ELECCION DE GENARO BERON DE ASTRADA
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- Delicada situación
A mediados de 1837, la actividad del general Fructuoso Rivera en la Banda Oriental hizo necesario cuidar con mayores elementos la frontera del Uruguay -como prepararse para la guerra- tanto más cuanto el gobernante correntino Rafael de Atienza, al ratificar el 9 de Septiembre de 1837 la que el general Juan Manuel de Rosas declaraba al Gobierno de Andrés de Santa Cruz(1), anticipaba su solidaridad completa con el Gobierno de Buenos Aires.
(1) Las relaciones entre la Confederación Perú-Boliviana y la Confederación Argentina se habían deteriorado, entre otras razones, por el apoyo de Andrés de Santa Cruz a grupos opositores al Gobierno de Buenos Aires que realizaron al menos cuatro incursiones desde el sur de Bolivia a las provincias del Noroeste argentino en los años previos a la guerra. Una de ellas fue la del coronel unitario Javier López -en 1834- que culminó con su derrota en la batalla de Chiflón; un nuevo intento de López en 1835 fue derrotado en la batalla de Monte Grande; también en 1835, Felipe Figueroa invadió la provincia de Catamarca; y en 1836, Mariano Vásquez -contando entre sus filas a fuerzas bolivianas- atacó poblados puneños. El 16 de Mayo de 1837 el gobernador de Buenos Aires y encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas, designó a Alejandro Heredia como “General en Jefe del Ejército Argentino Confederado de Operaciones contra el tirano, general Santa Cruz”. Previamente, el 13 de Febrero de 1837, había declarado cerrada toda comunicación comercial, epistolar y de cualquier género entre los habitantes de la Confederación Argentina y los de Perú y Bolivia, declarando “traidor a la patria” a cualquiera que cruzara la frontera hacia esos países. El 19 de Mayo de 1837, Rosas declaró que “la Confederación Argentina está en guerra con el Gobierno de Santa Cruz y sus sostenedores”.
Con autorización del Congreso Permanente -de salir del territorio correntino y de radicarse en el Interior de la provincia(2)- el gobernador Atienza delegó -el 14 de Septiembre de 1837- en el teniente coronel y entonces Juez de Policía, Juan Felipe Gramajo, partiendo para el sur, situando su Cuartel General en Curuzú Cuatiá.
(2) Ley del 14 de Septiembre de 1837. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XIX.
No era ésta la primera vez que Gramajo ocupaba el Poder Ejecutivo como delegado, ya que en varias oportunidades el gobernador Atienza -durante sus ausencias en las visitas a los Departamentos de campaña y su enfermedad- confió el desempeño del mando en aquél. Lo ayudaba en la gestión -como ministro- Eusebio Antonio Villagra.
Así, por ejemplo, Juan Felipe Gramajo cumplió las funciones de delegado
* desde el 26 de Marzo de 1836 hasta el 4 de Mayo de 1836, durante la visita del gobernador a los Departamentos de campaña;
* por la misma causa, desde el 23 de Septiembre de 1836 hasta el 28 de Octubre de 1836;
* por enfermedad, Atienza delegó el mando en el correntino Gramajo el 19 de Mayo de 1837;
* y, finalmente, durante la permanencia del propietario Atienza en la frontera del Uruguay, el 14 de Septiembre de 1837(3).
(3) Antonio Abraham Zinny. “Historia de los Gobernadores de las Provincias Argentinas” (1987). Ed. Hyspamérica. // Citado por Gabriel Enrique del Valle. “Los Hombres que Gobernaron Corrientes (Compendio de Historia Política)” (2007). Edición del Autor.
- Muerte de Atienza. Provisoriato de Berón de Astrada
En plena tarea de organización de los elementos militares de Corrientes, víctima de una vieja dolencia, el gobernador Atienza fallece el 2 de Diciembre de 1837 en Curuzú Cuatiá, autorizándose que sus restos fuesen inhumados en la Iglesia Matriz de la Capital(4).
(4) Ley del 4 de Diciembre de 1837. Esta Ley permitió continuar a Gramajo en el mando del P. E. -como delegado- hasta la elección del provisorio. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XIX.
