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El mitrismo impone el partido liberal en Corrientes

Para cuando se registró la batalla de Arroyo Garay, el general Nicanor Cáceres ya había renunciado al cargo que desempeñaba en el Ejército. El combate impresionó al presidente Mitre, que resolvió tomar medidas para impedir una conflagración general. A su juicio, Cáceres se valía -para proseguir la campaña- de elementos movilizados por la Nación, desobedeciendo sus órdenes.

Este hecho y cierto castigo que se había impuesto a un oficial enviado por el Comisionado, autorizaron al presidente disponer la presentación de Cáceres ante un Consejo de Guerra, so pena de ser declarado desertor y rebelde y, con igual sanción, amenazó a los individuos de sus fuerzas, siempre que no depusiesen las armas y regresasen a sus hogares(1).

(1) Acuerdo de Agosto 4 de 1868. En Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 337. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El presidente reprendió a la vez a su hermano aconsejándole abstenerse de participar en los asuntos de la provincia aunque observara buenas relaciones con el Gobierno de Torrent y le previno que no se comprometiese escribiendo cartas que podían colocarlo como aliado de la revuelta o instigador de la guerra civil(2).

(2) “Archivo del general Mitre, Guerra del Paraguay” (1911-1913). Carta de Bartolomé Mitre al comisionado Emilio Mitre, 5 de Agosto de 1868, en tomo III, p. 379, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

A pesar del efímero combate en las Puntas del Arroyo Garay, la situación en el límite de las provincias de Corrientes y Entre Ríos continuaba en tensa calma. El Comisionado Nacional para solucionar aquel conflicto, buscaba por todos los medios someter al general Nicanor Cáceres a un Consejo de Guerra, para así desautorizar su actuación(3).

(3) “Documentos relativos a la Organización Constitucional de la República Argentina” (1911), tomo II, pp. 179-180. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Cáceres defendió su accionar y convalidó su proceder sosteniendo que lo actuado lo hizo en defensa de un Gobierno constitucional, combatiendo a un Ejército que debería estar en el frente de batalla paraguayo y no comprometiéndose en sediciones locales(4).

(4) María Amalia Duarte. “Trascendencia de la Revolución de Corrientes en 1868” (1994), p. 192. Enrique M. Barba (in memoriam). Estudios de Historia, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

En los primeros días de Agosto de 1868, Evaristo López llegará a Paraná, para luego dirigirse al Norte, más precisamente a la Ciudad de La Paz, donde se designa a José Hernández como ministro de Gobierno en campaña; posteriormente, al 20 de Agosto, López se dirigirá a San José de Feliciano, para parlamentar el 30 de aquel mes con el general Cáceres, en la estancia “Paraíso”(5).

(5) Archivo General de la Nación, Archivo general Justo José de Urquiza, Año 1868, Carpeta 158. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

En tanto, del otro lado del río Guayquiraró y del arroyo Basualdo, el grueso de las columnas que dirigía el coronel Raymundo Reguera trataban de reorganizarse, lo que demandaba numerosos esfuerzos dados los desbandes y fugas de los hombres de la campaña, que no deseaban volver a las filas del Ejército(6).

(6) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 233, folio 162. Carta del comandante Raymundo Reguera al gobernador interino Victorino Torrent, del 4 de Septiembre de 1868. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Preocupaba al presidente, sobre todo, la actitud de Urquiza, cuyo coraje podía encenderse en presencia del “triunfo” de sus paisanos. Mitre reiteró la orden de abstención y recomendó a Gelly y Obes para que bajase a Corrientes con todo el Ejército, dejando nada más que una reducida representación en la guerra(7).

(7) “Archivo del general Mitre, Guerra del Paraguay” (1911-1913). Carta de Bartolomé Mitre al general Gelly y Obes, 8 de Agosto de 1868, en tomo III, p. 284, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Bartolomé Mitre recabó del Congreso autorización para movilizar las milicias correntinas, previendo un peligro de una guerra entre provincias y, a efectos de ejecutar las leyes nacionales mediante la detención de Cáceres. El general Urquiza obedeció la orden, aunque de mal modo, y afirmó su confianza en el Gobierno Federal -si fuese requerido- que restablecería en Corrientes las autoridades depuestas, permitiendo la división allí retenida que volviese al Paraguay a fin de cumplir con los deberes reclamados por la honra pública(8).

