En busca de la neutralidad. Intento de cercanía con Buenos Aires
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- La guerra de recursos en la Banda Oriental
Mientras Corrientes cuida sus fronteras y reorganizaba el ejército que establece su Cuartel General en Curuzú Cuatiá(1), el general José Artigas iniciaba en la Banda Oriental la guerra de recursos, la misma que aconsejara al Cabildo-gobernador de la provincia antes de devolverle la división del Sargento Mayor Juan Bautista Méndez.
(1) Agosto de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Con el apoyo de algunos batallones(2) se echó sobre la campaña oriental cuya población le respondió en absoluto; como al conjuro de una orden matemáticamente cumplida, la población se reunió en partidas y fue tan fecunda la acción de la misma que el general Carlos Federico Lecor resultó positivamente asediado en Montevideo, no sólo sin provisiones sino también sin caballos para llevar a la zona rural su tropa veterana.
(2) Vicente Fidel López. “Historia de la República Argentina (su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852)” (1883-1893), tomo VII, p. 101. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El resultado inmediato fue obligar a los portugueses a emprender una nueva y laboriosa invasión para restablecer las comunicaciones y dominar la campaña, operación que se efectúa en tres sentidos: desde Montevideo, por medio de una escuadrilla que remonta el Uruguay; y desde la frontera con dos cuerpos de ejército, a las órdenes del general Abreu y del general Curado, marqués de Alegrete.
La pequeña escuadrilla, a la que el general Lecor encargaba la dominación del Uruguay, dio entre Gualeguaychú y el Arroyo de la China con una batería de los pueblos orientales que llegó a ponerla en serios aprietos, pero cuyos cañones atrajeron las fuerzas del general Curado.
El ataque no se hizo esperar, pasando los portugueses a territorio de Entre Ríos donde coparon los cañones y saquearon el Arroyo de la China.
- La opinión pública en Buenos Aires
El ataque a la costa entrerriana causó en Buenos Aires una ruidosa irritación. Desde principios de 1817, “La Gazeta” de Buenos Aires venía aludiendo a la campaña portuguesa, protestando(3) que
* no estaban claros los propósitos de mantener el orden y combatir la anarquía que se habían argüido como razón de su conducta por el ejército invasor;
* comentando la Nota con que el general Lecor rechazó la intimación del Director de que suspendiese su avance; y en que
* enunciara que las Provincias Unidas no tenían nada que ver con la ocupación de la Banda Oriental, cuya independencia se produjo y reconoció por Buenos Aires.
(3) “La Gazeta...”, número del 5 de Febrero de 1817. Este mismo número consigna el arribo al Plata de Amado Bonpland, “sujeto conocido -dice- en la república de las letras”. Refiere con este motivo al Nro. 39 de “La Crónica Americana”. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Sostenía “La Gazeta...” que esas divisiones de las Provincias Unidas eran precarias y que ningún tercero tenía “el derecho de invocarlas; “para ello -agregaba(4)- se debió reconocer a las Provincias Unidas como Estado independiente, cosa que aún no hiciera el Portugal”.
(4) Número del 18 de Febrero de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
La glosa del editor de “La Gazeta...” buscaba levantar la teoría de la unidad indivisible de la nacionalidad que afirmara luego(5) para sostener que el invasor violaba el Armisticio de 1812.
(5) Número del 22 de Febrero de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El mismo Director llevó a la documentación pública un pensamiento más ejecutivo sobre la invasión portuguesa; llegó a hablarse de guerra, de recurrir a las armas como argumento definitivo; es que el pueblo de Buenos Aires, como todo el país, vivía horas felices.
El Ejército de los Andes, laboriosamente gestado en Mendoza, había después de cruzar la difícil cordillera, vencido en Chacabuco y la noticia, que robustecía el nacionalismo, despertaba la confianza de los pueblos.
El general Artigas no escapó a este sentimiento colectivo:
“Acabo de saber oficialmente -decía al Cabildo de Corrientes(6)- el triunfo que han conseguido en Chile las armas de la Patria contra el poder de los tiranos”.