Atienza cesó con su muerte -que tuvo lugar el 2 de Diciembre de 1837- continuando Gramajo después del fallecimiento del propietario hasta el 14 de Diciembre de 1837, en que fue nombrado el coronel Genaro Berón de Astrada.
Es que como Gramajo, gobernador delegado, no podía continuar en el mando -dado el carácter de su mandato- el Congreso Permanente deliberó sobre el asunto, nombrando gobernador interino -hasta que el Congreso General, que convocaba, designara- el 12 de Diciembre de 1837 y, propietario, el 15 de Enero de 1838, al teniente coronel de granaderos José Genaro Berón de Astrada en cuya virtud, el día 14 de Diciembre de 1837, el delegado Gramajo decreta se lo tenga por tal, poniéndolo en posesión del mando(5). Sus ministros serán Eusebio Antonio Villagra y Pedro A. Díaz Colodrero.
(5) Libro de Actas del Congreso, Registro Oficial, p. 14. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XIX.
El esfuerzo que significó -a partir de 1838- la guerra con Buenos Aires y Entre Ríos y los respectivos desastres militares -sumados a los efectos del bloqueo francés al Río de la Plata- modifican a tal punto el conjunto de los fenómenos considerados como exponentes de la evolución socio-económica de Corrientes -tasa de crecimiento de la población, importaciones y exportaciones, recaudación fiscal, Ingresos y Gastos del Estado, entre otros- que este año puede ser considerado como bisagra en el proceso histórico de la provincia.
- Perfil del nuevo gobernador
La opinión contraria a la política de Atienza, predominó en la elección de su sucesor, el teniente coronel Genaro Berón de Astrada(6), nombrado gobernador interino el 12 de Diciembre de 1837 y, propietario, el 15 de Enero del año siguiente.
(6) En el libro del doctor Mantilla: “Estudios Biográficos sobre Patriotas Correntinos”, hallará el lector la biografía de Genaro Berón de Astrada. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo I, capítulo VIII: “Aislamiento Provincial. (1829-1839)”, parágrafo 140. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla.
Tenía por lo menos 33 años cuando asumió la primera magistratura(7). Nació en la Ciudad de Corrientes donde se enroló como Alférez en la primera compañía de artillería de línea en 1826 y, luego, fue ascendiendo, hasta llegar al grado de Teniente Coronel, en el Regimiento de Granaderos a Caballo de línea, en 1833. Desempeñaba la Comandancia General de las fuerzas fronterizas del río Uruguay cuando, al fallecer el gobernador Rafael de Atienza, fue designado gobernador interino por la Sala de Representantes.
(7) Antonio Emilio Castello y Horacio Antúnez coinciden en la fecha de su nacimiento: 19 de Septiembre de 1804. “Historia Ilustrada de la provincia de Corrientes” (1999) y “Rescatando lo Nuestro (Impactante historia de Genaro Berón de Astrada. Mi Mercedes”, publicado el 21 de Marzo de 2010; Hernán Féliz Gómez le da unos años más, ya que señala que “nació a fines del siglo XVIII”. “La Ciudad de Corrientes” (1944).
Había ciudadanos de más representación que él, pero convenía no elevar a ninguno de ellos para alejar el peligro de un golpe de Rosas; era preciso enmascarar el cambio realizado, valiéndose de un hombre nuevo en el escenario político.
Berón de Astrada había sido -hasta entonces- soldado únicamente. Pertenecía al grupo joven que, sin desconocer los títulos y los méritos de Ferré, no aceptaba el predominio de dicho personaje ni tampoco la sumisión creada por la política de Atienza; fue preferido a otros por ser militar de más alta graduación y de esperanzas entre los de familias antiguas y dominantes, "de recomendables cualidades personales, bastante inteligente, no escaso de conocimientos, estimado por sus compañeros de armas, conocedor de la provincia, de carácter accessible y prudente", al decir de Manuel Florencio Mantilla
Ninguna manifestación hostil se produjo contra el gobernador de Buenos Aires; la apariencia de las cosas continuó en conformidad a las autorizaciones que la provincia le había otorgado.
