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La formación del ideario federal de Artigas

Como Comandante en Jefe del Ejército concentrado en la Banda Oriental se designó a Manuel de Sarratea -miembro del Triunvirato- quien rápidamente se enfrentó con Artigas al que consideraba un mero subordinado y se negaba a reconocerlo como Jefe de los Orientales, por lo que éste se mostró reacio a incorporarse al sitio al que volvió a ser sometida la Ciudad de Montevideo, mientras el porteño estuviera a su mando. El enfrentamiento llegó a su punto álgido, cuando Sarratea declaró a José Artigas “traidor a la patria”.

En Octubre de 1812 se produjo la caída del Triunvirato por una intentona planeada por la Logia Lautaro, organización secreta a la que pertenecían José de San Martín y Carlos María de Alvear, entre otros, y se lo sustituyó por un segundo Triunvirato, menos conservador.

Finalmente se dispuso que Sarratea se alejaría del comando y Artigas se incorporaría al segundo sitio de Montevideo.

Para al año siguiente se convocó a una Asamblea General Constituyente que estaría formada por diputados de todas las ciudades de las Provincias Unidas.

En Abril de 1813 se reunió -por segunda vez- una Asamblea del Pueblo Oriental(1), para elegir a los diputados para la Asamblea del Año XIII, y discutir las posturas que éstos deberían defender.

(1) La primera se había producido en 1811; en ella se decidió realizar el éxodo y se designó a José Artigas, como Jefe de los Orientales. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Este Congreso de Abril fue de una importancia fundamental, porque en él surgió -en forma clara y tras varias semanas de discusión- el ideario federal que venía madurando desde 1811 y que sostendría Artigas en sus posteriores luchas.

Consideramos que su exposición -si bien obligadamente resumida- es imprescindible, ya que fueron éstos los ideales que defendieron Andresito y sus tropas en sus campañas.

La síntesis más clara y precisa de los mismos se encuentra en las denominadas "Instrucciones a los Diputados Orientales"(2), las cuales enuncian en forma comprimida elementos que hoy resultan familiares por encontrarse en la Constitución Nacional pero que se adelantaron cuarenta años a la sanción de la misma.

(2) Este breve documento consta de tan solo veinte artículos. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Estas Instrucciones contenían múltiples propuestas que no analizaremos en detalle (la libre navegación de los ríos, la propuesta de que la capital estuviera fuera de Buenos Aires, etc.); de todos ellos, destacan tres elementos, que se consideran fundamentales en el pensamiento de Artigas: independencia, republicanismo y federalismo.

- Independencia
Antes que cualquier otra medida se propuso la inmediata declaración de la total independencia frente a España(3) pero también respecto a la familia de los Borbones(4).

(3) Recordemos que la independencia de las Provincias Unidas recién se declaró tres años después, en 1816. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.
(4) Ello, como respuesta a quienes pretendían crear un Estado monárquico, gobernado por algún integrante de la familia reinante española, como Carlota Joaquina. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Ya Mariano Moreno había propuesto -en 1810- el principio de que, en ausencia del rey, la soberanía se retrovertía hacia la región del antiguo virreinato, que pasaba a tener autonomía de decisión(5); Artigas compartía este principio, pero decía que la soberanía no volvía a los Estados, sino a los pueblos, considerando como tales a las ciudades y sus jurisdicciones, que a su vez formaban provincias, las cuales tendrían libertad de decidir si se unían mediante pactos o no.

(5) Estos argumentos -esgrimidos también por Juan José Castelli, en el célebre cabildo abierto del 22 de Mayo- tienen una antigua raíz hispana y fueron claramente detallados por Mariano Moreno en los artículos que publicó “La Gazeta” de Buenos Aires los días 5 y 15 de Noviembre de 1810. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Los porteños afirmaban, por el contrario, que las provincias no poseían libertad de decisión, sino que debían acatar las instrucciones de la capital, que heredaba las atribuciones que antes había tenido el rey.

