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LA CAMPAÑA DE MATO GROSSO

La larga inacción de 1866-1867 demandó adaptaciones y ajustes en todos los bandos, una vez que se comenzó aceptar la desagradable idea de que la guerra podía durar mucho más de lo pensado y deseado.

El revés en Curupayty había exacerbado la desunión en el Comando Sliado, con varios generales y observadores acusándose unos a otros y preguntándose qué pasaría ahora. Como hemos visto, Mitre partió en Febrero de 1867 para lidiar con la amenaza montonera en su propio país, dejando a Caxias asumir el Comando General.

El marqués era un hombre sensato, profundamente profesional. Reconoció que necesitaba tiempo para enfrentar los desafíos inmediatos de estabilizar el frente, restaurar la moral, reorganizar los suministros y la sanidad y contener la epidemia de cólera. Fue el artífice de una importante innovación táctica al convencer a Río de Janeiro de importar 2.000 rifles de retrocarga (Robert) y 2.000 de repetición (Spencer), ambos comprados en Estados Unidos(1).

(1) Dificultades con las municiones hechas en Estados Unidos, impidieron el uso de estas armas por casi un año, pero, finalmente, los problemas fueron resueltos en el laboratorio Campinho del Brasil y los rifles a repetición tuvieron un profundo efecto en las subsecuentes tácticas de caballería. Las carabinas Robert no convencieron, sin embargo, y el Ejército brasileño finalmente vendió sus existencias al Uruguay y la Argentina en 1873-1874 [comunicación personal con Adler Homero Fonseca de Castro, Río de Janeiro, 12 de Junio de 2009]. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Sin embargo, vaciló en tomar medidas fundamentales en el campo estratégico, en parte porque todavía carecía de información acerca de las intenciones paraguayas y en parte porque creía que el retorno de Mitre era inminente.

Estas limitaciones claramente lo exasperaban, ya que quería imponer un ritmo decisivo en su preparación pero, entre todos los Comandantes aliados, Caxias era el más hábil en materia política, incluso más que Mitre. Si alguien podía asegurar una correcta coordinación entre los políticos de Río de Janeiro y el Ejército en el frente, sin duda era él. Sólo era cuestión de esperar hasta que dispusiera de las reservas que necesitaba para tomar la ofensiva. Todas las demás complicaciones se podrían resolver en el momento oportuno.

En cuanto a los paraguayos, habían pasado los primeros meses de 1867 lo mejor que pudieron. Curupayty había sido su victoria y se alegraron con la partida de Mitre y los levantamientos montoneros en la Argentina. Los más ingenuos rogaban que la “triple infamia” se desintegrara con estos percances y que los muchos enemigos de la República decidieran volver a sus casas. Caxias llegaría a entender que el Paraguay no podría ser derrotado en estos términos ni en ninguno que fuera forjado en Rio de Janeiro o en Buenos Aires.

La realidad demostró que éstas eran sólo ilusiones desesperadas. La drôle de guerre era prolongada, sin duda, pero los factores básicos que guiaron la política bélica Aliada permanecían en su lugar. El Brasil y la Argentina todavía podían contar con sus reservas de mano de obra y material, mientras que el Paraguay no podía reemplazar sus pérdidas.

Aunque era cierto que Caxias ocupaba solamente 25 kilómetros cuadrados de territorio paraguayo (“un espacio apenas suficiente para albergar uno al lado del otro los cuerpos de los que habían muerto”), sus fuerzas estaban ganando vigor, al tiempo que las del mariscal se debilitaban día a día(2).

(2) G. F. Gould a George Buckley Matthew, Buenos Aires, 26 de Abril de 1867, en: David Rock, “Argentina Under Mitre: Porteño Liberalism in the 1860s” (1999), en: “The Americas”, 56:1 (Julio de 1999), p. 49. Washington, DC. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

López todavía podía soñar con una victoria -o, al menos, con sobrevivir- pero los factores en su contra habían crecido inmensamente. Todas las oportunidades para acelerar lo inevitable parecían estar del lado de los aliados.

