Pronunciamiento y ruina de Perugorría
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- El acuerdo Artigas-Alvear
El 9 de Julio de 1814 se realizó entre el general José Gervasio Artigas y el general en jefe del Ejército de Buenos Aires, Carlos María de Alvear -en Montevideo- un Tratado por el que se entendía concluir con las diferencias que enfrentaban a los pueblos orientales con Buenos Aires.
Cuando este Tratado fue ratificado, Artigas consignó que su renuncia “a no hacer gestión sobre el continente de Entre Ríos debía entenderse únicamente bajo su Protección, dejando a salvo los derechos que han adquirido de pueblos libres para representar lo que les convenga para su seguridad y prosperidad”.
Cuando el suceso fue comunicado por el delegado Manuel Francisco Artigas a Corrientes(1), significó cumpliendo Instrucciones del General, que éste no había hecho cuestión sobre garantías para los pueblos entre el Paraná y el Uruguay “por considerar al continente de Entre Ríos independiente por sí mismo y libre para fijar las bases que estime suficientes para su seguridad y prosperidad”, prometiendo la protección de Artigas para el caso de que no fuesen escuchados en sus pretensiones.
(1) Oficio al Congreso del 29 de Julio de 1814, fechado en Paraná. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Incitaba -además- a Corrientes a que abriera una gestión de garantía con Buenos Aires, expresándole que si organizaba algún plan al respecto lo pusiera en su conocimiento para uniformar ideas con los pueblos hoy de Entre Ríos, en forma de que fuese más poderosa la consideración de las poblaciones.
La individualidad de los pueblos litorales que Artigas dejaba a salvo, y cuya más completa concreción era el Congreso Provincial que en esos momentos actuaba en Corrientes -definiendo su organización política- no escapó a los hombres de Buenos Aires.
Advertidos de que las ideas federales estaban en auge, en sus formas simples de autonomía político-administrativa, y de que el grupo que los secundaba era minoría indiscutida, buscó congraciarse con la opinión pública atrayéndose a los federales nacionalistas.
- Trabajos para reincorporar Corrientes a Buenos Aires
No trabajó el Congreso ni tocó lo existente. Lo primero evitaba crear nuevas causas de alejamiento del Gobierno porteño en vísperas del esperado triunfo definitivo del ejército sitiador de Montevideo, acontecimiento anhelado como fuerza que daría solución satisfactoria a los conflictos internos; excusaba, además, de entrar en senda peligrosa, bajo la dominación de José Gervasio Artigas.
Lo segundo, allanaba el trabajo iniciado hábilmente por Perugorría a la sombra de su investidura y le facilitaba adquirir posiciones y elementos sin despertar celos ni provocar resistencias. Las apariencias cubrían perfectamente los propósitos fundamentales de su política delicada.
No era fácil dominar “la anarquía”, con las fuerzas de una reacción local; Artigas sostenía “el desorden de sus tenientes”. Fue preciso pensar en una combinación que asegurase protección importante; de otra suerte, todo era inútil.
Perugorría y Cossio -únicos conocedores del fin a que tendían los trabajos- resolvieron reincorporar a Corrientes a la obediencia porteña, con el rango de las instituciones federativas.
A la vez que ellos continuaron la preparación del terreno, el Alcalde de primer voto, Angel Fernández Blanco(2), reñido en política con José Simón García de Cossio -íntimo amigo del ministro Nicolás Herrera, muy considerado por el Director Gervasio Antonio de Posadas, fue iniciado en el secreto por Perugorría -su amigo- a fin de poner en juego su influjo ante el Gobierno de Buenos Aires para la más pronta ejecución del plan combinado.
(2) En el libro del doctor Manuel Florencio Mantilla, “Estudios Biográficos sobre Patriotas Correntinos”, hallará el lector la biografía de Angel Fernández Blanco, tomo I, p. 13.
El concurso de los tres resolvía el problema. La intervención de Fernández Blanco dio inmediato resultado. Tan luego como el Director Posadas se vio libre de la preocupación del sitio de Montevideo propuso al Consejo de Estado (19 de Agosto de 1814), la creación de las provincias de Entre Ríos y Corrientes.
La exposición de motivos de tan saludable pensamiento, así como la opinión y la resolución del Consejo, justificaron la sensatez de los que -en ese orden de ideas- habían estado siempre. El Director Posadas expidió el decreto de erección de las mencionadas provincias, el 10 de Septiembre de 1814.
