El provisoriato de Berón de Astrada. Los adversarios de Atienza al poder
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La muerte de Rafael León de Atienza, que cumplía su segundo período de gobierno -por haber sido reelecto- "trajo a los partidarios de la libertad una sensación de alivio. Atienza, se había mostrado últimamente muy atraído por la política de Rosas y eso causaba un profundo disgusto en las más encumbradas personalidades de la provincia"(1).
(1) Citado por René Borderes. “Imágenes de Nuestro Pasado” (2000), pp. 131-135. Ed. Al Margen, La Plata.
El Gobierno quedó en manos del teniente coronel Juan Felipe Gramajo hasta la elección del que resultara gobernador de la provincia votado por la mayoría del Congreso. Por unanimidad, en sesión entusiasta, fue nombrado para el alto cargo, el joven teniente coronel de Granaderos a Caballo, Genaro Berón de Astrada.
El 14 de Enero de 1838 recibió el nombramiento; el 15 fue confirmado por el Congreso y el 21 del mismo mes juró como gobernador de la provincia:
“1-XII-1837. Ley designando Gobernador Provisorio e indicando el día del juramento.
“Exmo. Señor:
“A consecuencia del fallecimiento del Exmo. señor Gobernador y Capitán General de la Provincia Don Rafael Atienza, en sesión de este día la Honorable Sala Permanente, ha procedido al nombramiento del Gobernador Provisorio que deba encargarse del mando, hasta tanto se reúna el Congreso General para la elección del Propietario y por pluralidad de sufragios ha resuelto electo el Teniente Coronel de Granaderos don Genaro Berón de Astrada quien deberá apersonarse el día 14 del corriente a las 9 de la mañana a prestar juramento de ley.
“Todo lo que el Presidente que suscribe de orden de la Honorable Sala pone al conocimiento de V. E. saludándolo con su distinguido aprecio.
“Sala de Corrientes, Diciembre 12 de 1837.
“Al Exmo Señor Gobernador Delegado Don Juan Felipe Gramajo”.
Así, como Gramajo -gobernador delegado- no podía continuar en el mando, dado el carácter de su mandato, el Congreso Permanente deliberó sobre el asunto, nombrando Gobernador interino hasta que el Congreso General, que convocaba, designara al teniente coronel de granaderos, Genaro Berón de Astrada, en cuya virtud, el día 14 de Diciembre de 1837, el delegado Gramajo decreta se lo tenga por tal, poniéndolo en posesión del mando(2).
(2) Libro de Actas del Congreso. Registro Oficial, p. 14. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)” (1929), Capítulo XIX. Edición del Estado.
Como el momento era oportuno, el grupo federal antirrosista que repudiaba la obediencia ciega al general Juan Manuel de Rosas tendió sus líneas, obteniendo que el Congreso Permanente designara una comisión para preparar la reforma constitucional y que el Congreso General -convocado para el día 31 de Diciembre de 1837- no sólo nombrase al nuevo gobernador, sino que hiciera esa reforma(3).
(3) El 19 de Diciembre de 1837, el Congreso Permanente nombró para redactar el proyecto de nueva Constitución al doctor J. Simón García de Cossio, Juan P. Cabral y M. S. Mantilla. El 18 de Diciembre había pasado Circular a los diputados ausentes para la instalación del Congreso General; fueron éstos Antonio Mantilla, Justo Díaz de Vivar, Joaquín Madariaga, Rafael Díaz Colodrero, Domingo Latorre, Manuel Antonio Ferré, Pedro Ferré, J. V. García de Cossio, José M. Regueral y Eugenio Giménez. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)” (1929), Capítulo XIX. Edición del Estado.
La organización del Congreso General no se efectuó sin un cambio de hombres que preparó la evolución política que termina en Pago Largo. Fueron acontecimientos sucesivos:
* la aceptación de la renuncia, el 20 de Diciembre de 1837, del diputado por la capital, Domingo Latorre;
* la no aceptación, el día 30 de Diciembre de 1837, de la renuncia del diputado por San Roque, Justo Díaz de Vivar, a quien en la misma sesión se exonera del cargo “pues las razones nada fundadas con que ha preparado su excusa no le hacen honor”, con cuyo motivo -agregaba- “queda expedito para la causa criminal que se le sigue”(4).
