La grieta que nace con una guerra externa y que culmina en guerra civil
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- El desencadenamiento de la guerra y su impacto en Corrientes
El 13 de Abril de 1865 un contingente de tropas paraguayas ocupó la Ciudad de Corrientes e instaló en ella una Junta Gubernativa bajo la tutela de oficiales de su país. Este episodio dio origen a la llamada Guerra de la Triple Alianza. Corrientes fue, durante la primera parte de la contienda, su principal escenario.
El impacto de la Guerra del Paraguay en la provincia puede analizarse desde diferentes perspectivas. Una de ellas y, sin duda, fundamental, se vincula con la división que experimentaron ante el hecho sus élites dirigentes. En cierta medida, la guerra instaló con crudeza una nueva realidad estratégica en la provincia ya que, en la década de 1850, las fricciones con el Imperio del Brasil se habían incrementado.
El desencadenamiento de la Guerra de la Triple Alianza llevó a la provincia a aliarse indirectamente con aquél y a involucrarse en un conflicto con un Estado -el de Paraguay- con el que una parte importante de su élite mantenía viejos vínculos políticos y comerciales.
Por otro lado, la guerra acentuó la presencia del Estado Nacional en la provincia a través de sus funcionarios civiles y militares. De esta forma, contribuyó decisivamente a la sujeción al Estado Nacional. La guerra, al incentivar sobre nuevas bases la división interna de las élites locales y al fortalecer la presencia de los funcionarios nacionales, constituyó -a mediano plazo- un nuevo factor de debilitamiento de la autonomía local.
Por otra parte, por esta misma razón se convirtió en un elemento que alteró sustancialmente las variables sobre las que, hasta entonces, se había desarrollado la política en la provincia. Al finalizar la década de 1860, la nacionalización de la política correntina era ya un hecho irreversible. Esto hizo que las fuerzas provenientes del sudeste provincial se vieran impedidas de asentar en forma definitiva su hegemonía en la provincia.
Desde la perspectiva de un sector de la élite, la contienda se asociaba explícitamente con la dominación creciente de los círculos porteños y de las fuerzas nacionales sobre la provincia. La oposición a la guerra se articuló con un sentimiento antiporteño que se difundió en vastos sectores de las élites rioplatenses y que encontró un eco especial en importantes grupos de la población y la clase dirigente correntina(1).
(1) Al respecto véase Alberto Lettieri. “De la República de la Opinión a la República de las Instituciones”, en Marta Bonaudo. “Liberalismo (Estado y Orden Burgués. 1852 - 1880)” (1999), pp. 97 - 160. Ed. Sudamericana, Buenos Aires. En este movimiento se incluyen autores como Juan Bautista Alberdi, Guido y Spano, Olegario Andrade y José Hernández, entre otros. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
En este sentido, es preciso destacar una vez más que este acontecimiento no puede analizarse como un conflicto meramente internacional. La Guerra de la Triple Alianza constituye una fase relevante de la construcción del Estado Nacional argentino, lo que puede visualizarse claramente a partir del caso que nos ocupa.
Es por ello que aquí nos proponemos precisamente analizar la guerra en el marco del proceso de articulación de la provincia en el Estado Nacional, poniendo especial énfasis en la forma en la que afectó a los equilibrios políticos internos.
No hay que olvidar cómo en el imaginario de la élite local, en la década de 1850, fue tomando forma una hipótesis de conflicto cada vez más intensa con el Imperio del Brasil. Ese proceso reconocía distintos orígenes: por un lado, la creciente expansión de la provincia imperial de Río Grande del Sur sobre la costa del Uruguay y el territorio de las Misiones.
Esto había dado lugar -en la década mencionada- a problemas fronterizos permanentes, constituyendo un factor que, objetivamente, impulsaba la integración de la provincia en el Estado Nacional. Destacamos entonces que este proceso era percibido como particularmente grave por esa misma élite a raíz de las expectativas que cifraba en el desarrollo de toda aquella región.
Obviamente, los testimonios contrarios a la guerra y a la alianza con Brasil eran extendidos en vastos sectores de la élite intelectual y dirigente rioplatense y no se limitan a los hombres de Corrientes. Puede recordarse, sólo para mencionar un caso, el de Juan Bautista Alberdi quien, en diversos artículos, denunció la expansión brasileña en el Plata, haciendo hincapié en la necesidad del Imperio de asegurarse la libre navegación de los ríos en la región, particularmente del río Paraguay.