Una parte del pensamiento de Perugorría estaba llenada: Buenos Aires abría los brazos para recibir a Corrientes.
He aquí el texto del decreto:
“El Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. La necesidad de reparar los quebrantos que han causado la división y la guerra al comercio, a la industria y a la población, forma hoy el objeto de mis primeros cuidados.
“Poco importaría haber vencido a los enemigos de la patria, si las ventajas de la victoria no refluyesen en beneficio de los pueblos. Los grandes territorios del Entre Ríos y el que comprenden las jurisdicciones de Corrientes y Misiones, se hallan en las mismas circunstancias que dictaron el establecimiento de un gobierno intendencia en la banda oriental del Uruguay.
“Ambos países, bañados de grandes ríos, con ricas producciones y capaces del mayor engrandecimiento, exigen una autoridad inmediata, que vele sobre su prosperidad, bajo la debida dependendencia, a la Suprema del Estado, y a las leyes generales del sistema de unidad que han adoptado las Provincias. Sobre estos principios, y oído en el particular el dictamen y consulta de mi Consejo de Estado, he venido en decretar lo siguiente:
“Art. 1.- El territorio de Entre Ríos, con todos sus pueblos, formará desde hoy en adelante una provincia del Estado, con la denominación de Provincia del Entre Ríos.
“Los límites de esta provincia serán: al Norte, la línea que entre los ríos Paraná y Uruguay forma el río de Corrientes, en su confluencia con aquél, hasta la del arroyo Aguarachí, y este mismo arroyo, con el Curuzú Cuatiá hasta su confluencia con el Miriñay, en las inmediaciones del Uruguay; al Este, el Uruguay; y al Sur y Oeste el Paraná.
“Art. 2. La Ciudad de Corrientes y los pueblos de Misiones, con sus jurisdicciones respectivas, formarán desde hoy en adelante una provincia del Estado, con la denominación de Provincia de Corrientes.
“Sus límites serán: al Norte y Oeste, el río Paraná, hasta la línea divisoria de los dominios portugueses; al Este, el río Uruguay; y al Sud, la misma línea que se ha designado como límite por la parte del Norte a la provincia de Entre Ríos.
“Art. 3.- Ambos territorios constituidos en Provincias quedan, por consiguiente, separados de la Intendencia de Buenos Aires, y serán regidos por gobernadores-intendentes, con las mismas facultades, derechos, prerrogativas y dependencias de las demás provincias del Estado.
“Art. 4.- La Villa de la Concepción del Uruguay será la capital de la provincia de Entre Ríos; y la Ciudad de Corrientes, la de la provincia de su nombre.
“Los gobernadores-intendentes tendrán su residencia ordinaria en las capitales; pero en tiempo de guerra, y siempre que lo exiga la necesidad, el gobernador-intendente de Corrientes residirá en el pueblo de Candelaria.
“Art. 5.- Ambas provincias nombrarán y tendrán sus Representantes en la Asamblea General Constituyente en la forma que previenen las Leyes del Estado con respecto a las Provincias Unidas.
“Art. 6.- El presente decreto se comunicará en copia autorizada por mi Secretario de Estado y Gobierno, se publicará en La Gazeta Ministerial y se presentará a la aprobación de la Asamblea General Constituyente de estas Provincias.
“Dado en Buenos Aires a 10 de Septiembre de 1814. Gervasio Antonio de Posadas - Nicolás Herrera, Secretario”.
Excepción hecha del Este -fijado por el decreto- no fue respetado el Título histórico ni la jurisdicción real de Corrientes.
Al Norte se le despojó del territorio comprometido por Belgrano en 1811; al Oeste, sucedió lo mismo con la región chaqueña, comprendida en el dominio de la Ciudad de Vera por el Acta de fundación; al Sur, se agregó caprichosamente a Entre Ríos la zona del río Corriente, el Guayquiraró y el Mocoretá, en donde la provincia ejercía jurisdicción inmemorial, con Título perfecto, reconocido por los Gobiernos porteños; tenía poblaciones urbanas, numerosas de campaña y valiosos intereses pastoriles.
Carecía el Director de facultades y de razón para inferir tamaño perjuicio.
