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Cáceres, Nicanor

BIOGRAFIA I

Nació en Curuzú Cuatiá el 11 de Enero de 1809, militando con el grado de Sargento en Pago Largo. Formó en el llamado "Ejército Libertador" del general Juan Lavalle e hizo la campaña a Entre Ríos resultando herido Sauce Grande(1).

(1) Citado por Hernán Félix Gómez. “Diccionario Biográfico” (inédito).

Se distinguió por el empuje que puso de manifiesto en Laguna Brava al lado de Joaquín Madariaga en cuyo ejército de enroló cuando éste penetró la provincia con sus 108.

Actuó en la campaña que tuvo como punto final Ibahay, en 1846.

Más tarde, como amigo del general Justo José de Urquiza, pasó al ejército entrerriano y volvió a la provincia después de Caseros para encabezar una rebelión contra el general Benjamín Virasoro.

Tuvo activa participación en las elecciones que llevaron al doctor Juan Pujol a la primera magistratura de la provincia. El Congreso lo ascendió a General.

Participó en la sedición que en 1861 dio por tierra con el Gobierno de José María Rolón, después de la cual ocupó la Comandancia de las milicias del Sur.

Producida la guerra con el Paraguay se apresuró a ofrecer sus servicios haciéndose cargo de las milicias de la provincia. En Tuyutí, el 24 de Mayo de 1866) tuvo a su cargo un numeroso cuerpo de caballería.

Después de tomar parte de la insurrección que derrocó a gobernador Evaristo López, a quien defendió en Garay en 1868, como el general Bartolomé Mitre no aprobara su conducta, emigró a la República Oriental del Uruguay donde falleció en la Ciudad de Salto en 1870.

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BIOGRAFIA II

Las guerras civiles argentinas generaron enfrentamientos y conflictos de extremo apasionamiento, donde se confundieron cuestiones públicas y privadas de sus protagonistas. Estas pasiones abastecieron constantemente revanchas y venganzas, construyendo espirales interminables de violencia, que dilataron la organización política, complicando la efectiva vigencia de las instituciones(2).

(2) Este material es la “Referencia Preliminar” que el doctor Dardo Rodolfo Ramírez Braschi escribió al reeditarse -un siglo y medio después- el libro de Severo Ortiz, titulado: “Apuntes biográficos del General de la Nación, Nicanor Cáceres”. Cabe decir que la edición príncipe de esta obra está datada en el año 1867, cuando se escuchaban aún, desde Corrientes, los sonidos trágicos de la guerra contra el Paraguay.

La historia política de la provincia de Corrientes no fue la excepción de aquellas modalidades que caracterizaron a la Argentina toda. Las luchas políticas en Corrientes están vinculadas con los conflictos que emergen en las provincias de la región y, en los diversos intereses, a veces encontrados, y en muchas de las ocasiones, en concordancia con Buenos Aires y sus hombres.

Hacer referencia de los protagonistas de aquellas etapas históricas sirve para estudiar y observar las consecuencias que tuvieron los acontecimientos sobre esos hombres, y detalla, asimismo, las debilidades terrenales y las conductas de desprecio por la vida que se manifestaron constantemente y se trasformaron en caracteres comunes, agigantando la miseria en la cual se sucedieron numerosos episodios de la historia correntina.

Aquellas prácticas, que lastimosamente fueron cotidianas en los años de guerras internas, fueron utilizadas por sectores políticos, algunos en nombre de la Constitución; otros parafraseando la libertad; y también estuvieron los que lo hacían por pequeñas ambiciones personales.

La presente publicación, que se reedita después de casi siglo y medio, es muestra cabal de los conceptos afirmados anteriormente. El marco en que el autor describe la figura de Nicanor Cáceres, genera una particular perspectiva del relato, agigantado por los años de violencia local.

Severo Ortiz ha escrito sus “Apuntes Biográficos del General de la Nación Nicanor Cáceres” desde la tribuna política y desde el estrado ideológico, ubicando su pluma como instrumento de batalla.

