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El Congreso Provincial consolida las Instituciones de Corrientes

El 19 de Marzo de 1824, el Congreso Provincial de Corrientes se declara instalado, eligiendo como presidente a Juan V. Fernández Blanco y, como secretario, a Baltasar Acosta.

Puesto en la tarea fue rápido en sus decisiones: el 30 de Marzo declaró la necesidad y conveniencia de que Corrientes concurriese con sus representantes al Congreso General a que invitaban las demás provincias; el 1 de Abril designa diputados a ese efecto al doctor Juan Francisco Acosta y a Pedro Alcántara Díaz Colodrero; el 3 de Abril nombra al ministro de Gobierno, José Simón García de Cossio(1) para que forme las Instrucciones que habrían de llevar estos diputados; y el día 5 de Abril considera el Tratado de Paz con España.

(1) Publicado en la obra de Hernán Félix Gómez. “Instituciones de la provincia de Corrientes”. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Para esa fecha, Corrientes y el Paraguay eran las únicas provincias que aún no habían aceptado la Convención labrada entre el Gobierno de Buenos Aires y los enviados de España, del 4 de Julio de 1823, Convención que el Congreso correntino aprobó como preliminar, conviniendo en el envío de un plenipotenciario que ajustase el Tratado definitivo sobre la base del reconocimiento de la independencia.

A raíz de esta ley, del 5 de Abril de 1824, el comisionado doctor Juan García de Cossio avisaba a su Gobierno(2). Corrientes accedía a todas las gestiones que le fueran encomendadas, habiendo nombrado sus diputados(3).

(2) Oficio del 9 de Abril de 1824.
(3) El movimiento de los dragones por la remoción de su comandante Agustín Díaz Colodrero, hermano del diputado nacional electo Pedro A. Díaz Colodrero, y el rumor de que se pretendía derrocar al gobernador Fernández Blanco, llevó al Congreso a suspender, el 29 de Abril, los poderes de dicho diputado nacional mientras se hiciera luz en los sucesos armados.
Corrientes, para pagar sus adeudos con la Administración de Buenos Aires, otro de los puntos de la Misión Cossio, envió madera. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Concluida su misión en Corrientes, García de Cossio avisa, con fecha 31 de Mayo, estar listo para trasladarse a Santa Fe, como lo hace, en los primeros días de Junio. El 14 ya escribe a su Gobierno desde Paraná y puede al fin comunicar a Buenos Aires que sus gestiones evitaban la guerra que Santa Fe y Entre Ríos habían resuelto llevar al Brasil.

El 11 de Octubre de ese año de 1824 está en Buenos Aires, donde el P. E. aprueba su gestión en forma honrosa.

Nuevos problemas se abren a las provincias en 1824, en cuyas postrimerías recién se consigue reunir el Congreso Nacional. Pero desde ese momento la acción sobre el pueblo hermano, dominado por el Brasil, no iría a ser el acto parcial de una o dos provincias llamadas a un sacrificio inútil y a un horizonte de represalia fácil de imaginar.

Iría a ser una acción conjunta, en nombre de la nacionalidad, con un mayor aporte de eficiencia ofensiva y, a pesar de ello y de los laureles obtenidos, abierta la epopeya, el esfuerzo fue insuficiente. Ituzaingó sólo dá pie a una paz honrosa, confirmando los puntos de vista de la política correntina en el bienio 1822-1823.

Si las decisiones del Congreso de Corrientes -de que hemos hecho mérito- resolvían las cuestiones de orden general para la nacionalidad, ellas no lograron pacificar a la opinión interna dividida por el debate de las mismas, como por la rivalidad de elementos militares utilizados sin distinción de opiniones en reprimir los avances de los indígenas del Chaco. Cuando a fines de 1823 las invasiones tomaron el aspecto de una acción general, el coronel Agustín Díaz Colodrero, jefe de las fuerzas, avanzó desde su acantonamiento de Goya a la región de San Roque, en que se producía la irrupción.

Una columna de vanguardia a las órdenes del capitán Aquino y teniente Fernández se dispersa sin cumplir su cometido, obligando al coronel Díaz Colodrero a avanzar con rapidez; castigando al capitán Aquino, lo envió arrestado a la capital, mientras batía y perseguía a los invasores.

Al volver a sus cuarteles, la segunda compañía del regimiento de dragones se amotina en la noche del 19-20 de Diciembre de 1823 en el Rincón de Ambrosio, pretextando volver a la ciudad en busca del capitán Aquino.