El Cabildo reclamó de la injusticia en Oficio del 3 de Noviembre de 1814, que el Jefe del Gobierno de Buenos Aires pasó al Consejo de Estado, pero el asunto quedó sin solución y el mismo decreto no alcanzó la aprobación de la Asamblea -llamada del Año XIII- a causa del movimiento que desalojó del poder a la oligarquía liberal presidida por Alvear.
- El contraataque del Directorio
Al promediar el mismo 1814 la situación volvió a complicarse para el artiguismo. En Junio, el general Carlos María de Alvear -sobrino de Posadas- logró tomar Montevideo, reemplazando en el mando del ejército a José Rondeau, quien había realizado la parte más dura del sitio.
Esto le brindó un nuevo impulso al poder porteño y, poco después, un ejército directorial avanzaba hacia Entre Ríos para atacar a Artigas mientras en Corrientes el presidente del Congreso Provincial -recientemente reunido- Genaro Perugorría, encabezaba una sublevación que destituye a Juan Bautista Méndez, autoproclamándose Gobernador Militar.
Debido a que estos territorios volvían a la órbita de Buenos Aires, el Director Supremo Posadas reconoció el carácter de provincias a las jurisdicciones entrerriana y correntina que hasta entonces pertenecían, administrativamente, a Buenos Aires.
En Septiembre firma el decreto (conocido, precisamente, como Decreto Posadas), mediante el que creaba la provincia de Corrientes, anexándole los territorios de Misiones.
En estas circunstancias, el Subdelegado paraguayo de Candelaria, Vicente Antonio Matiauda, creyendo inminente una derrota de Artigas, y tras dejarse convencer por los cantos de sirena provenientes de Buenos Aires, se pasó al bando del Directorio que, en reconocimiento, lo nombró oficialmente Teniente de Gobernador de Misiones.
Este hecho significaba que el Decreto Posadas quedaba sin efecto a pocos días de sancionarse, pero igualmente se creó una situación sumamente confusa, ya que Gregorio Rodríguez, el nuevo Subdelegado de Concepción(3), no reconocía su autoridad y se consideraba subordinado al Gobierno de Corrientes.
(3) En lugar de Celedonio del Castillo, que había sido derrotado y tomado prisionero por Matiauda poco antes de que éste se dirigiera a atacar a Pérez Planes en La Cruz. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.
Los hechos se sucedieron en forma vertiginosa: Matiauda debió enfrentar los mismos problemas que Pérez Planes, ya que los guaraníes -identificados con la causa artiguista- amenazaban con levantarse y poner incluso en peligro su vida; por ello decidió huir hacia el Paraná donde fue tomado prisionero por sus propios compatriotas que lo remitieron a Asunción.
Inmediatamente, los paraguayos invadieron el Departamento de Concepción, apresando también a Rodríguez.
Poco después Artigas -cuyo poder volvió a consolidarse en Misiones- decidió nombrar como gobernante -con el cargo de Comandante General y como reconocimiento a la fidelidad de los guaraníes- a su propio hijo adoptivo: Andrés Guacurarí y Artigas.
- Buenos Aires se atrae a los federales nacionalistas
Como se pudo ver, el 10 de Septiembre de 1814 el Director Gervasio Antonio de Posadas dio el conocido decreto creando las provincias de Corrientes y Entre Ríos -como antes había hecho con la Banda Oriental- organizando a la primera con los pueblos de la jurisdicción de la Ciudad de Corrientes y los de Misiones.
Pocos días después (22 de Septiembre de 1814) reducía el gravamen del diezmo sobre los frutos a una veintena parte para Corrientes, Entre Ríos y Banda Oriental, gracia que establecía por veinte años. Posadas comunicó el decreto a Corrientes con fecha 24 de Septiembre de 1814(4).
(4) Oficio. Archivo General de la Nación. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Como él no fue sino el fruto de un amplio entendimiento político, le precedía una activa correspondencia iniciada después del Tratado Artigas-Alvear del 9 de Julio de 1814. Giraban a la mayoría federal nacionalista de Corrientes -en el acuerdo con el Director Posadas- Fernández Blanco y Perugorría.
Ellos caracterizaron suficientemente la adhesión popular a la Nación reunida, solicitando como garantía el auxilio de un Cuerpo de 300 veteranos(5).