- La campaña de Mato Grosso

Durante todo el curso de la guerra, los Aliados intentaron solamente una innovación estratégica importante, que abrió una exigua esperanza de cambiar la trayectoria del conflicto. Esta no fue el vaticinado, y totalmente racional, segundo frente que debieron haber desarrollado a través de Misiones y Encarnación, sino un mucho más riesgoso despliegue de un Ejército brasileño a través de las selvas de Mato Grosso para atacar al Paraguay por el norte.

En los papeles, la idea era recomendable. Después de su exitosa invasión a esa zona en 1864, el mariscal había hecho poco por mantener los minúsculos puestos que había ocupado en la provincia y, en cambio, había dedicado toda su atención (y suministros) a Humaitá.

Para 1866, Mato Grosso parecía una región olvidada y, de acuerdo con cierto raciocinio, este hecho en sí mismo justificaba al menos un ataque de distracción en ese punto. El problema con esta idea, que ya había recibido atención en la Escola Militar de Praia Vermelha, por lo menos desde Marzo de 1865, es que ignoraba las dificultades prácticas.

Mato Grosso está a cientos de kilómetros de São Paulo, en uno de los terrenos más difíciles de todo el Interior brasileño. Ninguna unidad Aliada, del tamaño que fuere, que pasara por esa ruta a través del monte, podría jamás ser sostenida, mientras que las guarniciones defensivas de López en el norte, si bien pequeñas y de segundo nivel, sí podían ser apoyadas desde las áreas contiguas del Paraguay.

Estas circunstancias debieron haber generado escepticismo sobre la noción de un ataque al Mato Grosso. Pero tal postura no seducía a los Generales en sus sillones de Río de Janeiro o a los burócratas civiles que querían una forma rápida y barata de terminar la guerra.

Nadie le prestó atención al viejo proverbio local: “Deus é grande, mas o Mato é ainda maior” (Dios es grande, pero el Mato es aún mayor). Las condiciones objetivas para un tremendo desastre ya estaban dadas en Abril de 1865, cuando el recientemente Comisionado, Teniente de Ingenieros de veintidós años, Alfredo d’Escragnolle Taunay, pidió unirse a la propuesta expedición a Mato Grosso.

Irónicamente, su participación terminó siendo una bendición para las letras latinoamericanas, ya que escribió varias obras sobre los acontecimientos que presenció, principalmente “A Retirada da Laguna”, que se convirtió en uno de los clásicos de la literatura brasileña.

El padre de Taunay era un artista profesional, con amplios contactos en la Corte, y el joven oficial, en línea con la tradición de la familia de su madre, abrazó la carrera militar. Alfredo cuadraba a la perfección con la imagen del aristócrata entusiasta que parecía dominar la escena y el pensamiento públicos en las primeras etapas de la guerra. Partió a su largo viaje motivado tanto por el idealismo como por la curiosidad. Estaba ansioso por conocer el Interior del Brasil, la tierra de los interminables humedales, los grandes papagayos azules y los últimos indios rojos.

Pero también estaba determinado a hacer el bien, no en aras del orden Imperial, sino de un país, un continente, un mundo entero más allá del horizonte. Aunque se habrá sentido heredero del espíritu de los bandeirantes, en realidad las inclinaciones de Taunay eran románticas, más del tipo de las novelas de aventuras que de los polvorientos tomos científicos(3).

(3) Carlos de Koseritz, “Alfredo d’Escragnolle Taunay. Esboço Caracteristico” (1886), pp. 12-16. Leuzinger & Filhos: Rio de Janeiro. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Su relato de la campaña de Mato Grosso, que en todo sentido es de una calidad épica, puede leerse como un bildungsroman, ya que Taunay no solamente se fue endureciendo, como resultado de sus experiencias, sino que quedó, como muchos de sus camaradas de armas, casi destruido por ellas.