Empero, Juan Manuel de Rosas no se tranquilizó y puso sobre la provincia la vigilancia militar de Pascual Echagüe, gobernador de Entre Ríos, encargado además de preparar y apoyar con las armas un cambio político en ella.
El Gobierno correntino se dispuso entonces a rechazar todas las eventualidades de la amenaza, sin precipitación y sin miedo, en su terreno y dentro de sus principios; le favorecieron, en cierto modo, dificultades y peligros que, para Rosas, surgieron del estado de los negocios generales de la época.
- Los primeros actos de Berón de Astrada como gobernador provisorio
Las primeras medidas tomadas por el nuevo gobernador parecieron indicar que seguiría la línea política trazada por Atienza. Inició su provisoriato en el Gobierno con medidas simpáticas al grupo rosista, necesarias en una época en que -de los actos del funcionario- se desentrañaba el efecto y el entusiasmo por la causa.
Una fue la de ordenar se fijase en todos los parajes públicos de la provincia copias de la sentencia con que Juan Manuel de Rosas castigaba el asesinato de Barranca Yaco; otra, la de homenaje en todo el territorio en memoria del ex gobernador Rafael de Atienza, que consistió en Misas solemnes y en el uso -por los empleados civiles y militares- durante quince días, de un lazo negro de gaza sin lustre en el brazo izquierdo(8).
(8) Decretos del 19 y 20 de Diciembre de 1837. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XX.
Como el momento era oportuno, el grupo político que repudiaba la obediencia ciega a Juan Manuel de Rosas tendió sus líneas, obteniendo que el Congreso Permanente designara una Comisión para preparar la reforma constitucional y que el Congreso General -convocado para el 31 de Diciembre de 1837- no sólo nombrase al nuevo gobernador, sino que hiciera esa reforma(9).
(9) El 19 de Diciembre de 1837 el Congreso Permanente nombró -para redactar el proyecto de una nueva Constitución- al doctor José Simón García de Cossio, Juan P. Cabral y Manuel Serapio Mantilla. El 18 de Diciembre había pasado Circular a los diputados ausentes para la instalación del Congreso General; fueron éstos: Antonio Mantilla, Justo Díaz de Vivar, Joaquín Madariaga, Rafael Colodrero, Domingo Latorre, M. A. Ferré, Pedro Ferré, J. V. García de Cossio, José M. Regueral y Eugenio Giménez. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XIX.
- Desplazamiento de varios diputados de tendencia rosista
La opinión contraria a la política de Rafael de Atienza predominó en la elección de su sucesor, el teniente coronel Berón de Astrada(10). El rosismo de Atienza fue causa de que el único partido político existente en Corrientes, el partido federal, se divida en dos fracciones: una de ellas será la fracción federal antirrosista, que triunfará en Corrientes cuando termina el segundo Gobierno de Atienza, en 1837.
(10) Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, capítulo VIII: “Aislamiento Provincial (1829-1839)”, parágrafo 140. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla. Ver: Berón de Astrada, José Genaro
Había ciudadanos de más representación que Berón de Astrada, pero convenía no elevar a ninguno de ellos para alejar el peligro de un golpe de Juan Manuel de Rosas; era preciso enmascarar el cambio realizado valiéndose de un hombre nuevo en el escenario político.
Después de la muerte del gobernador Atienza, al organizarse el Congreso General, se produjo el desplazamiento de varios diputados de tendencia rosista.
La organización del Congreso General no se efectuó sin un cambio de hombres que preparó la evolución política que termina en Pago Largo. Hernán F. Gómez detalla -de la siguiente manera- la sucesión de hechos:
1.- La aceptación de la renuncia, el 20 de Diciembre de 1837, del diputado por la capital, Domingo Latorre;
2.- La no aceptación, el día 30 de Diciembre de 1837, de la renuncia del diputado por San Roque, Justo Díaz de Vivar, a quien en la misma sesión se exonera del cargo “pues las razones nada fundadas con que ha preparado su excusa no le hacen honor” con cuyo motivo, agregaba, “queda expedito para la causa criminal que se le sigue”(11);
(11) Registro Oficial, p. 22, Decreto del 22 de Diciembre de 1837. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XIX.