Las descripciones volcadas por Ortiz se nutren de informaciones fundamentalmente testimoniales, que fueron vox populi en aquellos años pero que, no por ello, dejan de ser interesantes y constituyen un valioso aporte para el estudio de aquella época. Aún más, la presente obra pinta los modismos en el accionar por el poder político de entonces, pintados excesivamente, en esta oportunidad, por la subjetividad e ideología del autor.

Sin duda, que la obra de Severo Ortiz es una manifestación política que busca el desprestigio del biografiado. El valor del mismo anida también -y tiene cabal dimensión- en la contemporaneidad entre el autor y el biografiado, los que se conocían y fueron adversarios políticos.

Esta es la primera y única referencia biográfica, específica, de Nicanor Cáceres. Por supuesto que se han analizados, con anterioridad, sucesos donde participó Cáceres. Sólo basta citar a los historiadores Manuel Florencio Mantilla, Hernán Félix Gómez, Valerio Bonastre y Wenceslao Domínguez, a los que deben sumarse algunas investigaciones que hemos realizado(3) y los nuevos aportes de Pablo Buchbinder(4).

(3) Dardo Ramírez Braschi, “Evaristo López. Un Gobernador Federal (Corrientes en tiempos de la Triple Alianza” (1997). Ed. Amerindia, Corrientes; y “La Guerra de la Triple Alianza a través de los Periódicos Correntinos” (2004), Moglia Ediciones, Corrientes.
(4) Pablo Buchbinder, “Estado, Caudillismo y Organización Miliciana en la provincia de Corrientes en el siglo XIX (el caso de Nicanor Cáceres)” (2005), Corrientes, en: Jornadas del XXV Encuentro de Geohistoria Regional. Instituto de Investigaciones Geohistóricas; y “Caudillos de pluma y hombres de acción” (2004). Prometeo Libros, Buenos Aires.

Es más: la figura de Cáceres y su influencia política es referenciada también por Jacinto Yaben(5), que destina una extensa reseña de su accionar político.

(5) Jacinto Yabén, “Biografías Argentinas y Sudamericanas” (1938-1940), tomo I, pp. 750-752. Ed. Metrópolis, Buenos Aires.

Pero nunca se trató la figura de Cáceres de manera específica, tal como lo efectúa el autor que nos ocupa.

Severo Ortiz escribe estas páginas desde el teatro de operaciones del Ejército Aliado en el año 1866, más precisamente en el campamento de Tuyutí. El tiempo de redacción del trabajo fue escaso, y logra publicarlo en la imprenta “Buenos Aires”, sin duda con apoyo financiero e influencias políticas del autor y del sector político opuesto a Cáceres, utilizando así, el libro, para un directo desprestigio del General.

La edición original contaba con 205 páginas, dividida en las siguientes partes: cartas de referencia de amigos de Ortiz; advertencia al lector por parte del autor; introducción y nueve secciones. La presente edición, respeta esta distribución, incluso la grafía original del texto.

La edición príncipe está datada en el año 1867, cuando se escuchaban aún -desde Corrientes- los sonidos trágicos de la guerra contra el Paraguay. La provincia de Corrientes fue factor determinante para la guerra, ya que se constituía en estratégico campo de aprovisionamiento de todo el Ejército Aliado.

Además, el Gobierno Provincial de Evaristo López Soto (en los años 1866-1867), entraba en la esfera preparatoria de una complicada contienda electoral, ya que próximamente las elecciones presidenciales de 1868 marcarán toda la política interna argentina.

Al referenciar la figura de Nicanor Cáceres es imprescindible el análisis de las figuras caudillejas de la provincia de Corrientes, las que existieron, pero con dimensión y características diferentes y particulares respecto a la mayoría de las provincias del Río de la Plata.

