El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

Alvear, Carlos María de

Nació en Santo Angel de la Guarda (o Santo Angel Guardián de las Misiones), en las Misiones Orientales -misiones del Uruguay- el 25 de Octubre de 1789.
Sus nombres de pila bautismal fueron Carlos Antonio del Santo Angel Guardián(1)(2) y era hijo del noble español Diego de Alvear y Ponce de León -brigadier de la Real Armada- natural de Andalucía, y de la porteña María Josefa Balbastro.

(1) El nombre de pila incluye al Santo Angel Guardián por ser el epónimo y Patrono de la ciudad en la que naciera: Santo Angel Guardián de las Misiones, antigua reducción jesuítica de las Misiones Orientales o del Tapé, actualmente Santo Ângelo en territorio anexado a Río Grande del Sur tras la conquista portuguesa de 1801.
(2) No se han encontrado documentos en los que Alvear firmara su nombre como Carlos María antes del año 1813. El origen de este nombre es desconocido, pero Alvear lo usó alternativamente con el simplificado Carlos de Alvear a partir de ese año, y así aparece en numerosos documentos. Su nombre de bautismo era Carlos Antonio José Angel de la Guarda Alvear y Balbastro, de modo que algunos autores (como Juan José Cresto, Director del Museo Histórico Nacional y Presidente de la Academia Argentina de la Historia) prefieren llamarlo Carlos Alvear o Carlos Antonio Alvear. Pese a la autorizada exposición de Cresto, siendo de común utilización por parte de los historiadores argentinos y extranjeros, se identifica al personaje histórico como Carlos María de Alvear. Algunos autores atribuyen a la violenta muerte de su madre el que llevara su nombre -María- en su honor. Jacinto R. Yabén, en su obra “Biografías Argentinas y Sudamericanas”, lo llama Carlos Antonio José del Angel de la Guarda. “No obstante ser conocido generalmente con los nombres de Carlos María, Alvear fue bautizado con los de Carlos Gabino del Santo Angel”, dice Yabén.

Alvear es la exaltación de un hijo de la provincia de Corrientes, desde que nació en Santo Angel, pueblo de las antiguas Misiones Orientales -hoy Estado de Río Grande del Sur (Brasil)- época en que esos territorios integraban de juris la zona judisdiccional de la Ciudad y Tenencia de Gobierno de Corrientes(3).

(3) Hernán Félix Gómez. “La Ciudad de Corrientes” (1944).

Había sido esa zona usurpada por la Compañía de Jesús, para la organización de sus reducciones actuando, en la época del nacimiento del general Alvear, una comisión de técnicos para delimitar la frontera entre España y Portugal. Integraba esa Comisión, el padre del general Alvear.

Hizo sus primeros estudios en Porto Alegre y, más tarde, en Buenos Aires donde el 16 de Mayo de 1802 fue dado de alta como cadete del regimiento de infantería, pasando al de dragones el 16 de Julio del mismo año. Era aún un niño cuando revistaba como cadete en el regimiento de dragones de Buenos Aires en que figuró como portaestandarte.

En 1804 su padre resolvió trasladarse a la Península con toda su familia, en la expedición que salió del Río de la Plata compuesta por las fragatas españolas “Fama”, “Medea”, “Flora” y “Mercedes”, que conducían 1.645.542 pesos fuertes y un rico cargamento.

La familia de Diego de Alvear se embarcó en la “Mercedes” y, cuando aquella expedición fue atacada por igual número de naves inglesas frente al Cabo Santa María, el 5 de Octubre de 1804, la fragata en que iba la familia Alvear se incendió, yéndose a pique, muriendo Josefa Balbastro y siete de sus hijos, salvándose su esposo y su hijo primogénito Carlos gracias a que éste -por su carácter indócil y travieso- había sido pasado de la “Mercedes” al buque donde iba el padre, separado del resto de la familia(4).

(4) Jacinto R. Yabén. “Biografías Argentinas y Sudamericanas”.

El terrible hecho ocurrió a fines de 1804, cuando viajaba con sus padres y sus hermanos y hermanas rumbo a España a bordo de la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes” cuando la escuadra española que los transportaba se encontraba casi frente a la costa de Cádiz.

