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Méndez es repuesto en el Gobierno de Corrientes

- Establecimiento del nuevo Gobierno

El 26 de Octubre de 1818 resolvió Andrés Artigas poner punto final a su Gobierno, reorganizando las autoridades de la provincia con cuyo suceso, si bien no iría a clausurar el ciclo de los sacrificios por lo menos creaba un factor que atemperaría los desmanes.

Y en efecto, acompañado de su secretario de Guerra, el famoso Mexías Sánchez, concurrió(1) a la Sala del Cabildo y acordó con el resto de regidores que no había emigrado “proceder al relevo de los actuantes” nombrándose las autoridades, todas conforme a las propuestas que formulaba.

(1) Acta Capitular de ese día. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

En lo que hace al Cabildo quedaron fuera de sus cargos los regidores Bartolomé Cabral, Francisco de Paula Pérez, Luis de Cabral, M. Gramajo y Francisco Quevedo, nombrándose Alcalde de primer voto a José de Silva; de segundo voto a Domingo Rodríguez Méndez; Alcalde Provincial a Pedro José Cabral; Regidor Alguacil Mayor a Juan Buenaventura López; Regidor a Bartolomé de Quiroga; Defensor de Menores a Juan José Lagraña; Alférez de la Patria a P. D. Cabral; y Procurador de la Ciudad a Cristóbal Barría.

Como Alcaldes de la Santa Hermandad se nombraron a Manuel Romero y Bartolomé Rodríguez Méndez; como Alcaldes de Barrio -en los cuatro en que se dividía la ciudad- a Manuel Antonio Acosta, Sebastián Hidalgo, Silvestre Machuca y J. Gregorio Alegre; y Mayordomo a J. Luis Zeballos.

También se renovaron todas las autoridades de campaña con una prolijidad sintomática(2).

(2) Las autoridades de campaña fueron: Lomas Arriba, Antonio Payba; Lomas Abajo, La Cruz Ayala; Ensenadita, M. A. Corrales; Ensenada Grande, J. Antonio Rodríguez; Riachuelo Abajo, J. B. González; Riachuelo Arriba, Eugenio Tomás Cabral; Palmar, Hilario Aguirre; Galarzas, José Esquivel; Empedrado Abajo, Bartolomé Monzón; Empedrado Arriba, Valentín Escalante; San Lorenzo, J. A. Silva; Caá Catí, Antonio Tomas López; Zapallos, Eduardo Esquivel; Saladas, Clemente Cañete; Mburucuyá, J. B. Fernández; Isla Alta, Juan J. Zalazar; San Roque, Francisco Javier Cáceres; Batel, J. Baltasar Parras; Yaguareté Corá, J. Gregorio Lezcano; Batel Abajo, Eugenio Giménez; Puerto de Goya, Antonio Escobar; Maruchas, Pedro José Cabral; Esquina, Lorenzo Vega; Paiubre, Ignacio Fernández; Abalos y María, Marcelo Cáceres; Espinillos, Joaquín Gómez; Curuzú Cuatiá, Agustín Insaurralde; y Ombú, Asencio Acuña. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

Pero, si entre éstas y las del núcleo urbano había hombres conocidos como afiliados al núcleo de federales artiguistas -en positiva mayoría- no dejó de nombrarse a otros de pensamiento claramente pro porteño.

Al proceder así, tal vez inducido por el gobernador Juan Bautista Méndez a quien repuso en esta dignidad o, tal vez cumpliendo Instrucciones del general José Artigas -que reconocía la oportunidad de estas transacciones de política práctica- Andresito continuaba la tradición local que siempre repudió las unanimidades en los Cuerpos institucionales colectivos de la provincia(3).

(3) Esta es una característica providencial, que la organización de las Cámaras provinciales durante las guerras contra Juan Manuel de Rosas pusieron de manifiesto y a la que se debe no pocos beneficios. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

- El acantonamiento de Andresito en Goya. Las fuerzas guaraníes en Santa Fe

Concluida esta organización, marchó con gran parte de sus fuerzas para el Puerto de Goya en los primeros días de Noviembre de 1818, cuidando de proteger su retirada con fuertes partidas que permanecieron en la capital a disposición del gobernador Méndez.