(8) Justo José de Urquiza. Nota al ministro Costa (Agosto 19 de 1868), en “El Uruguay”, Nro. 2.435, Agosto 19 de 1868. En Luis H. Sommariva.“Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 338. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Urquiza -en carta a Evaristo López- adelanta la posibilidad de un acuerdo entre las partes en pugna, afirmando que:

Yo siempre procuro, como he dicho, buscar remedio a los males en la Constitución y en las leyes; sólo cuando se han agotado prácticamente estos medios, creo que hay derecho para prescindir de la ley, procediendo de otro modo...
Así, he logrado muchas veces evitar tremendos males a mi país; así he logrado también que la provincia de Entre Ríos no se haya precipitado en la anarquía que desgraciadamente ha conmovido tanto a las provincias hermanas...
No dudo que muchas veces es peligroso ampararse en la ley, desde que los hombres son los encargados de cumplirla; pero, en tal caso, los gobernantes debemos tener bastante abnegación para aceptar con tranquilidad y confianza la suerte que el destino nos depare(9).

(9) Archivo General de la Nación, Archivo del general Urquiza, Borradores, Buenos Aires; en Beatriz Bosch. “Presencia de Urquiza” (1953), pp. 316 y 317, con una selección documental. Editorial Raigal, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El 8 de Septiembre se realizó una reunión entre Evaristo López, Justo C. Urquiza y López Jordán. En ella, el gobernador constitucional correntino sostuvo su oposición a la entrega del general Cáceres al general Emilio Mitre, porque esto haría disolver el Ejército. Para el gobernador López, los sucesores de Corrientes en el Poder Ejecutivo no fueron más que elementos necesarios para torcer la candidatura presidencial de los hombres de Corrientes quienes se habían manifestado en clara adhesión a Urquiza(10).

(10) Carta de Justo Carmelo Urquiza a Justo José de Urquiza, del 8 de Septiembre de 1868, en Fermín Chávez. “Vida y Muerte de López Jordán” (1970). Editorial Theoría, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Días más tarde, en Paso Santillán, se concretará un Acuerdo entre el gobernador López y el Comisionado Nacional, general Emilio Mitre, del cual no se pudo obtener avance alguno. Fue entonces, y debido a las circunstancias, que el general Nicanor Cáceres decidirá separarse del Ejército constitucional. El propio general Emilio Mitre confirmará el alejamiento de Cáceres y el pronto licenciamiento de todas las tropas de la provincia(11).

(11) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 234, folio 46. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El historiador Zinny señala que “el gobernador Evaristo López, cuando se vio libre, acompañado de su secretario José Hernández, reclamó su derecho al Gobierno de la provincia y sustituyó a Cáceres -declarado rebelde, traidor a la Nación y desertor del Ejército- poniéndose él a la cabeza de las fuerzas de la provincia en sostén de su autoridad usurpada(12).

(12) Antonio Zinny. “Historia de los Gobernadores de la Provincia de Corrientes. 1810-1978” (1998), separata. Ed. Amerindia Ediciones Correntinas, Corrientes.

En referencia a esta última cuestión, José Hernández escribirá una nota periodística en la que denunciará que las fuerzas liberales regresaron armadas a sus Departamentos lo que generará -a su entender- violencia y venganza contra los opositores; los jefes, oficiales y tropas que adhirieron a López quedarán desarmados y padecerán persecución, convirtiéndose en víctimas de vejaciones. Más de tres mil ciudadanos serán obligados a abandonar sus hogares para escapar de la persecución(13).

(13) Horacio Zorraquín Becú. “Tiempo y Vida de José Hernández. 1834-1886” (1972), p. 132. Emecé Editores, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Absteniéndose Entre Ríos, el presidente juzgó facilitada su tarea: si López insistiese en conservar a Cáceres al frente de sus fuerzas, éstas serían perseguidas hasta detener al jefe rebelde; si López lo abandonase, el asunto quedaría reducido a una lucha armada entre correntinos, de la cual prescindiría totalmente la autoridad nacional no requerida(14).