(5) Cartas. Archivo General de la Nación. Especialmente la del 5 de Septiembre de 1814. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
- Lucha en el Litoral. Expediciones sobre Entre Ríos
El 23 de Junio de 1814 renunció el gobernador Juan Bautista Méndez invocando razones de salud, a las que no accedió el Congreso. En el mismo mes, el general Artigas, llamado a la Banda Oriental, delegó sus funciones de Protector en cuanto a los pueblos occidentales del Uruguay en el coronel Manuel Francisco Artigas(6), quien actuó con alta discreción.
(6) Oficio del 5 de Junio de 1814 de 1814. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Además de servir a las comunicaciones oficiales entre la nueva provincia de Corrientes y sus hermanas del Litoral, Manuel Francisco Artigas asistió al Congreso en las revueltas como la de Curuzú Cuatiá -de los comandantes Casco y Sosa- disponiendo la elección del diputado(7), contra quienes el poder provincial había enviado fuerza armada.
(7) Su Oficio del 28 de Julio de 1814 al Congreso; del día 30 de Julio, al gobernador Méndez. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Estos movimientos populares aparecen sintomáticos y corresponden a la disposición del Congreso de que se recogieran todas las armas de fuego existentes en su jurisdicción(8).
(8) Protestas de Curuzú Cuatiá, Yaguareté Corá, etc. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El mismo Congreso no era ajeno a esta emoción. Manuel Francisco -hermano y segunda persona del Protector- pidió con urgencia el concurso de Corrientes para sostenerse en Entre Ríos. A principios de Septiembre de 1814 recibió de Manuel Francisco Artigas el pedido de que se le enviase el piquete de 80 veteranos -la fuerza estable de Corrientes- y un cajón de municiones a bala “para luchar contra los nuevos tiranos”(9). Este Oficio suscitó protestas y precipitó el movimiento.
(9) Oficio del 26 de Agosto de 1814. Archivo General de la Nación. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
- Perugorría disuelve el Congreso. Lucha entre artiguistas y porteñistas
El 4 de Septiembre de 1814 invitó Genaro Perugorría a los miembros del Congreso y a los del Cabildo para una reunión extraordinaria y conjunta que debía celebrarse en la Sala Capitular a las 16:00.
El hecho era anormal y preocupó seriamente a todos. Congregados ambos Cuerpos, bajo la presidencia del invitante, dióse lectura de la Nota de Manuel F. Artigas. Ninguno osó hablar ni atinó qué decir.
“El presidente nos libertó del conflicto -dice un actor- pronunciándose con energía en estos términos: “¡Señores: desembocemos la capa y basta de apariencias! ¡La tropa que está a mi mando y yo estamos decididos por el Gobierno supremo de Buenos Aires! Vuestras Señorías mediten los medios paliativos para contener una irrupción de la gente bandida de los Artigas y, si es de tal enormidad la osadía de sus jefes, que intenten despreciar a este pueblo ofendiéndole en lo más mínimo, yo saldré a la cabeza de mi piquete y les haré ver que sobre mi cadáver y los de la tropa sellarán sus iniquidades.
“A pesar de la escasa fuerza cumpliré mi promesa. Sin pérdida de tiempo demos cuenta al Supremo Director de nuestra adhesión y del estado indefenso en que nos hallamos, para que adopte las medidas convenientes en tiempo oportuno y no las postergue hasta los momentos extremos”.
Sorpresa y júbilo se mezclaron, y a una voz se dieron todos los parabienes por tan noble resolución. El único diputado “artiguista”, había fallecido un mes antes.
Seis días antes que el Director Gervasio Antonio de Posadas expidiese el decreto de creación de la provincia de Corrientes, Genaro Perugorría descorrió el velo de su política. Habían fracasado las negociaciones de paz entabladas por el Gobierno porteño con José Artigas -después de rendida la plaza de Montevideo- y las tropas de Buenos Aires situadas en la Banda Oriental, así como otras mandadas desde esa ciudad a Entre Ríos, se disponían a operar contra el indomable Artigas.
La Asamblea sancionó el reconocimiento del Gobierno porteño. Guardóse el más riguroso secreto sobre lo ocurrido en la sesión (que fue a puertas cerradas), postergándose la publicidad del hecho, las comunicaciones de reconocimiento y el pedido de auxilios a Buenos Aires hasta ver el resultado favorable de los sucesos de Entre Ríos.