El 10 de Abril de 1865, una columna de 568 hombres partió de São Paulo al Interior, con destino final Mato Grosso y norte del Paraguay. Al comando de la columna estaba asignado el coronel Manoel Pedro Drago, a quien el emperador había nombrado nuevo presidente de la lejana provincia(4).

(4) La nominación de Drago no se hizo sin controversia; un corresponsal que firmaba como “O Cuyabano” publicó una larga carta en la que elogiaba los logros militares de Drago, pero afirmaba que carecía de las habilidades administrativas necesarias para asumir el papel de presidente provincial. Ver: “Mato-Grosso. O Seu Novo Presidente”, en: “Jornal do Commercio” (Rio de Janeiro), edición del 10 de Marzo de 1865. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Las instrucciones del Coronel eran enfilar hacia Uberaba, en Minas Gerais, donde recibiría refuerzos. Estos le permitirían avanzar hasta Goiás, Mato Grosso y luego -quizás en forma decisiva- Paraguay. Pese a sus antecedentes como ex Jefe de Policía en la Corte Imperial, Drago tenía muy pocos de los atributos para la guerra que caracterizaban, por ejemplo, a otro ex Jefe de Policía, el general paraguayo José Eduvigis Díaz.

Mientras la decisión e impetuosidad de este último le habían valido numerosas condecoraciones -y finalmente la muerte-, Drago no tenía demasiadas dotes marciales y era un indeciso innato. Cinco días después de que salió de São Paulo, su columna se detuvo en Campinas y se quedó dos meses. Este pueblo de mediano tamaño estaba en el centro de una importante arteria comercial, sorprendentemente rica y progresista, y se esforzó por mostrar lo mejor de sí a las tropas recién llegadas(5).

(5) Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Relatório Geral da Commissão de Engenheiros junto as forces em Expediçao para a Provincia de Matto Grosso. 1865-1866” (1874), en: “Revista do Instituto Histórico e Geographico Brasileiro”, n. 37: 2, p. 93. Rio de Janeiro. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

El agradecido Coronel se entregó al placer de la vida social del pueblo, asistiendo a recepciones, cortejando mujeres, bromeando con los personajes locales y sonriendo en recitales musicales. Taunay, quien ya había adoptado el papel de Jenofonte, disfrutó tanto como su comandante, escribiendo más tarde que sus tiempos en Campinas habían sido una de sus experiencias más felices y divertidas, “con su larga sucesión de cenas, fiestas, picnics, ferias y bailes, una después de la otra, sin un momento de descanso(6).

(6) Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Memórias do Visconde de Taunay” (1948), p. 119. Instituto Progresso Editorial: São Paulo. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Las demoras de Drago en Campinas no fueron exclusivamente culpa suya. Por un lado, luego de haber adornado la idea de la expedición de Mato Grosso con una excesiva muestra de confianza, en la práctica los ministros del Gobierno hicieron poco para respaldarla financieramente.

Para avanzar, Drago necesitaba caballos, carretas, bueyes, alimentos, medicinas y dinero para contratar transportes en la ruta al oeste. El ministro de Guerra le dio poco más que promesas. Adicionalmente, estando en Campinas, la columna de Drago fue golpeada por la viruela, lo que causó seis muertes y 159 deserciones, principalmente entre las unidades enviadas desde São Paulo(7).

(7) Francisco Doratioto. “Maldita Guerra” (2004), p. 121. Emecé, Buenos Aires. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

La columna pudo partir de Campinas a mediados de Junio de 1865, no antes de que Taunay
registrara el paso de una enorme estrella fugaz, una genuina bola de fuego que todos los soldados consideraron un mal augurio(8).