Alberdi hacía referencia a una necesidad natural de Brasil de expandirse para salir de la “zona tórrida”. En este contexto, destacaba cómo el entonces Estado Imperial necesitaba atraer inmigrantes que “no tolerarían” la vida en la zona tropical. Esto exigía el avance hacia el sur.
La oposición entre el principio republicano y el monárquico era también una de las claves a partir de las que el prestigioso publicista afrontaba el análisis del problema. Ya en 1856, en carta a Juan María Gutiérrez, le había señalado la necesidad de que la Confederación elaborase un “plan de seguridad” para el principio republicano en América del Sur(2).
(2) “Juan Bautista Alberdi a Juan María Gutiérrez, París, fines de Marzo de 1856”, en Juan Bautista Alberdi. “Cartas inéditas a Juan María Gutiérrez y a Félix Frías” (1953). Ed. Luz del Día, Buenos Aires. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
En su argumentación destacaba también cómo los conflictos internos y la división en Argentina habían hecho posible la puesta en marcha del proceso expansionista brasileño(3).
(3) Una selección de testimonios contrarios a la guerra vertidos por distintas figuras de la sociedad rioplatense de la época, puede verse en “Proceso a la Guerra del Paraguay” (1968). Ed. Caldén. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
La idea de que existía una expansión natural brasileña sobre el Litoral constituía una sensación compartida en diferentes sectores de las élites de estas regiones. Durante los años previos a la guerra, Urquiza había expresado su desacuerdo con una posible alianza con Brasil en el caso de que se desencadenase un conflicto en el Litoral rioplatense.
La resistencia a la guerra se hizo sentir de diferentes formas en todo el espacio ocupado por las provincias argentinas. En algunos lugares se expresaba como una lucha contra el reclutamiento compulsivo. La impopularidad y la resistencia a la contienda en Corrientes siempre causaron, por otra parte, especial preocupación entre quienes conducían los Ejércitos de la Alianza. Incluso se contaba entre las causas que habían posibilitado la prolongación de la guerra en el tiempo. Así se lo comunicaba Mitre en una conocida carta a su vicepresidente Marcos Paz:
“Quién no sabe que los traidores alentaron al Paraguay a declararnos la guerra?
“Si la mitad de Corrientes no hubiese traicionado la causa nacional armándose a favor del enemigo, si el Entre Ríos no se hubiese sublevado dos veces, si casi todos los contingentes (incompletos) de las provincias no se hubiesen sublevado, al venir a cumplir con su deber, si una opinión simpática al enemigo extraño no hubiese alentado la traición, quién duda que la guerra estaría terminada ya?”(4).
(4) De Bartolomé Mitre a Marcos Paz, Yataity Corá, Enero 24 de 1867, en: “Archivo del general Mitre, Guerra del Paraguay”, tomo IV, pp. 185 - 188. Biblioteca de “La Nación”, 1911 - 1914, 28 volúmenes. Una evaluación similar de la situación que provocó la guerra en Corrientes, puede encontrarse en la comunicación dirigida por Rufino de Elizalde a Sarmiento, en Octubre de 1865. Elizalde señalaba entonces:
“En efecto, los paraguayos invadieron creyendo que Corrientes se pronunciaría, que se pronunciarían Entre Ríos y que seguirían otras provincias y la Banda Oriental. Pero si bien sucedió esto en Corrientes, en gran parte, el general Urquiza lo impidió en Entre Ríos y demás lugares y en Corrientes mismo se sintió bien pronto la reacción”, Rufino de Elizalde al Sr. Coronel Domingo Faustino Sarmiento, Buenos Aires, Octubre 11 de 1865, citado en A. Rebaudi. “La Declaración de Guerra de la República del Paraguay a la República Argentina” (1927), p. 231. Ed. Serantes Hnos., Buenos Aires.
// Todo citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
En este sentido, múltiples testimonios señalan la falta de resistencia que opusieron vastos sectores de la sociedad correntina a la invasión paraguaya. Si bien el gobernador Manuel Ignacio Lagraña y parte de sus allegados abandonaron la ciudad con la llegada del contingente paraguayo, con posterioridad a la invasión se reunió una asamblea de vecinos destacados en la Sala de Comercio de la capital. Allí nombraron una Junta Gubernativa integrada por tres conocidos miembros de la sociedad local: Víctor Silvero, Sinforoso Cáceres y Teodoro Gauna.