Acompañábalo por el río, con toda la flotilla de corsarios armados en guerra, el Comandante de Marina Pedro Campbell, a quien Andresito reinvidica como perteneciente a su ejército por el hecho de haber jurado sus banderas...

El nuevo destino de las fuerzas guaraníes era Santa Fe. A las expediciones de Luciano Montes de Oca y Juan Ramón González Balcarce sobre Entre Ríos, agregó Buenos Aires -de inmediato- una nueva campaña sobre Santa Fe, que fue apresurada con la rebelión producida en dicha provincia y que exaltó al Gobierno a Estanislao López.

El Director Pueyrredón contaba para ella con recursos importantes, además de los ejércitos del Norte y de los Andes; en San Nicolás, a las órdenes del general González Balcarce, tenía un cuerpo de ejército de tres mil hombres a quien da orden, en el mes de Noviembre de 1818, de apoderarse de Rosario y proceder en combinación con la escuadrilla que comandaba el coronel Matías Irigoyen, con los milicianos que levantara Hereñú en Entre Ros y con los hombres que el coronel Juan Bautista Bustos tenía listos en Córdoba, del Ejército del Norte.

Iniciada la campaña y mientras el general González Balcarce invadía Santa Fe, el gobernador López se corría a Córdoba y atacaba con éxito al coronel Bustos, a quien arrebataba además los medios de movilidad.

- Bajo el dominio de los guaraníes

La guerra social tornaba intertanto creces en el Litoral y reclamaba el concurso de los dominadores de Corrientes.

El 24 de Diciembre de 1818 zarpó Campbell con una escuadrilla del Puerto de Goya en protección de los artiguistas de Santa Fe. Componían la expedición una polacra, un bergantín, una balandra, una zumaca y varias lanchas (embarcaciones arrebatadas a sus dueños) con 600 hombres, indios guaraníes, indios del pueblo de Santa Lucía, esclavos, mulatos de la capital y gente de la campaña. Iba en calidad de segundo Jefe, Francisco Javier Sití.

Andresito se trasladó a Goya para alistarla. Despachado Campbell, ordenó aquél a su Jefe de Estado Mayor, Vicente Tiraparé, que marchase de la capital con parte de las fuerzas hasta Caá Catí donde le esperaban con dos divisiones los comandantes indios Baibé y Pantaleón Sotelo y, de allí, cruzase las misiones para incorporársele en Cambay, punto elegido para Cuartel General.

Tiraparé(4) salió con infantería, caballería y un gran convoy, el 4 de Enero de 1819; el 16 del mismo mes se retiró Blas Uré, Comandante de Artillería, con 400 hombres, siete carretas y muchos carros llenos de mercaderías, muebles y objetos diversos robados. En la marcha arrearon de la campaña cuanto encontraron, destruyendo lo que no podían llevar.

(4) Tiraparé era indio viejo, muy feo, comedido en su trato, humano, oriundo de San Borja. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

El Sargento Mayor Juan Asencio Abearé quedó al frente de la demás tropas y Juan Bautista Méndez asumió el mando. Andresito recorrió los pueblos de la provincia, “sembrando el espanto y la ruina en todos ellos”, al decir de Mantilla; levantaba soldados y recursos.

El 4 de Marzo de 1819 reapareció en la capital, “más feroz que antes”(5). Días después llegó Campbell, por tierra, con pequeña escolta; su expedición, feliz en los primeros encuentros, había terminado en desastre completo.

(5) La compañera de Andresito, Melchora Caburú, quedó en la ciudad cuando aquél se ausentó. Los aduladores de la época organizaron bailes frecuentes para divertirla y le enseñaron a bailar. Andrés era celoso. Noticiado de las fiestas se enfureció, atribuyéndolas a deslealtad y corrió a la ciudad para descargar su furia. El día de su llegada, como saludo, dio a Melchora tal tunda de tablazos que la dejó por muerta; pasó todo el día tirado sobre unas sillas; al anochecer desarmó a los soldados de la escolta y azotó personalmente uno por uno; sableó hasta cansarse a la mujer de su ayudante Quereté; mandó llevar a su presencia a todos los promotores y asistentes de los bailes y los azotó en media calle, desnudos; el director de la orquesta en los bailes, mulato violinista de La Merced, Gregorio, fue muerto a golpes de lazo doblado; siguió el azotamiento durante el resto de la noche, con presos de la cárcel y remató en la pulpería del inglés Postlethwaite, donde Andresito hizo aplicar cincuenta azotes, con lazo, al dependiente Ignacio, paraguayo, por el delito de no tener aguardiente para el general y sus acompañantes, sacando -por despedida- todo el dinero del cajón del mostrador y los géneros tomados a voluntad por los soldados. Los días inmediatos siguientes fueron también de sablazos y azotes. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