Y agregaba:
“Me es muy satisfactorio anunciar a V. S. este suceso para que sea celebrado en esa provincia, como se ha verificado en las demás”.
(6) Oficio del 5 de Marzo de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Breves días después, Artigas comunicaba otro triunfo, pero en la Banda Oriental, de Frutos Rivero, sobre una división de caballería portuguesa(7).
(7) Oficio del 29 de Marzo al Cabildo. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Nada más propicia que esta coincidencia entre la voz del pueblo de Buenos Aires y los intereses de la Confederación Oriental para tentar se reanudasen las relaciones de paz en una fórmula de recíproca garantía.
- Reapertura de los puertos con Buenos Aires
En este sentido, el general Artigas hizo oídos de mercader a la denuncia que le llevara el Cabildo correntino sobre que el gobernador Juan Bautista Méndez permitía la extracción de cueros para Buenos Aires(8), medida que encontró oportuna y amplió el 29 de Mayo de 1817 en el sentido de que se reabriesen todas las operaciones comerciales con dicho Puerto y sobre la base del fiel cumplimiento del Reglamento Aduanero de 1816(9).
(8) Libro Copiador de Gobierno y Oficio de José Artigas del 27 de Mayo de 1817.
(9) Oficio de esta fecha. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
- Esperanzas de unión
A fines de Junio(10) caracterizaba su política de conciliación, recordando que no solamente había abierto los puertos sino también puesto en libertad a los oficiales porteños que conservaba prisioneros en su campamento:
“Ansío de dar el mejor impulso a los negocios -agregaba- he pedido y espero una diputación del gobernador de Buenos Aires relativa a la transacción de nuestras diferencias; su resultado lo pondré en conocimiento de los pueblos o para su ratificación o para que reunidos por medio de sus representantes en un Congreso resuelvan 1o conveniente para su felicidad”.
(10) Oficio del 25 de Junio de 1817 al Cabildo de Corrientes. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
En la convicción de estar en vísperas de la unión de las provincias del Plata, el Cabildo de Corrientes puso toda su buena voluntad al servicio del interés público. Disciplinó el uso de los dineros del Estado(11); atendió al culto distribuyendo sacerdotes en los pueblos y hasta al Campamento(12) de Purificación; cuidó de las postas y de los correos, asignando mejor las estafetas(13) en los vecindarios; impidió la navegación clandestina del Paraná(14); etc.
(11) Oficio de Artigas, congratulándose, del 6 de Noviembre de 1817.
(12) Oficio de Artigas del 30 de Junio de 1817.
(13) El 10 de Febrero de 1817 suprimió la de Santa Lucía, que llevó al Puerto de Goya, nombrando encargado a Jacinto Rolón.
(14) Disposiciones, desde Marzo de 1817 en adelante. En Abril 17 algunos barcos toman puerto en Itatí y son vigilados. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El general Artigas enunció expresamente su gratitud al Cabildo por sus trabajos en favor de la causa(15).
(15) Oficio del 17 de Julio de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
- Los portugueses en Misiones
En medio de tan gratas perspectivas sólo entrañaba un horizonte oscuro el malón portugués a los pueblos de Misiones. Paralizada un tanto la acción inicial, fue continuada con intensidad en el segundo semestre de 1817, de acuerdo a las órdenes que el marqués de Alegrete había impartido al Jefe encargado de las operaciones, el general Chagas:
“Nada debe quedar en pie” -decía el bárbaro marqués- ni templos, ni habitaciones, ni capillas, ni estancias, ni nada; en fin, de lo que pueda servir un día para núcleo de una población”, y Chagas, no menos sanguinario, cumplió al pie de la letra las Instrucciones:
“He destruido y saqueado -escribía al superior(16) jerárquico- los siete pueblos de la margen occidental del Uruguay; saqueado solamente los pueblos de Apóstoles, San José y San Carlos, dejando hostilizada y arrasada toda la campaña adyacente de los mismos pueblos por espacio de cincuenta leguas, además de que nuestra partida al mando de Carvalho caminó más de ochenta leguas para perseguir y derrotar a los insurgentes.