Díaz Colodrero, secundado(4) por los tenientes Manuel de Jesús Noguera y Juan de la Cruz Masdeu, habló paternalmente a los oficiales y clases que encabezaban el motín, las que prometen obediencia y lo siguen hasta el Campamento General en Macedonio.

(4) Su Parte al P, E. da el 26 de Diciembre de 1823. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Pero la anarquía estaba en pie; el 2 de Enero de 1824, en Junta General de Oficiales, el regimiento de dragones resuelve negar obediencia al coronel Díaz Colodrero, y dirigirse a la capital en busca del capitán Aquino; así lo hacen, abriendo la marcha -después de armar a los presos- dirigidos por el teniente Alegre y los Comandantes Militares de San Roque, Esquina, Empedrado y Saladas.

El teniente J. de la C. Masdeu, que con diez hombres había quedado en el campamento, puso al día siguiente los sucesos en conocimiento del Comandante General Díaz Colodrero al que le decía estaba pronto a secundar. Díaz Colodrero ya había llegado a sus cuarteles de Goya, desde donde hizo avanzar al comandante López con su gente, mientras los comandantes Ledesma, de Curuzú Cuatiá, y Romero, este último con 200 hombres, hacían lo mismo.

En vez de permitir que la anarquía se sofocara con mano enérgica, el gobernador Fernández Blanco tranzó con los amotinados que habían detenido su marcha en Saladas y dio contraorden a todas las disposiciones del coronel Díaz Colodrero, intimándolo permaneciera en Goya.

El 10 de Marzo, queriendo resolver la situación de fuerza creada, se dirigió al mismo significándole renunciara la Comandancia General de Armas de la provincia, si no quería ser separado por aeto público. El coronel Díaz Colodrero no accedió, dirigiéndose al Congreso Provincial en demanda de justicia y acompañando copia de toda la documentación, mientras el P. E. le quitaba el mando militar(5).

(5) El Congreso Provincial acababa de instalarse declarando, en resolución del 23 de Marzo de 1824, la conveniencia de reunir el Congreso General de la Nación y normalizar la vida del Estado. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Valiente y hábil en la técnica militar de la época, el coronel Díaz Colodrero se había hecho respetar y querer por las unidades veteranas de dragones, que la provincia tenía acantonadas en Goya y Curuzú Cuatiá y las que resistieron al decreto de destitución del gobernador Fernández Blanco.

Encabezadas por el sargento mayor Manuel Antonio Ledesma, en Curuzú Cuatiá, y por los oficiales Alegre, Amarilla, Fernández y Vallejos, producen el movimiento sedicioso del 19 de Abril de ese año (1824) marchando sobre la capital. El Congreso, que no había resuelto nada en la presentación del coronel Díaz Colodrero, tanto más cuanto había entrado en receso el día 9 de ese mes, después de nombrar diputados al proyectado Congreso Nacional(6), se reunió extraordinariamente el mismo día de producido el movimiento a pedido del P. E. justamente alarmado.

(6) Nombró el 1 de Abril, diputados nacionales al doctor Juan Francisco Acosta y a Pedro Alcántara Díaz Colodrero. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Dispuso con fecha 20 el acuartelamiento de cien voluntarios de la Legión Cívica y el de otro centenar en las Comandancias de campaña, mientras acreditaba ante los dragones amotinados una comisión de dos de sus miembros, el secretario del Cuerpo, Juan Baltasar Acosta, y R. Padre Conrado López.

El día 29, suponiendo que en el movimiento estaba complicado Pedro A. Díaz Colodrero, electo diputado nacional a la Asamblea de las Provincias Unidas, dispone que su diploma se reservara.

Los comisionados Acosta y Conrado López pactaron con los amotinados el cese de la marcha sobre la capital con excepción de un oficial y cincuenta dragones, que debían ser escuchados en el seno del Congreso. A estos efectos se designó al teniente Manuel de Jesús Noguera.

Ya en la capital, el teniente Noguera es recibido por el Congreso, solicitando la reintegración del coronel Díaz Colodrero en el cargo de Comandante General de Armas de la provincia, petición que no contó con el apoyo de su escolta.

Trabajada con habilidad(7), los dragones reconocieron el error de las razones que impulsaron a los oficiales de su Cuerpo a elevar al P. E. la solicitud de reposición del coronel Díaz Colodrero, circunstancia seguida de la marcha a Goya del diputado comisionado Acosta, a levantar un sumario de las causas y demás antecedentes del movimiento.