La población vio de nuevo hechos diarios de temor, que respondían al propósito de sacar dinero, ropas, víveres, armas y municiones. Harto de crímenes inútiles, pues los miserables vecinos ya nada tenían que entregar ni ofrecer al saqueo, Andresito abandonó la ciudad el 23 de Marzo de 1819, dejando indios -a cargo de Abearé- para sostener al gobernador Méndez.

- Corrientes interviene en la guerra con Buenos Aires. La acción de su escuadrilla

Vuelto a su provincia, hostilizó en toda forma al ejército de González Balcarce, que marchaba a ocupar la Ciudad de Santa Fe, en combates parciales, donde obtuvo algunos triunfos significativos que desmoralizaron al ejército porteño; no pudo impedir, sin embargo, la ocupación de dicha ciudad, pero el gobernador López hizo tal vacío en torno del ejército de Buenos Aires, que González Balcarce resuelve su retirada alarmado por la noticia de que fuerzas de Entre Ríos y Corrientes marchaban en defensa de Santa Fe.

Así era en efecto. 400 entrerrianos al mando de Ricardo López Jordán -hermano materno del general Francisco Ramírez y a quien vamos a ver actuar luego en Corrientes-, 300 soldados del ejército guaraní de Andresito y las fuerzas navales correntinas, mandadas por Pedro Campbell, marcharon sucesivamente en auxilio.
Las últimas transportando -desde Goya a la costa occidental del Paraná- a la división de Andrés Artigas, como apresando después lanchones enemigos frente a La Bajada y, las otras, cooperando a la persecución que sufrió la columna de González Balcarce en retirada al Rosario -donde se le puso sitio- constituyeron una cooperación decisiva para la campaña.

Rodeado en Rosario, sin víveres ni caballadas, el general González Balcarce reanuda su retirada hacia San Nicolás al mismo tiempo que el Director Pueyrredón lo relevaba con el general Juan José Viamonte.

López, por su parte, volvía a dirigirse a Córdoba, reforzado con milicianos de Corrientes y Entre Ríos, teniendo un encuentro con Bustos en "La Herradura". Pero también debió volver presuroso.

El general Viamonte, reforzado el ejército de Buenos Aires, reanudaba la ofensiva con 2.400 soldados de línea y 1.500 del coronel Bustos, pero un triunfo parcial de López en la “Posta de Gómez”, la falta de caballos y ganado y la ausencia de noticias del general Manuel Belgrano que, con el Ejército del Norte debía venir desde Tucumán, lo llevan a encerrarse en Rosario donde -una vez más- las fuerzas de Buenos Aires son sitiadas.

Intertando, la escuadrilla porteña incursionaba por el Paraná y amenazaba la Ciudad de Santa Fe. La defensa, a cargo de los marinos de Corrientes, a las órdenes de Campbell, no pudo ser todo lo eficaz que podía desearse; la división de Andresito, indisciplinada por naturaleza, había iniciado su deserción y, no obstante el esfuerzo de algunos de los jefes guaraníes, como el comandante Sití, de guarnición en Córdoba, buen número de indios se dirigieron, dañando en el camino, hacia San Javier, en la zona chaqueña.

Al mismo tiempo, las fuerzas del general Belgrano se anunciaban el 28 de Febrero de 1819 en Los Ranchos, avanzando en auxilio de Viamonte.