(14) “Archivo del general Mitre, Guerra del Paraguay” (1911-1913). Carta de Mitre a Gelly y Obes, Septiembre 1 de 1868, en tomo III, p. 294, (veintiocho volúmenes), Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Por esa época se incorporaba al Senado el ex gobernador de Santa Fe, Nicasio Oroño, que apenas ocupó su banca presentó un proyecto de supresión de la pena de muerte para todos los delitos ordinarios y militares antecediéndose en medio siglo a la cuestión con este proyecto.

En la misma Sesión en que lo expuso, presentó otro de Intervención a la provincia de Corrientes que suscribió junto con los senadores Joaquín Granel, Juan Llerena, Tadeo Rojo, Wenceslao Díaz Colodrero y José Ramón Vidal, representantes correntinos estos dos últimos.

Característica fundamental del proyecto, jamás repetida, fue la cláusula que proponía la Intervención directa del Congreso, alejando toda injerencia del Ejecutivo. Según el proyecto, una Comisión compuesta de dos senadores y dos diputados se trasladaría a Corrientes y Entre Ríos para examinar los actos de guerra civil que se hubiesen verificados y los comunicaría al Congreso a los efectos pertinentes.

La Comisión restablecería las autoridades derrocadas y dispondría el regreso al Paraguay de las tropas estacionadas en la provincia, ordenando a los jefes y oficiales que hubiesen tomado parte a favor o en contra de la insurrección del 27 de Mayo de 1868, su comparecencia ante el Ejecutivo para responder de su conducta(15).

(15) “Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación Argentina del Año 1868” (1893). Sesión de Agosto 6 de 1868, pp. 229 y sig. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Oroño se empeñó porque el proyecto fuese tratado sobre tablas; pero el Senado lo pasó a Comisión y nunca fue puesto en el Orden del Día.

A fines de Septiembre de 1868, el general Emilio Mitre empezó a mover sus tropas desde la Ciudad de Corrientes, preparando la ofensiva contra Cáceres. Negado el concurso de Entre Ríos, López comprendió que las probabilidades de triunfar por sus propios medios eran irrealizables y cambió de política, recabando la Intervención Federal.

Poco después declaró que, con mucho retardo, le llegó la orden referente a Cáceres y que se apresuraba a acatarla a cuyo efecto disponía en el acto la separación de ese jefe(16).

(16) Nota de López al ministro Eduardo Costa (Septiembre 25 de 1868). Misiva en el Archivo de la Cámara de Diputados de la Nación, Legajo Particulares, Año 1869, Expediente Nro. 2, en Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 340. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El presidente Mitre contestó que sólo Intervendría si el gobernador detuviera a Cáceres, evidenciando de ese modo ser merecedor de su ayuda(17). Creía el Ejecutivo que la separación del Jefe era puramente nominal y fijó la exigencia a fin de que se comprendiera que el socorro era improcedente para quienes se alzaban contra la Nación, entorpeciendo el libre ejercicio de sus funciones(18). Naturalmente, el Comisionado detuvo su acción ante las declaraciones de López.

(17) Nota de Costa al gobernador López (Octubre 1 de 1868), en “La Nación Argentina”, número 224, Octubre 6 de 1868. En Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 340. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires.
(18) “Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación Argentina del año 1868” (1893), Sesión de Octubre 8 de 1868, pp. 697 y sig. // Todo citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Se produjo así un estado de situación original: el gobernador legal permanecía al frente de numerosas fuerzas; el Gobierno insurrecto imitaba su actitud; sobre la frontera continuaban movilizadas las milicias entrerrianas; y el Comisionado Nacional instalado en la provincia con tropas del Ejército, cuya presencia reclamaban los campos paraguayos. La situación tenía que resolverse en alguna forma.