(7) Con fecha 8 de Junio el Congreso resolvió se abonase un sueldo mensual de tres pesos fuertes a los milicianos convocados, lo que anticipaba un mayor obsequio a los veteranos. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Vuelto a la capital con las actuaciones, el Congreso resolvió pasarlas al Ilustre Cabildo para que, con dictamen de un fiscal que debía designar, diera sentencia en el término de ocho días.

Producida ésta en juicio público el 31 de Mayo, fue considerada por el Congreso el 4 de Junio, reformándola en el sentido de limitar a $ 500 la multa y a un año el destierro fijado para el comandante Ledesma; de que el comerciante Manuel Díaz fuese expulsado del territorio de la provincia en el término de un mes; y de que todos los oficiales, sargentos y cabos que firmaron la representación que se dirigió al Gobierno el 19 de Abril, comparecieran ante el Congreso para ser apercibidos seriamente(8).

(8) A todas estas sesiones no concurrió el diputado por San Roque Pedro A. Díaz Colodrero quien, con fecha 18 de Mayo, había obtenido permiso para retirarse a atender sus intereses rurales.
Cabe advertir también, que el día 10 de Junio, el Congreso resolvió enviar al comandante Ledesma a Buenos Aires para que este Gobierno lo confinara a la Patagonia por el tiempo del destierro, medida que, para no caldear los ánimos, dejó sin efecto dos días después. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Para calmar los ánimos y afirmar el orden en el Interior, el P. E. salió a campaña el 22 de Octubre(9), dejando la plaza -en lo militar- a las órdenes del Sargento Mayor y, el Gobierno político en manos del Alcalde Mayor.

(9) Integraban el Cabildo, subrogante del P. E., Francisco Javier Lagraña, J. Manuel Vedoya, José Baltasar López y Diego Rodríguez Méndez. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

El 25 comunicaba el término de la insurrección de los dragones de Curuzú Cuatiá y Goya, y el Congreso, al felicitarlo, extendía sus plácemes a los Cívicos de la capital, las milicias de San Roque y a las fuerzas acantonadas en Bella Vista.

El movimiento de los dragones no fue un suceso aislado, hijo de la ambición o del personalismo, ni concluyó por la acción unilateral del gobernador Fernández Blanco y de los hombres que, al secundarlo, entendían salvar el principio de orden y el régimen de las instituciones(10).

(10) Tal es así, que el Congreso, el 15 de Diciembre, rechazó el diploma de diputado de Bernardo Igarzábal por ser pariente del gobernador. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

Su resolución se debió al patriotismo de los hombres que concurrían al proceso político, que facilitaron los procedimientos y prescindieron de todo amor propio, en forma tal que el diputado por San Roque, Pedro A. Díaz Colodrero, resultaba en Diciembre nuevamente electo para el Congreso General que había de nombrar al segundo gobernador constitucional de la provincia.

El genio democrático repudiaba el personalismo en el Gobierno; si la capital era rica en hombres y recursos, los vecindarios rurales no lo eran menos, dada la actividad industrial exclusivamente ganadera, tanto más aquellos que, como Goya, tenían puerto y se bastaban a sí mismos.

Con estos ideales, convencido de que debía ajustarse la Constitución de la provincia a las nuevas necesidades generales, consultándose la personalidad de los Departamentos que no veían con buenos ojos que las clases cultas de la capital absorbieran la función pública, el Congreso inició, el 21 de Agosto de 1824, la tarea de reformarla.

El 15 de Septiembre el Congreso dio por terminada la nueva Constitución de Corrientes, la que es dada a publicidad el 22 del mismo mes. Su característica fue crear, con el nombre de Congreso o Sala Permanente, una comisión legislativa de cinco diputados, designados por el Congreso General, el que actuaría en los períodos de receso de este último, cuerpo que sustituía al Cabildo de la capital en las funciones de control del P. E. que le asignara la Constitución de 1821.

Como esta Comisión Permanente se nombraba de entre los miembros del Congreso General, al que concurría toda la provincia, podía integrarse con ciudadanos de los Departamentos que en esta forma rompían el monopolio que de las funciones públicas hacían los hombres de la capital.

La otra novedad en la reforma fue disolver el Cabildo, encargado por la Constitución de 1821 de la Administración de Justicia y subrogancia del P. E., creando en su reemplazo Alcaldes de primera y segunda instancia para la decisión de los casos judiciales.

