Los comicios municipales de 1941
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La abstención electoral de los principales partidos opositores, tanto en los comicios nacionales como en los provinciales y municipales, hacía que la ciudadanía canalizara sus inquietudes a través de agrupaciones formadas especialmente para competir en el ámbito puramente local.
Resultaba así interesante observar los reclamos formulados por tales grupos, como en el caso de Santo Tomé, en que “Acción Vecinal” e “Industria y Comercio” protestaban por haberse inscripto pocos minutos antes de cerrarse el padrón de electores municipales y, a puertas cerradas, a unas cuarenta personas que no habían hecho gestión personal alguna, como así también por haber verificado la inscripción de otros tantos electores que sacaron a último momento “patente para perros” que constituía el impuesto mínimo para poder ser inscripto.
Recuérdese que en tales comicios se votaba en base a un padrón calificado de contribuyentes del municipio.
Pese a las presuntas irregularidades denunciadas, triunfó la lista de la agrupación mencionada en primer termino por 157 votos contra 149 -logrados por los autonomistas- y 70 por la agrupación “Industria y Comercio”; los antipersonalistas 17; y los de “Acción Comunal”, 9 votos. Como se advierte, actuaban tres agrupaciones de alcance puramente municipal(1).
(1) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 2 y 16 de Marzo de 1941. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
De acuerdo a la atribución constitucional, el Poder Ejecutivo designó para intendente a Pericles Gómez, quien asumió así como el primero de la nueva condición de municipio de primera categoría a que había sido elevada dicha ciudad(2).
(2) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 25 de Abril de 1941. Integraron el Concejo Deliberante como presidente, el doctor Justo Alvarez, acompañándolo como vicepresidentes, Ramón Urga y Juan Paiva y, actuando como secretario, Edmundo Escalada. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
En Monte Caseros se presentó una sola lista, auspiciada por la “Unión Vecinal”, que obtuvo 313 sufragios sobre un padrón de 597 inscriptos, o sea, un 54 %, mientras autonomistas y antipersonalistas solicitaban suspensión de las elecciones. También aquí se debutaba en la calidad de municipalidad autónoma, designándose por el Poder Ejecutivo como intendente a Gerardo Juan Oria.
En Esquina se procedió al sorteo de los concejales que constituyeron el primer Concejo Deliberante, recién elevada la ciudad a la condición de municipalidad autónoma, integrándose su Mesa Directiva con la presidencia del doctor Juan P. Serrano Soto; Orlando Rebechi y Eugenio Codazzi como vicepresidentes; y Darío G. Argüello como secretario; mientras el Poder Ejecutivo Provincial designó como intendente a Facundo Fernández Rojo; en tanto, la Comisión Municipal de San Roque era intervenida, designándose para cumplir las funciones de interventor, Antonio Leconte(3).
(3) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 28 de Abril y 6 de Mayo de 1941. El sorteo en Esquina favoreció a los concejales J. Ramón Bueno, A. Suárez Girado y Facundo Fernández Rojo, de la lista del partido Demócrata Nacional; y a Juan P. Serrano Soto, Angel A. Martínez Bruno, Eugenio Codazzi y Faustino Gelmi de la lista de “Acción Vecinal”. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
En Bella Vista también se constituyó el primer Concejo Deliberante, al haber sido elevada la ciudad a la categoría de autónoma y al comicio sólo concurrieron dos agrupaciones: la Unión Cívica Radical antipersonalista, que obtuvo 267 votos y 5 concejales y, la “Unión Popular”, con 82 sufragios y 2 concejales, mientras que en Alvear se constituía con la denominación de “Unión Vecinal” un grupo de ganaderos, comerciantes, industriales y agricultores, con el fin de propender al mejoramiento vial y al progreso de la zona en todos sus aspectos(4).
(4) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 12 de Mayo y 10 de Octubre de 1941. Presidia la “Unión Vecinal” de Alvear, Argentino Menises, acompañándolo como vicepresidente Ernesto Meyer; secretario, José B. Silva y, tesorero, Pedro Meza Toledo. Completaban la comisión -como vocales-: Jacinto Martín, Carlos Elizaran, Antonio E. Fernández, Aníbal Lacroix y Julián Saucedo. La comisión de caminos la integraban Bernardo Igarzábal, Moisés Bensayag y Alcides Silva. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Finalmente, en la ciudad capital de la provincia se realizaban elecciones para reemplazar a los concejales salientes, Juan Ramón Díaz Colodrero, Antonio F. Maróttoli, Saturnino Estévez y José R. Vidal, presentándose como único partido el de la Concordancia (antipersonalistas y autonomistas) que llevaba como candidatos a la reelección a los tres primeros, a los que agregaba el nombre de Francisco Manzi, obteniéndose 1.219 votos sobre un padrón calificado de 2.602 inscriptos(5).
(5) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 14 y 28 de Octubre de 1941. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
En General Paz y Saladas se presentaba en los comicios municipales únicamente el partido Radical Antipersonalista(6).