(8) Charles J. Kolinski, “Independence or Death! (The Story of the Paraguayan War)” (1965), p. 111. University of Florida Press: Gainesville. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Las circunstancias ya habían sido difíciles y se volverían mucho peores. Mientras Drago perdía su tiempo, las pequeñas guarniciones en Mato Grosso tenían que defender la provincia con mínimos recursos. Aparte de unos pocos hombres llegados de Goiás, no habían recibido refuerzos o ayuda(9). De hecho, los sacrificados defensores de Cuiabá no estaban al tanto del progreso de la expedición que se había organizado en su nombre, y es casi seguro que presumirían que el Imperio los había olvidado por completo(10).

(9) Alexandre Manoel Albino de Carvalho, “Relatório apresentado ao Ilmo. e Exm. Snr. Chefe de Esquadra Augusto Leverger, VicePresidente da Provincia de Matto-Grosso, em Agosto de 1865” (1866), pp. 12-13. Río de Janeiro; y Augusto Ferreira França, “Falla apresentada a Assemblea Legislativa Provincial de Goyaz, em o Primero de Agosto de 1866” (1867), pp. 11-12. Goiás.
(10) Presidente Alexandre Albino de Carvalho a ministro de Guerra, Cuiabá, 8 de Junio de 1865, en: “Relatório de Presidente da Província do Mato Grosso. 1865” (Cuiabá, 1865), pp. 44-45. En Julio del mismo año, el presidente provincial liberó a 107 hombres del deber militar para que pudieran cultivar alimentos para sus familias. Ver: Augusto Leverger a José Ildefonso de Figuereido, Cuiabá, 29 de Julio de 1865, en: Arquivo Publico do Estado do Mato Grosso do Sul, Campo Grande, fol. 25; y Leverger a Ilm. Senhor, Cuiabá, 23 de Agosto de 1865, en: Arquivo Publico do Estado do Mato Grosso do Sul, Campo Grande, liv. 220, n. 65.
// Todo citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

En sus mentes siempre existió la posibilidad de que Bolivia se uniera a López para ocupar los territorios del Oeste y de que los esclavos de la provincia se levantaran para apoyar al invasor(11). Aun si los cuiabanos hubieran sabido de las unidades avanzando en su ayuda, la verdad era que carecían de los suministros necesarios para sostener incluso sus propias fuerzas(12).

(11) Luiza Rios Ricci Volpato, “Cativos do Sertão (Vida Cotidiana e Escravidão em Cuiabá em 1850/1888)” (1993), p. 61. Editora Marco Zero: São Paulo; aunque unos pocos esclavos efectivamente escaparon a áreas ocupadas por paraguayos, no ocurrió un levantamiento general. Ver: Jefe de Policía Firmo José de Matos a Albino de Carvalho, Cuiabá, 11 de Marzo de 1865, en: Arquivo Publico do Estado do Mato Grosso do Sul, Campo Grande, caixa 1865 G (que habla con detalle de un tal “Manoel Perreira da Silva por ‘seducir’ a esclavos en la parroquia de Santo Antonio, [diciéndoles] que abandonen sus labores y enfilen de una vez para Corumbá, donde casi con seguridad serán liberados”).
(12) El periódico local de Cuiabá, describió el asunto sin ambigüedades, subrayando que “podemos defender la capital y quizás [unos pocos otros] puestos, [pero] nuestros campos están desiertos, nuestros ejes silenciados, nuestras guadañas sin movimiento [...], nuestras industrias paralizadas, nuestro comercio sin vida, nuestros cofres sin dinero”. Ver: “A Imprensa de Cuyabá”, 24 de Febrero y 5 de Marzo de 1865. Dada la severa escasez, la provincia tendría serias dificultades para sostener las necesidades de la Força Expedicionária que pronto arribaría a la escena. Una corta pero bastante profética carta del 1 de Mayo de 1865 (que supuestamente provenía de una persona familiar con Mato Grosso) declaró que los paraguayos habían llevado miles de cabezas de ganado al sur, y que el que quedaba en la provincia (unas 251.000 cabezas) no sería suficiente para alimentar a un ejército de 8 a 10.000 hombres junto con los habitantes que permanecían al norte de la línea. Ver: “Mato-Grosso”, en: “Jornal do Commercio”, (Río de Janeiro), edición del 2 de Mayo de 1865.
// Todo citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