- San Martín y Belgrano y la guerra civil

En la rápida crónica que efectuamos de todo aquéllo que escapa a la historia de Corrientes, pero que debe recordarse para encuadrar los acontecimientos que investigamos, no podemos dejar de aludir al pensamiento coincidente que sobre estas luchas civiles mantenían los generales San Martín y Belgrano, jefes de los dos ejércitos de línea de las Provincias Unidas, y el que nos va a dar la clave de los sucesos posteriores.

Ambos generales sostenían, con la visión certera de los destinos de la patria y de las hondas cuestiones que encerraba en su seno la guerra civil, que el Gobierno del Directorio debía encontrar una fórmula de acuerdo con los caudillos del Litoral. Sobre esta premisa explica el historiador doctor Vicente Fidel López los hechos que dan término a la campaña sobre Santa Fe y que vamos a sintetizar.

- El Armisticio de San Lorenzo

Dominando el gobernador Estanislao López, con sus partidas, gran parte de la campaña de Buenos Aires y Córdoba, pudo incautarse de una correspondencia que el general José de San Martín enviaba al Director Pueyrredón, en la que el primero indicaba la conveniencia de insinuar al gobernador santafesino la utilidad de llegar a un armisticio o a un acuerdo.

Estanislao López, después de leer la comunicación, la envió al general Viamonte, a Rosario, expresándole que se había enterado de ella, que estaba dispuesto a buscar una fórmula de paz y, por lo pronto, a celebrar un armisticio.

Viamonte avisa a Belgrano, que se traslada a Rosario desde su Cuartel General, ordena la suspensión de hostilidades y nombra -el 5 de Abril- al Jefe de Estado Mayor de la división de Viamonte, el general Ignacio Alvarez Thomas, para que, reuniéndose en San Lorenzo, punto intermedio, con dos comisionados de López, se buscase una fórmula de conciliación.

El 12 de Abril se firmó ese Convenio(6) por el que Buenos Aires retiraba su escuadrilla y sus fuerzas de Santa Fe y Entre Ríos, se fijaba el 8 de Mayo para el Acuerdo definitivo, a cuyo efecto se reunirían diputados, se convenía la extradición de ladrones y que “las dificultades o disgustos ocurrentes se salvarían por medios amistosos”(7).

(6) Vicente Fidel López. “Historia de la República Argentina (su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852)”(1883-1893), tomo 7, p. 450. Contiene el texto y los antecedentes del Acuerdo.
(7) Vicente Fidel López. “Historia de la República Argentina (su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852)”(1883-1893). Admite que San Martín pudiese influir en el Acuerdo. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

Los historiadores han juzgado diversamente este Acuerdo. López lo llama “indecorosa y pérfida solución” y agrega: “Pérfida cuando menos, de parte de los montoneros, cuya intención no era cumplir sino salvarse del peligro en que estaban”.

La presunción enunciada no puede anticiparse sin afincársela en sucesos concretos que no conocemos, que ni el doctor López ni nadie indica. Lo exacto, conforme a las propias palabras que usara el general San Martín(8) en documentos de esa época, era que “la nueva Constitución sancionada por el Congreso de Tucumán no permitía transigir con los caudillos de la anarquía provincial”, suceso que ataba las manos del Director(9).

(8) Véanse sus cartas reclamando de Chile 2.000 reclutas, condición puesta por la Argentina para dejar que el Ejército de los Andes expedicionase a Lima. Con esos reclutas se formaría un cuerpo de ejército en apoyo del Director Pueyrredón.
(9) Esta Constitución, sancionada el 22 de Abril de 1819, fue jurada el 24 de Mayo de 1819. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

En efecto: la Constitución de 1819 mantuvo la Sección 5 del Reglamento Provisional de 1817 que dice:

“Las elecciones de gobernador-intendente, tenientes de gobernadores y subdelegados de partido se harán a arbitrio del Supremo Director del Estado, de las listas de personas elegibles, de dentro o fuera de las provincias, que todos los Cabildos formarán y remitirán en el primer mes de su elección”(10).

