Acosta, Ambrosio de
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BIOGRAFIA I
Fue uno de los fundadores de la Ciudad de Corrientes. En su Cabildo ejerció de Escribano Público y de Cabildo el 30 de Octubre de 1638, vale decir, como uno de los hombres que sabía leer y escribir corrientemente, apto para la importante función de documentar la vida de la nueva ciudad(1).
(1) Citado por Hernán Félix Gómez. "Diccionario Biográfico" (inédito).
Su recuerdo es memorable por haber sido el primer maestro de primeras letras de Corrientes.
Fue nombrado y aceptó el cargo, el 10 de Marzo de 1603. Recordando que la ciudad se fundó el 3 de Abril de 1588, tenemos que educó a los primeros hijos de sus pobladores.
En 1609 Ambrosio de Acosta fue Alguacil y Sargento Mayor del Cabildo.
El historiador Manuel Vicente Figuerero divulgó la personalidad de Acosta como el primer Maese de Escuela de la zona. Lo sustituyó en esa función, en 1634, Marcos de Espinosa, y a éste, en 1637, Pedro de Mesina.
Ambrosio de Acosta había nacido hacia 1560; hijo del lenguaraz Gonzalo de Acosta, de gran actuación en la época de Mendoza. Se educó en Asunción, integró la expedición acaudillada por Juan de Garay para fundar a Buenos Aires, en cuyos Padrones de tierra figura.
Volvió a Asunción (1586) y acompaña al Adelantado Juan de Torres de Vera y Aragón en la fundación de Corrientes (1588) donde se avecina. Adquiere encomiendas y tierras, integra el Cabildo del que es Escribano Público (1591-1597) e, interinamente, ejerce su Tenencia de Gobierno.
El 10 de Marzo de 1603 es designado maestro de primeras letras de la ciudad, abriendo un aula en los corredores de la Iglesia Matriz. Fue el primer maestro de la Ciudad de Corrientes.
Notas
(1) La Escuela Nacional Nro. 606 de Corrientes, había sido denominada “Ambrosio de Acosta"”. Hoy es la Provincial Nro. 139.
(2) La Escuela Nacional Nro. 840 de Gallego Cué, en el Departamento San Miguel, también llevaba su nombre.
(3) La Biblioteca de la Escuela Nro. 2 también se denominaba con su nombre.
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BIOGRAFIA II
- El primer maestro de escuela
En el año 1598 se dio principio al traslado de los pobladores a la traza de la ciudad. Este proceso, si bien fue lento, para el año 1603 ya estarían construidas una buena cantidad de casas y la ciudad contaría con las mujeres y niños que, por motivos de seguridad, no habían venido con anterioridad(2).
(2) Material extraido de la obra de Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
Era preciso inculcar a estos niños las enseñanzas básicas de lectura y escritura. En la colonia, las actividades educativas eran desempeñadas generalmente por los Padres jesuitas, pero la ciudad todavía no contaba con un Colegio de esta Orden religiosa, por este motivo, y con el fin de no postergar la educación de los niños fue necesario que alguno de los vecinos más instruidos se encargue de ésta tarea.
El nombramiento recayó en uno de los vecinos de la ciudad llamado Ambrosio de Acosta, tal como consta del Acta de la reunión del Cabildo del 10 de Marzo de 1603:
“En la Ciudad de Vera en diez días del mes de marzo de mil y seiscientos y tres años, se ayuntaron en su cabildo como lo tiene de uso y costumbre, conviene a saber, el capitán Diego Martínez de Irala, justicia mayor en esta ciudad; Pedro López de Enciso; Diego Martínez de la Orta, alcaldes ordinarios y de la hermandad por su Majestad; Juan Alonso de Cózar; Francisco Ortiz de Leguizamo; Hernando de la Cueva; Gaspar Bernal, a tratar y comunicar cosas convenientes al servicio de Dios y su Majestad, bien y aumento de esta República y entre otras acordaron, acordamos de nombrar maese de escuela, para que enseñe a los niños a leer y a escribir y de unánimes(3) y conformes nombramos a Ambrosio de Acosta, vecino de esta ciudad, para que enseñe a los niños; y al dicho Ambrosio de Acosta le diesen un peso plata por cada muchacho cada mes, o su valor, y visto por los dichos capitulares, que el dicho Ambrosio de Acosta se obliga a cumplir sus deberes por un año (esta roto el papel donde continúa) y de cómo así lo acordaron y recibieron al dicho Ambrosio de Acosta por maese de escuela, y el dicho Ambrosio de Acosta aceptó el nombramiento y lo firmaron de sus nombres: Diego Martínez de Irala - Pedro López de Enciso - Diego Martínez de la Orta - Juan Alonso de Cózar - Francisco Ortiz de Leguizamo - Gaspar Bernal - Hernando de la Cueva - Ante mí Alonso Sánchez Moreno, escribano público y de Cabildo”(4).