En el transcurrir de las luchas civiles, la participación correntina fue determinante, con la que emergieron cinco figuras, que desbordaron -por su accionar- los límites provinciales: Genaro Perugorría, Pedro Juan Ferré, Genaro Berón de Astrada, Joaquín Madariaga y Juan Gregorio Pujol. De los cinco hombres citados, ninguno tuvo la caracterización tradicional de caudillo, ni logró la mística interrelación que logran los caudillos con sectores populares.

De los hombres que participaron -a mediados del siglo XIX- en la vida política correntina, fue sólo la figura de Nicanor Cáceres la que alcanzó la dimensión de caudillo, en el genuino sentido de la palabra. Pero su influencia fue sólo local, sin traspasar los límites provinciales, debiéndose agregar que, de la política y la acción militar, emergieron “caudillejos” en distintos puntos de la provincia.

Estos “caudillejos” sólo se valieron de su poder e influencia militar, que los hacían referenciales a través del uso de la fuerza que le otorgaba la estructura estatal. Así, sobresalieron en el ámbito provincial, Manuel Vicente Ramírez, Raimundo Reguera, Santiago Baibiene, José Toledo, Plácido Martínez, Desiderio Sosa, Wenceslao Martínez; y, en las esferas estrictamente departamentales, Julio Camelino, en Bella Vista, y Cecilio Carrera y Juan Andrés Ricardi, en Esquina, entre otros.

Estos liderazgos militarizados en los distintos Departamentos de la provincia, generaron diversos factores de poder a su alrededor, pero de las cuales nunca emergieron figuras de alto impulso, de referencia regional, ni mucho menos nacional.

¿Pero quién fue Nicanor Cáceres? Nació en el Departamento de Curuzú Cuatiá, el 11 de Enero de 1809. Su padre, Marcelo Cáceres, de origen español, y su madre Francisca Rodríguez, oriunda de la provincia de Corrientes que, por su condición humilde, no pudieron brindarle instrucción temprana, ya que recién a los 13 años asiste por primera vez a la escuela, la que abandonó al poco tiempo, sin aprender ni siquiera los conocimientos mínimos.

Su primera participación militar efectiva la realiza a los treinta años, en la batalla de Pago Largo, bajo las órdenes de José Genaro Berón de Astrada; después se incorporó al Ejército de Juan Lavalle -en 1840- y, posteriormente, con el grado de Teniente, combatió bajo el mando de José María Paz, en la batalla de Caá Guazú.

También participó como Capitán del Ejército correntino en la batalla de Arroyo Grande. En acuerdo con los hermanos Madariaga, atacó Curuzú Cuatiá en la madrugada del 27 de Marzo de 1843, facilitando la invasión de Joaquín Madariaga y sus hombres, logrando así la destitución de las autoridades impuestas después de la batalla de Arroyo Grande.

Por esta acción, el gobernador Madariaga lo promocionó al grado de Teniente Coronel y lo designa Comandante Militar de la Circunscripción Sur. Al poco tiempo participará en el intento de ocupar la provincia de Entre Ríos, bajo las órdenes del Gobierno del mismo Madariaga.

En 1847, al estar encargado de la defensa del sur correntino, acuerda con Justo José de Urquiza y se adhiere a su ejército, participando bajo su mando en la batalla de Vences, el 27 de Noviembre de aquel año. De allí en más, acompañó a Urquiza hasta los campos de Caseros, en 1852.

Constantemente participó en distintas revueltas y sustituciones de Gobiernos correntinos. Primero, fue contra Juan Benjamín Virasoro; más tarde, contra su antiguo aliado, Juan Gregorio Pujol; luego, en 1861, participa con los liberales, derrocando a José María Rolón.

De allí en más, logró la confianza del Partido Liberal, que le otorgó altos cargos militares, incluyendo el de Coronel Mayor de la Nación, para luego ser General.

Al estallar la guerra contra el Paraguay, en 1865, fue Comandante en Jefe de la caballería correntina y, después, Jefe de la División de Vanguardia, participando en los combates de Paso de la Patria, Estero Ballaco, Tuyutí, Boquerón, Itapirú.