(10) La Constitución no reproducía expresamente este precepto pero lo mantenía prescribiendo en el Artículo final: “Continuarán observándose las Leyes, Estatutos y Reglamentos que hasta ahora rigen en lo que no hayan sido alterados”. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

Era pues una Constitución unitaria, que no sólo atentaba al sentimiento localista tan afirmado en las provincias sino que iría a aplicarse por un Gobierno tan dictatorial que tenía censores en la propia opinión pública de Buenos Aires, que lo sabía inspirado unilateralmente en la Logia Lautaro, centro secreto de acción política, fíjamente orientada a sus fines, sin saber de las “curvas” necesarias en las “corrientes” de la opinión y de los hechos.

- Proyecto de Pueyrredón

El Director Pueyrredón contestó al Acuerdo de San Lorenzo sin desconocerlo en cuanto al Armisticio convenido, con la orden de que el Ejército de los Andes volviese a la patria dejando en Chile sólo dos mil hombres(11).

(11) Del 15 de Abril de 1819. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

Era como se ve, prepararse a la lucha terminado que fuese el Armisticio. Se abre, desde este momento, un período interesante. El general San Martín simula conformidad con las medidas del Directorio -de retiro y fraccionamiento del Ejército de los Andes- y mientras cambia Notas en ese sentido mantiene de hecho el mando, sigue la Instrucción y adiestramiento de su caballería que remontaba en Mendoza y permite que sus oficiales y jefes, en abierta rebelión con el Gobierno, enuncien dejarían el servicio antes que abandonar la campaña de Chile.

- Renuncia de Pueyrredón y nombramiento de Rondeau

El Director Pueyrredón, lastimado por la actitud de San Martín, concreta los rumores circulantes de su alejamiento, renunciando su cargo después de una solemne asamblea de la Logia Lautaro en que se quejó del general del Ejército de los Andes.

Hecha la renuncia, se le acepta a la tercera vez de su reiteración eligiéndose Director al general José Rondeau. En cuanto al general Belgrano, concluido el Armisticio de San Lorenzo y agravado de la hipertrofia que lo tenía enfermo, se retiró a Cruz Alta, donde preside la jura de la Constitución, el 24 de Mayo de 1819. Luego, más grave, entregó el mando al general Francisco Antonio Cruz.

- Andresito vuelve a la Ciudad de Corrientes. Empréstitos populares. Su marcha

Mientras en esta forma concluia la guerra en Santa Fe, las fuerzas guaraníes y las de Campbell volvían a la provincia. Andresito, que después de los primeros encuentros fijó su residencia en Goya dejando el mando al comandante Campbell, continuó influyendo decisivamente desde ese puerto.

En el afán de reunir fondos hizo marchar(12) de la Ciudad de Corrientes todas las carretas útiles a San Roque y cargar en este lugar toda la existencia de cueros, que negoció para la exportación; retiró los fondos del Estado de poder de los recaudadores y jefes de la Armada(13) e impuso, el 8 de Marzo de 1819, un empréstito forzoso de 8.000 pesos fuertes.

(12) Oficios al comandante Lafuente, de San Roque, del 24 Noviembre y 15 de Diciembre de 1819.
(13) Recibos varios, entre ellos uno dado al propio Campbell. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

En medio de la miseria general, el Cabildo hubo de hacer un llamado al patriotismo y se formaron listas de contribución pública, en forma que el día 20 pudo entregarse parte de la suma, cinco mil pesos(14).

(14) Fue recibida, en su nombre, por e1 oficial correntino Pedro Sánchez Negrette. El 26 de Marzo de 1819, e1 Secretario de Guerra de Andresito se presentó al Cabildo exigiendo el resto, diciéndose apoderado de su jefe, pero éste ofició preguntando si en verdad se lo había comisionado a ello ... y como no 1e resultó al manotazo, pidió el 1 de Abril de 1819 la lista de contribuyentes para requerir a los que no habían dado nada ... // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

El 1 de Abril de 1819 se entregó el saldo al capitán de guaraníes, Dolores Riveros. Junto a estas medidas, pesó sobre Corrientes la autocracia moral consiguiente, festejándose con grandes funciones religiosas tanto los triunfos de Santa Fe(15) como el propio onomástico del caudillo, el Día de San Andrés(16).