- Republicanismo
Artigas siempre rechazó firmemente cualquier intento de salida monárquica, lo que lo alejó de las posturas de muchos otros patriotas, entre ellos los mismísimos San Martín y Belgrano, que veían con agrado la posibilidad de coronar un rey del Plata, y fue uno de los motivos por los que nunca ni siquiera consideró una posibilidad de entendimiento con los portugueses.

Artigas soñaba un régimen con una clara separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y judicial, no sólo a nivel nacional, sino también provincial y local, y pretendía anular cualquier posibilidad de tiranía, limitando el acceso al poder político de los militares.

El amplio poder con el que contaba el propio Artigas, que fue Jefe de los Orientales primero, y luego Protector de los Pueblos Libres, se consideraba transitorio, y respondía a la situación de emergencia producida por el estado de guerra en el que se encontraban las Provincias Unidas.

- Federalismo
Sin dudas, el rasgo más característico del sistema político que defendieron tanto Artigas como Andresito fue el federalismo. Mientras el republicanismo tenía una clara influencia de los pensadores franceses (particularmente del barón de Montesquieu), el federalismo tiene un origen norteamericano (Thomas Paine, Thomas Jefferson), ya que Francia -tanto durante su etapa monárquica, como en el período revolucionario- fue siempre fuertemente centralista.

Pero el federalismo rioplatense también tuvo, por otro lado, una raíz en el antiguo autonomismo comunal español, que había sido duramente atacado por el centralismo borbónico, de origen francés, que se había impuesto en España durante el siglo XVIII.

El federalismo se propuso crear un equilibrio que permita la coexistencia entre dos fuerzas opuestas y, en apariencia, incompatibles: la autoridad estatal por un lado y las autonomías locales por otro, evitando las dos posturas radicales extremas: el centralismo (llamado luego unitarismo), y el total desmembramiento separatista de las provincias.

El afán autonomista -no sólo de los orientales, sino también de los paraguayos, misioneros, correntinos, etc.- fue, podría decirse, instintivo y previo a cualquier formulación teórica y se originó mucho antes del estallido revolucionario.

Artigas no tuvo ideas particularmente novedosas sino que se limitó a tomar conceptos teóricos de diferentes orígenes y ensamblarlos en un proyecto coherente, acorde a la realidad rioplatense.

No buscó encorsetar a los pueblos en modelos teóricos foráneos, como luego pretenderían los liberales rioplatenses, sino que se apropió de elementos ideológicos de diversos orígenes que sirvieran para responder a las necesidades locales.

Según Artigas, la revolución había dejado a las provincias en pleno goce de su autonomía y absolutamente soberanas; pero existía una afinidad histórica, que se traducía en una tendencia a una eventual unión interprovincial, que debería lograrse por el común acuerdo y nunca por imposición, como pretendía Buenos Aires. La organización estatal debería ser gradual, organizándose inicialmente a través de pactos.

Cuando se alcanzara la madurez necesaria se sancionaría una Constitución la cual, para entrar en vigencia, necesitaría ser aprobada por todas y cada una de las provincias integrantes del Estado.

En cuestiones constitucionales no primaría el principio de la mayoría: si una provincia no la aceptaba, la Constitución volvería a reverse, hasta llegar al acuerdo unánime.

El nuevo Estado así creado tomaría la forma de una Confederación, organizada a partir de lazos de amistad entre las provincias, cada una de las cuales sería autónoma y tendría sus propias autoridades conservando soberanamente todas las facultades no delegadas en forma expersa en el Poder Central.

Este proyecto federal de Artigas, respetuoso del principio de autodeterminación de los pueblos, como ya dijimos, se enunció en forma clara en las Instrucciones a los Diputados Orientales a la Asamblea del Año XIII pero se materializó recién dos años después, con la creación de la Liga de los Pueblos Libres, cuyo representante misionero fue Andrés Artigas.

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