CRISIS DE LIDERAZGO EN CORRIENTES
- Details
- Category: CRISIS DE LIDERAZGO EN CORRIENTES
- Las facciones políticas en lucha
Estos años evidencian claras transformaciones en el denominado “orden conservador”, que se había instalado desde 1880. En primer lugar, por la aparición de una oposición al oficialismo, cada vez más organizada, representada por la Unión Cívica Radical, que intentó quebrar el predominio absoluto del P.A.N. y, en segundo lugar, por el surgimiento de sectores opositores en el seno del mismo partido gobernante.
Ña elección de Luis Saenz Peña significó un intento por sostener el sistema anterior, pero su inestable Administración quitó todas las expectativas que los roquistas pusieron en ella. En los casi veintisiete meses de ejercicio (entre Octubre de 1892 y Enero de 1895) gobernó con doce Gabinetes diferentes, tuvo que reprimir una serie de levantamientos, realizó ocho Intervenciones Federales y mantuvo al país bajo largos períodos de Estado de Sitio.
La inestabilidad de su Gobierno se debió, en gran medida, al rápido quiebre del Acuerdo Roca-Mitre, que se disolvió antes de que asumiera la Presidencia. Esa coalición había generado el efecto contrario que se había propuesto pues, en lugar de fortalecer a los mitristas, los debilitó, ya que en la mayoría de las provincias los miembros del P.A.N. se negaron a formar listas electorales mixtas con los mitristas o compartir con ellos el poder y, para Agosto de 1892, la Junta Ejecutiva Nacional de la Unión Cívica Nacional se encontraba disuelta.
El P.A.N. también se vio afectado, pues Roca no logró reconstruir su liderazgo en forma completa, tal como se reflejó en el Senado, en que mitristas y modernistas votaron en contra de su candidatura a la presidencia del Cuerpo. Los modernistas, a su vez, comenzaron a dar los primeros pasos para lograr la escisión del P.A.N.(1).
(1) Véase: Paula Alonso. “Entre la Revolución y las Urnas (los Orígenes de la Unión Cívica Radical y la Política Argentina en los años ’90” (2000), pp. 167 - 169, Universidad de San Andrés. Ed. Sudamericana, Buenos Aires; y Ezequiel Gallo. “Las Presidencias de Carlos Pellegrini y Luis Saenz Peña”, en: Gustavo Ferrari y Ezequiel Gallo. “La Argentina del Ochenta al Centenario”, pp. 225 - 227. // Citado por María del Mar Solís Carnicer. “Liderazgo y Política en Corrientes (Juan Ramón Vidal. 1883 - 1940)” (2005). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.
La finalización del Acuerdo le quitó al presidente la base política que había posibilitado su arribo a la presidencia. Entonces, intentó gobernar con el apoyo de personalidades de diferentes vertientes políticas, lo que generó frecuentes cambios de gabinete que, por sus distintas filiaciones políticas, crearon un clima de mayor inestabilidad.
En una de las tantas crisis de gabinete que soportó durante su Gobierno, en Julio de 1893, el presidente pidió a Aristóbulo del Valle que organizara un nuevo gabinete. Del Valle, que había participado de la insurrección de 1890, se había retirado de la política en 1891.
Al recibir el encargo de organizar el nuevo gabinete, pretendió reunir en él a las dos ramas de la Unión Cívica, ofreciendo Ministerios a radicales y mitristas, pero sólo éstos últimos aceptaron formar parte del Gabinete(2).
(2) El Gabinete de Aristóbulo del Valle, que evidenciaba una fuerte tendencia antirroquista, quedó compuesto de la siguiente forma: él se ubicó en el Ministerio de Guerra; Mariano Demaría (con afinidad hacia los radicales), como ministro de Finanzas; Lucio V. López, ministro del Interior (independiente, con simpatías cívico-nacionales); Valentín Virasoro (mitrista correntino), ministro de Relaciones Exteriores; y Enrique Quintana (cívico-nacional), como ministro de Educación y Justicia. Véase: Paula Alonso. “Entre la Revolución y las Urnas (los Orígenes de la Unión Cívica Radical y la Política Argentina en los años ’90” (2000), p. 169, Universidad de San Andrés. Ed. Sudamericana, Buenos Aires; y Ezequiel Gallo. “Las Presidencias de Carlos Pellegrini y Luis Saenz Peña”, en: Gustavo Ferrari y Ezequiel Gallo. “La Argentina del Ochenta al Centenario”, p. 226. // Citado por María del Mar Solís Carnicer. “Liderazgo y Política en Corrientes (Juan Ramón Vidal. 1883 - 1940)” (2005). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.
