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La campaña del Paraná

La campaña militar de Manuel Belgrano de 1810 al Paraguay había culminado con su derrota, que trajo profundas consecuencias para Misiones ya que significó la pérdida definitiva del Departamento de Santiago y la ocupación (disimulada con la palabra custodia), del de Candelaria.

En 1814, en la confusa etapa que culminó con el apresamiento de Matiauda, los paraguayos avanzaron aún más, ocupando incluso Concepción. Precisamente, las primeras campañas militares de Andres Guacurarí y Artigas consistirían, en 1815, en la recuperación de estos territorios.

- Relaciones de Artigas con el Gobierno del Paraguay

Tras las batallas de Paraguarí y Tacuarí, Belgrano había mantenido contacto con los comandantes paraguayos vencedores y sus ideas influyeron en los mismos; no es casualidad que, poco después, el 14 de Mayo de 1811, estallara una revolución en Asunción, encabezada por Pedro Juan Caballero y Vicente Ignacio Iturbe, pero cuyo líder natural era Fulgencio Yegros quien, por entonces, era comandante de Itapúa, teniendo bajo su mando el Departamento de Candelaria.

El movimiento culminó con la deposición del gobernador Velasco y Huidobro y la conformación de una Junta local, la cual se declaró independiente de España pero también autónoma respecto a Buenos Aires.

Este recelo frente a los porteños no era nuevo ni se debía meramente a la invasión de Belgrano, sino que tenía profundas raíces históricas. El orgullo y la autonomía paraguayos venían de larga data y se debían, en parte, a su aislamiento, dada su situación mediterránea en los confines del Imperio español.

Ya en el siglo XVIII se dio un movimiento, si no independentista por lo menos autonomista, entonces bajo el ideal comunero. En 1811 Paraguay estuvo a favor de la integración al resto de las provincias, pero bajo la forma de una Confederación y no de una Nación centralizada, como proponía Buenos Aires.

Por ello hubiera sido esperable un entendimiento fácil con Artigas, que proponía un proyecto similar pero, poco a poco fue tomando importancia política la figura de Gaspar Rodríguez de Francia quien, tras ocupar diversos cargos, fue designado Dictador Perpetuo en 1815.

Francia buscaba mantener al Paraguay separado de las guerras civiles que desangraban el Plata, alegando desconocer las razones del enfrentamiento entre Buenos Aires y Artigas. Este aislamiento caracterizaría al Paraguay hasta el final del largo Gobierno de Francia, que se prolongó hasta 1840.

Artigas buscó un entendimiento con las autoridades paraguayas desde 1811. A ciertos sectores -particularmente al de Fulgencio Yegros- no les desagradaba la posibilidad de una eventual integración con la Confederación artiguista e incluso un destacado integrante del mismo, Matiauda, se plegó por entero a las filas federales en 1814, aunque sin aprobación oficial, debido en gran medida a que por entonces la figura dominante había pasado a ser Gaspar Rodríguez de Francia: el encumbramiento del Dictador también significaba que el posible acuerdo se volviera cada vez más lejano.

Artigas escribió numerosas misivas a Francia, sin recibir respuesta alguna. En 1815, su paciencia se agotó ante la cada vez más firme sospecha de un entendimiento entre los porteños y el Supremo Dictador, cuya actitud parecía esconder “algo más que indiferencia”, aprovechando que todos los otros frentes de conflicto se mantenían momentáneamente en paz.

Artigas se ofreció a apoyar militarmente una sublevación paraguaya contra el Gobierno, pero ésta nunca se produjo. Finalmente, a mediados de ese año, dio Instrucciones a Andrés Guacurarí y Artigas para que avanzara sobre Candelaria.

- Los límites entre Paraguay y Misiones

Artigas, y también las autoridades de Buenos Aires, consideraban que la línea de separación entre Paraguay y Misiones era el río Paraná(1), mientras que Asunción consideraba que el límite pasaba por la línea divisoria de aguas entre dicho río y el Uruguay, es decir, por la Sierra Central de Misiones; por ello, el Departamento Candelaria quedaría dentro de su jurisdicción y, según su óptica, la custodia de la que habla el Tratado firmado con Buenos Aires en 1811 significaba en realidad un reconocimiento de ello.