El Ejecutivo urgió entonces al Congreso para que dictara la ley que había propuesto; parecíale indispensable el sometimiento de Cáceres, así como quitar la posibilidad de que Corrientes y Entre Ríos entrasen en lucha. Con la movilización de las milicias correntinas pensaba ejecutar las leyes nacionales y sofocar y reprimir la guerra entre provincias, con arreglo a los pertinentes artículos constitucionales.

Los senadores que estudiaron el asunto produjeron dictamen favorable al pedido, pero aconsejaron que en la ley se enunciase el principio de que se respetaría -en todos los casos- la independencia interna de ambas provincias. El Senado votó la ley suprimiendo este agregado, en mérito a que el ministro Costa lo consideró una censura injusta: el Ejecutivo iría a cumplir leyes, no a intervenir(19).

(19) “Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación Argentina del año 1868” (1893), Sesión de Octubre 8 de 1868, pp. 697 y sig. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

La Cámara de Diputados aceptó el proyecto abundando la idea de que el caso era ajeno a la materia de Intervenciones. El 10 de Octubre de 1868, el Ejecutivo promulgó la ley(20). Dos días más tarde concluyó el período presidencial del general Mitre.

(20) Ley Nro. 279, en Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 341. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

- Interpretación de los hechos por la Corte Suprema

Años después, la Corte Suprema Nacional fundó una doctrina distinta a la del Ejecutivo, afirmado que, luego de los sucesos del 27 de Mayo de 1868, López no era gobernador de Corrientes.

La Corte, resolviendo un caso de reclamo de deudas contra la provincia de Corrientes se expide sobre la cuestión. El 13 de Septiembre de 1868, López había contratado con unos comerciantes la proveeduría de sus fuerzas, dándoles una Orden de Pago contra la provincia.

Al poco tiempo, los proveedores gestionaron el pago ante el Gobierno local y éste se negó a satisfacerlo. Sostuvieron aquéllos que en la fecha del contrato López era gobernador constitucional de la provincia, por ser nulas las renuncias que se le arrancaron por la violencia y porque continuaba reconocido por el Poder Ejecutivo Nacional.

El gobernador interino Torrent -que rechazó la demanda- sostuvo que López había dejado de ejercer autoridad legítima desde el instante de la aceptación de la renuncia; y negó atribuciones al Gobierno Federal para investir gobernadores por su solo capricho, dado que estos funcionarios son independientes del mismo en el origen y cesación de sus mandatos, con arreglo del artículo 105 de la Constitución Nacional.

En vista de esta resolución, los proveedores llevaron su demanda ante la Corte, agregando que el Cuerpo que aceptó la dimisión de López no era la Legislatura constitucional, que fue disuelta, sino otra ilegalmente formada por los sediciosos.

El fallo, dictado el 9 de Febrero de 1871, fue absolutorio para la provincia. La Corte estableció que López había dejado de ser gobernador desde que se le aceptó la renuncia, cualesquiera fuesen los motivos que lo impelieron a presentarla; y en cuanto a la ilegalidad de la Legislatura, rechazó el argumento, por haberla reconocido el propio López al reiterar ante ella la renuncia que había suscripto casi 60 días antes.

Reconocida la Legislatura, quedaba fuera de su arbitrio reconocerla posteriormente y atribuirse el derecho de contratar en nombre de la provincia.

Firmaron el fallo los vocales doctores José Barros Pazos, Benito Carrasco y Francisco Delgado. El vocal, doctor Marcelino Ugarte, expuso que una provincia no puede ser demandada por simples particulares y votó porque la Corte se declarase sin jurisdicción en la causa, prescindiendo por tanto de juzgar en cuanto a lo principal. El presidente Del Carril adhirió al voto de Ugarte(21).