“Se saquearon y se trajeron -de este lado del río- 500 arrobas de plata, muchos y ricos ornamentos, 3.000 caballos, igual número de yeguas y 1.130 pesos o reís plata...”.
(16) Parte del 13 de Febrero de 1818. En el libro de Mardoqueo Molina. “El Territorio Nacional de Misiones”, p. 69. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
En otro Oficio estimaba en 3.190 los muertos de esta invasión.
- El peligro de la Ciudad de Corrientes
Basta la lectura de estas líneas para comprender el terror que las noticias de lo que pasaba en Misiones produciría en la provincia de Corrientes y el fervor que sus hombres pondrían en la preparación del ejército.
A principios de Julio de 1817 el gobernador Méndez enviaba al Cabildo -desde su campamento- un Oficio reservadísimo(17). Avisaba, conforme a noticias transmitidas por el capitán Aranda y por el Comandante General de Misiones, Andrés Artigas, que los portugueses intentaban avanzar por tres puntos a la vez y, fundándose en ello, dando por descontada la derrota, “eludiendo responsabilidades”, advertía la conveniencia de alistar un barco por cuenta del Estado para salvar los intereses del Fisco “y los efectos de las iglesias que es a lo que se dirige el enemigo...”.
(17) Del 12 de Julio de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Debemos entender la advertencia del gobernador Méndez como un exceso de precaución, que de inmediato se hizo innecesaria en cuanto la provincia recibió en los primeros días de Agosto de 1817 el numeroso armamento adquirido en Paraná por el comisionado comandante Rajoy.
- Retiro de los portugueses de Misiones
Y en efecto: no obstante el avance hasta el río Paraná y la derrota que los portugueses ocasionaron al capitán Aranda -que custodiaba la frontera por la Tranquera de Loreto, cuyas fuerzas sitiaron y destruyeron- el invasor tocó retirada, repasando el Uruguay con magnífico botín.
- Corrientes militarizada. La amenaza paraguaya
Mientras esto pasaba en las misiones situadas entre los referidos ríos, el Dictador del Paraguay, doctor Gaspar Rodríguez de Francia, que se había apoderado de los pueblos misioneros de la margen occidental del Paraná, tomó sus medidas. Pensando no debía resistir a un invasor estimulado por el saqueo y la demasía, se le adelantó, haciendo evacuar y quemar todos esos pueblos, transportando hacia el Paraguay -con los habitantes- los objetos preciosos, el ganado, etc.
Los misionenses, como bajo la acción de una lluvia de fuego, huyeron a los bosques, dejando que sus familias fuesen transportadas al otro lado del río por los invasores, tomando venganza, como aberración incalificable, de los paisanos correntinos que poblaban la zona misionera del Paraná.
Un testigo presencial portugués ha descripto esos actos monstruosos en los siguientes términos:
“Se vio a un teniente del regimiento guaraní, Luis Mairá, estrangular a más de una criatura y jactarse de ello; se vio la inmoralidad, el sacrilegio, el robo, el estupro, en pleno auge”(18).
(18) Mardoqueo Molina. “El Territorio Nacional de Misiones”, p. 70. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
- Misión de García de Cossio y Bulnes al Paraguay
La retirada de los portugueses que permitió el acantonamiento de Méndez en Curuzú Cuatiá y el avance de Andrés Artigas hacia Santo Tomé, no fue óbice para que el general Artigas prosiguiese una gestión diplomática que tenía planeada desde mediados de Julio de este año de 1817.
Tratábase de convenir con la República del Paraguay un Tratado de Alianza defensiva que garantizase a ésta, como a la Confederación Oriental del Paraná, de los ataques de “cualquier nación extranjera”.
Con este motivo, designaba diputados para abrir y concluir las negociaciones al doctor José Simón García de Cossio -que se encontraba en Corrientes- y a quien escribió ampliamente sobre el asunto, y al capitán Juan Pablo Bulnes, uno de sus jefes de confianza.