(1) Frecuentemente, en sus cartas, Artigas habla del “pueblo oriental” refiriéndose no a la Banda Oriental del Uruguay sino del Paraná, incluyendo, por ende, a Entre Ríos, Corrientes y Misiones. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Artigas interpretaba la custodia de otra forma: en 1811 el Gobierno porteño no tenía posibilidad de defender los pueblos de Candelaria de un posible ataque portugués, por lo que se los cedía temporalmente a Paraguay, que sí podía hacerlo.

En 1815, con la llegada de Andresito a Misiones, y la normalización de las instituciones, esta custodia ya no era necesaria por lo que los paraguayos deberían abandonar el Departamento que se reintegraría, así, dentro de su legítima jurisdicción.

- La campaña de Concepción

Antes de avanzar hacia Candelaria, Andrés Guacurarí y Artigas debía expulsar primero a los paraguayos de Concepción, departamento que también ocupaban desde el año anterior.

En Abril de 1815, con poco más de un mes en el cargo de Comandante General de Misiones, Andresito le escribía al Corregidor de Concepción informándole que avanzaría para ocupar los pueblos de ese Departamento, según las Instrucciones que había recibido de José Artigas, quien ya se lo había notificado al comandante paraguayo de Candelaria, Francisco Antonio González.

Poco después se concretó la ocupación del pueblo de Concepción sin mayores inconvenientes ya que el pequeño contingente de paraguayos que se encontraba en la zona partió sin oponer resistencia.

Allí fue instalado el Cuartel provisorio de Andrés Guacurarí y Artigas, cuyos contingentes fueron ocupando los pueblos del Departamento: Santa María La Mayor primero y, luego, también San Javier, Mártires, San Carlos, San José y Apóstoles.

De todos ellos fueron expulsados muchos europeos, tanto comerciantes como administradores, quienes huyeron ante la llegada de las tropas federales perdiendo sus bienes, que fueron expropiados y considerados como propiedad comunal. El Gobierno, en base al principio de autodeterminación, pasó a manos de los propios guaraníes.

- Preparativos para el enfrentamiento

Artigas venía demorando la ocupación de Candelaria, en espera de que -finalmente- Paraguay accediera a realizar un acuerdo; la decisión definitiva de atacar fue tomada luego de que descubriera el entendimiento que hubo entre Rodríguez de Francia y Carlos de Alvear, quien habría propuesto un canje de armas por tropas paraguayas.

Artigas había tenido acceso a una carta que confirmaba esta noticia; remitió inmediatamente una copia a Andresito para que la conociera y la hiciese difundir entre los paraguayos a fin de acelerar una posible sublevación contra el Dictador.

Permanentemente Artigas y Andresito se mantenían en contacto con los muchos partidarios con que contaban entre los paraguayos, sobre todo entre los guaraníes misioneros de los pueblos ocupados, que les brindarían un importante apoyo(2).

(2) Entre ellos Benedicto Irié, de Corpus, quien había sido uno de los cabildantes de Candelaria que votó por el reconocimiento de la Junta en 1810. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Aparentemente había simpatizantes de Artigas hasta el Tebicuary, es decir, sobre los límites de Misiones en la época de los jesuitas, y éstos aumentaban al difundirse que en los territorios recuperados, al igual que en los otros gobernados por Andrés Artigas, se aplicaría el principio de autodeterminación de los pueblos y se permitiría que sus habitantes se gobernaran por sí mismos, expulsando a los corruptos administradores y comerciantes españoles y criollos.

Mientras Andresito preparaba sus tropas y las pertrechaba, los paraguayos hacían lo propio; se hizo frecuente el envío de tropas y armas hacia Candelaria; es decir, que el ataque de los misioneros no fue imprevisto y sorpresivo, sino que se lo esperaba desde mucho antes. Francia era consciente de la simpatía de los guaraníes hacia Artigas, por lo que trataba de mandar tropas criollas, trasladando hacia el Interior a aquellos soldados que no le inspiraban confianza a los oficiales.