3.- La declaratoria de inhabilidad que la Sala Permanente hace en la persona de Rafael Sáenz de Cavia, electo diputado por la capital, en vez de Latorre, el 4 de Enero de 1838;
4.- La aprobación del diploma, el 8 de Enero de 1838, del diputado por San Roque, Pedro Díaz Colodrero y, al día siguiente, la de los diputados Eugenio Giménez y Juan Pedro Llano, electos por Esquina y la Capital, respectivamente(12).
(12) El diputado Giménez fue electo en comicios del 1ro. de Enero de 1838, por ausencia del titular, Gregorio Araujo; y Llano, el 9 de Enero, en vez de Latorre. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XIX.
Dominado el Congreso por los adversarios a la política de Atienza, éstos lograron imponer, para suceder al gobernador muerto, al teniente coronel Genaro Berón de Astrada quien fue elegido gobernador interino el 12 de Diciembre de 1837 y propietario el 15 de Enero del año siguiente.
A pesar de haber hombres más representativos se consideró peligroso nombrar a alguno de ellos, por no contar con las simpatías de Rosas y existir la probabilidad de un golpe por parte de éste.
El 9 de Enero de 1838 la Sala Permanente eligió presidente del próximo Congreso General a Angel M. Vedoya y éste pudo reunirse el día 12 de Enero, inaugurando sus sesiones y designando vicepresidente a Pedro Dionisio Cabral; secretario a Pedro Díaz Colodrero; y prosecretario a Vicente G. de Cossio.
El Congreso General de la provincia -instalado el 12 de Enero de 1838- declaró al día siguiente adherirse a la política exterior de Rosas y a la guerra declarada al general Andrés de Santa Cruz, de Bolivia.
La trascendentalidad de los acontecimientos que siguen a la elección de Berón de Astrada obligan a la exégesis del Organismo provincial tal como las leyes de fondo de la época lo habían definido.
- Reseña de las Instituciones y los hombres que actúan a la muerte del gobernador Atienza
Para la exposición vamos a referir a las Instituciones y a los hombres en el momento en que el gobernador Atienza fallecía, desde que tales antecedentes ayudan también para apreciar con justeza los valores personales en juego.
* Los hombres de armas
Dentro del Organismo provincial destacábase el “Departamento de Guerra”, en el que debemos distinguir -además de un Estado Mayor que preside, como Capitán General, el gobernador Atienza- al Ejército de línea o veterano y a la milicia popular.
Integraban el “Estado Mayor” el Sargento Mayor y Jefe de plaza, el instructor de la Academia y enseñanza militar (cargo ocupado por el coronel Manuel de Olazábal); el encargado del Parque y Municiones, Hospital Militar, Música, ídem y anexos correspondientes.
La fuerza veterana se clasifica en tres grupos fundamentales:
* el primero titulado “Escuadrón de la Capital”, a las órdenes del Sargento Mayor Tiburcio Rolón, con la ayudantía del teniente Manuel Cabral. Se componía de las siguientes Compañías: Húsares de la Guardia, capitán José Venancio Llopart, con dos tenientes, un alférez, quince clases y 84 soldados; Granaderos a Caballo, capitán Isidro Pucheta, con un teniente, siete clase y 19 soldados; la Infantería de Libertos, capitán Bailón Cabral, con un teniente y seis clases y 102 individuos de tropa.
* El segundo grupo de fuerza veterana constituíalo el Regimiento de Granaderos a Caballo, siendo su jefe el coronel José López y, su segundo, el teniente coronel Genaro Berón de Astrada. El Regimiento se componía de dos Escuadrones con dos Compañías cada uno y un total de -más o menos- 200 individuos de tropa. Incluso las clases, comandaban las Compañías los capitanes José Domingo Abalos y Leandro Galarza (del 1er. Escuadrón); y Doroteo Duarte y Lino Martínez (del 2do. Escuadrón).