(21) “José M. Chanfreau y compañía contra la provincia de Corrientes por cobro de pesos...”, Causa XI, en “Fallos de la Suprema Corte de Justicia Nacional con relación de sus respectivas causas” (1871), segunda serie, I. Ed, Pablo E. Coni, Buenos Aires, en Luis H. Sommariva. “Historia de las Intervenciones Federales en las Provincias” (1929), tomo I, p. 342. Ed. El Ateneo, Librería Científica y Literaria, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

- Final de una etapa en Corrientes

El 16 de Agosto fue elegido presidente de la República Domingo Faustino Sarmiento y, a su asunción, una de las primeras medidas tomadas fue enviar a su ministro del Interior, Dalmasio Vélez Sársfield, a parlamentar y dar una solución definitiva al conflicto entre correntinos liberales y federales.

En realidad, antes de asumir el nuevo presidente (lo hizo el 12 de Octubre de 1868), Vélez Sársfield se dirigió primero a Entre Ríos, más precisamente a dialogar con el general Justo José de Urquiza. Este encuentro se produjo el 22 de Septiembre de 1868, en Concordia, con la presencia del gobernador Evaristo López, dándose por concluida de esta manera la crisis creada en la provincia de Corrientes.

Las Instrucciones de Vélez Sársfield y las concesiones del general Urquiza hicieron pronto un Acuerdo que fijaba el desarme de ambos Ejércitos, dejando a los insurrectos del 27 de Mayo de 1868 afianzados en el poder en Corrientes.

Emilio Mitre manifestaba a Gelly y Obes, en carta del día 31 de Mayo, que fue objetivo del presidente de la República dejar en pie el partido liberal en Corrientes haciendo que su actual gobernador sea el que presida las próximas elecciones para alcanzar el Poder Ejecutivo correntino(22).

(22) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Correspondencia Oficial, tomo 234, folio 199. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Se ratifica con estas expresiones que la sedición y los tumultos destituyentes contra López fueron maniobras que tuvieron como destino final la reubicación del partido liberal en las esferas del poder político correntino. Emilio Mitre sostenía que el objetivo del Gobierno Nacional era dejar en pie sólo al partido liberal de Corrientes para que domine la política local(23).

(23) Carta de Emilio Mitre a Juan A. Gelli y Obes, 31 de Octubre de 1868, en “Revista de la Biblioteca Nacional” (1952), tomo XXII, Nro. 53, pp.72-73, primer trimestre de 1950, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El general Nicanor Cáceres -que moriría en 1870, en Salto (Uruguay)- el 1 de Noviembre de 1868, desde Feliciano, escribe al general López Jordán analizando la conclusión del conflicto:

Los sucesos de Corrientes han tenido, amigo mío, un terrible fatal para nuestra causa y para nuestros amigos y paisanos míos. Tres mil correntinos han abandonado sus intereses y familias, todo por las injusticias del Gobierno Nacional y las sucias maquinaciones de infames desleales(24).

(24) Fermín Chávez. “Vida y Muerte de López Jordán” (1970), p. 163. Editorial Theoría, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

Con esta derrota de los hombres del federalismo, la provincia de Corrientes ingresa en un nuevo período. Se convoca a elecciones para gobernador y las facciones internas del liberalismo brindan una feroz lucha por el poder. De ella es electo José Miguel Guastavino, como gobernador de la provincia.

El partido federal no fue conformado orgánicamente en Corrientes, pero estuvo presente de hecho en la vida política de la provincia que, con la definitiva caída de López y el olvido urquicista, sus focos fueron apagándose hasta confluir y confundirse con la militancia entrerriana, que seguiría luego a los planteos de Ricardo López Jordán(25).

(25) Fermín Chávez. “Vida y Muerte de López Jordán” (1970), p. 164. Editorial Theoría, Buenos Aires. // Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Política correntina en tiempos de guerra. 1865-1869” (2015). Ed. Moglia S. R. L., Corrientes.

El año 1869 marcará la última fase de la Guerra de la Triple Alianza y, con ello, una nueva etapa en la vida política e institucional de la provincia de Corrientes, no menos compleja y violenta de la que acababa de concluir.

- Conclusiones

Las luchas internas y las disputas por el poder político no estuvieron ausentes en la provincia de Corrientes durante los años en que se desarrolló la Guerra del Paraguay.

