde la versión oficial que dice que fue matado a tiros porque intentó sobornar a sus captores hasta la que dio el ministro británico, Thornton a Russell, 8 de Febrero de 1861. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 232, Nro. 12: “Las informaciones dicen que al prisionero, aunque es hombre muy robusto, se lo obligó ir a pie, sin calzado ni calcetines, sobre un terreno muy escabroso y que después de andar tres leguas pidió un caballo o que lo mataran enseguida y que el oficial que estaba a cargo de la operación resolvió hacer lo último”. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
En Enero de 1861, Thornton había enviado un inquietante Informe al Foreign Office sobre la agitación y la intranquilidad que reinaban en la Argentina. Ponía fin a su despacho con estas palabras:
“Creo que las intenciones del señor Derqui son buenas; no es hombre que carezca de buen sentido y talento, pero carece de energía y se equivoca en su empeño de conciliación; ni tampoco la forma de gobierno que preside y cuyos recursos pecuniarios han llegado a su punto más bajo, le permiten ejercer el suficiente control sobre provincias distantes por su situación y que lo son aún más por las dificultades que ofrecen las comunicaciones”(37).
(37) Thornton a Russell, 22 de Enero de 1861. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 232, Nro. 5. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Unos pocos días más tarde llegaron las noticias de la batalla de Pocito a Paraná y los acontecimientos que tuvieron lugar en el Gobierno Nacional pronto confirmaron el análisis de Thornton. Lo ocurrido había hecho caer en la trampa a Derqui, pese a todo su empeño para llegar a un arreglo con intereses tan divergentes como los representados por Mitre y Urquiza.
El empleo de la fuerza armada por Saá había sido autorizado por las Instrucciones y cartas de Derqui como también por las enérgicas intimaciones de Urquiza. Al mismo tiempo, los porteños tenían todo derecho a esperar, por las seguridades que había dado Derqui, que el grupo liberal en San Juan quedaría protegido de la violencia.
Los actos subsiguientes del presidente demostraron plenamente su pánico y falta de visión política en este momento crítico. Al comienzo Derqui resolvió dirigirse inmediatamente a San Juan. Esta idea fue muy apoyada en el gabinete por De la Riestra y Pico; el ministro de Guerra José María Francia, actuando en estrecho acuerdo con Urquiza, pasó difíciles momentos tratando de disuadir al presidente.
Finalmente, Derqui convino en dilatar su partida por unos pocos días y enviar a uno de sus ministros a San José para conferenciar con Urquiza. A fines de Enero, la llegada de informaciones más detalladas desde San Juan y las nuevas de la muerte de Aberastain obligaron a Derqui a cancelar su viaje(38).
(38) Francia a Urquiza, 25, 26 y 29 de Enero de 1861. Archivo General de la Nación, Archivo del general Justo José de Urquiza, confidencial. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Derqui seguía indeciso mientras llovían sobre él las exigencias de Buenos Aires para que resolviese desaprobar la muerte de Aberastain. Rufino de Elizalde llegó a Paraná en misión especial enviado por Mitre para que insistiese en el retiro de la Intervención de Saá y en la condena de su acción. Derqui inmediatamente escribió a Mitre:
“Luego sabrá usted lo que haremos en esta horrible situación. Ahora sólo puedo decir a usted lo que no haré, que es autorizar el asesinato de Aberastain. Si no tengo los medios de castigarlo, dejaré el puesto, aun en la perspectiva de la disolución de la Nación”(39).
(39) Derqui a Mitre, 29 de Enero de 1861. “Archivo del general Mitre” (1911-1913), tomo VII, p. 70, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Por un tiempo, Derqui buscó la manera de condenar el acto que sus instrucciones y órdenes no sólo habían hecho posible sino probable. La cordial acogida dada a Elizalde se enfrió notablemente, sin embargo, cuando el texto de la Proclama de Mitre al pueblo de Buenos Aires llegó a Paraná(40).
(40) Thornton a Russell, 8 de Febrero de 1861. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 232, Nro. 12; Proclama, Mitre, 31 de Enero de 1861, en el periódico “La Tribuna”, 19 de Febrero de 1861. // Todo citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
El gobernador porteño había dirigido una vibrante arenga a la provincia asegurándole que los crímenes de San Juan no quedarían sin castigo. Otra hendidura en la alianza de Derqui con los liberales se produjo el 30 de Enero, cuando De la Riestra renunció a su puesto en el gabinete, ostensiblemente por razones de salud. Explicó al ministro británico:
“... que le era imposible seguir ocupándose de los asuntos de su Departamento a consecuencia de la pertinaz oposición del general Urquiza, y agregó su convicción de que estaba haciendo un servicio al señor Derqui al eliminar lo que servía de pretexto al general Urquiza para negar su ayuda al Gobierno Nacional”(41).
(41) Thornton a Russell, 6 de Febrero de 1861. Oficina Británica de Documentos Públicos, Documentos del Foreign Office, Correspondencia General 6, República Argentina, volumen 232, Nro. 10. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
Dos días después, aclaró la posición de Derqui una Nota que el ministro de Guerra Francia envió a Saá:
“El Exmo. Sr. Presidente de la República al tomar conocimiento de dicha Nota (del 14 de Enero) de V. E. me ha ordenado esprese a V. E. que deplora que la actitud obstinada que asumieron las personas que se habían apoderado del Gobierno de esa provincia haya obligado a V. E. a apelar al último y fatal recurso de las armas, resorte desgraciado por necesario que sea, por victorioso que resulte”(42).
(42) Francia a Saá, 1 de Febrero de 1861, en el periódico “El Nacional”, 5 de Febrero de 1861. // Citado por James R. Scobie. “La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862” (1964). Ed. Librería Hachete S. A., Buenos Aires.
En protesta por la aprobación de la conducta de Saá, Pico presentó su renuncia al gabinete; de este modo la era de la participación porteña en el Gobierno de Derqui llegó a su fin.
El fin de la Alianza de Derqui con los liberales se precipitó por la ulterior actitud del Gobierno de Buenos Aires respecto de la crisis de San Juan. El 6 de Febrero estas autoridades dirigieron una vigorosa protesta al Gobierno de Paraná contra la Intervención de Saá.
Dos días más tarde mandaron una Circular a todos los gobernadores de provincia pidiendo su apoyo en la emergencia.