Esta Junta, bajo tutela de las tropas paraguayas, asumió el Gobierno formal de la provincia siendo disuelta luego de las primeras derrotas de aquéllas. La visión de la guerra desde el sector de la élite que vio con simpatía la llegada de las tropas paraguayas puede seguirse a partir de diversos testimonios. Las propias declaraciones de la Junta Gubernativa proporcionan en este contexto indicios particularmente relevantes.
Sus miembros acusaron al Gobierno Nacional de no respetar las tradiciones democráticas de la provincia y hacer causa común con el Imperio para absorber a las “Repúblicas del Plata”. Los argumentos de los correntinos “aparaguayados” se construían también a partir de la oposición entre el principio monárquico y el republicano. En este contexto, el Gobierno Nacional -y Mitre en particular- eran acusados de traidores a la causa republicana por su alianza con Brasil(5).
(5) Señala, por ejemplo, Alfredo Terzaga: “En ningún caso se presentó tan claramente como en Corrientes, el carácter de guerra civil que asumía esta guerra entre Estados hermanos”. Véase Alfredo Terzaga. “Historia de Roca” (1976). Ed. Peña Lillo Editor, Buenos Aires. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
Otro testimonio particularmente útil para seguir las ideas de los sectores de la élite correntina que apoyaron la causa paraguaya es, sin duda, el de Víctor Silvero, sobre cuya trayectoria hemos abundado en otros capítulos de este libro y que, como señalamos, fue uno de los miembros de esa Junta Gubernativa.
Luego de su disolución, sus integrantes se exiliaron en el Paraguay. Sinforoso Cáceres y Teodoro Gauna, fallecieron allí. Silvero, en cambio, se trasladó posteriormente a Brasil y regresó a Corrientes en 1872. Un año más tarde fue procesado y encarcelado por el juez federal en la provincia. A través del proceso que se le siguió, es posible advertir algunas de las características que asumió el debate sobre la cuestión de la guerra entre las élites de Corrientes(6).
(6) “Proceso por Traición a la Patria. Recurso de Queja de Víctor Silvero” - dos Cuerpos, en: Archivo General de la Nación, Fondo Juan José Biedma, Legajos 1.055 - 1.056. Hemos abundado en otros pasajes de este libro sobre este personaje de la historia correntina. Basta recordar aquí que fue una figura cercana al círculo gobernante de Juan Gregorio Pujol y que llegó a desempeñar la titularidad de la Oficina de Rentas provincial en los primeros años de la década de 1850. Un análisis de los argumentos de Silvero -desde el punto de vista jurídico- puede verse en Dardo Ramírez Braschi. “Análisis del Expediente Judicial por el delito de Traición a la Patria contra Víctor Silvero, miembro de la Junta Gubernativa correntina de 1865” (2003), en: XII Congreso Nacional y Regional de Historia Argentina, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
El principal argumento de Silvero ante la Justicia consistió en señalar que los miembros de la Junta fueron forzados por las autoridades militares paraguayas a cumplir con las tareas administrativas y de gobierno que les fueron encomendadas. Sin embargo, en su extenso alegato, incluyó diferentes tipos de apreciaciones sobre los orígenes y naturaleza de la guerra.
Señalaba entonces que Mitre, al aliarse con Brasil, había contrariado las tradiciones e inclinaciones de la Nación Argentina condenando, de esta forma, a Corrientes. Es interesante observar cómo Silvero, en su testimonio, atribuía la decadencia de la provincia a la misma guerra y al proceso de “nacionalización argentino”. Corrientes era una víctima -sostenía- del “despotismo constitucionalizado” y, en este marco, la influencia del propio Mitre sobre la provincia constituía un factor particularmente importante. Este -agregaba- había convertido a los argentinos en un instrumento en pro de los planes de absorción y conquista que el emperador del Brasil desarrollaba contra la independencia de las Repúblicas del Plata(7).
(7) En este marco, Silvero llevaba también a cabo una comparación entre el tratamiento que las tropas argentinas y brasileñas habían otorgado a la población correntina, y el que le habían dado las paraguayas. Destacaba el trato de estas últimas y señalaba que las primeras habían contemplado a la población local como enemiga y actuado en consecuencia. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
En este contexto, afirmaba Silvero que el triunfo del Estado Imperial no estaba ni en las simpatías ni en las conveniencias de la Nación Argentina. Así, como parte de un mismo movimiento, Silvero evaluaba la participación en la guerra y la extensión del predominio porteño sobre la provincia.