* El tercer grupo de fuerza veterana tenía su asiento en el pueblo de La Cruz, constituyéndolo un piquete de granaderos.
Las milicias de la provincia tenían su Plana Mayor comandada por el coronel Vicente Ramírez, congregándose a las órdenes de los Comandantes Militares de los diversos Departamentos de la provincia. Eran éstos:
* de Lomas, el capitán Anselmo Paredes;
* de Empedrado, el capitán Ramón Ortiz;
* de Bella Vista, el capitán José Ignacio Serrano, mientras las del pueblo de Santa Lucía -que integraba este Departamento- eran mandadas por el Sargento Mayor Rafael Peralta;
* de Goya, el Sargento Mayor Juan Mateo Arriola;
* de Esquina, el teniente coronel Félix María Gómez;
* de Curuzú Cuatiá, el capitán Raymundo Romero;
* de La Cruz, el capitán Juan Bautista Pucheta;
* de San Roque, el teniente coronel José Antonio Romero;
* de Yaguareté Corá, el capitán Manuel Antonio Martínez;
* de San Miguel y Loreto, el capitán Antonio I. Arizaga;
* de Saladas, el teniente coronel Manuel J. Benítez;
* de Mburucuyá, el capitán Ceferino Sánchez;
* de Caá Catí, el capitán Bernardo A. Esquivel;
* de San Luis del Palmar, el teniente coronel Lorenzo Lezcano;
* de Ensenadas (San Cosme), el teniente coronel Manuel A. Corrales;
* de Itatí, el capitán Felipe Corrales;
* y de las milicias de la costa, el capitán Diego Brest.
* Los hombres de Gobierno y Hacienda
Además del Departamento de la Guerra -que dejamos sintetizado- la organización provincial comprendía los Departamentos de Gobierno y de Hacienda.
El primero estaba integrado por el gobernador, el Secretario o Ministro General de Gobierno (entonces desempeñado por Eusebio A. Villagra), cinco Oficiales escribientes, un Oficial General y un Defensor de Pobres y Menores (el resto de la Administración judicial cobraba por actuación, conforme a arancel, incluyendo a los jueces); la Administración de Correos; la Policía; y la Cárcel.
El Departamento de Hacienda -presidido por el gobernador, como Intendente General- estaba integrado por un Colector y un Contador General y por tres Oficiales escribientes.
La renta se recaudaba por receptorías en la Capital, Goya, Esquina y Bella Vista, con empleados a sueldo, con la doble función de los impuestos generales y de los de Aduana -en carácter de puertos- y por receptorías que percibían un 10 % de sus cobranzas -como emolumentos- en los Departamentos de Curuzú Cuatiá, San Roque, San Miguel, Saladas, Caá Catí, Empedrado, Mburucuyá, San Luis del Palmar, Ensenadas e Itatí.
Integraban el Departamento de Hacienda el personal de la Imprenta del Estado y los preceptores a cargo de las escuelas públicas. Eran éstos:
* En la Capital, de Latinidad, presbítero Juan Antonio Acevedo;
* de Primeras Letras normal, Agustín Mallorca;
* de San Francisco, fray José de la Quintana;
* de La Cruz, Juan Francisco Quevedo;
* de la Escuela de Niñas, Josefa Guruzurreta;
* y de la de Dibujo, Manuel Núñez de Ibarra.
Eran Preceptores de las Escuelas Departamentales existentes:
* Pedro José Brit, en Goya;
* Manuel de Reyes Gómez, en Esquina;
* Pedro Amarilla, en Bella Vista;
* Juan José Jiménez, en Curuzú Cuatiá;
* Eduardo Esquivel, en General Paz;
* Valentín Flores, en Yaguareté Corá;
* Alejandro Antonio Aguirre, en Saladas;
* Pedro Arriola, en Mburucuyá;
* Pedro López, en Ensenadas;
* Manuel Avendaño, en San Roque;
* Ignacio Soto, en Empedrado;
* Joaquín Quijano, en San Luis;
* Federico Castro, en Santa Lucía;
* Fausto Moreira, en Riachuelo;
* Cipriano Cabezú, en Itatí;
* Antonio Aguirre, en la campaña de Itatí;
* y Domingo Solís, en Lomas.