(15) Bando del 9 de Noviembre de 1819.
(16) Bando del 10 de Noviembre de 1819. La función se hizo en la Iglesia de La Merced. // Todo citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

A mediados de Marzo de 1819 y ésta fue la causa invocada para imponer el empréstito de ocho mil pesos a que hemos referido, abandonaba la capital Andrés Artigas, dejando en ella -como en el Puerto de Goya- fuertes destacamentos para sostener al gobernador Méndez.

También quedó su Secretario de Guerra, Juan Mexías Sánchez, con el pretexto de retirar la cuerambre de los animales consumidos por el ejército guaraní que, como otros acopiados por Campbell, se sacaron sin abonar derechos; era la licencia administrativa que se sistematiza para sumar prestigio(17).

(17) Oficio de Méndez al Cabildo del 25 de Abril de 1819. // Citado por Hernán Félix Gómez. “Historia de la provincia de Corrientes (desde la Revolución de Mayo hasta el Tratado del Cuadrilátero)”.

- Mando de Juan Bautista Méndez

Ruinas y desolación cubrían la provincia. Juan Bautista Méndez, repuesto en el Gobierno, y Pedro Campbell en clase de Comandante General de Marina, continuaron el régimen de Andrés Artigas.

El Cabildo(18) funcionaba por fórmula para llenar como simple máquina las órdenes directas de Artigas o las de sus hombres locales. Una sola repartición pública no sufrió ningún atropello ni dejó un día de ser regular: la Tesorería de Rentas Generales, dependiente del Gobierno porteño antes del artiguismo, porque José Artigas la puso -desde un principio- bajo la dependencia exclusiva e inmediata del Cabildo, con esta prevención:

“U. S. es responsable ante mí de los intereses de esa provincia y el Señor Ministro del Tesoro ante U. S. de los mismos. U. S. me remitirá los Estados mensuales”.

(18) Cabildantes electos por orden de Andresito: José de Silva, Alcalde de primer voto; Domingo Rodríguez Méndez, Alcalde de segundo voto; Pedro José Cabral, Alcalde Provincial; Pedro Dionisio Cabral, Alférez Real; Juan Ventura López, Alguacil Mayor; Bartolomé Quiroga, Regidor Decano; Juan José Lagraña, Defensor de Pobres y Menores; Cristóbal Barría, Procurador de la Ciudad; Manuel Antonio Acosta, Sebastián Hidalgo, Silvestre Machuca, Juan Gregorio Alegre, Alcaldes de Barrio. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

Los procedimientos de Méndez realizaron el programa de gobierno que, al ser repuesto, anunció al pueblo en los términos siguientes:

“Por cuanto ha prevenido este Gobierno, que mientras la uniformidad de ideas no tome asiento en cada uno de los corazones de los individuos, no sólo de fuera más también de esta ciudad, jamás encontrarán la paz, tan deseable de los hombres, ni menos se acabarán los disgustos; por medio de este Manifiesto, hago presente a todos que si mis intenciones rectas no son suficientes para apaciguar el murmullo que hasta ahora ha subsistido, ni las amenazas, ni frívolos castigos pueden apaciguar el tósigo que los aumenta; en adelante, los modelos servirán de ejemplares castigos a la cizaña que cunde como mala yerba, arrancárela y como perjudicial la echaré al fuego. Para lo cual se observará lo siguiente:
“1.- Ninguno, de hoy en adelante, será exceptuado, por más dignidad y preeminencia que posea, sea en el estado secular o eclesiástico, para ser castigado, siempre que se le pruebe haber dicho alguna proposición que huela o mofa o se conozca a desprecio de las tropas del señor Reconquistador, ciudadano Andrés Artigas, o sus Estados, o cualquiera de sus individuos, por ínfimo que sea o parezca, o si se tomase la persona misma del señor Reconquistador, cuyo delito será tratado como de Lesa Patria.
“2.- Para que cada uno de los distantes y habitantes, tanto de esta provincia como de esta ciudad en particular, ponga un perpetuo silencio sobre las hablillas tanto en secreto en los Estados como en los lugares públicos, sobre el Gobierno actual, de si hizo bien o mal; se manda que ninguno, por ningún motivo, ni causa ni pretexto, tome el Gobierno en boca, ni sus operaciones, ni para bien ni para mal, so pena de ser castigado con un ejemplar castigo para escarmiento de todos.
“Y que tengan entendido que sólo les toca obedecer a las autoridades seculares y ocuparse en los negocios económicos y terrenos, los que tratan de ellos. Por último, para que ninguno alegue ignorancia ni excusa, sepa que me he de valer de todos los medios conducentes a este remedio, poniendo espías hasta en lo más oculto de las casas, para saber hasta los últimos resuellos que dan”(19).