El 31 de Julio de 1817 Artigas comunicaba estos propósitos y designaciones al Cabildo de Corrientes:
“Si contra toda esperanza -le decía- los resultados (del negociado) no corresponden a la expresión de mi voluntad, yo al menos podré gloriarme de haber tocado todos los resortes que pudieran haber impulsado la común felicidad”.
Junto con este Oficio enviaba copia de las comunicaciones que los diputados debían llevar al Paraguay: la una, dirigida al Dictador; la otra, al Cabildo de Asunción. En ellas se hacían protestas de sincero patriotismo y del común interés en olvidar desavenencias:
“Sólo por una fatalidad de la suerte -le decía al Cabildo- pueden estar separados nuestros afanes por la común felicidad; eslabonados íntimamente por las relaciones de opinión, interés y amistad, nada parece tan justo como unir nuestros esfuerzos por mantener tan noble empeño”.
En los primeros días de Agosto de 1817 llegaba a Corrientes, con el resto de las Instrucciones, el diputado capitán Bulnes; debía recoger en ella los elementos necesarios para el transporte y seguridad, como fondos abundantes que Artigas prometía devolver. Todo dispuesto, los diputados se dieron a la vela el 17 de Agosto de 1817(19).
(19) El Cabildo les proveyó de $ 300 para gastos de víveres, y de $ 3.000 para los de la misión política. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El resultado de la misión era esperada ansiosamente por Artigas(20). Facilitándola, buscaba congraciarse en toda forma con el Dictador Rodríguez de Francia, y así lo puso de relieve en curiosa incidencia: un obispo, Rodrigo Orellana, que se dirigiera al Paraguay, no obtuvo del Dictador permiso para entrar a ese territorio, por lo que desembarcó en Corrientes; dispuesto a residir algún tiempo en esta ciudad, solicitó el permiso correspondiente.
(20) Su Oficio del 27 de Agosto de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El Cabildo consulta con Artigas y éste se niega(21), no sólo por creerlo perjudicial “sino porque aún cuando no lo fuera la sola repulsa que acaba de hacer Francia basta para que debamos conformar a esta resolución la de nuestros intereses...”.
(21) Oficio del 4 de Agosto de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
La misión al Paraguay fracasó. José Gaspar Rodríguez de Francia, que podía tener interés en la cooperación de los pueblos confederados en el caso de una invasión portuguesa, no tenía ninguno en apartarse de su neutralidad en las luchas de Buenos Aires y las provincias del Litoral.
Tampoco le convenía actuar como beligerante en la Banda Oriental, resultado inevitable de una Liga defensiva, ni menos abrir por este hecho sus fronteras del Norte y del Este a los desmanes de invasiones portuguesas.
Había también otras razones: él ocupaba las Misiones Occidentales del Paraguay sin derecho alguno; la jurisdicción correntina -según viejo pleito de fronteras- se extendía hasta el río Tebicuary. ¿Qué iría a ganar abriendo campo a reivindicaciones de “aliados”? Nada; sólo conseguiría atarse las manos en medio de una política netamente imperialista, que lo atraía al actual territorio de la Provincia de Misiones.
Y fue así como, casi simultáneamente al retiro de los diputados, las fuerzas paraguayas volvieron a ocupar los pueblos misioneros del occidente del Paraná y, atravesando este río, se fortificaron en Candelaria en cuanto las partidas lusitanas abandonaron el territorio de la hoy Misiones argentina.
La decepción que el fracaso del negociado abierto llevó al espíritu del general José Artigas era explicable. No obstante los poderosos elementos de guerra con que aún contaba, que la permitían sitiar al general Lecor en Montevideo, comprendía la necesidad de que los otros pueblos del Plata cooperasen para un breve y menos doloroso esfuerzo, y esta esperanza -fracasada en lo que respecta al Paraguay- también se esfumaba en cuanto a Buenos Aires.