Tal vez estas notas no sean todo lo sintéticas que fuera de desear, pero es necesario que, junto a la noticia del pasado genéricamente respetable, esté el culto de los esfuerzos personalísimos y la mención de los ciudadanos que contribuyeron a la obra plural del progreso y de la vida, en las diversas dignidades del Organismo social.
En ese sentido, la determinación de nombres es homenaje legítimo, tanto más en vísperas de la más honda tragedia de la raza: la de Pago Largo.
- Personalidad del gobernador. Conceptos de sus contemporáneos
Berón de Astrada era un hombre nuevo en el escenario político y se suponía que no sería objetado por el hombre fuerte de la Confederación Argentina. Había sido -hasta entonces- militar. No aceptaba el liderazgo de Ferré ni tampoco sostenía los principios del ex gobernador Atienza. Lo eligieron por ser el militar de más alta graduación, estimado por sus compañeros de armas, conocedor de la provincia, de carácter accesible y prudente y con la educación suficiente para dirigir Corrientes.
Unitarios, federales y rosistas, sin distinciones, subestimaron al nuevo gobernador y creyeron que podrían inclinarlo a sus respectivos bandos llegado el momento, pero no hay dudas de que se equivocaron, pues el hombre era inteligente y orientaría la política de su Gobierno según las conveniencias de la provincia, sin someterse a influencias ajenas.
Esto lo demostró desde el primer momento en que siguió una política de contemporización con el Gobierno de Rosas, a la que él mismo explicó así:
“No podía dejar de contemporizar con él por el estado indefenso de Corrientes pues, de negarse a condescendencia, se aventuraba a sufrir el peso de una guerra desastrosa”(13).
(13) Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes” (1928), tomo II, p. 288. Notas biográficas por Angel Acuña, Buenos Aires. Ed. Juan Ramón y Rafael Mantilla. // Citado por Antonio Emilio Castello. “Historia Ilustrada de la provincia de Corrientes” (1999).
La personalidad del joven gobernante -llamada a inmortalizarse en la historia de su pueblo- necesitaba de estos actos de adhesión a un régimen preeminente en toda la República.
Ninguna manifestación hostil se produjo contra el gobernador de Buenos Aires; la apariencia de las cosas continuó en conformidad a las autorizaciones que la provincia le había otorgado:
“No podía dejar de contemporizar con él -dijo después Berón de Astrada- por el estado indefenso de Corrientes pues, de negarse a condescendencia, se aventuraba a sufrir el peso de una guerra desastrosa”.
Sus servicios públicos exclusivamente militares no le habían permitido soldar intereses a las tendencias o grupos políticos; era militar, pura y exclusivamente, trayendo al Gobierno la seguridad de la adhesión de la fuerza veterana de la provincia y la de las clases populares que -adiestradas por el sistema de las milicias “regladas”- se habían habituado a su preeminencia en campamentos y cuarteles.
Joven, de la clase culta de la capital, con rentas familiares que le permitían hábitos generosos, Berón de Astrada era para todos garantía de orden y, asimismo, promesa de valimento político porque unitarios, federales y rosistas podían llegar a inclinarlo a sus preferencias.
Los dos últimos -sobre todo- veían en el funcionario un posible instrumento, olvidando que las calidades personales brillan en su hora y que la conciencia de los deberes y las responsabilidades son choque de buril para los temperamentos con individualidad.
Esta apreciación del funcionario por sus contemporáneos resulta evidente. En lo que respecta al grupo rosista, surge de una carta que escribe a Berón de Astrada el gobernador de Entre Ríos, general Pascual Echagüe(14), en contestación al Oficio de estilo al ocupar el cargo:
“Sobre los consejos de que Ud. me habla -le dice- para dirigir su marcha en consonancia con lo que demanda el honor nacional, nada puedo decirle que Ud. desconozca, teniendo abierto el camino político de nuestro amigo el señor Atienza...”.
(14) Carta del 17 de Febrero de 1838. Archivo de Corrientes. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XX.