A mediados de Agosto de 1815, quizá como consecuencia de la pérdida de Concepción, fue nombrado Subdelegado de Candelaria José María Isasi, quien venía a reemplazar a González, pasado a retiro.

- El Combate de Candelaria

En Agosto de 1815 llegó la orden de Artigas de avanzar sobre Candelaria y el 25 de ese mes la vanguardia de Andrés Artigas se instaló en Santo Tomás, en las cercanías del pueblo de San Carlos.

Artigas, hasta último momento tenía la esperanza de que los propios guaraníes de Candelaria iniciaran una sublevación contra los paraguayos para luego intervenir en apoyo de la misma.

Aún el 27 de Agosto, el mismo día que ordenó avanzar, le indicó a Andresito que “escriba a los amigos de aquel pueblo para ver si forma la revolución, según usted insinuó, o si hacen la Representación que usted les dijo, a fin de que yo tenga el más poderoso motivo para auxiliar sus esfuerzos”.

Entre fines de Agosto y principios de Septiembre de 1815 fueron concentrándose poco a poco -en las cercanías de San Carlos- las milicias federales, casi todas ellas formadas por valientes guaraníes misioneros, aunque también había algunos criollos.

Junto a Andresito y fray Acevedo estaban sus ochenta milicianos originales, a los que se sumaron contingentes provenientes de Mandisoví, al mando de Manuel Miño, algunas tropas que habían pertenecido a Blas Basualdo, recientemente fallecido, y contingentes de Concepción, al mando de Ignacio Mbaibé y Manuel Cayré.

El 11 de Septiembre de 1815, desde San Carlos, Andresito le mandó al comandante paraguayo José Isasi, una intimación, para que se le uniese o, de lo contrario, cruzase el Paraná con sus tropas dejando sus armas a fin de “evitar todo derramamiento de sangre”.

Para ese momento las tropas guaraníes ya se habían apostado a dos leguas del pueblo de Candelaria, comandadas por Manuel Miño y fray Acevedo, ya que Andrés Artigas debió quedarse en San Carlos por hallarse enfermo.

Isasi pidió parlamentar y Acevedo aceptó; el Subdelegado afirmó que dejaría la plaza de Candelaria, pero pretendía llevar consigo el armamento y solicitaba una negociación en forma personal con Andresito; era probable que lo que en realidad buscaba era ganar tiempo para poder recibir refuerzos, por lo que una Junta de oficiales misioneros tomó la decisión de no perder más tiempo y atacar inmediatamente.

El combate, ocurrido el 12 de Septiembre de 1815, fue encarnizado y se prolongó durante tres horas, tras las cuales los paraguayos se rindieron al quedarse sin municiones.

Ese mismo día los derrotados contingentes paraguayos repasaban el Paraná mientras en Candelaria flameaba, por primera vez, la bandera artiguista, que encabezaba las tropas guaraníes.

Luego de dos días, Andresito, orgulloso del triunfo de sus tropas, informaba a Artigas del resultado obtenido. Aparentemente, el caudillo guaraní habría tenido, inicialmente, alguna oposición por parte de los levantiscos Comandantes guaraníes ya que, junto con el Parte de la batalla le pedía a Artigas una exhortación a los oficiales para “mayor comprometimiento (sic), y que sepan sus deberes”.

La respuesta de Artigas fue una Proclama al ejército guaraní, fechada el 23 de Septiembre de 1815, con la que felicitaba a los soldados por la victoria obtenida y los instaba a aumentar su entusiasmo en vista a la triste situación en la que se encontraban hasta hacía poco tiempo, y a la vez brindaba un apoyo incondicional a Andrés Artigas, artífice de la victoria.