Regresó a Corrientes en Septiembre de 1866, instalándose en Curuzú Cuatiá; actuó activamente en el Gobierno del urquicista Evaristo López Soto, al que defendió e intentó sostenerlo en la revuelta de su derrocamiento del 27 de Mayo de 1868.

Posteriormente al derrocamiento de López Soto, se instaló en Entre Ríos y logró alianza con Ricardo López Jordán (h), concluyendo sus días en Salto (Uruguay), donde muere en 1878.

La ambivalente y agitada vida política de Cáceres lo hace un personaje particular y, a la vez, necesario para el estudio de la vida política argentina en el período comprendido entre la batalla de Caseros y la guerra del Paraguay.

Reiteradamente, los escritos o panfletos políticos adquieren notable dimensión en las confrontaciones ideológicas, y la publicación de Severo Ortiz de, “Apuntes Biográficos del General de la Nación, Nicanor Cáceres” tuvo ese objetivo.

Constantemente, en la historia política correntina del siglo XIX, las publicaciones de libros o artículos periodísticos, fueron utilizadas -en distintos estrados- para las arengas ideológicas. En algunas oportunidades, fueron artículos periodísticos, a veces en prosa, a veces en poesía o, simplemente, como descripción biográfica.

Aquellos años del siglo XIX, de formación del Estado Provincial, las luchas intestinas se libraban en todos los espacios: en campos de batalla, en estrados políticos y, reiteradamente, con la punzante fuerza de la pluma, que muchas veces era tan efectiva y destructiva como la mejor carga de un Cuerpo de caballería correntina.

En esta oportunidad, el lector curioso tiene entre sus manos una obra que muestra las pasiones políticas y el compromiso que actuaban por ese entonces en la provincia de Corrientes, donde el historiador cuenta con una fuente importante de estudio, de la cual se podrán extraer interesantes apreciaciones e interpretaciones.

Desde todo punto de vista, el valor histórico de esta obra justifica su reedición después de tantos años de ser conocida la primera vez.

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BIOGRAFIA III

Nicanor Cáceres nació en Curuzú Cuatiá, el 11 de Enero de 1809. Se incorporó como sargento de caballería al Ejército correntino en 1835, participando años después en la batalla de Pago Largo; formó parte del Ejército de Juan Lavalle, en 1840 y, con el grado de Teniente Coronel combatió en Caá Guazú(6).

(6) Citado por Dardo Ramírez Braschi. “Evaristo López. Un Gobernador Federal (Corrientes en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza)” (1997), Capítulo III. Ed. Amerindia Ediciones, Corrientes.

En 1843, ya Capitán, estuvo en el decisivo enfrentamiento de Arroyo Grande (Entre Ríos). Cobijado en los montes, organizó una partida, con la cual se apoderó de Curuzú Cuatiá, lo que facilitó la invasión de Joaquín Madariaga desde Brasil.

Participó con Juan Antonio Madariaga en la invasión a Entre Ríos, cuya función principal fue evitar la deserción de la tropa, lanceando a quien trataba de regresar a Corrientes.

Más tarde fue parte del Ejército que organizó -nuevamente- en Corrientes, el general José María Paz; en Septiembre de 1847, conjuntamente con sus tropas, se pasa a las filas del general Justo José de Urquiza, quien tendría fundamental importancia, ya que consolidó la causa federal con el triunfo en la batalla de los Potreros de Vences, el 27 de Noviembre de aquél año.

Combatió en Caseros (1852) y, a su regreso a Corrientes, colaboró con el derrocamiento del Gobierno de Juan Benjamín Virasoro y apoyó los inicios del Gobierno de Juan Gregorio Pujol. Participó en 1861 en la insurrección contra José María Rolón.

Durante la Guerra de la Triple Alianza fue nombrado Comandante en Jefe de la caballería y, después, Jefe de la Vanguardia; terminó sus días en Salto (Uruguay), falleciendo en el año 1870.

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