La columna llegó a Uberaba el 18 de Julio y allí fue reforzada con una brigada de 1.212 mineiros -unidades de policía y voluntários- liderados por el coronel Antonio da Fonseca Galvão(13).

(13) “O ex-Comandante do corpo policial mineiro com destino a Mato-Grosso”, en: “Jornal do Commercio”, (Río de Janeiro), edición del 9 de Septiembre de 1865. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Drago ya había dedicado cuatro meses a viajar menos de 500 kilómetros y en toda la ruta el progreso estuvo plagado de dificultades. Esta vez acampó en las afueras de Uberaba por otros cuarenta y cinco días.

Era un pueblo ganadero de 700 metros de elevación, al que sus primeros habitantes habían bautizado grandilocuentemente como “A Princesa do Sertão”, en anticipación de una futura prosperidad. El éxito material estaba todavía muy lejos, ya que la pequeña comunidad podía apenas reunir un grupo irregular de casas de una planta, las más pobres, con techos de paja y, las más pretenciosas, de tejas(14).

(14) Uberaba tenía 2.500 habitantes en ese tiempo. Ver: Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Relatório Geral da Commissão de Engenheiros junto as forces em Expediçao para a Provincia de Matto Grosso. 1865-1866” (1874), en: “Revista do Instituto Histórico e Geographico Brasileiro”, n. 37: 2, pp. 134-136. Río de Janeiro; Matthew M. Barton. “The Military’s Bread and Butter (Food Production in Minas Gerais, Brazil, during the Paraguayan War)” (2011), en: “Latin American Labor History Conference”, Duke University, 1 de Abril de 2011, Durham. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

La columna de Drago la hizo su hogar, dedicando el tiempo a lamer sus modestas heridas y aguardar que más tropas -provenientes de la población local- se adhirieran. En realidad ocurrió lo contrario, ya que las deserciones constituyeron un gran problema de principio a fin durante la estadía en Uberaba. Noventa y seis soldados huyeron por el monte, de los cuales treinta y tres murieron en el intento. Drago envió a setenta y cinco hombres a una improvisada prisión como advertencia para otros que quisieran tomarse una “licencia francesa”, pero no consiguió demasiado(15).

(15) Luiz De Castro Souza, “A Medicina na Guerra do Paraguai (Mato-Grosso) (III)” (1970), en: “Revista de História”, 40: 81, pp. 48-49. São Paulo. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Nadie quería unirse a la columna, y aquéllos que ya eran parte de ella, tenían muchas dudas sobre la prudencia de toda la empresa. Finalmente, llegó otro refuerzo, de 1.209 hombres, lo que elevó el poder de la tropa de Drago a 1.575 soldados. Este era el contingente total, ahora ampulosamente llamado “Força Expedicionária ao Sul da Província de Mato Grosso”, que partió el 4 de Setiembre de 1865 rumbo a Cuiabá.

El Gobierno Imperial le había prometido a Drago un ejército de 12.000 y le había dado un décimo de ese número. Paulistas y mineiros predominaban en las dos brigadas, con algunas tropas de Paraná y de la lejana Amazonas. Tenían 13 piezas de artillería, todos cañones pequeños. Con esta insignificante fuerza se proponían reconquistar un territorio casi tan grande como toda la Banda Oriental. Para empeorar las cosas, unas 200 mujeres seguían a las columnas, amantes y esposas de los soldados, algunas de las cuales traían a sus hijos(16).