“Soldados -arengaba el Protector al final del documento- obedeced las órdenes de vuestro jefe; respetad vuestros oficiales, manifestad a vuestros hermanos misioneros toda la afección con que los amáis y de este modo el buen orden, el valor, la armonía y demás virtudes os harán dignos de mejor suerte”.

Una vez recuperada la antigua capital de Misiones, Andresito no tuvo problemas en ocupar también los restantes pueblos del Departamento Candelaria que se encontraban al Este del río Paraná (Santa Ana, Loreto, San Ignacio y Corpus), sin intentar cruzar a la otra orilla, como temieron los paraguayos, que concentraron tropas sobre el Tebicuary temiendo un posible ataque.

Andresito se mostró respetuoso de las disposiciones de Artigas y tomó el río como límite a pesar de que le hubiera resultado fácil tomar Itapúa por la escasa defensa con la que contaba.

También fue ocupado el territorio de la Tranquera de Loreto -actual Ituzaingó- hasta el Arroyo Santa Lucía que por entonces era considerado el límite con Corrientes, que también había estado en manos de los paraguayos.

- La defensa del Paraná

Francia tuvo una furiosa reacción ante la derrota que habían sufrido sus tropas en Candelaria, calificando de “bandidos y perturbadores del sosiego” a las tropas artiguistas, y su postura aislacionista se hizo aún más firme.

Isasi fue inmediatamente destituido; como Subdelegado paraguayo de Candelaria(3) fue designado José Carlos Careaga y, más tarde, Rudecindo Castro. Una vez confirmado que Andrés Artigas no seguiría avanzando más allá del Paraná, los paraguayos organizaron una pequeña flota la cual se ubicó frente a Candelaria, sin intentar cruzar el río.

(3) Obviamente sin los pueblos de la margen oriental del Paraná. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Artigas había previsto que los paraguayos no se atreverían a cruzar el río y, en caso de que lo hicieran dio órdenes a Andresito de no presentar batalla decisiva si no estaba seguro de obtener una victoria, limitándose a llevarse la población, el ganado y los bienes a fin de que los paraguayos no tuvieran con qué mantenerse y debieran regresar.

Pero igualmente, el Protector creía, sabiamente, que si la flotilla se mostraba era para intimidar y no porque tuviera intenciones de cruzar el río. “Déjelos usted que corran el Paraná, que pisando en tierra los veremos”, le escribía a Andresito el 21 de Noviembre de 1815(4).

(4) Tanto José como Andrés Artigas se referían a Paraguay como República o Provincia Republicana. // Citado por Jorge Francisco Machón y Oscar Daniel Cantero. “Andrés Guacurarí y Artigas”.

Para esa fecha ya se habían normalizado las relaciones de Corrientes y Misiones y se procedía a la vigilancia conjunta del río ante posibles ataques paraguayos lo cual produjo frecuentes roces entre los contingentes de ambas jurisdicciones; la situación exasperó en un momento a Andresito, ante los frecuentes Informes de ataque falsos que daban los, según él, atemorizados comandantes correntinos, a tal punto que llegó a escribirle a Artigas, el 25 de Diciembre que “río abajo no son hombres para defenderse, ni tampoco para dar un Parte cierto”.

Los paraguayos no realizaron ningún ataque de envergadura, salvo algunas incursiones menores como la que fue rechazada en el Paso de Trinidad, frente a San Ignacio, que dejó un saldo de dos paraguayos muertos.

Asegurada la frontera, Artigas dio Instrucciones a su hijo adoptivo en los primeros días de 1816 de retornar a Santo Tomé ya que había tenido noticias de que los portugueses comenzaron a realizar movimientos de tropas cerca de la frontera y era necesario prepararse a fin de asegurar también La Cruz y Yapeyú.

Andresito dejó en Candelaria un pequeño destacamento al mando del capitán Miño y regresó victorioso a Santo Tomé para encarar una nueva campaña, mucho más prolongada y sangrienta, mediante la cual buscaría recuperar el Departamento San Miguel y su pueblo natal, San Borja, que permanecían en poder de Portugal.

Pretendía así, repetir el éxito que había tenido en Concepción y Candelaria.

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