- Guerra entre los pueblos orientales y Buenos Aires
El Director Juan Martín de Pueyrredón(22) jamás claudicó de la política dictatorial y absorbente que los hombres de Buenos Aires le entregaran como herencia y que luce en toda la historia argentina; por el contrario, y en lo que hace al Litoral, la puntualiza en todo momento, aprovechando de la menor incidencia coincidente con los propósitos de la hegemonía porteña.
(22) Omitimos referir al Acuerdo secreto que, según algunos historiadores, existía entre los hombres de Buenos Aires y el invasor de la Banda Oriental, que importaría un acto incalificable. No es, por lo demás, necesario, porque en todo caso traduciría un mismo aspecto de la política dictatorial que comentamos. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Pronto se le presenta una nueva ocasión; elegido para Jefe o Comandante de Entre Ríos José Ignacio Vera -hermano del gobernador de Santa Fe- con el desplazamiento de Eusebio Hereñú, éste se resiste y protesta de la elección, actitud que no apoyó Artigas.
Hubo de conformarse pero, junto con los caudillos Evaristo Carriego, Gervasio Correa, de Gualeguay, y Gregorio Samaniego, de Gualeguaychú, que admitían su dirección, abrieron con Buenos Aires un negociado.
El Director Pueyrredón fomentó las rivalidades entre estos caudillos y el general Artigas -a cuyo lado se encontraba el después general Francisco Ramírez, hombre prestigioso a cargo del Arroyo de la China- y planeó la ocupación de la provincia de Entre Ríos(23).
(23) Dice el historiador doctor Vicente Fidel López que el Director Pueyrredón debió ocupar Entre Ríos “para evitar que los portugueses tuvieran necesidad de entrar allí a pretexto de perseguir y desarmar las partidas de Artigas”. “Historia de la República Argentina (su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852)” (1883-1893), tomo 7, p. 106. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El 13 de Diciembre de 1817 salían de Buenos Aires los transportes conduciendo un cuerpo de ejército de 600 plazas a las órdenes del coronel Luciano Montes de Oca que, en combinación con Hereñú, Correa y Samaniego debían atacar el Arroyo de la China.
El 19 de Diciembre llegó a Los Toldos, cerca de la Barra del Gualeguay, donde encontró a Carriego y Samaniego con 200 hombres y familias de Gualeguay y Gualeguaychú sitiados por Ramírez, que se retira pero que, volviendo sobre sus pasos con refuerzos que le lleva el comandante Gorgorio Aguiar, triunfa en Arroyo Ceballos(24) y se apodera de la artillería, dispersando a la caballería.
(24) Oficio de José Artigas al Cabildo de Corrientes del 9 de Enero de 1818. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Montes de Oca se retira pero su fracaso no cierra la invasión porteña; nuevas fuerzas, a las órdenes del general Marcos Balcarce, congrega en la costa del Paraná a los caudillos pronunciados por Buenos Aires, que el 1 de Febrero de 1818 se apoderan de La Bajada.
El éxito parcial epiloga la batalla de Saucecito, del 25 de Marzo del mismo año, en que Francisco Ramírez triunfa y desaloja a las fuerzas de Buenos Aires con graves pérdidas. Quedó este caudillo dueño de toda esa provincia, situación que había de extremar sus ambiciones y llevarlo a la famosa República Entrerriana de 1820.
El pronunciamiento de Hereñú y Carriego no se hizo sin intentarse una acción conjunta con Corrientes. Obra en el Archivo un interesante comunicado del segundo al gobernador Méndez en que inspirándose en la necesidad de hacer la integridad de la Nación dábale cuenta del movimiento iniciado simultáneamente por tres expediciones, que no pueden ser sino las de Monte de Oca, Balcarce y las que se llevaron contra Santa Fe, desde el Arroyo del Medio y Córdoba. Y decía el oficiante:
“Esperamos que los nobles sentimientos de patriotismo que abriga el generoso corazón de V. E. no ande entorpecer en esta parte tan altos designios que antes bien, convencido de nuestra rectitud y demás intenciones ha de cooperar con nosotros a dar un día de alegría universal la Patria(25).