(6) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 31 de Octubre y 6 de Noviembre de 1941. En General Paz fueron elegidos Vicente Leonardi y Domingo Fernández Pinto, mientras en Saladas, Jesús Giménez, Ceferino Zócoli y Tomas Benítez. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
- El mensaje del vicepresidente
Con un poco de retardo a lo que era habitual, el vicepresidente de la nación a cargo del Poder Ejecutivo, doctor Ramón S. Castillo, leyó ante la Asamblea Legislativa el mensaje anual dando cuenta de su gestión. Aunque muchos lo esperaban -según editorializaba el diario “La Prensa”- el mensaje no trajo ninguna nota en defensa de las instituciones democráticas a pesar de que así lo requerían la situación mundial y los sucesos de la política interna.
En cambio, más allá de las expectativas inmediatas, resultó sumamente interesante su análisis acerca de la política de Intervenciones Federales que se le exigía desde los más variados espectros de la opinión pública nacional. Afirmaba el doctor Castillo que los propósitos con que las Intervenciones fueron dictadas y los resultados por ellas obtenidos no eran un estímulo para seguir con semejante régimen.
Si bien reconocía que el panorama institucional ofrecía motivos de crítica severa, consideraba que su falla menor no era la que convertía el régimen federal en una mera ficción introduciendo en las provincias, desde la capital, el espíritu de la prepotencia, la corrupción y el desorden.
Seguía su análisis expresando que el fraude, como reflejo de vicios sociales congénitos y de cultura deficiente, no podría ser combatido con éxito en sus efectos, entendiendo que eran las causas generadoras las que debieran atraer la atención para reducirlas y eliminarlas: “Nada construye la guerra a la ilegalidad electoral si ella sólo ha de hacerse cuando el fraude favorece al adversario. No es posible engañarse a ese respecto”, decía.
Creía que cualquiera fuera el partido que proclamare la guerra contra el fraude y el éxito de la propaganda que se obtenga según la oportunidad que se elija, quedaría reducida a un simple episodio de la lucha por el poder e insistía en la necesidad de mantener prescindente al Ejecutivo federal en las cuestiones planteadas con motivo de las renovaciones de gobernantes provinciales, dejando al Congreso como único juez constitucional la oportunidad de pronunciarse libremente. Sin ninguna duda, una clara manifestación de su política totalmente equidistante a la del radicalismo, en cualquiera de sus tendencias.
Y terminaba la exposición sobre este tema, afirmando que la ilegalidad electoral distaba mucho de constituir un fenómeno reciente, imputable a gobernantes o partidos determinados, ya que los sucesivos regímenes electorales vigentes desde los albores de la existencia nacional, demostraban doblemente la presencia del hecho y el predominio de los métodos orgánicos para eliminarlos:
“La ilegalidad debe ser combatida dentro de la legalidad y sólo con la legalidad”, decía, para concluir en que “los únicos progresos realizados en la práctica de las instituciones democráticas tuvieron por base el renunciamiento al poder arbitrario mediante la edificación y mejoramiento de la estructura jurídica, ya que si para combatir el fraude en una provincia había de ser siempre necesario recurrir a procedimientos de dudosa o de evidente inconstitucionalidad, el fraude pasaba a convertirse de contravención local en una falla de las instituciones nacionales”(7). Claro que esa posición no la sostendrá al año siguiente al decidir Intervenir a Corrientes.
(7) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 29 de Mayo de 1941. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Se discute la mayor o menor habilidad de Castillo como político, pero lo que no puede negársele es su maestría como hombre del Derecho.
- El mensaje del gobernador Soto
Poco días después dio lectura a su mensaje el gobernador de la provincia, doctor Pedro Numa Soto. Luego de referirse a las dificultades financieras por las que se atravesaba y sus gestiones ante el Gobierno de la Nación para hallar soluciones, analizaba la situación de tranquilidad y de orden público, que era una de las necesarias preocupaciones de su Gobierno, para lo cual confiaba en la capacitación y honradez del personal policial que anualmente era renovado, cuando los que actuaban no llenaban los cometidos exigidos.
Seguía expresando luego que hubiera sido su deseo ver representados en la Legislatura a los partidos de la oposición, los que se mantenían en la abstención electoral descuidando el cumplimiento de sus deberes ineludibles. Decía que la conquista del poder debía realizarse por el medio honorable del sufragio, de cuya garantía gozaban los ciudadanos, pero que lamentablemente en Corrientes no se percibía otra actividad opositora que la procacidad de su prensa y la información tendenciosa de sus adeptos corresponsales de algunos órganos de publicidad que se editaban fuera de la provincia, oposición que se elaboraba para el consumo externo, “ya que en Corrientes no se engaña a nadie”.
Se preguntaba después el gobernante cuál era la razón de este fenómeno, considerando que no debía ser porque la Administración fuera un desastre o porque los electores carecieran de las elementales garantías como temerariamente afirmaban quienes se debatían en la impotencia electoral. Decía que quienes así se comportaban en forma injustificada para desprestigiar a las autoridades y por ende al crédito de la provincia, inferían un manifiesto agravio al ciudadano correntino, al pretender inhibirlo ante el pueblo como un ente pusilánime, incapaz de hacer respetar sus derechos y siempre necesitado del amparo intervencionista para llegar al comicio.