A pesar de la cercanía del frente paraguayo y el compromiso de las tropas del Ejército de abocarse a aquel conflicto, el rol de la política correntina en el marco nacional tuvo fundamental importancia, alcanzando mayor intensidad en los prolegómenos de la elección presidencial de 1868.

La necesidad de contar con la mayor cantidad de electores para alcanzar la presidencia de la República en 1868 hizo que los distintos sectores políticos entraran en pugna, al extremo de generar conflictos y actos de violencia como la sustitución forzosa del gobernador correntino Evaristo López y la inmediata preparación bélica que generó dicho conflicto.

Toda esta situación se generó en el marco del complejo panorama de la política regional, que en los primeros meses de 1868 se desarrollaba en plenitud con la continuidad de la guerra de los Ejércitos Aliados contra el presidente Francisco Solano López.

La complejidad política correntina y sus disputas institucionales exigieron no sólo la atención del Gobierno Nacional -en vista de las próximas elecciones presidenciales- sino que también repercutió en la movilización de tropas y la creación de un clima bélico en Corrientes que afectaría directamente las comunicaciones con el frente de guerra paraguayo y comenzaría así a interrumpir los caminos para el aprovisionamiento de ganado en pie para el abastecimiento de los Ejércitos Aliados.

Ocupa un lugar preponderante -por el rol decisivo que le cupo- el enfrentamiento militar ocurrido en las Puntas del Arroyo Garay, cuyo desenlace marcó la caída definitiva de la Administración de López, el debilitamiento de la influencia del urquicismo en las contiendas políticas correntinas e, inversamente proporcional, la consolidación de los sectores liberales que respondían al mitrismo.

Aquella batalla marcará un firme debilitamiento, al borde de la extinción formal, del urquicismo en la provincia de Corrientes, lo que preparará un clima de incertidumbre y disputa que convergerá en las sublevaciones de Ricardo López Jordán que, en poco tiempo más, pondrán en vilo nuevamente la estabilidad política de las provincias de Corrientes y Entre Ríos.

La caída de Evaristo López actuará como una bisagra que determinará un antes y un después en la política provincial que, conjuntamente con la inminente y próxima conclusión de la guerra contra el Paraguay generará de allí en más y hasta fines del siglo XIX, un fuerte protagonismo del liberalismo en la política correntina.

Es necesario también mencionar que a partir del Gobierno de Evaristo López las luchas armadas políticas se encaminarán a ser enfrentamientos ideológicos y políticos, dejando de lado el combate militar con otras provincias y el Gobierno Nacional.

Este concepto no es menor. Corrientes vivió en el cenit de su trascendencia política más allá de sus fronteras desde la primera Administración de Ferré (1824) hasta el Gobierno de López (1868). En estos años los hombres líderes de Corrientes iluminaron con sus ideas el desarrollo de la cosa pública nacional.

La construcción de la República y el federalismo se efectuaron con el aporte decisivo de la élite provincial: García de Cossio, Ferré, Pujol, son referentes necesarios para interpretar la historia de la época.

Esta fue la época de la heroicidad y el martirio. Lo heroico marcará el perfil de Corrientes establecido por la historiografía oficial. El segundo, el martirio, significará la destrucción de las fuerzas activas de la provincia con la muerte de gran parte de su población varonil y destrucción de bienes provocados por las diversas ocupaciones militares del suelo provincial.

Después de 1868, Corrientes aportará a la Nación hombres cuyo intelecto estaba más allá de la media, académicamente muy bien cultivados como Mantilla, Segovia, Virasoro, Zacarías Sánchez, Vidal, entre otros. Pero estos ya no pueden ser comparados con los del periodo anterior en su sumatoria a la construcción nacional.

Sin desmerecer el aporte efectuado por cada uno de ellos, su participación se caracterizó por la parcialidad, ya sea por el campo de estudio al que se dedicaron o por la defensa política que pregonaban. Lo lamentable es que después de estos grandes hombres, Corrientes ya no dijo presente, porque se diluye su protagonismo nacional; del centro del quehacer argentino pasará a la periferia en todos los aspectos, dependiendo su transcurrir diario de lo que se decida en el Puerto de Buenos Aires.

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