Esta aparente doblez salvaba la empresa de las indiscreciones cándidas de algún diputado o cabildante: la sanción los comprometía; la suspensión de sus efectos los tranquilizaba bajo el Gobierno de Juan Bautista Méndez y, por espíritu de propia conservación, callaban. Perugorría y Fernández Blanco dieron cuenta -el día siguiente- al Director, en Oficio reservado:
“Tenemos vencido lo más -decían-; sólo nos resta implorar la protección de V. E. para que a toda costa y a la mayor brevedad nos auxilie con 300 hombres o más de tropa armada y bien disciplinada, con municiones correspondientes, capaces de contrarrestar a la obstinación de los hombres que atacarán este pueblo.
“La adhesión general a V. E. es sin límites, pero con dificultad se podrá contar con sus habitantes sin el auxilio pedido, porque no ignoran la suerte que correrán en el contraste, estando como estamos, pues nadie duda de la temeridad de la gente de Artigas.
“Nuestro riesgo es inminente. En el caso que don Manuel Artigas se vea apurado por el Arroyo de la China, no le quedará más asilo que este punto, y cuando tal sucediese ¿qué suerte correremos?
“Don Manuel Artigas reúne gente en Mandisoví; ha caminado en su auxilio, desde La Cruz, don Vicente Antonio Matiauda, con toda la gente; y consideramos que hay o puede recolectar 2.000 hombres.
“Si V. E. retarda el auxilio pedido este pueblo puede ser sacrificado u obligado a tomar las armas contra las de Buenos Aires”.
También requirieron inmediata protección del teniente de gobernador de Santa Fe, general Eustoquio Díaz Vélez, y del Jefe de la escuadrilla porteña en el Paraná.
La apurada situación de Manuel F. Artigas obligó a Blas Basualdo a retirarse de Curuzú Cuatiá en protección de su jefe; al marchar, ordenó a Méndez que le remitiese las tropas, las armas y las municiones disponibles.
El alejamiento de la respetable fuerza “artiguista”, así como la disposición de Méndez a llenar el mandato -no obstante contrariar observaciones de Perugorría- decidieron el pronunciamiento público de éste, a pesar de ignorar el resultado de sus empeños ante el Director.
- El 20 de Septiembre de 1814
El 20 de Septiembre de 1814, Perugorría -asistido por la tropa veterana, que le era fiel y hasta por la compañía de blandengues del capitán Gorgonio Aguilar, que actuó engañada- rodeó el Cuartel de la capital, disolvió el Congreso y derrocó al gobernador Juan Bautista Méndez.
El Cabildo asumió el mando político y Perugorría el militar. José Gabriel Casco, caudillo “artiguista” de Curuzú Cuatiá -de mucha influencia- desconoció el cambio, se puso en armas y dominó todo el Sur del río Corriente.
Luego, cumpliendo las Instrucciones del plan convenido con el Director Posadas, entregó al Cabildo el mando político y él conservó el militar saliendo a campaña a evitar la reacción de los federales artiguistas.
Perugorría salió a campaña al frente de 60 hombres, situándose en San Roque para reunir y organizar fuerzas. Ningún auxilio ni noticia llegaba de Buenos Aires; no había recursos, armas ni municiones de significación; dificultades de todo orden retardaban la reunión y concentración de los contingentes de los pueblos y campañas; las autoridades de Misiones, solicitadas con urgencia, no prestaron socorro.
El 1 de Octubre llegó a Saladas teniendo conocimiento que en Tres Cruces y en Tunas los comandantes Casco y Antañazo preparaban fuerzas para marchar sobre la capital(10).
(10) Oficio de Perugorría al Cabildo del 3 de Octubre de 1814. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Buenos Aires envió a su vez dos expediciones armadas sobre el Litoral, la comandada por Blas J. Pico hacia la frontera de la Banda Oriental, y la del coronel Valdenegro y Leal, al Norte de Entre Ríos, invistiendo al primero con la dignidad de gobernador interino de esa provincia.
El 11 de Octubre de 1814 se recibieron por el Cabildo de Corrientes órdenes de Buenos Aires -datadas el 24 del mes anterior- en absoluta coincidencia con lo efectuado, vale decir, que el Ayuntamiento asumiese el mando político y Perugorría el militar.
Al día siguiente se hizo conocer por Bando la disposición para acallar suspicacias, decretándose una amnistía general y, días después, se llevaba al Director Posadas un relato enérgico de las necesidades locales(11).