(4) Registro Oficial, p. 22. Decreto del 22 de Diciembre de 1837. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)” (1929), Capítulo XIX. Edición del Estado.
* la declaratoria de inhabilidad que la Sala Permanente hace en la persona de Rafael Sáenz de Cavia, electo diputado por la capital en vez de Latorre, el 4 de Enero de 1838;
* la aprobación del diploma, el 8 de Enero de 1838, del diputado por San Roque, Pedro Díaz Colodrero y, al día siguiente, la de los diputados Eugenio Jiménez y Juan Pedro Llano, electos por Esquina y la Capital, respectivamente(5).
(5) El diputado Giménez fue electo en comicios del 1ro. de Enero de 1838, por ausencia del titular, Gregorio Araujo; y Llano, el 9 de Enero de 1838, en vez de Latorre. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)” (1929), Capítulo XIX. Edición del Estado.
El 9 de Enero de 1838, la Sala Permanente eligió presidente del próximo Congreso General a Angel M. Vedoya y éste pudo reunirse el día 12 de Enero de 1838, inaugurando sus sesiones y designando vicepresidente a Pedro Dionisio Cabral; secretario a Pedro Díaz Colodrero; y prosecretario a Vicente G. de Cossio.
- Las Instituciones y los hombres del momento
La trascendentalidad de los acontecimientos que siguen a la elección de Berón de Astrada obligan a la exégesis del Organismo Provincial tal como las leyes de fondo de la época lo habían definido.
Para su exposición, hay que referir a las Instituciones y a los hombres en el momento en que el gobernador Rafael León de Atienza fallecía, desde que tales antecedentes ayudan también para apreciar con justeza los valores personales en juego.
Dentro del Organismo Provincial destacábase el “Departamento de Guerra”, en el que debemos distinguir -además de un Estado Mayor que preside, como Capitán General, el gobernador Atienza- al Ejército de línea o veterano y a la milicia popular.
Integraban el “Estado Mayor” el Sargento Mayor y Jefe de Plaza, el instructor de la Academia y enseñanza militar (cargo ocupado por el coronel Manuel de Olazábal), el encargado del parque y municiones, hospital militar, música, ídem y anexos correspondientes.
La fuerza veterana se clasifica en tres grupos fundamentales:
* el primero titulado “Escuadrón de la Capital”, a las órdenes del Sargento Mayor Tiburcio Rolón, con la ayudantía del teniente Manuel Cabral, que se componía de las siguientes compañías: Húsares de la Guardia, capitán José Venancio Llopart, con dos tenientes, un alférez, quince clases y 84 soldados; Granaderos a Caballo, capitán Isidro Pucheta, con un teniente, siete clase y 19 soldados; la Infantería de Libertos, capitán Bailón Cabral, con un teniente y seis clases, y 102 individuos de tropa.
* El segundo grupo de fuerza veterana constituíalo el regimiento de Granaderos a Caballo, siendo su jefe el coronel José López y, su segundo, el teniente coronel Genaro Berón de Astrada.
El regimiento se componía de dos escuadrones con dos compañías cada uno y un total de más o menos 200 individuos de tropa, incluso las clases; comandaban las compañías los capitanes José Domingo Abalos y Leandro Galarza (del primer escuadrón) y Doroteo Duarte y Lino Martínez (del segundo escuadrón).
* El tercer grupo de fuerza veterana tenía su asiento en el pueblo de La Cruz, constituyéndolo un piquete de granaderos.