Para Echagüe, el joven gobernante -que le hablaba del honor nacional- no tenía otra senda que el norte de su antecesor: servir a Buenos Aires, a la dictadura... Es que Rosas no se tranquilizó y puso sobre la provincia la vigilancia militar de Echagüe, gobernador de Entre Ríos, encargado además de preparar y apoyar con las armas un cambio político en ella.
El Gobierno correntino se dispuso entonces a rechazar todas las eventualidades de la amenaza, sin precipitación y sin miedo, en su terreno y dentro de sus principios; le favorecieron, en cierto modo, dificultades y peligros que, para Rosas, surgieron del estado de los negocios generales de la época.
- Juicios de Ferré sobre Berón de Astrada. La verdad histórica
En cuanto al grupo federal antirrosista, Pedro Ferré -en sus “Memorias” ya publicadas- subalterniza a Berón de Astrada, desmintiendo lo que hemos de ver consignó en documentos públicos.
Sostiene que unas palabras incidentales, en una carta que escribiera al Gobierno de Santa Fe, lo pusieron en la pendiente que lo llevó a Pago Largo. Leyendo al ex gobernante de Corrientes se concluye estar en presencia de una personalidad y de una página intranscendentes de la historia provincial, terminada en drama por el imperio de las cosas o la fatalidad de los sucesos.
Está en el sentimiento de justicia rectificar la afirmación del brigadier Ferré. “Para brillar en la historia no necesitan los hombres disminuir la perspectiva de los actores contemporáneos, en nombre de la indiferencia o de la pasión. De ahí un primer deber: el de caracterizar a Berón de Astrada en la política que entonces se desarrollaba en el Litoral, estudiándolo desde el punto de vista de los ideales que levantó y de los quilates de su personalidad. Los elementos de juicio son abundantes”, señala el historiador Hernán F. Gómez.
- Actos del Congreso General. Su receso
Hecho el nombramiento de Berón de Astrada, la gestión del Congreso General fue breve(15).
(15) Se redujo a las Leyes del 20 de Enero de 1838, sobre cuentas del P. E. de 1837; el día 29 de Enero, modificando el Reglamento de Policía sobre régimen de marcas y creando un Registro de las mismas; el día 30 de Enero, liberando de impuestos al vacuno faenado en el abasto y a las carretas que transportasen maderas y artículos de consumo. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde el Tratado del Cuadrilátero a Pago Largo)”, capítulo XX.
Antes de declararse en receso, el Congreso General ascendió, el 3 de Febrero de 1838, al grado de Coronel, al teniente coronel Berón de Astrada y ordenó, el 5 de Febrero de 1838, se reuniese un Congreso General Constituyente para reformar la Carta Fundamental, debiendo los elegidos estar en la capital el 1 de Mayo de 1838.
El 6 de Febrero de 1838, el Congreso General se declaró en receso, designando para formar la Sala Permanente, a los diputados Pedro Ferré, Angel M. Vedoya, Pedro D. Cabral, J. V. García de Cossio y Blas Barría.
Al día siguiente ésta organizó sus autoridades con la presidencia de Ferré; la vicepresidencia de Vedoya; y la secretaría de García de Cossio.
- Obra institucional constructiva de la provincia
Corrientes es, por ejemplo, de los primeros Estados que organizan Congresos provinciales. Data el primero de 1814, reunido por elección de segundo grado, Asamblea reiterada en 1815, 1818, 1820 y 1821, éste último congregado a raíz de la liquidación de la República Entrerriana para echar las bases de su Organismo estadual definitivo.
Si en el orden del tiempo, la Constitución provincial de Diciembre de 1821 es el segundo testimonio de la capacidad política de Corrientes, la prueba definitiva nos la ofrece el plebiscito organizado años después -en 1826- para determinar el régimen de gobierno que su pueblo prefería para la organización del país y a cuyo resultado ajusta Corrientes su actividad en los acontecimientos del proceso nacional.
Esto mismo va a decírnoslo Pedro Ferré -como funcionario- en documento memorable de fecha 1 de Julio de 1840(16).