A pesar de ser las relaciones entre España e Inglaterra pacíficas, se aproximaron sorpresivamente cuatro fragatas inglesas. El capitán español, confiado, les permitió una aproximación a “tiro de fusil”; encontrándose a tal distancia, para sorpresa e indignación de los españoles, uno de los capitanes ingleses intimó a que el navío español quedara como presa -junto a sus tripulantes- de “Su Majestad Británica”.

Sin poder creer lo que escuchaban, los españoles decidieron enviar una delegación en una chalupa a fin de parlamentar y aclarar posibles malos entendidos. Como los ingleses vieran que el navío español en lugar de aceptar la intimación parecía dilatar los tiempos del plazo, respondieron con una andanada de “ángeles” (balas de cañón unidas por eslabones) o balas incendiarias (calentadas al rojo vivo). Una de tales balas dio en la santabárbara (polvorín) del navío español que voló por los aires.

Desde la nave capitana el joven Alvear, que tenía entonces 16 años, vio como perecían su madre y sus seis hermanos junto a otras 240 personas.

Esta provocación, que tuvo lugar el 5 de Octubre de 1804 frente a la costa portuguesa del Cabo de Santa María, motivó la declaración de guerra de España al Reino Unido el 14 de Diciembre de 1804 y fue antesala de la batalla de Trafalgar.

Los ingleses llevaron secuestrados hasta Gran Bretaña a los sobrevivientes. Allí, Diego de Alvear conocería a Luisa Rebeca Ward, con quien contraería matrimonio en segundas nupcias tres años más tarde(5).

(5) José María Luque. “La Inglesa (palacio, lagar y bodega)”, diario “Córdoba” del 16 de Enero de 2004.

Diego de Alvear y su hijo Carlos permanecieron un tiempo prisioneros en Inglaterra. A fines de 1805, padre e hijo regresaron a España. “Si Alvear experimenta cierta antipatía hacia nuestro país ello se debe a esta terrible catástrofe”, diría un viajero inglés que lo conoció en Buenos Aires en 1823.

En el año 1806 Carlos completó su educación en Londres y después sentó plaza en la brigada de Carabineros Reales, cuerpo de distinción en la Península. A fines de 1807 se incorporó a la brigada de Carabineros Reales (un cuerpo de elite) con el grado de Alférez (equivalente al de Teniente en los cuerpos de línea)(6).

(6) Alvear nunca pasó del grado de Alférez en el ejército español, lo que desmiente su supuestamente brillante experiencia militar. De todos modos, los americanos siempre eran dejados de lado en los ascensos (al menos a fines del siglo XVIII y principios del XIX) lo que explica que, por dar sólo un ejemplo, San Martín -con una foja de servicios mucho más extensa- sólo fuera Mayor con grado nominal de Teniente Coronel.

El joven Alvear se halló en varias acciones contra los franceses invasores, especialmente en las de Talavera de la Reina, Yébenes y Ciudad Real. En su actuación peninsular Alvear contrajo relación con muchos hombres que tendrían figuración en la lucha por la Independencia de América como Carrera, Vigodet, etc.

Alvear fue uno de los pocos oficiales de carrera en participar de la Guerra de Independencia hispanoamericana por el bando revolucionario. Participó en la campaña contra la invasión napoleónica luchando en las batallas de Tudela, Tarancón, Uclés y Talavera y en los combates de Los Yébenes, Mora y Consuegra.

Llegó a Cádiz a fines de 1809 y a los pocos meses fundó la Sociedad de los Caballeros Racionales o Logia Nro. 3 (filial de otra con sede en Londres) a la que luego se incorporaría José de San Martín. En oposición a este concepto, Yabén señala que “en Cádiz trabó relación con el teniente coronel José de San Martín, que lo inició en los secretos de la Logia Lautaro y en 1811 se trasladó de aquella ciudad a la de Londres, donde conoció al ilustre venezolano Francisco Miranda, dirigente principal de los que aspiraban a la independencia de las colonias de América”(7).

(7) Jacinto R. Yabén. “Biografías Argentinas y Sudamericanas”.

El 26 de Julio de 1809, Alvear contrajo enlace en Cádiz con María del Carmen Sáenz de la Quintanilla y Camacho, nacido en Carmona, Sevilla, el 25 de Octubre de 1793; hija de Antonio Sáenz de la Quintanilla, natural del mismo lugar, coronel de los Reales Ejércitos, y de María Joaquina Camacho, nacida en el mismo punto. La viuda del general Alvear sobrevivirá a éste hasta el 31 de Marzo de 1867.

Additional information