Las milicias de la provincia tenían su Plana Mayor comandada por el coronel Vicente Ramírez, congregándose a las órdenes de los Comandantes Militares de los diversos Departamentos de la provincia. Eran éstos:
* de Lomas, el capitán Anselmo Paredes;
* de Empedrado, el capitán Ramón Ortiz;
* de Bella Vista, el capitán José Ignacio Serrano, mientras las del pueblo de Santa Lucía -que integraba este Departamento- eran mandadas por el Sargento Mayor Rafael Peralta;
* de Goya, el Sargento Mayor Juan Mateo Arriola;
* de Esquina, el teniente coronel Félix María Gómez;
* de Curuzú Cuatiá, el capitán Raimundo Romero;
* de La Cruz, el capitán Juan Bautista Pucheta;
* de San Roque, el teniente coronel José Antonio Romero;
* de Yaguareté Corá, el capitán Manuel Antonio Martínez;
* de San Miguel y Loreto, el capitán Antonio I. Arizaga;
* de Saladas, el teniente coronel Manuel J. Benítez;
* de Mburucuyá, el capitán Ceferino Sánchez;
* de Caá Catí, el capitán Bernardo A. Esquivel;
* de San Luis del Palmar, el teniente coronel Lorenzo Lezcano;
* de Ensenadas (San Cosme), el teniente coronel Manuel A. Corrales;
* de Itatí, el capitán Felipe Corrales;
* y de las milicias de la costa, el capitán Diego Brest.
Además del Departamento de la Guerra -que dejamos sintetizado- la organización provincial comprendía los Departamentos de Gobierno y de Hacienda.
El primero estaba integrado por el Gobernador, el Secretario o Ministro General de Gobierno (entonces desempeñado por Eusebio A. Villagra), cinco Oficiales Escribientes, un Oficial General y un Defensor de Pobres y Menores (el resto de la Administración Judicial cobraba por actuación, conforme a arancel, incluyendo a los jueces); la Administración de Correos; la Policía; y la Cárcel.
El Departamento de Hacienda, presidido por el gobernador como Intendente General, estaba integrado por un Colector y un Contador General y por tres Oficiales Escribientes. La Renta se recaudaba por Receptorías en la Capital, Goya, Esquina y Bella Vista, con empleados a sueldo, con la doble función de los impuestos generales y de los de Aduana -en carácter de puertos- y por Receptorías que percibían un 10 % de sus cobranzas como emolumentos, en los Departamentos de Curuzú Cuatiá, San Roque, San Miguel, Saladas, Caá Catí, Empedrado, Mburucuyá, San Luis del Palmar, Ensenadas e Itatí.
Integraban el Departamento de Hacienda el personal de la Imprenta del Estado y los Preceptores a cargo de las Escuelas Públicas. Eran éstos:
* en la Capital, de Latinidad, presbítero Juan Antonio Acevedo;
* de Primeras Letras Normal, Agustín Mallorca;
* de San Francisco, fray José de la Quintana;
* de La Cruz, Juan Francisco Quevedo;
* de la Escuela de Niñas, Josefa Guruzurreta;
* y de la de Dibujo, Manuel Núñez de Ibarra.
Eran Preceptores de las Escuelas departamentales existentes:
* Pedro José Brit, en Goya;
* Manuel de Reyes Gómez, en Esquina;
* Pedro Amarilla, en Bella Vista;
* Juan José Jiménez, en Curuzú Cuatiá;
* Eduardo Esquivel, en General Paz;
* Valentín Flores, en Yaguareté Corá;
* Alejandro Antonio Aguirre, en Saladas;
* Pedro Arriola, en Mburucuyá;
* Pedro López, en Ensenadas;
* Manuel Avendaño, en San Roque;
* Ignacio Soto, en Empedrado;
* Joaquín Quijano, en San Luis;
* Federico Castro, en Santa Lucía;
* Fausto Moreira, en Riachuelo;
* Cipriano Cabezú, en Itatí;
* Antonio Aguirre, en la campaña de Itatí; y
* Domingo Solís, en Lomas.
Tal vez estas notas no sean todo lo sintéticas que fuera de desear, pero es necesario que, junto a la noticia del pasado genéricamente respetable, esté el culto de los esfuerzos personalísimos y la mención de los ciudadanos que contribuyeron a la obra plural del progreso y de la vida, en las diversas dignidades del Organismo social.
En ese sentido, la determinación de nombres es homenaje legítimo, tanto más en vísperas de la más honda tragedia de la raza: la de Pago Largo.