(3) Prof. Norma Fernández Doux de Demarchi. “Ambrosio de Acosta, una Gloria de Corrientes” (1987), Corrientes. Yerra la autora al considerar en el capítulo “Algunas reflexiones que surgen de la consideración del Acta del 10 de Marzo de 1603” que la palabra que no ha podido ser interpretada por ninguna versión publicada de las Actas Capitulares y demás historiadores sea: “devoción”. La lectura es clara, se lee: “de u_anymes” que sería: “de unánimes”, y expresa la circunstancia de una decisión unánime de los capitulares. Por lo que todo lo desarrollado en torno a la mala interpretación de esta palabra carece de sentido. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
(4) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Sala 1, Actas Capitulares, Tomo 1, Folios 155v / 156, Ciudad de Vera, 10 de Marzo de 1603. Nombramiento de Maese de Escuela a Ambrosio de Acosta. // Todo citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
Raúl A. Molina sostienen que Ambrosio de Acosta, Maese de Escuela de la Ciudad de Vera, pudo haber sido también maestro en la Ciudad de Buenos Aires. Debo discrepar con esa hipótesis. Nuestro Ambrosio de Acosta nunca pudo haber sido designado Maese de escuela en la Ciudad de Buenos Aires porque al momento de su fundación tendría 16 años de edad, que se corresponde más a la de un mancebo que se inicia en las artes de la milicia que a la de una persona hábil en lengua y gramática.
Ambrosio de Acosta nació en la Ciudad de Asunción en el año 1564 aproximadamente, tal y como se desprende de su declaración testimonial del 11 de Noviembre de 1604(5), en la que manifestó ser de 40 años +/- de edad.
(5) Archivo General de Indias, Charcas, 85, N.5, Ciudad de Vera, 11 de Noviembre de 1604. Ambrosio de Acosta, Alguacil Mayor, de edad de 40 años +/-. Existen otras declaraciones en la que manifiesta su edad pero éstas las realiza a muy avanzada edad, motivo por el cual hacemos prevalecer aquélla sobre las demás. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
Documentalmente no podemos probar quiénes fueron sus padres; lo más probable es que haya sido hijo de Ambrosio de Acosta e Isabel de Salazar y, por lo tanto, nieto del portugués Gonzalo de Acosta(6).
(6) Manuel Vicente Figuerero, al hacer su semblanza, señala que fue hijo del piloto portugués Gonzalo de Acosta. Gonzalo de Acosta nació en el año 1490; en el año 1557 partió de Asunción con Jaime Resquín, para nunca regresar. En el año 1545 realizó una Información de Servicios en la que manifestaba que tenía seis hijas, maduras, en edad de tomar estado de matrimonio; dos hijos; y dos varones más que habían fallecido en la conquista de Buenos Aires con Pedro de Mendoza. Es muy improbable que nuestro Ambrosio de Acosta sea hijo del portugués Gonzalo de Acosta. Lafuente Machain señala un Ambrosio de Acosta, hijo del capitán Gonzalo de Acosta, que fue testigo en la Información de Fernández Montiel, en Santa Fe, en el año 1587. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
En la Ciudad de Vera ocupó diversos cargos de república; actuó como Escribano Público y del Cabildo, Alguacil Mayor, Alférez Real y Alcalde Ordinario. En el año 1616 encontramos el último rastro documental de su actuación como Escribano Público y del Cabildo en la ceremonia de posesión de los indios de la encomienda que el gobernador Hernandarias de Saavedra le otorgó a Pedro Alvarez Gaytán(7).