(11) Oficio del Cabildo del 25 de Octubre de 1814. En el Archivo General de la Nación y en el de la Provincia. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Exigíase el nombramiento de gobernador-intendente en persona capaz de ponerse al frente de la campaña militar, que diera lógicamente “forma” de tal a la “nueva provincia creada”, y se reclamaba de la dependencia del Paraguay a que estaba sometido el pueblo o Paso de Candelaria.
Es al lugar -expresaba el Cabildo- por el que sacan ganados y caballos, por el que se introduce material de guerra y por el que salen las armas que llevan los desertores y desafectos al nuevo orden de cosas. Esa puerta abierta -agregaba- mantiene la resistencia del poderoso núcleo de Curuzú Cuatiá inclinado a las ideas del general José Artigas.
Poco después, enterado el Cabildo de los límites que se atribuían a la nueva provincia de Corrientes en su frontera Sur, reclamaba del dominio inmemorial que había ejercido la vieja ciudad de la colonia.
“Estas dudas -decía- le resultan a este Cabildo por serle enteramente desconocido el arroyo Aguarachí de que se hace referencia en la demarcación de límites, y que cayendo muy arriba, como puede ser, de la confluencia del río Corriente con el Paraná, se le hace a esta provincia una desmembración enorme de su antiguo indisputable territorio que era hasta el Guayquiraró”(12).
(12) Oficio del 3 de Noviembre de 1814. Esta intervención de Buenos Aires en los asuntos del Litoral se tradujo en la absorción de aquellos elementos que podían serle útiles. Su delegado le envió la nómina de los libros que existían en los pueblos de Misiones “por si había algunos útiles para la Biblioteca Patriótica”. La Nota, en el Archivo General de la Nación del 19 de Enero de 1814, con la nómina de las bibliotecas de los Santos Mártires, Apóstoles, Santa María la Mayor, San Carlos, San José, Concepción y San Javier. Entre los libros llama la atención los títulos: “De los Ritos y Costumbres de las Innumerables Naciones Bárbaras”; once tomos en guaraní; “Historia del Gran Chaco”; etc. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Por esta misma causal, cuando el Cabildo nombró las autoridades rurales para 1815, designación que se efectuaba con tiempo porque debía ser homologada por Buenos Aires, suspendió las que “debían hacerse para los Partidos del otro lado del río Corriente por no hallarse esclarecida la línea divisoria de esta nueva provincia y, al mismo tiempo, perseguir en su pertinacia los habitantes de aquellos destinos”(13).
(13) Es decir, partidarios de José Artigas. Acta Capitular del 1 de Noviembre de 1814. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Si estos elementos de juicio nos presentan al Directorio desarrollando una política orgánica en el Litoral cuyo elemento básico vendría a ser el reconocimiento de la personalidad de estos pueblos y su exaltación en provincias del Estado, prueban también que estas decisiones no eran acatadas sin debate, de inmediato, sino con la reserva del derecho históricamente consagrado.
Es que ya existía una conciencia colectiva fundada en el interés del horizonte regional, reclamando con su personalidad, en la Ley, la protección de sus derechos, elementos esenciales que, si podían coincidir en un régimen de mutuo respeto para la obra constructiva, debían a su vez hacer fracasar todo régimen en que no fuesen considerados.
El Directorio olvidó este aspecto íntimo del problema. Creyó que el movimiento de Perugorría y la disolución del Congreso Provincial comprometía a los hombres, abriendo abismos incolmables entre los llamados federales nacionalistas y los federales artiguistas, y en ese concepto dedicó sus preferencias a las campañas militares iniciadas en Entre Ríos a cargo de Pico y de Valdenegro y Leal.
Inútilmente Perugorría reclama el envío de los más elementales artículos de guerra y de subsistencia(14). Retardado en sus actividades por su accidente que le produjo el dislocamiento de los dos brazos, proclamó a los pueblos al Sur del río Corriente y buscó una acción armónica con las fuerzas del gobernador de Entre Ríos, coronel Pico(15).
(14) Su carta a Angel Fernández Blanco, del 3 de Octubre de 1814, decía: “... amigo, yo no soy santo para hacerles a Vds. milagros; estoy sin un medio real”; etc.