(19) Redactó este documento fray Cornelio Goneli, porteño, asesor de Juan Bautista Méndez. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

“La despótica y absoluta dominación de Méndez -dice un cronista, vecino entonces de la ciudad(20)- cada día aumentaba, ayudada por chismes y odiosas declaraciones; exacciones escandalosas, todo género de arbitrariedades, crueldad refinada, eran los procedimientos del sátrapa Méndez.

(20) Fermín Félix Pampín. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

“Agregábase a ello el desenfreno del temerario e imbécil Jefe de Marina, Campbell, en sus desafueros y tropelías para sacar dinero con nombre de multas y empréstitos forzosos, su vida escandalosa y cuánta inmoralidad pueda imaginarse”

Al lado de la bárbara opresión, la completa y general miseria torturaba la vida de los desventurados habitantes. Las estancias abandonadas por sus dueños estaban asoladas por ladrones, bandidos y tituladas autoridades; el comercio fluvial muerto, por los asaltos de Campbell sobre toda embarcación que navegase el río Paraná, cuyos cargamentos robaba o hacía vender en la “Tienda del Ejército Guaraní”, abierta en la casa del emigrado Raimundo Molinas por Juan Mexías Sánchez(21), socio de una comandita de explotadores, que juntaban allí y obligaban a comprar los objetos arrebatados por contribución forzosa o tomados directamente por saqueo.

(21) Nativo del Perú, según él, aunque algunos lo hacían manchego o murciano. De pulpero fundido en Asunción, se improvisó médico; como tal sirvió en el destacamento paraguayo establecido en Candelaria, a principios de la revolución; prisionero de Andresito cuando éste derrotó al comandante paraguayo José Isasa, apoderándose de Candelaria, se ganó la confianza del Jefe guaraní, a quien sirvió de secretario; con dicho puesto vino a Corrientes; durante la ocupación se distinguió por su refinada maldad y sus vicios; Andrés Artigas le dejó para recoger la última contribución forzosa que impuso; murió fusilado por Artigas. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

Los puertos, cerrados por Andresito, sólo daban entrada a las presas de Campbell y no salían de ellos embarcaciones mercantes. Las industrias habían desaparecido; los antiguos ricos trabajaban personalmente y con ellos sus esposas e hijas; al hombre honrado de pueblo a duras penas alcanzaba el diario alimento.

Para conseguir recursos, abrió Méndez los puertos el 18 de Abril de 1819, estableciendo el derecho del tres por ciento sobre los cargamentos que por ellos pasasen, según arbitrario aforo que se reservó; pero la siniestra fama de Campbell los mantuvo de hecho cerrados.

De Santa Fe y Entre Ríos, provincias artiguistas, nada llegaba a Corrientes, porque eran tan pobres como ella, cuando no más. El Paraguay, cuyo comercio había sido muy perjudicado por los salteos de Campbell, se aisló totalmente, a punto de que productos suyos de habitual consumo en la provincia, como el tabaco y la yerba mate, entraban de contrabando en muy pequeñas cantidades; la arroba de yerba valía cincuenta pesos plata y el “mazo” de tabaco, de una y media a dos libras, cinco pesos.

A mediados de 1819 hubo un conato de rebelión en la campaña. José Mariano Torres, oficial subalterno y de malos antecedentes en la insurrección de Vedoya, errante por los montes desde el desastre de Las Saladas, levantó numerosa montonera en el mes de Mayo, la dividió en partidas y las echó sobre Caá Catí, San Miguel, Yaguareté Corá y los Departamentos limítrofes.

No lo movían sentimientos elevados; él y los suyos eran salteadores. Poco después de la aparición de Torres, el capitán Miguel Escobar, fugado del campamento de Artigas, atacó de sorpresa y tomó el pueblo de Curuzú Cuatiá. Ambos cabecillas se entendían.