“Pero no piense -seguía- que aún cuando, que no lo imagino, haya divergencia entre su opinión y la nuestra, se intercepte por nuestra parte la comunicación”.
(25) Oficio del 9 de Febrero 1818. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El caudillo alzado pedía solamente la neutralidad de Corrientes, que se le dejara hacer, garantizando que fuese cuál fuera el pensamiento de ésta no se cortarían las comunicaciones.
El gobernador Méndez(26) contestó el hábil Memorial en que se protestaba del Gobierno “puro militar”(27) del general José Artigas, en una forma indeterminada pero oportuna en sus efectos prácticos ya que Corrientes, amenazada por el Dictador Rodríguez de Francia del Paraguay, velaba sus fronteras y se preparaba para el caso de ataque(28).
(26) El 19 de Febrero de 1818.
(27) Las palabras están usadas en la acepción de “régimen militarista”.
(28) Oficio del Cabildo de Corrientes al general José Artigas sobre que el gobernador reunía fuerzas previniéndose contra los paraguayos. Del 1 de Febrero de 1818. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Dice así el interesante documento:
“Aunque me creo insuficiente para dar impulso a los negocios públicos, en circunstancias tan calamitosas a que nos ha reducido el estado actual de ellas, no desconozco mis deberes y sé que mi principal obligación es tratar de la seguridad y conservación de la provincia (que tengo el honor de mandar), la que me ha puesto en su cabeza para regirla bajo del orden y la Religión Católica, de la cual jamás me separaré, conservando la armonía con todos los buenos ciudadanos.
“Con lo que satisfago a su apreciable comunicación de 9 del corriente. Tengo el honor de saludar a V. S. desde este Campamento General a 19 de Febrero de 1818 - Juan Bautista Méndez”.
Y en efecto; Corrientes se preparaba para la guerra con que el Paraguay la amenazaba. Sus recursos eran absorbidos por el ejército(29) fraccionado en dos grandes grupos: uno, de ciento cincuenta hombres en la frontera del Uruguay; otro, al mando directo del gobernador Méndez, de setecientos cincuenta, en el Campamento General de San Roque.
(29) Protestas del Cabildo que contestó Méndez el 13 de Enero de 1818. Oficios de Artigas sobre uso de fondos públicos y control, del 27 de Enero de 1818. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
La necesidad de regularizar la Renta para que el Fisco no perdiera sus impuestos había llevado -a fines de 1817- a establecer un más riguroso control, en Bando hecho público por el Comandante de Armas de la capital, a nombre de Méndez, el capitán Pedro Sánchez Negrette(30).
(30) Fechado el 16 de Diciembre de 1817. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
El documento es de gran interés:
* prohibía en absoluto la extracción de dinero de ésta a otra provincia “en forma que todo se emplee en frutos de su producción, para de este modo animar a los vecinos a apurar sus labranzas y evitar que la provincia del Paraguay con sus frutos nos saque nuestros fondos, que es darle más fuerza y poder contra la causa común”;
* limitaba las operaciones de entrada de mercadería y salida de frutos al Puerto de la capital buscando cortar el contrabando;
* establecía un “resguardo” que controlase la entrada y salida de los buques con asiento en la Punta de San Sebastián(31), encargado de sellar las “escotillas” de los buques y sólo abrirlas cuando se iniciare la descarga;
(31) Hasta ahora conserva esta ubicación el Resguardo (Hernán Gómez se refiere al año 1929). // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
* ordenaba que el Estado tuviese un sello con ese objeto que se aplicaría sobre los clavos de las escotillas y que debía guardarse en el Cabildo;
* que la carga venida sin manifiesto debía denunciarse para aforarse; y demás artículos de reglamentación de las operaciones de carga y descarga.
No obstante la necesidad de atender la defensa de la provincia, amenazada por el Dictador Rodríguez de Francia, órdenes de Artigas hicieron que el cuerpo de ejército sobre el Uruguay y numerosas unidades del Campamento de San Roque marchasen a Entre Ríos a actuar contra el general Marcos Balcarce, donde intervinieron en la batalla de Saucecito en que éste fue derrotado.