(16) Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Memórias do Visconde de Taunay” (1948), pp. 120, 133-134. Instituto Progresso Editorial: São Paulo. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Estas seguidoras no tenían provisiones asignadas y los hambrientos soldados nunca estaban muy dispuestos a compartir su comida. Los soldados, las mujeres y los niños sufrían de diarrea, malnutrición y malaria y, los animales, de beriberi equino(17).

(17) Las enfermedades entre caballos y bueyes eran frecuentemente esparcidas por el contacto con animales silvestres y, en Mato Grosso, el llamado mal de cadeiras causaba interminables problemas a los fazendeiros. Ver: Robert Wilton Wilcox, “Cattle Ranching on the Brazilian Frontier (Tradition and Innovation in Mato Grosso. 1870-1940)” (1992), pp. 104-107, disertación doctoral. New York University. Nueva York. Cuando Taunay arribó a Coxim, a fines de 1865, reportó que todas las monturas de São Paulo que habían llegado a Mato Grosso habían caído con la misma enfermedad, y esto limitaba severamente las posibilidades de arrear ganado para alimentar a las tropas. Ver: Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Em Matto Grosso Invadido (1866-1867)” (¿1929?), pp. 60-61. Melhoramentos de S. Paulo (Weiszflog Irmãos): São Paulo. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Los paraguayos mostraron poco nerviosismo ante la aproximación de la “Força Expedicionária” desde el Este. Su ocupación de los territorios sureños de la provincia había sido, en su mayor parte, poco significativa. Después de un arrebato inicial de entusiasmo con las capturas de Coimbra, Albuquerque, Corumbá y los pequeños puestos militares a lo largo del río Mbotety, nunca se preocuparon por avanzar más allá.

La capital provincial, Cuiabá, permaneció en manos brasileñas durante toda la guerra. Los hombres del mariscal condujeron un ataque importante en Abril de 1865 contra Coxim, una aldea ubicada en los senderos que bordeaban el Pantanal y conectaban Corumbá con comunidades esteñas. Los resultados iniciales de este enfrentamiento no fueron concluyentes; los paraguayos confiscaron unas pocas cabezas de ganado y casi nada más(18).

(18) Coxim evidentemente pasó varias veces de manos entre salteadores paraguayos y las fuerzas locales brasileñas en los meses siguientes, aunque por lo general los hombres del mariscal mantuvieron el territorio. Ver: “Mato-Grosso”, en: “Jornal do Commercio”, (Río de Janeiro), edición del 28 de Septiembre de 1865; Alexandre Manoel Albino de Carvalho, “Relatório apresentado ao Ilmo. e Exm. Snr. Chefe de Esquadra Augusto Leverger, VicePresidente da Provincia de Matto-Grosso, em Agosto de 1865” (1866), p. 38. Río de Janeiro; y Albino de Carvalho a Commandante del Batallón Goiano, Cuiabá, 3 de Octubre de 1865, en: Arquivo Publico do Estado do Mato Grosso do Sul, Campo Grande, liv. 209, n. 22. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

La real significación de Coxim era estratégica: si podían, de algún modo, aislar la capital provincial, a los brasileños les sería difícil organizar una resistencia en cualquier otro sitio de Mato Grosso. Todo dependía de la disposición de López a mantener una amenaza creíble en la Guarnición que había asignado a la aldea pero, dada la demanda de mano de obra en el sur, un despliegue considerable era imposible.

Los paraguayos en Coxim tuvieron que arreglárselas con mínimo apoyo. De hecho, una vez que los Ejércitos Aliados cruzaron por Itapirú y Paso de la Patria, las unidades del mariscal en todo Mato Grosso fueron dejadas prácticamente a su suerte. Se pasaron los meses cultivando maíz y mandioca, cuidando del poco ganado que tenían y evitando contactos con el enemigo(19).