En esos días llegó a Goya el capitán guaraní Lorenzo Ticurey, con una compañía de la infantería indígena que marchó con Campbell a Santa Fe. Méndez concentró fuerzas en San Roque, al mando de su Comandante de Marina, de quien era segundo el inglés Juan Tomás Ardets. José Gabriel Casco, comandante de Curuzú Cuatiá, batió a Escobar en Abalos; los derrotados huyeron al Norte de la provincia para incorporarse a Torres pero Ardets le dio alcance en el Paso de Aguirre, del Santa Lucía, y los dispersó.

Once prisioneros tomados fueron degollados, entre ellos los hermanos José Luis y Domingo Escobar, cuyas cabezas, remitidas como trofeos a Méndez, fueron mandadas por éste a la desdichada madre de las víctimas(22).

(22) En el libro “Narraciones”, de Manuel Florencio Mantilla, hallará el lector la descripción de la fiesta -ordenada por Méndez- con motivo de la remisión de las cabezas. Fue salvaje. // Citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

Torres abandonó su empresa y pasó al Paraguay. El gobernador expidió entonces el siguiente Bando:

“Por cuanto ha conocido este Superior Gobierno el descontento general que cubre el corazón de cada uno de los que pisan este suelo desgraciado, sin más motivo que la ambición de gobernar; para obviar en adelante este desosiego, y que tengan en cualquiera otra provincia, lugar de inficionarla con este depravado monstruo que los domina:
“Mando por éste mí orden, que todos los poseídos de este vicio y malcontentos con el Gobierno, sin darles el menor motivo, quieran mudarse a cualquier otra parte del suelo americano, lo hagan en el término de ocho días, so pena de que si no lo hicieren quedarán sujetos en adelante a las penas y castigos arbitrarios y de justicia que les cupiese.
“Y para que no tengan excusa, publíquese por Bando en la forma acostumbrada y fíjese en lugares públicos y circúlese por toda la provincia”.

En Agosto de aquel año aumentó el número de indios que todavía ocupaban la provincia, con el regreso a la capital de Francisco Javier Sití(23); la derrota y cautiverio de Andresito(24) influyeron para alejarlos pronto y definitivamente de ella.

(23) Indio alto, joven aún, perverso como ningún otro, taimado, borracho superlativo, sanguinario, activo y muy valiente; cometió iniquidades en Goya, Santa Lucía, San Roque y Las Saladas. Después de la derrota de Campbell, en Santa Fe, quedó Sití con Estanislao López, a cuyo lado reunió los misioneros dispersos de la expedición de aquél; celebrados los Tratados que pusieron término a la guerra con las tropas de Buenos Aires, retornó a Corrientes.
(24) Andresito pasó el río Uruguay sin resistencia el 26 de Abril de 1819 y se internó en el territorio de las Misiones Orientales; llevaba dos divisiones: una, a su inmediato mando; y otro, al de Tiraparé. El general Abreu le sorprendió y destruyó en las inmediaciones del Cerro Ytakuruvi; fue una matanza sin piedad. Andresito salvó por la fuga, pero lo capturaron en las costas del Uruguay y le remitieron a Río de Janeiro, “donde murió en prisión”. Perecieron en Ytakuruvi unos 150 correntinos. // Todo citado por Manuel Florencio Mantilla. “Crónica Histórica de la provincia de Corrientes”.

José Artigas ordenó la concentración en Cambay de todas las fuerzas misioneras, para darles nuevo caudillo y encomendó a Méndez la ejecución. Sití, Abearé y Ticurey marcharon con el gobernador; desde las misiones, cruzaron por San Miguel y Yaguareté Corá, Pantaleón Soleto, Blas Uré y Pedro Baibé, con todas sus tropas y chusma, llevando un convoy de veintitrés carretas cargadas de efectos, equipajes y catorce cañones tomados en los pueblos portugueses.

Unos y otros arrearon con cuánto encontraron a su tránsito. En la capital quedó Campbell, en clase de gobernador delegado. José Artigas proclamó nuevo Jefe de los misioneros a Francisco Javier Sití.

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