(7) Archivo General de Indias, Charcas, 102, N.32, San Juan de Vera, 1 de Julio de 1616. Juramento pleito-homenaje del capitán Pedro Alvarez Gaytán. Certifica el documento Ambrosio de Acosta, Escribano Público y del Cabildo. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
Mancebo, de tan solo dieciséis años, se enroló en el contingente poblador que, con el general Juan de Garay iba a refundar la Ciudad de la Trinidad y Puerto de Buenos Aires.
En su fundación recibió reparto de solares e indios en encomienda. En esa ciudad permaneció sólo algunos años; quizás, hasta el año 1587, en que prestó declaración como testigo en la Información de Fernández Montiel en la Ciudad de Santa Fe.
De allí partió a la Ciudad de Asunción sin saber que en poco tiempo participaría de la población de la Ciudad de Vera. El alférez Pascual Ramírez, su nieto, nos describía su participación en la población de la Ciudad de Vera, de esta manera:
“( ... ) cuando bajaron a poblar esta ciudad, entre los pobladores de ésta, fue el uno el dicho mi abuelo (Ambrosio de Acosta), quien dejó sus casas y comodidades de haciendas en aquella ciudad (Asunción) sólo por más servir a su Majestad, como también en la casa que el dicho mi abuelo tuvo poblada (en la ciudad de Vera) con mujer e hijos, armas y caballos, con que sirvió en los reencuentros que incesantemente se tenía con los enemigos fronterizos de que estaba esta dicha ciudad tan cercada; sin embargo, de las grandes necesidades y trabajos en que se vio, nunca desamparó la población y obtuvo los oficios de república como uno de los principales hombres nobles y primeros pobladores y conquistadores y que últimamente ejerció el oficio de alcalde ordinario cuando murió ( ... )”(8).
(8) Archivo General de Indias, División Colonia, Tribunales, Legajo E1, Folios 270 / 306. Año 1678. Información de Méritos y Servicios del alférez Pascual Ramírez, nieto del capitán Ambrosio de Acosta. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
El mismo Ambrosio de Acosta, en su declaración testimonial en la Información del Adelantado Torres de Vera y Aragón, en el año 1604, expresaba:
“A la diez y seis pregunta dijo que la sabe como en ella se contiene porque éste declarante vino a la dicha población y se halló presente al tiempo que se fundó (la ciudad de Vera), a residido después acá siempre, en ella, donde es vecino, conquistador y poblador”(9).
(9) Archivo General de Indias, Charcas, 85, N.5, Folios 379v / 383r, San Juan de Vera, 12 de Noviembre de 1604. Ambrosio de Acosta, Alguacil Mayor y vecino de San Juan de Vera, 40 años +/- de edad. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
Su labor como Maese de Escuela no debe haber sido prolongada; en el mes de Noviembre del año 1604 ya ostentaba el cargo de Alguacil Mayor y es poco probable que tuviera tiempo para dedicarse a la enseñanza.
Con respecto al importe que debía percibir en concepto de Maese de Escuela, no constan en las erogaciones de la Caja Real por lo que se estima que la cuota educativa fue abonada por los padres de los niños.
Ambrosio de Acosta contrajo matrimonio con María de Esquivel y Cabrera, hija de Gabriel de Esquivel y de Francisca de Almaras. De su matrimonio hubieron seis hijos, que se llamaron: Ambrosio, Juan, Josefa, Luciano, Bartolina y Mateo(10).
(10) Datos de investigaciones genealógicas particulares de Gustavo Miguel Sorg. // Citado por Gustavo Miguel Sorg. “Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva Historia de la Fundación de la Ciudad de Vera” (2007). Edición del Autor.
Otro testimonio nos proporciona el nombre de dos antiguos maestros de la Ciudad de Vera: Isidro Baldenebro y Juan de Figueroa, ambos con sus respectivas escuelas.
El 28 de Febrero de 1689, el capitán Antonio de Soto, Procurador General y Defensor de Menores, preocupado por la escasez de personas hábiles en los oficios necesarios, pedía a los padres que mandasen a sus hijos a las escuelas:
“Lo primero se ha de servir Vuestra Señoría de mandar hacer una matrícula de todos los niños de edad de ocho años para arriba, y mandar a sus padres y madres que los envíen a las escuelas de Isidro Baldenebro y Juan de Figueroa, ordenándoles no sean osados sacarlos ni trasladarlos de una escuela a otra porque en la perseverancia consiste el logro y luce el trabajo de los maestros en la buena educación, doctrina y crianza”(11).