Las dos reformas acercaban los resortes del Gobierno al pueblo de los Departamentos, cuyos representantes podrían actuar en la Sala Permanente y cuyos vecindarios quedaban en condiciones de llegar a poseer Jueces Superiores a favor de una oportuna descentralización judiciaria, a lo que que se llegó en 1825.

Bajo la vigencia de esta nueva Constitución se realizaron, desde el mes de Noviembre (1824) las elecciones para el Congreso Provincial que debía actuar por un trienio, el que fue integrado por los siguientes ciudadanos:

* Francisco Javier Rolón e Isidoro García de Cossio, electos el 27 de Noviembre, por la Capital, sustituyendo al último Angel Mariano Vedoya, designado el 4 de Diciembre;
* Pedro Juan Ferré, por Empedrado, el 26 de Noviembre;
* J. J. Goitia, por Curuzú Cuatiá;
* J. Francisco Cabral, por Ensenadas;
* Pedro Díaz Colodrero, por San Roque;
* José Vicente de Cossio, por San Luís;
* presbítero J. Luís Cabral, por Saladas;
* Francisco López, por Goya, todos electos en la misma fecha;

* Domingo Méndez, por Itatí y
* Juan Nepomuceno de Goytía, por Esquina, el 25 de Noviembre;
* Francisco Javier Lagraña, por Yaguareté Corá y, por su renuncia, el 7 de Diciembre, José Antonio Ocampos;
* por renuncia de Ferré, de Empedrado, el 10 de Abril de 1825, M. Serapio Mantilla;
* por renuncia de López, de Goya, el 11 de Diciembre, Bernardo Igarzábal y, por la de éste, Gregorio S. de Cavia;
* Francisco Meabe, por General Paz, el 9 de Diciembre y,
* por renuncia de Méndez, de Itatí, Felipe Corrales, el 4 de Diciembre.

Reunido el 17 de Diciembre, con la presidencia de J. Vicente de Cossio, designado tal por el Congreso Permanente a quien correspondía el nombramiento; la vicepresidencia del doctor J. Francisco Cabral; y la secretaría de J. Nepomuceno de Goytía(11), entra a deliberar sobre el ciudadano que debía presidir los destinos de Corrientes en el trienio 25 de Diciembre de 1824 a 1827.

(11) Luego modifica sus autoridades con la presidencia del doctor J. Francisco Cabral y secretaría de Angel Mariano Vedoya. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Corrientes en la Guerra con el Brasil” (1928). Imprenta del Estado, Corrientes.

El día 24 de Diciembre nombra gobernador a Pedro Juan Ferré, condecorándolo con el grado de Coronel de Ejército, nombrando Juez de Residencia del gobernador cesante, Fernández Blanco -de acuerdo a la Constitución- a Sebastián de Almirón.

El día 27, Ferré entró en posesión del P. E., proponiendo de inmediato los magistrados que debían acompañarlo en su gestión el día 30, cuyas listas fueron aprobadas por el Congreso General(12).

(12) Acompañaron a Pedro Juan Ferré:
* Tomas S. de Cavia como Alcalde Mayor;
* J. J. N. de la Fuente y José Ignacio Benítez como Alcaldes de primera instancia;
* J. Ignacio Acosta como Alcalde de la Santa Hermandad, al otro lado del río Santa Lucía, y Juan Andrés Sánchez, en igual cargo y en esta banda.
En los Departamentos se nombraron como Comandantes Militares y Jueces Comisionados, respectivamente, a
* J. Antonio Güerí y Pedro José Acosta, en Itatí;
* M. Antonio Vallejos y J. Bautista Portel, en General Paz;
* J. Manuel Sánchez y José Ignacio Avendaño, en Empedrado;
* J. Martín Romero y Lorenzo Rolón, en Curuzú Cuatiá;
* M. Antonio Corrales y Felipe Corrales, en Ensenadas;
* Claudio Fernández y M. José Fernández, en Yaguareté Corá;
* Manuel José Benítez y Pedro N. Moreno, en Saladas;
* Pedro Ignacio Salinas y Pedro Soto, en Goya;
* José López y Ambrosio Quiroz, en Esquina;
* José Antonio Romero y Juan Gregorio Fernández, en San Roque y, luego,
* Lorenzo Lezcano y José Pascual Barberán en Empedrado.

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