Las polémicas que provocó la guerra en Corrientes pueden analizarse también a partir de las discusiones que se suscitaron en la prensa local. Los debates que se reprodujeron aquí reflejaron las diferentes posiciones de la élite provincial frente al conflicto internacional.
Mientras un sector relevante de la prensa correntina mantuvo una prédica neutral, otro adoptó un discurso fuertemente antibrasileño. Por último, hubo quienes se pronunciaron contra la participación en la guerra, sosteniendo que ésta beneficiaba esencialmente a Brasil y perjudicaba los intereses de la provincia(8).
(8) Sobre la repercusión de la guerra y las polémicas que provocó en la prensa provincial, puede verse Dardo Ramírez Braschi. “La Guerra de la Triple Alianza a través de los Periódicos Correntinos” (2000). Ed. Amerindia Ediciones Correntinas, Corrientes. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
Los argumentos que se exhiben en los periódicos de la época, en este último sentido, hacían hincapié, nuevamente, en las diferencias existentes entre Brasil y el resto de los Estados hispanoamericanos. Mientras estos últimos respetaban los principios democráticos de gobierno, Brasil era cuestionado fuertemente por su carácter imperial y por su condición de Estado esclavócrata.
Era imposible -se sostenía- que un Estado de estas características respetase a otros que se regían por principios democráticos de gobierno. La tendencia expansionista era, por otro lado, considerada como una característica esencial de los Estados monárquicos(9).
(9) Estas eran las posiciones adoptadas por el periódico “El Independiente”, que ofició como vocero de los grupos proparaguayos. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
En las disputas políticas que se suscitaron en la segunda mitad de la década de 1860, la actitud ante la guerra ocupó un lugar central. En la impugnación de las credenciales del adversario político, la posición asumida ante la contienda era esencial. A menudo la acusación ante el enemigo político incluía una velada insinuación en torno “a su simpatía frente al invasor paraguayo”. Este tipo de impugnación mantendría su vigencia en la política correntina por un tiempo prolongado.
Por supuesto, a medida que la guerra fue extendiéndose en el tiempo y la derrota de las fuerzas paraguayas pareció inevitable, la prédica antibrasileña fue perdiendo vigor, aunque apareció de todos modos en relación a determinadas circunstancias, como la presencia de fuerzas imperiales en el territorio de la provincia o en vinculación con las consecuencias que -sobre el estado sanitario de la población local- dejaba la instalación de los hospitales militares en la ciudad capital.
Pero, sin duda, en una nueva apreciación del impacto que causaba la contienda en la provincia debe incluirse la evaluación de sus efectos económicos. Es posible que esto haya contribuido a morigerar, en gran medida, la resistencia que la alianza con Brasil había generado en Corrientes. Diversos autores han enfocado el problema de la guerra a partir del análisis de las diferentes oportunidades de negocios que la misma generó(10).
(10) Se trata de una postura muy común entre muchos historiadores vinculados al llamado revisionismo histórico. En esta línea puede consultarse el trabajo de León Pomer. “La Guerra del Paraguay” (1986). Ed. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires. // Citado por Pablo Buchbinder. “Caudillos de Pluma y Hombres de Acción (Estado y Política en Corrientes en Tiempos de la Organización Nacional)” (2004), Ed. Prometeo Libros, Buenos Aires.
El hecho concreto es que aquélla dio lugar a un intenso movimiento comercial, particularmente en la capital de la provincia. Aunque muchos han sostenido que los principales beneficiarios de este movimiento fueron los comerciantes porteños, es indudable que dichos beneficios se extendieron a diversos actores de la sociedad y la economía correntinas.
Es posible observar cómo, tanto las autoridades locales como nacionales, compraron sistemáticamente en la provincia caballos y ganado para los ejércitos y cómo dichas compras dieron lugar también a diferentes tipos de movimientos especulativos. A través de distintos tipos de testimonios, puede advertirse el febril movimiento mercantil que recorría la capital de la provincia, hecho que se traducía -entre otros factores- en el alza del costo de la vida.
Los efectos de esta situación no pasaban desapercibidos para las propias autoridades que atribuían el superávit fiscal del año 1867 -prácticamente el único de la década en el que no se registró un déficit- a los resultados del movimiento comercial generado por la guerra.