(19) Los reportes enviados a Asunción por los Comandantes paraguayos en Mato Grosso -entre 1866 y 1867- registran una serie de interminables quejas sobre la falta y pobre calidad de las provisiones, la frecuencia de las deserciones y el azote de enfermedades tales como sarampión, viruela y disentería. Urbieta a ministro de Guerra, Nioac, 10 de Enero de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Sección Nueva Encuadernación 761; Urbieta a ministro de Guerra, Nioac, 31 de Enero de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Sección Histórica 347, n. 8; Juan F. Rivarola a [?], Corumbá, 14 de Febrero de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Sección Nueva Encuadernación 3273; Urbieta a ministro de Guerra, Nioac, 4 de Abril de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Sección Nueva Encuadernación 1727; Urbieta a ministro de Guerra, Nioac, 23 de Mayo de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Sección Nueva Encuadernación 2436; Hermógenes Cabral a [?], Corumbá, 9 de Junio de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Colección Rio Branco I-29, 16, n. 6; Urbieta a ministro de Guerra, Bellavista, 3 de Noviembre de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Sección Nueva Encuadernación 2831; Urbieta a ministro de Guerra, Bellavista, 29 de Diciembre de 1866, en: Archivo Nacional de Asunción, Sección Nueva Encuadernación 2831; Lista de Tropas Enfermas en el Hospital de Corumbá, 9 de Febrero de 1867, en: Archivo Nacional de Asunción, Colección Rio Branco I-30, 23, 185; Patricio Galiano a ministro de Guerra, Estrella del Apa, 30 de Noviembre de 1867, en: Archivo Nacional de Asunción, Colección Rio Branco I-30, 15, 196; Hermógenes Cabral a mariscal López, Corumbá, 18 de Marzo de 1866 al 1 de Agosto de 1866, en: Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro, Rio de Janeiro, lata 321, doc. 6; y Romualdo Núñez a ministro de Guerra, Corumbá, 12 de Octubre de 1865 a 15 de Enero de 1868, en: Archivo Nacional de Asunción, Colección Rio Branco I-30, 17, 55, n. 1-17. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

En Uberaba, el coronel Drago recibió órdenes de su superior en Río de Janeiro de desviarse del plan original y no marchar directamente a Cuiabá, sino al distrito de Miranda, en el extremo sur de Mato Grosso -cerca del centro de la fuerza paraguaya en la provincia. Los ministros del Gobierno creían que las guarniciones del enemigo estaban tan mermadas que Drago podría fácilmente restablecer la autoridad brasileña.

Esto probó ser una evaluación demasiado optimista, principalmente debido a que Río de Janeiro no envió ni nuevas armas, ni municiones ni más provisiones. Drago sí recibió refuerzos de Goiás, cuando su columna pasó por un vértice de esa provincia, pero los 2.080 hombres que entraron efectivamente a Mato Grosso difícilmente constituían un ejército listo para la batalla(20).

(20) “Goyaz” (21 de Septiembre de 1865), en: “Jornal do Commercio”, (Río de Janeiro), edición del 2 de Noviembre de 1865; “Provincia de Matto Grosso”, en: “Diário do Rio de Janeiro”, edición del 8 de Diciembre de 1865. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

El Coronel mismo nunca tuvo oportunidad de probar a sus hombres en combate, ya que el 18 de Octubre, estando en camino al sur, recibió -desde la Capital imperial- la noticia de que había sido relevado. Finalmente le pasaban la factura por las historias de su afabilidad en Campinas. Renuentemente, pasó el comando a Antonio da Fonseca Galvão(21).