Fueron estas fuerzas, a las órdenes del capitán Carlos Pérez, y fuese por la poca influencia del comando o por el espíritu general que era contrario a toda expedición que debilitaba el poder militar que hacía a la provincia respetable ante la presunta invasión paraguaya, es lo cierto se produjo una notable deserción que molestó al Protector.
- El aislamiento correntino. Su neutralismo indispensable. Hacia un acuerdo con Buenos Aires
Mayor fue su disgusto cuando el Comandante de Armas de la capital, Sánchez Negrette, y el Comandante de Caballería de la división de vanguardia, José Francisco Vedoya, que Méndez hizo avanzar hasta el río Paraná para vigilar y defender las costas, decretaron(32) el indulto general de los desertores con tal que se presentasen con sus armas dentro de los quince días, a retomar el servicio.
(32) Bando del 23 de Enero de 1818. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.
Razón tenía para ello. ¿Qué objeto buscaban los hombres de Corrientes al reorganizar unidades que no habían querido pelear fuera de la provincia y contra las fuerzas de Buenos Aires?
El Protector veía en el suceso algo más que una precaución ante la amenaza paraguaya y que una medida oportuna, ya para librar a la campaña del azote de hombres fuera de la Ley o recoger el armamento de difícil reposición.
Veía que la opinión pública reaccionaba, que los federales pro Buenos Aires -mayoría indiscutida, sobre todo en la capital- ya no aceptaban sin condiciones la influencia de su protectorado y que encontraban irracional esta “Confederación del Paraná” sujeta a una voluntad única y especializada en el régimen militarista.
Muy lejos estaba el Artigas de 1814 y 1815 del Artigas de 1818. El interés público sabiamente consultado en ese entonces con oportunas medidas de gobierno; el equilibrio de las pasiones hallado en el Congreso Provincial de 1816 y en el origen netamente representativo de sus autoridades, todo había ido cediendo a la preocupación exclusiva de la guerra contra el portugués.
Reunir fuerzas, disciplinarlas, armarlas; formar campamentos destruyendo con la concentración prolongada los hábitos de la agricultura, no hubiese sino grave, si la provincia pudiese comerciar, vender lo que producía e importar sus necesidades.
Pero esta actividad esencial, que explica el levantamiento de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, que explica el largo período que cierra Caseros(33) y cauciona la apertura de los ríos navegables a todas las banderas de la tierra, no fue un orden de cosas regular y habitual en este pasado.
(33) Véase el libro del doctor Hernán Félix Gómez: “Vida Pública del Dr. Juan Pujol”.
Cerrar los puertos a Buenos Aires constituyó el procedimiento de represalia de Artigas, pero si no fue gravoso cuando la plaza de Montevideo en poder de sus tenientes garantizaba operaciones directas con el comercio europeo, aminorando el sacrificio, resulta inexplicable cuando ella, con todo el litoral oriental, se dominó por el lusitano.
¿Qué posibilidad restó cuando esa puerta de ultramar se cerró para Corrientes y cuando el mismo río Paraná -bloqueado por Buenos Aires- paralizaba las actividades internas?
No hemos terminado: el aislamiento era más absoluto; el Paraguay, mercado proverbial del rodeo correntino, estaba también cerrado; su Dictador, práctico en su oportunismo, había renunciado a la Alianza propuesta por Artigas y amenazaba con los desbordes de su imperialismo al territorio provincial.
Artigas mismo, impolítico, reclamaba los batallones correntinos para entregarlos a Francisco Ramírez en Saucecito ... y Corrientes, encerrada en el horizonte ensombrecido que sintetizamos, sin esperanzas de conservarse, desarmada y acorralada por unos y por otros, con la amenaza formidable del ejército del Alto Perú que se apresta a volcarse al Litoral, hace lo único que podía hacer: prescindir de la acción y buscar en la hegemonía de su mayoría de federales pro Buenos Aires la fórmula intermedia que explicaría su neutralidad conveniente y rigurosa, desalojando de las funciones del Gobierno a la minoría federal artiguista.