(15) Oficio al Cabildo del 19 de Octubre, desde San Roque. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El forzado retardo de sus operaciones pierde importancia por el triunfo de las tropas de Buenos Aires sobre las de Artigas y Casco en Paso de Belén, acción que obligó al caudillo Antañazo a retirarse a los montes de Tataré -del río Corriente- en espera de municiones(16).
(16) Oficio del 16 de Octubre de Juan Ignacio de Acosta, al Cabildo, desde San Roque. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
- Triunfo de Curuzú Cuatiá. Derrota en los campos de Colodrero
La gravedad de la situación no permitía fluctuaciones. Perugorría pasó el río Corriente en busca de Casco; fiaba en su osadía y en el valor de sus 130 hombres. Ocupó sin tropiezos el pueblito de Curuzú Cuatiá; atacado después en él, aunque rechazó al enemigo, le abandonó y repasó el río Corriente, porque Casco recibió el refuerzo de 300 orientales.
Supo entonces que el Director le había conferido el mando de la provincia y el empleo de Sargento Mayor, pero que “no le era posible enviar la fuerza solicitada para el resguardo de Corrientes”. La falta de auxilio implicaba la ruina del pronunciamiento.
Por eso, a fines de Octubre de 1814, Perugorría, repuesto, abrió la campaña sobre Curuzú Cuatiá donde venció el 9 de Noviembre al federalismo artiguista, para volver sobre sus pasos y establecer su Cuartel General en San Roque, centro de recursos no despreciables(17).
(17) Oficio de Perugorria al Cabildo del 11 de Noviembre. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Buenos Aires acogió con júbilo la noticia de la victoria de Curuzú Cuatiá. Decretó pensión para las viudas, los huérfanos y los inválidos, disponiendo la publicidad de ese acto de gobierno(18), y recomendó la vigilancia de la frontera con Portugal.
(18) Oficio del 24 de Noviembre al Cabildo de Corrientes. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Precisamente la información de que de allí se auxiliaba a Artigas decidió el retroceso de Perugorría; Informes que el gobernador Pico desmentía, pero sin avanzar con sus tropas. Espero -decía al Cabildo de Corrientes- la llegada del gobernador-intendente, coronel Eusebio Valdenegro y Leal, de Buenos Aires, para marchar contra las tropas de Artigas junto con Perugorría(19).
(19) Oficio de Blas J. Pico al Cabildo, del 26 de Noviembre, desde Uruguay. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El coronel Valdenegro y Leal había sido nombrado gobernador de Corrientes el 31 de Octubre de 1814. El 14 de Diciembre se reabre la campaña sobre los federales artiguistas.
Los capitanes de las milicias de Ensenadas -que se niegan a marchar- son ejecutados por el comandante militar Añasco, en San Cosme, al partir hacia el ejército de Perugorría, ejecución que sembró la semilla de la represalia(20).
(20) Añasco fue fusilado, después, por el artiguismo triunfante. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Perugorría, desencantado más no acobardado, propuso la ejecución rápida del siguiente plan: sostener él la línea del río Corriente sobre la que se le incorporaría el Comandante General de Misiones, Gregorio Rodríguez, con todas sus fuerzas y armas, haciendo su entrada por San Miguel; una vez reunidas las tropas atacaría a los enemigos, al mismo tiempo que hiciesen otro tanto Matiauda -con la división situada sobre el Miriñay- y el coronel Blas José Pico, con sus fuerzas veteranas, desde Entre Ríos.
La campaña simultánea de las tres divisiones que tenían en el centro de ellas a los “artiguistas”, prometía un triunfo seguro. El Director Posadas aprobó el plan. Desaciertos del Gobierno de Buenos Aires causaron -antes de ejecutarlo- el desastre de Perugorría y la pérdida de Corrientes para los porteños.
A principios de Noviembre fue nombrado gobernador-intendente de Corrientes el coronel Eusebio Valdenegro y Leal, con orden de marchar sin demora a su destino con 200 veteranos, que le entregaría el jefe de las fuerzas nacionales, situadas en Entre Ríos, coronel Juan José Viamonte.
De esto fue avisado Perugorría. Viamonte no cumplió la orden, a pesar de los reclamos del gobernador, pretextando no poder desprenderse de un soldado; hizo más; retuvo a Valdenegro y Leal, en campaña sobre Blas Basualdo, y continuó su resistencia aún después de vencido el indio en Pospós, no obstante las nuevas reclamaciones del gobernador de Corrientes para ocurrir en defensa de la provincia, cuyo mando le había sido discernido, sobre la cual se retiró Basualdo, sabiéndola indefensa.