Su Ministerio se caracterizó por intentar desmantelar dos de los pilares sobre los que se sostenía el sistema político anterior: las armas y el clientelismo financiero. Con ese objeto se propuso, por un lado, hacer cumplir con firmeza la ley sancionada en 1880, por la cual se habían prohibido las milicias provinciales, lo que se había cumplido sólo muy parcialmente, y ordenó el desarme de las provincias de Corrientes y Buenos Aires y, por otro lado, inició una investigación en el Banco Hipotecario de Buenos Aires, anunciando que posteriormente se investigarían otros Bancos provinciales(3).
(3) Paula Alonso. “Entre la Revolución y las Urnas (los Orígenes de la Unión Cívica Radical y la Política Argentina en los años ’90” (2000), p. 169, Universidad de San Andrés. Ed. Sudamericana, Buenos Aires. // Citado por María del Mar Solís Carnicer. “Liderazgo y Política en Corrientes (Juan Ramón Vidal. 1883 - 1940)” (2005). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.
La llegada de Del Valle al Ministerio aceleró los trámites insurreccionales que, desde hacía un tiempo, estaban preparando los radicales, pues pensaron que, como miembro de la vieja Unión Cívica y conocido antirroquista, enseguida comulgaría con la causa.
A fines de Julio de 1893, estallaron revueltas en Santa Fe, San Luis y Buenos Aires que lograron establecer por muy poco tiempo Gobiernos provisionales. Esto le valió el retiro del apoyo del presidente y la oposición de los legisladores autonomistas, modernistas y mitristas.
Esa situación lo obligó a renunciar el 13 de Agosto y las provincias insurrectas fueron Intervenidas. Luis Sáenz Peña reemplazó el gabinete del Del Valle por otro dirigido por Manuel Quintana, quien llegó con el objetivo de poner orden. Contó con el apoyo de mitristas, roquistas y modernistas, quienes aprobaron las Intervenciones Federales en las tres provincias insurrectas.
El nuevo ministro tomó rápidas medidas tendientes al restablecimiento del orden y para ello convocó a la Guardia Nacional, decretó el Estado de Sitio e impuso una censura a la prensa. Sin embargo, estas medidas no disuadieron a los radicales para realizar otros movimientos insurgentes que se hicieron efectivos en Corrientes, Tucumán y Santa Fe en el mes de Agosto(4).
(4) Ezequiel Gallo. “Las Presidencias de Carlos Pellegrini y Luis Saenz Peña”, en: Gustavo Ferrari y Ezequiel Gallo. “La Argentina del Ochenta al Centenario”, pp. 229 - 236; y Paula Alonso. “Entre la Revolución y las Urnas (los Orígenes de la Unión Cívica Radical y la Política Argentina en los años ’90” (2000), p. 175, Universidad de San Andrés. Ed. Sudamericana, Buenos Aires. // Citado por María del Mar Solís Carnicer. “Liderazgo y Política en Corrientes (Juan Ramón Vidal. 1883 - 1940)” (2005). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.
Frente a tantos conflictos políticos, Saenz Peña recurrió a Roca para que solucionara la cuestión. Julio A. Roca llevó adelante un despliegue militar muy importante con el objeto de convencer a los rebeldes que debían rendirse. Convocó a la Guardia Nacional en toda la República y se colocó él mismo al mando de las tropas leales. Esto significó la restauración de su poder y la unificación de los roquistas y los modernistas.
Por otro lado, el radicalismo aumentó el número de sus seguidores aunque, producto de las derrotas en los movimientos sediciosos, se agudizaron las divisiones internas.
El Gobierno, por su parte, mantuvo el Estado de Sitio durante casi todo el año 1894, lo que le valió a Quintana tener que enfrentar una rigurosa interpelación en el Senado, luego de la cual debió renunciar a su Ministerio.
Su dimisión provocó una grave crisis de Gabinete que derivó en la renuncia del presidente, el 22 de Enero de 1895. Esta situación fue interpretada por los radicales como el corolario de su lucha; sin embargo, también tuvo que ver la quita del apoyo del P.A.N. al ministro, pues había advertido que éste preparaba su candidatura para la presidencia en 1898 y que pretendía enfrentarse a Julio A. Roca.
La caída de Luis Saenz Peña representó un punto de inflexión en la política nacional, pues significó el triunfo de Roca y la reconstrucción de su liderazgo en el seno del P.A.N., confirmándose su candidatura a la presidencia para 1898. José Evaristo Uriburu se hizo cargo de la presidencia luego de la renuncia de Luis Saenz Peña, en Enero de 1895.
Uno de sus primeros actos de Gobierno fue enviar al Congreso una ley de amnistía. Asimismo, conformó su ministerio con mitristas y roquistas, con el objeto de contribuir a la pacificación. Sin embargo, esa relativa unidad con los cívicos se rompió en 1898 cuando el P.A.N. impuso la candidatura de Roca para la futura presidencia(5).