Acusaba a los dirigentes de los partidos opositores de tener un concepto de la autonomía provincial y del remedio federal muy “sui géneris”, por el que nada le servía su manifestado amor al Gobierno propio, pues para ellos la misión federal no era sino uno de los tantos recursos comunes para la consecución de sus fines y, de ahí que su empeño negativo e insólito los mantenía alejados del calor popular.
Ratificaba finalmente que su Gobierno continuaría inspirado en las prescripciones de la Constitución, en la observancia de los principios democráticos y en la práctica de la política de la Concordancia, sostenida por los partidos que lo habían exaltado a la Primera Magistratura(8).
(8) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 18 de Junio de 1941. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
El gobernador, consecuente con la necesidad de regularizar las finanzas provinciales, acordaba la emisión de un empréstito de ocho millones de pesos en títulos de la deuda pública interna que se denominaría “Empréstito de Conversión y Unificación de la Provincia de Corrientes”, garantizado con los fondos de las leyes nacionales 12.139, 11.682 y 12.143.
Como una consecuencia de este empréstito, se terminaban todos los juicios contra la provincia radicados ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y se levantaba asimismo la hipoteca que gravaba al Ferrocarril Económico.
- Un pleito judicial privado con resonancias políticas
Una causa judicial originada en la imputación de haberse falsificado el testamento de una distinguida matrona de la sociedadcorrentina, que debiera haber quedado en el ámbito puramente privado de las relaciones sucesorias y, eventualmente, en una causa penal a sus autores, originó enérgicos procedimientos por parte del juez interviniente, que no se limitó a detener a los presuntos autores responsables, sino que hizo extensiva sus medidas preventivas en contra de los letrados que asistían a las partes, atribuyéndoles el delito de encubrimiento.
Los letrados afectados, distinguidos miembros del foro local y de la sociedad correntina, vieron de esta manera enlodados su prestigio y reputación por medidas que consideraron agraviantes y fue natural la reacción contra el magistrado causante de estas situaciones.
Hubo algún incidente entre el juez y un legislador, cuyo desafuero había solicitado el magistrado, y otros incidentes con abogados actuantes en el proceso, y el asunto se convirtió en una causa excepcional en los anales de la Justicia de Corrientes por la importancia del juicio testamentario y por el número y condición social de las personas que aparecían involucradas en el hecho doloso que se investigaba y, especialmente, por la rapidez y severidad de las medidas adoptadas por el juez de la causa quien, por su lado, informaba además al ministro de Gobierno de una serie de amenazas contra su vida, pidiendo la protección de la fuerza pública(9).
(9) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 2, 3 y 6 de Junio de 1941. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
La serie de medidas adoptada por el juez de la causa motivaron una presentación hecha por abogados del foro local pidiendo a la Cámara de Diputados de la provincia su juicio político, fundado en la circunstancia de haber incurrido supuestamente en los delitos de prevaricato, usurpación, abuso de autoridad, retardo y denegación de justicia, violación de los deberes de funcionario público y mal desempeño en el ejercicio de sus funciones.
El juez acusado reaccionó remitiendo un telegrama al vicepresidente de la nación en el que denunciaba que se trataba de una maniobra encaminada a apartarlo del sumario y que los denunciantes de hoy en su contra eran los mismos que estaban procesados y con prisión preventiva por el asunto del testamento, siendo todos ellos ex altos funcionarios de la Administración Pública provincial y que esta medida de enjuiciamiento político llevaba como única finalidad apartarlo de la substanciación del sumario.
“La Prensa”, en un editorial de fuerte contenido, que titulaba: “E1 Episodio Judicial de Corrientes”, se refería al hecho y consideraba un error el que incurrían las Cámaras legislativas locales al denegar -por un lado- el desafuero de uno de sus miembros pedido por el juez y, por el otro, dar curso al pedido de juicio político contra este mismo juez que, para colmo, “había sido agredido a balazos en la vía pública”.
En el comentario se dice que estaba involucrado un núcleo de personas caracterizadas en el ambiente local y se criticaba la “actitud de los legisladores correntinos que no exteriorizan ciertamente una inteligencia exacta del respeto que se debe a la Justicia, sobre todo cuando por la índole del proceso y por su repercusión social es preciso acrecentar, si cabe, las garantías de independencia que son absolutamente necesarias a los magistrados”.
La cuestión se fue resolviendo con posterioridad, primero decidiéndose la libertad de los profesionales involucrados y, posteriormente, merced a las pericias caligráficas realizadas en la Ciudad de Buenos Aires, la nulidad de uno de los testamentos impugnados y la validez del otro suscripto unas semanas antes. Pero el “affaire” y sus proyecciones políticas, fue uno más de los leños arrojados para estimular la hoguera de la Intervención Federal, que no tardaría en encenderse.