El Director, a su vez, revocó la orden de mandar tropas a Corrientes, destinó a Valdenegro y Leal a un punto de la Banda Oriental, y dio al gobernador la siguiente instrucción:
“Como es natural que la Ciudad de Corrientes extrañe la retardación de los auxilios que se le han prometido, hará V. S. entender a su Cabildo y comandante que, calculando el Gobierno pasajera la tranquilidad de esos pueblos, ínterin no se sofoque en su raíz el origen de los males, ha resuelto emplear todos los recursos del Estado contra los insurgentes Artigas y Otorgués(21), a fin de proporcionar a los que gozan al influjo y protección del Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, su seguridad y reposo permanentes, como objeto de su atención”.
(21) “Indio gigantesco, jefe de bandoleros”, dice Mantilla de Fernando Otorgués. // Manuel Florencio Mantilla. “Crónica histórica de la provincia de Corrientes”.
Corrientes no entraba en el número de los pueblos dignos de protección. Abandonada de esa suerte, por acto deliberado, tan injusto como perjudicial a los intereses porteños, se cumplió el pronóstico de Perugorría en su primer Oficio al Director.
Blas Basualdo unió sus tropas a las de Casco y Antañazo, dueños del Sur, y marchó sobre Perugorría, con más de mil hombres. El jefe correntino atribuyó fundadamente la operación enemiga a desastre sufrido por Basualdo en Entre Ríos, y calculó que las fuerzas porteñas le seguían; ignoraba las últimas medidas del Gobierno de Posadas.
En esa creencia se retiró hasta la estancia de Colodrero situada en las proximidades del Batel, para atrincherarse en ella y contener la invasión el corto tiempo que supuso necesario, para que ella fuese alcanzada por sus perseguidores; no tenía fuerzas con qué librar combate en campo abierto.
Cruzado el río Batel, el pequeño ejército de Perugorría se tirotea en los campos de Colodrero con las fuerzas de Casco, situación curiosa que ambos jefes prolongan; Casco, porque espera a las tropas de Basualdo, jefe artiguista que en las orillas del Uruguay vigila a las fuerzas de Valdenegro y Leal; y Perugorría, porque espera refuerzos del mismo Valdenegro y Leal.
El drama se precipita. Valdenegro y Leal y Basualdo chocan -triunfando el primero- pero mientras el jefe de Buenos Aires retarda su marcha, Basualdo reúne sus dispersos, organiza su ejército -que denominaba “Auxiliador del Norte”- e incorporándose a Casco sitia y rodea a las tropas de Perugorría el 17 de Diciembre de 1814.
Basualdo cercó la posición y la atacó el ese mismo 17 de Diciembre. Rechazado con grandes pérdidas en tres valerosos ataques, que sus soldados llegaron hasta tocar las puntas de las bayonetas correntinas, determinó retirarse y establecer un sitio.
Ocho días resistió Perugorría, peleando constantemente desde las trincheras, y en salidas para abrirse paso, sin que de ninguna parte le llegase protección. Agotadas las municiones, extenuados los soldados de fatiga, hambre y sed, aceptó la capitulación que Basualdo le ofreció el segundo día: entrega con garantía de las vidas(22).
(22) “Sabrá V. cómo el 24 del corriente se rindieron las fuerzas del famoso Perugorría, sin más tratados que bajo mi palabra de honor les librase la vida ... Pórtese con energía y entusiasmo. Soy suyo y mande a S.S.S. que S.M.B. Batel, 25 de Diciembre de 1814. Blas Basualdo. Sr. Dn. José Silva, Comisionado en comisión”. // Manuel Florencio Mantilla. “Crónica histórica de la provincia de Corrientes”.
Después de una resistencia heroica de varios días, sin víveres ni agua, Perugorría se rinde el 24 de Diciembre de 1814 bajo la garantía del respeto de sus vidas, y mientras los vencedores completan la conquista de la provincia, Valdenegro y Leal reembarcábase para Buenos Aires.
Rendidas las armas el vencedor cometió crueldades con los prisioneros. Perugorría fue amarrado y remitido a Artigas, quien le hizo matar, el 17 de Enero de 1815, en su Cuartel General(23).