(21) Taunay reportó que Drago partió dos días después con una pequeña escolta en medio de muestras “de la más alta prueba de consideración y respetuosa amistad”. Ver: Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Relatório Geral da Commissão de Engenheiros junto as forces em Expediçao para a Provincia de Matto Grosso. 1865-1866” (1874), en: “Revista do Instituto Histórico e Geographico Brasileiro”, n. 37: 2, pp. 170-171. Rio de Janeiro. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Pero, ¿cómo podía este último hacer algo mejor que su predecesor? Las enfermedades y la malnutrición que azotaban a los hombres habían aumentado, ya que esta área de Mato Grosso era la más insalubre de la provincia(22). El río Paraguay inundaba sus márgenes a esta altura y tanto el follaje como la peligrosa fauna eran superabundantes, como una monstruosa versión del Edén.

(22) Luiz de Castro Souza, “A Medicina na Guerra do Paraguai (Mato-Grosso) (III)”, en: “Revista de História”, 40: 81 (1970), pp. 113-36, passim. // Citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Después de cada lluvia, se volvía casi imposible mover los carros en el lodo pegajoso, y los mosquitos infestaban el empapado terreno en todas las direcciones. Había palometas, pirañas, caimanes y serpientes de enormes proporciones en el agua(23). Había también indios bororos, cuyas agresivas inclinaciones y afiladas flechas eran famosas entre los fazendeiros de la región(24). Y había hambre, siempre hambre.

(23) El 23 de Octubre de 1865, los soldados encontraron y mataron una serpiente, probablemente una anaconda, de ocho metros de largo y más de un metro de ancho. Al cortarla, hallaron en su interior el cuerpo intacto, aunque putrefacto, de un venado; fue tal el lío que se armó por el fétido olor, que el campamento tuvo que mudarse. Ver: Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Relatório Geral da Commissão de Engenheiros junto as forces em Expediçao para a Provincia de Matto Grosso. 1865-1866” (1874), en: “Revista do Instituto Histórico e Geographico Brasileiro”, n. 37: 2, pp. 172-174. Rio de Janeiro. Sobre la incidencia de enfermedades entre las tropas expedicionarias camino a Coxim, ver: Heitor Borges Fortes. “Atuação do Corpo de Artilharia do Amazonas na Força Expedicionária a Mato Grosso e Retirada da Laguna” (1967), en: “Revista Militar Brasileira” 53: 4/86, pp. 32-35, Río de Janeiro.
(24) Alfredo d’Escragnolle Taunay, “Relatório Geral da Commissão de Engenheiros junto as forces em Expediçao para a Provincia de Matto Grosso. 1865-1866” (1874), en: “Revista do Instituto Histórico e Geographico Brasileiro”, n. 37: 2, pp. 224-225. Río de Janeiro. El famoso explorador brasileño, mariscal Cândido Rondon (1865-1958), quien acompañó a Theodore Roosevelt en su mapeo de las aguas altas del Amazonas a principios de los años 1900, era hijo de madre bororo. // Todo citado por Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011), volumen II. Santillana S. A. - Prisa Ediciones, Asunción.

Galvão podía esperar poca ayuda de los matogrossenses de la región. El Gobierno de la provincia tenía poco que ofrecer. Además, los habitantes de estas latitudes, o sertanejos, tendían a considerar a estas tropas brasileñas recién llegadas, con la misma animosidad con que consideraban a los paraguayos o a los indios. Los sertanejos eran un pueblo sombrío y más bien severo, despiadado, vengativo, suspicaz, apasionado en sus asuntos personales, pero desprovisto de ambiciones por las fortunas de la vida.

Vivían en los claros de los humedales abiertos en la jungla, criaban ganado y mostraban poco interés en la comunidad más amplia de los brasileños. Es cierto que tenían poco amor por el mariscal y sus hombres, pero ello no los acercaba particularmente a la causa del emperador. Y, lo más importante en términos prácticos, no tenían disciplina.

En el largo, oscuro, sanguinario libro de las guerras fronterizas con el Paraguay, habían mostrado una terrible habilidad, pero sus logros siempre se intercalaban con las más repugnantes y gratuitas agresiones y la más repulsiva crueldad. Si Galvão utilizaba a estos hombres, tendría que asumir muchos riesgos.

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